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Fig. 6
Otros tipos de Muros de sostenimiento

Cuando el muro debe ser colocado en un


límite de propiedad, o cercano a construcción
existente, es posible que no sea posible
construir el puntal, como en la Fig. 6(a), o el
talón, como indica la Fig. 6(b). Esta última
suele dar problemas para cumplir las
condiciones de estabilidad, y puede requerir
dimensiones importantes de estructura.

Hay casos, como se vio en Fig. 2 y


muestra la Fig. 6(c), en los que el muro debe
cumplir la función de retención de suelo con
apoyo de losa de acercamiento al puente, y
además, de apoyo al tramo extremo de un
puente.

El uso de muros prefabricados va en incremento. En este caso el muro es


constituido por unidades prefabricadas mientras que las fundaciones y las uniones de

las unidades son coladas in situ.

3. DRENAJE

Uno de los ítems más importantes a tener en cuenta en el diseño y construcción de


muros de sostenimiento es el de tomar medidas contra la acumulación de agua detrás
de los mismos. Si esto no se evita, podría resultar una presión de agua del suelo muy
fuerte sobre el muro que puede empeorar en climas fríos debido al efecto de
congelamiento. La ref.[2] indica que las fallas que ocasionalmente ocurren en muros de
retención se deben, en su mayor parte, a estas causas, individual o combinación: (i)
exceso de presión bajo la fundación del muro con consecuente inclinación del mismo
hacia delante, y (ii) drenaje insuficiente del relleno posterior. La presión hidrostática del
agua superficial acumulada durante o después de lluvias torrenciales o riegos sin
control, aumenta notablemente el empuje sobre el muro. Si hay posibilidades de
congelamiento, las presiones que ejerce el hielo agravan el problema en suelos
pobremente drenados. A veces la combinación de ambos es muy grave pues los
grandes empujes aumentan las presiones de contacto con la zapata.

Las presiones admisibles de contacto se deben adoptar luego de profundos


estudios. Los asentamientos pueden provocar grandes desplazamientos y rotaciones.
No sólo es necesario investigar el suelo inmediato debajo de la zapata, sino también los
estratos que se encuentran a una profundidad al menos igual a la altura del muro a
construir.

El mejor relleno para colocar en la parte posterior del muro es un suelo con buen
drenaje y sin cohesión. Además, se suelen colocar agujeros lloraderos de unos 100 a
200 mm, colocados como tubos por ejemplo como muestra la Fig. 4(c) y Fig. 7, en
distancias entre 1.5 a 3.0 m en vertical y horizontal. Para facilitar drenaje y evitar
taponamiento se coloca piedra triturada en el extremo posterior de cada lloradero,
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cuidando de que, si el material es muy fino tipo arena trituradas, colocar piezas de
mayor tamaño alrededor de los orificios. Deben tomarse precauciones para que el agua
que proviene de los drenajes sea evacuada en forma rápida y segura sin que se
estacione o penetre en el suelo cercano a las fundaciones del muro. Los drenajes hacia
el frente del muro no son muy agradables desde el punto de vista estético, por lo que a
veces se colocan drenajes longitudinales embebidos en piedras trituradas o gravas a lo
largo de la cara posterior del muro, en uno o más n iveles, con buenas pendientes, los
cuales deben tener sus descargas en los extremos. Se muestran esquemas en Fig. 4(a)
y (b) y Fig. 7(b).

Fig.7

Drenajes
en Muros
de
Retención.

Como se expresó antes, el efecto de las heladas no debería ser subestimado, y la


colocación de los materiales triturados o grava natural son muy eficientes para liberar
presiones. Lo mejor es tratar de que el agua no llegue al suelo en contacto con el muro.
Una de las formas es tratar de crear drenajes que diverjan el agua hacia otros lugares, o
colocar una capa de asfalto u otro material que aleje el agua con mínima penetración.
La Fig. 8 muestra detalles a tener en cuenta en el diseño, para reducir los efectos de las
presiones del agua contenida en el suelo a retener.
[19] “ Diseño de Estructuras de Concreto”, Arthur Nilson & George Winter. 11 ma. Ed. Mc
Graw Hill.

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