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ENSAYO “De la autosuficiencia a

la interdependencia”
Evidencia de desempeño Psic. Dulce Cabrera
La lectura de Ximo Tàrrega Soler resume en sus 35 páginas el impacto que
tiene la relación entre organismo-entorno en todos los micro y macro sistemas que
el ser humano ha creado a lo largo de su historia, nombrando a dicha relación la
“interdependencia”, y como esta ha sido dejada de lado por una sociedad con
tendencia al individualismo.

Comienza relatando la actitud de la jactancia y de la persona orgullosa como una


forma de defensa ante la decepción, un intento de autorregulación en una situación
donde se ha producido una falla o herida en lugar de reconocimiento o apoyo, es
decir, la no satisfacción por parte del otro de una necesidad, creándose el problema
cuando el ajuste creador se fija, volviéndose inflexible, no consiente, dando como
resultado una personalidad autosuficiente. Lo anterior considero da entrada a un
individualismo que lleva al aislamiento y la soledad, bloqueando así nuevos ajustes
creativos en las relaciones. Al desear salir de esa soledad lo intentan a través del
esfuerzo individual, avergonzándose al sentirse débiles por necesitar ayuda de otro.

Como refiere el autor, el antídoto que ofrece la terapia Gestalt es lo que nuestra
teorización aporta frente al individualismo y aislamiento, al tener las nociones de
contacto y experiencia, ajuste creador o conservador, en un campo y situación dado,
que se resume en el libro de Terapia Gestalt (1951) que el acto de contactar es una
totalidad formada de conciencia inmediata, respuesta motora y sentimiento,
ocurriendo este proceso de contacto en la frontera-superficie del campo
organismo/entorno.

Desde el lado del globo terráqueo donde vivimos, lo que llaman el mundo de
occidente, durante muchos años ha existido una teorización individualista o
antisocial, donde lo social era visto como limitador de la libertad de la persona y la
soledad como algo deseable de alcanzar. Diferentes autores han defendido esta
postura “moralista”, presentando esa soledad como saludable, incluyendo al propio
Freud y el psicoanálisis inicial, donde el sujeto esta sólo y donde se opone “impulso”
a “realidad exterior”.

Haciendo frente a lo anterior surge una filosofía denominada “intersubjetiva”


defendida por distintos autores, donde lo social y el “otro” aparecen como definición
del mismo sujeto, y no como enemigos, “la mirada del otro me asegura mi
existencia”. La terapia Gestalt con la idea de “contacto” y “frontera contacto” aborda
la psicología y psicopatología de una forma novedosa, como refiere el PHG que “el
contacto es la realidad más simple e inmediata” y al mismo tiempo, es de una gran
complejidad, pues implica crecimiento, emoción, conciencia inmediata (awarness),
ajuste creador, definiendo lo psicológico, la experiencia, la formación de una figura
destacándose de un fondo.

El autor dicta su deseo de elogiar la interdependencia en la relación, diferenciándola


en primera instancia del concepto de dependencia de la relación, definiendo esta
última como “un tipo de vínculo que se establece entre personas en el cual se da
una protección, apoyo y ayuda de una a la otra y/o sometimiento de una a la
voluntad de la otra, y que suele implicar algún tupo de relación afectiva”, definición
que se les acomoda más a los que se dicen autosuficientes, siendo lógico que al
ser sensible a este tipo de relación, se vuelvan fóbicas a todo tipo de relación donde
aparezca un “nosotros” vivido como amenaza. Lo que realmente elogia es la
dependencia mutua de unos para con los otros, la famosa interdependencia. La
diferencia entre estas dos últimas radica en la palabra “reciproca”, pues lleva
implícito la noción de autonomía, libertad, intimidad e igualdad, donde ambos
miembros crecen y se enriquecen en la relación.

Isadore From y Michael Vincent iller la describen como “el intercambio que se da
entre el organismo humano y su entorno circundante en todas las áreas de la vida;
este intercambio ata mutua e inexplicablemente a la persona con el mundo”. Esta
definición me parece de lo más clarificadora para entender todos los factores que
se encuentran implicados en tal intercambio, donde tanto lo externo como lo interno
se influye de la misma forma, sin dejar de existir la frontera que elucida el “nosotros”.

Se define también las necesidades del ser humano que lo vinculan al otro, utilizando
la teoría que Gershen Kauffman en 1989 describió como la serie de necesidades
básicas primarias a la cual llamó “necesidades interpersonales básicas”, las cuales
consisten en:
- La necesidad de relación: formar y mantener una relación con otra persona,
que sea mutuamente satisfactoria, y es esta reciprocidad de gozo e interés
mutuo lo que les asegura que la relación es genuina, y les hace saber que
uno es especial para el otro.
Lo anterior sugiere que la baja autoestima no se soluciona, de forma
profunda, trabajando con que la persona se estime a sí mismo, pues ese tipo
de trabajo coloca en el territorito rio de individual lo que surgió en el territorio
de la relación, por lo que es a través de la relación y del reconocimiento como
se soluciona, siento antes de auto-estima un altero-estima.
- Necesidad de tocarse y abrazarse: forma parte de la necesidad de ser
reconfortado, ya que a través del tacto se expresa cuidado, protección,
ternura. El tacto da seguridad y es la base de la confianza. Refiere que en
algunas personas la necesidad de recibir un abrazo se ve transformada,
mediante la retroflexión –en concreto la llamada proflexión-, en el que la
persona necesitada es la que da a los demás abrazos, donde la necesidad
es la de recibir, ofrece. Al realizar la experiencia del abrazo, son ellos los
activos, no siendo la misma experiencia la de abrazar a alguien que la de
dejarse abrazar, y por lo tanto no cubre la misma necesidad, aparentando no
ser una retroflexión pues se alcanza el entorno, pero la persona se siente
insatisfecha, por lo que experimenta un substituto de la necesidad origina.
- Necesidad de identificación: la mirada aparece como vinculo, mirar
directamente a los ojos de otra persona, y mantener la mirada, es una forma
intensa de comunicación. Nos identificamos con aquel que se admira y
proporciona la sensación de pertenencia, comunidad con el otro. Cuando el
yo está necesitado de dirección o preparación para poder afrontar
situaciones inciertas o amenazadoras, la presencia de una figura de
identificación mantiene la seguridad interior a la par que capacita a un yo
todavía inmaduro para navegar a través de lo desconocido.
- Necesidad de diferenciación: es una necesidad típica aunque no exclusiva
de la adolescencia, un proceso saludable, la persona sale de la identificación
mediante el cuestionamiento de lo que antes había aceptado como bueno,
de manera que puede aceptar e integrar aquellos valores con los que se
identifica y rechazar aquellos otros con los que no. Es un proceso que indica
e implica madurez.
- Necesidad de cuidar: hace referencia a la necesidad de ayudar, de dar y de
confortar a los demás.
- Necesidad de afirmación: corresponde a la necesidad de ser admirado y
valorado y que permanece toda la vida. Sugiere vínculo, respeto, confianza.
- Necesidad de poder: corresponde a la definición de creatividad, cuando se
habla de ajuste creador, pues la necesidad de poder, lejos de querer decir
abuso de fuerza o autoridad, es definida como necesidad de ser capaz de
influir sobre el entorno de uno, de tener impacto, de ser escuchado.

Se menciona que la falla en alguna de las necesidades descritas genera vergüenza,


angustia, patología y la búsqueda de soluciones más o menos ajustadas. La
persona autónoma rechaza la necesidad de los demás.

Recapitulo que las necesidades de interdependencia se ven mal interpretadas en


una sociedad donde la mayoría de las cosas se observan como objeto, basándose
en una acometividad con el otro en vez de una complementariedad, asustada de
mostrar vulnerabilidad ante un mundo con frialdad y que al pensar en vinculo se
trasversa como co-dependencia.

Al referir personalidades dependientes, generalmente se habla de una persona que


presenta un problema de dependencia y/o adicción, del tipo que sea. Desde Gestalt
se considera que la persona con tendencia a establecer relaciones confluentes, se
ha encontrado en algún momento de su vida obligada a dar una respuesta que
convenía al equilibrio del sistema y en el presente debido a su ajuste conservador
crucificado, se encuentra con otros entornos que favorezcan la repetición de su
comportamiento. Es importante tener en cuenta el contexto donde se manifiesta, ya
que con seguridad se puede encontrar en la otra parte del campo una actitud que,
o bien favorece o bien se beneficia de la actitud dependiente. Esa otra parte del
campo no tolerara cambios absolutos en la persona dependiente, ya que ello
cuestionaría su identidad y autoestima.
La diferencia entre la co-dependencia y la inter-dependencia es que la segunda se
basa en una relación de igualdad, intimidad y reciprocidad, y la primara requiere un
desequilibrio en la relación, es necesaria la presencia de un cuidador, sin alternancia
de roles, no hay por tanto, ni intimidad, ni igualdad, ni reciprocidad.

En terapia Gestalt aborda la relación terapéutica como una realidad, donde tanto el
paciente como el terapeuta van a desplegar ante el otro, y por la presencia del otro,
sus modalidades de contactar con el mundo, por lo tanto, no será necesario las
inferencias, si estamos abiertos al desarrollo del proceso en curso, pero no sólo
atentos al paciente, sino atentos a la situación, que nos incluye a los dos.

Considero de suma importancia la percepción que el autor menciona puede


presentar el paciente al asistir a terapia puede ser la asunción de un fracaso, el
reconocimiento de una especie de minusvalía, pero desde la óptica de la
interdependencia y la teoría del self supone aceptar apoyarse en el otro, por lo tanto,
acudir a terapia, supone reconocer, que necesito de los demás en mi vida.

Nuestra teorización nos da un potente instrumento de trabajo al centrarnos en el


“aquí y ahora del encuentro presente”, en donde paciente y terapeuta se ven
afectados y transformados, o susceptibles de serlo por dicho encuentro. En el aquí
y ahora de la relación terapéutica, se recrea el contexto relacional del síntoma.
Actuar responsabilizando prematuramente al paciente de su distorsión de las cosas,
para que se responsabilice de sus actos puede ir en la misma línea intrapsíquica
que otros enfoques, ya que se olvida la influencia del entorno.

En terapia se reivindica el ser afectado por la otra persona, que entre otras cosas
nos acerca a la comprensión de su experiencia. Lo contrario sería negar la
experiencia, negar el contacto. Negar al otro o negarme a mí en dicha relación.
Minusválida la experiencia con el otro, y negar la interdependencia.

A manera de conclusión, la relación se prioriza antes que la suma de sus miembros,


la interdependencia ofrece la cura a la autosuficiencia, el aislamiento que aunque
ficticio (porque todo y todos estamos relacionados con algo y/o con alguien) se
siente, y da pauta a un campo mayormente nutricio en sociedad.

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