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CHOQUEQUIRAO

INTRODUCCIÓN:
Los impresionantes muros de piedra que la resguardan, los mantos de verdor desplegados en sus fabulosos
andenes y ese ambiente cargado de energía, proveniente tal vez de lejanas ceremonias de invocación al Sol,
son algunos de los peculiares matices de Choquequirao
Choquequirao (proviene de las palabras aymara chuqui, oro, y del quechua k'iraw, cuna, es decir: "cuna de
oro"), es otra de las zonas arqueológicas denominada también como ciudadela inca, está situada entre las
ramificaciones del nevado de Salcantay, al sur del Perú. Estos restos arqueológicos de Choquequirao están
conformados por un conjunto de edificios y terrazas distribuidas en diferentes niveles, desde el nivel más bajo
Sunch'u Pata hasta la cima truncada más alta, la cual fue nivelada y cercada con piedras para formar una
plataforma con una área aproximada de 150 metros cuadrados.

Choquequirao (a veces también referida como Choquequirao o Choquekiraw), es también conocida como la
"hermana sagrada" de Machu Picchu por las similitudes presentadas tanto estructural y arquitectónica con
esta.

Fue un centro tanto cultural como religioso para la región. Presumiblemente esta ciudadela fue usada como
una garita de control para asegurar el acceso a las áreas de Vilcabamba, que conectaba la selva con otros
centros importantes como Pisac y Machu Picchu. También se estima que la ciudadela jugó un importante
papel sirviendo como nexo entre la selva amazónica y la ciudad imperial del Cusco

Ubicación
Se encuentra a 13° 32' latitud sur y 72° 44' longitud oeste. Se ubica a 3035 m.s.n.m. en las estribaciones del
nevado de Salcantay, al norte del valle del río Apurímac, en la provincia de La Convención en el
departamento del Cusco. Está aproximadamente a una distancia de 47 km. con referencia al pueblo de
Cachora (departamento de Apurimac).

Historia
Época Inca (1438-1534)
Fue un centro tanto cultural como religioso para la región. Presumiblemente esta ciudadela fue usada como
una garita de control para asegurar el acceso a las áreas de Vilcabamba, que conectaba la selva con otros
centros importantes como Pisac y Machu Picchu. También se estima que la ciudadela jugó un importante
papel sirviendo como nexo entre la selva amazónica y la ciudad imperial del Cusco.
Época de transición (1534-1572)
Choquequirao es considerada uno de los últimos bastiones de resistencia y refugio de los Incas, quienes por
órdenes de Manco Inca, abandonaron la ciudad de Cusco para resguardarse en las ciudades de la región
de Vilcabamba, cuando alrededor del año 1535 Cusco se encontraba sitiado por los españoles. Fue en este
lugar (y en general en todo el valle de Vilcabamba) donde Manco y los demás Incas de Vilcabamba resistieron
el embate de los españoles, hasta la captura y ejecución de Túpac Amaru I en 1572.
Referencias en la época colonial
El primer explorador que da noticias una ciudadela llamada "Chuquiquirau" fue el explorador español Juan
Arias Díaz Topete en el año de 1710. La primera referencia escrita de Choquequirao data del año de 1768 y su
autor fue Cosme Bueno, sin embargo la documentación fue puesta de lado y echada al olvido por las
autoridades y el público en general. En 1790, Pablo José Origaín menciona en su "Compendio de Noticias
Geográficas del Cuzco" una ciudad despoblada desde la antigüedad con el nombre de Choquequirao.
Redescubrimiento y restauración
En 1834, José María Tejada (prefecto del Cusco) viaja a la ciudadela atraído por las leyendas sobre tesoros
en Vilcabamba; así mismo en 1837, Leonce Angrand cartografió el lugar por primera vez, pero sus mapas
fueron también puestos al olvido. No fue hasta 1909, año en que el arqueólogo Hiram Bingham y el
topógrafo Clarence Hay (ambos norteamericanos) visitaron Choquequirao y elaboraron una descripción
minuciosa del sitio, que la ciudadela adquirió mayor atención por parte de los arqueólogos, el gobierno y los
turistas. Las primeras excavaciones comenzaron varias décadas después de la visita de Bingham, alrededor
de 1970; así mismo en 1986 se hacen estudios intensivos y un plan de restauración del sitio. Actualmente, se
calcula que sólo un 30% del complejo, que comprende unas 1810 hectáreas, ha sido desenterrado y puesto en
funcionamiento como zona turística; se preveía la finalización de la restauración para el 2011, tardando aún
más el estudio y comprensión de su legado histórico
UBICACIÓN ESTRATÉGICA
Desde la perspectiva andina su ubicación es indudablemente estratégica, lo que le permitió a este singular
asentamiento abarcar y tener un dominio sobre lo que podría considerarse uno de los trayectos altitudinales
más extraordinarios del país.
A su vez, desde el aire los investigadores, que lo han apreciado, dicen que Choquequirao se muestra como un
gran libro abierto, con el caudaloso río Apurimac a sus pies y una gran cadena montañosa que se precipita
hacia las vertientes orientales cubiertas por una inmensa vegetación tropical; siendo otra muestra de la
pretensión andina de dominar el mundo desde las alturas
Debido a su altura, Choquequirao goza de un clima templado. Sin embargo, cabe destacar que el camino hacia
Choquequirao es cálido debido al cañón del Apurímac.

Biodiversidad
El entorno de Choquequirao es uno de los más ricos en biodiversidad, biólogos, ecologistas y expertos así lo
mencionan, sin embargo en esta zona, no se sabe con exactitud el número de especies en plantas y animales
que existen, a pesar de esta deficiencia y de los escasos estudios científicos realizados, se ha podido
determinar la existencia de diversas formas de vida.
Entre las más relevantes especies se tiene: A los cóndores zorros, el zorrino, el puma, el oso de anteojos, la
taruca, las vizcachas, los pica flores, el tucán de altura, los quetzales y los tigrillos. Todas estas especies se
han acondicionado a pesar de las variaciones de temperatura como es el sol durante todo el día y las
inclementes heladas durante la noche. Este espacio también se puede apreciar al gallito de las rocas, ave
nacional del Perú.
La flora del lugar está compuesta por helechos gigantes y una gran variedad de orquídeas, donde destaca la de
la variedad wakanki. Al fondo del gran valle y bajo el efecto térmico del curso de agua que lo recorre, los
bosques de la ceja de montaña brindan su calidez y condiciones ideales para una enorme variedad de cultivos
de coca, achiote, maíz, cacao, café y frutales.
Desde el punto de vista ambiental, el principal valor de estos ecosistemas presentados reside en el rol que
juegan los exuberantes bosques que crecen en las partes altas de las montañas para el mantenimiento del
equilibrio hídrico de la región, captando el agua de las lluvias y conduciéndola sin causar erosión hacia el río
Apurimac.

Choquequirao fue posiblemente uno de los puntos de control de ingreso a la región de Vilcabamba, y en tanto
tal un núcleo administrativo con funciones políticas, sociales y económicas. En su concepción urbana siguió los
patrones simbólicos de la capital imperial con los lugares de culto dedicados al Sol, a los ancestros, a la tierra,
el agua y otras divinidades, residencias reales, casas de administradores y artesanos, depósitos, grandes edificios
para dormitorios o kallancas y andenes agrícolas del Inca y del pueblo. El área ceremonial se extiende a lo largo
de 700 metros, percibiéndose una diferencia de nivel de hasta 65 metros entre la plaza principal y las partes más
elevadas.
El complejo se compone de nueve grupos arquitectónicos de piedra y un sistema de 180 plataformas, aparte de
las zonas de casas residenciales, administrativas, artesano, sistema de riego, entre otras edificaciones construidas
en base de piedra.
Los sectores que de ella se definen por la topografía del lugar tenían diferentes funciones y se comunicaban por
medio de accesos peatonales a la plaza principal. Se puede apreciar un complejo sistema hidráulico designado
probablemente para uso doméstico, ceremonial y agrícola.
Teniendo en cuenta la ubicación geográfica de Choquequirao, en comparación con otros complejos de la misma
época, parece que tenía la función de ser un enclave inca hacia los valles calientes del río Apurímac. Sus
habitantes dedicados a la agricultura intensiva y realizaron ceremonias donde el agua era un elemento importante
de la adoración. Además, era un lugar de almacenamiento de diversos productos procedentes de otras zonas, así
como un lugar de conexión entre los valles de Apurímac, Vilcabamba y Vilcanota.

Es una construcción urbana inca, que los estudios arqueológicos podrán ir precisando mejor en el futuro, según
se analicen su estructura y funciones arquitectónicas. Sólo los arqueólogos determinarán si hay evidencia
material con mayor antigüedad en el mismo emplazamiento.56 En sentido general, los centros poblados andinos
—especialmente incas—llamados también liadas, se caracterizan por estar fijados según un patrón de
distribución: plaza; un número de edificios grandes, alargados y rectangulares denominados kallankas;
depósitos o collqas; plataformas o ushnu cuna en sus plazas para el culto al Sol y probablemente para llevar el
calendario agrícola con más precisión (Thompson 1972: 78; cf. también Ayme Carrasco 2003: 237-38, 250-53).
Según los etnohistoriadores, estos centros poblados seguían el modelo de la ciudad del Cusco, donde los
espacios rituales y ceremoniales contaban con el templo solar, aposentos reales y, lo que podríamos llamar, una
parte civil administrativa: cárceles, acllahuasis, almacenes (Espinoza 1997b: 362; cf. también Rostworowski
2004: 173). No obstante, no se puede aseverar que hubiese un patrón general y constante para todos los
asentamientos urbanos, Choquequirao es igualmente un buen ejemplo de la adaptación en un terreno escarpado
y alto de una llacta que conserva los elementos fundamentales, pero adecuados a una determinada zona de
construcción.
5La disposición urbanística, tal como la ven los arqueólogos, sigue el patrón dual andino. Hay un sector alto:
hanan, y otra parte baja, hurin. Al respecto, los arqueólogos Roberto Samanez y Julinho Zapata señalan:
Al estudiar la distribución de funciones en Choquequirao, se percibe una organización dual, muy difundida, que
crea un sector alto y otra parte baja o Hurin. Se ha establecido que el Sector Alto es el que ocupan las
edificaciones del extremo Norte, y el sector Bajo es el que está junto a la plaza principal donde se encuentran
edificios ceremoniales, las tres edificaciones de dos niveles y las dos kallankas. (Samanez y Zapata 1999: 90)
6Choquequirao está construido siguiendo un eje de norte-sur con un desnivel de 65 metros de altura entre el
primer y segundo plano. Cada plano posee tres grupos de construcciones que se distribuyen siguiendo la
disposición topográfica del terreno. El área central del conjunto, probablemente ceremonial, ocupa 700 metros
de largo.
7El conjunto ha sido clasificado en doce sectores. En el sector I, el sector de la plaza y templo, zona hanan,
ubicado al norte y que es la parte más alta, hay cinco edificios de planta, situados sobre terrazas de diferentes
niveles. Es posible que sirvieran como residencia de los sacerdotes. Más arriba, hay otra plaza más pequeña
donde se encuentran dos edificios para almacenes (qolqas) y otros tres largos edificios para viviendas
8(kallankas). También ingresa por aquí un muro con un canal principal de agua captada desde el riachuelo
Ch’unchumayo, que abastecía al conjunto arqueológico y que baja, cual columna vertebral, organizando la
disposición de los edificios.
9En el sector II, zona hanan, están los depósitos o qolqampatas divididos en almacenes con subdivisiones
internas con tabiques de quincha; en otro espacio, dentro de este subsector, se hallan pequeñas plataformas
ceremoniales (16 andenes), recorridas por un canal alterno que aprovecha las aguas del canal principal.
10El sector III, que parece ser la plaza principal o Hauqaypata, está asentado entre el sector alto (hanan) y bajo
(hurin), sobre el relleno de una plataforma. En los lados extremos de esta plaza hay edificios de uno y dos
niveles. En el norte hay una kallanka (edificio) de uso ceremonial —Sunturwasi— con hornacinas (especie de
capillas) bajas; al este se encuentran edificios de dos niveles con muros que sostienen techos de dos aguas.
Tienen dos fachadas, una para el ingreso a la plaza principal y otra que conduce a un patio con accesos laterales.
El acceso a estos edificios es a través de portadas de doble jamba (un doble marco). Estos edificios se hallan
separados con un corredor, donde destaca el edificio (kallanka) más amplio de la ciudad que va hacia el lado
del patio posterior y que sale por un muro hacia el lado sur, que es donde se encuentran los andenes del sector
norte de la ciudad o llacta.
11El sector IV, ubicado en la zona hurin o sur, es una construcción principal compuesta de cinco portadas
llamada por Sartiges «muro triunfal» y por Samanez y Zapata «muro de ofrendas a los ancestros». Las otras
cuatro, probablemente, fueron de uso ceremonial y corresponderían a un templo abierto. Detrás de estas portadas
se ubica una cancha, donde se ingresa a un segundo nivel, que se halla encima de las portadas.
12El sector V es el ushnu: una colina cortada en su cima que forma una plataforma ovalada ceremonial y rodeada
de un pequeño muro a modo de cerco, al que se ingresa por una entrada que sube primero por unas gradas y
desde donde se puede observar la plaza principal y el emplazamiento hanan. Desde este lugar son visibles los
nevados y el río Apurímac.
13El sector VI es el Wasi Cancha, ubicado al sur del ushnu en la parte baja; es conocido también como templo
y vivienda de sacerdotes. Se observa un espacio de cuatro plataformas con muros en forma de zigzag, que fue
usado como espacio ceremonial. En el primer muro se remata con una fuente para agua, y se accede a las demás
plataformas con escalinatas. Más abajo de esta área de culto se puede ver una cancha o espacio con dos recintos
de un piso y medio encerrados por un muro perimétrico; se observa desde aquí buena parte del cañón del río
Apurímac.

Conclusiones

En 1539, dos años después del retiro de Manco Inca en la cordillera de Vilcabamba, la familia Pizarro se otorgó
las mejores tierras de la región del Cusco que todavía no habían sido distribuidas en el primer repartimiento del
año 1535. Hernando Pizarro recibió varias tierras y pueblos en los valles del Amaybamba, del Urubamba y del
Apurímac. En el valle del Urubamba, los pueblos de Tambo (Ollantaytambo) y Picho (Machu Picchu) fueron
encomendados a Hernando Pizarro. Por otro lado, recibió en el valle del Apurimac los pueblos de Urco, Sayhuite
y Choquequirao. Estos datos publicados por Rafael Varón Gabai y Catherine Julien, y confrontados con otras
fuentes, nos indican que los españoles tenían conocimiento de Choquequirao que estaba en «tierra de paz» y
afuera del control de los incas de Vilcabamba.

El análisis de los documentos de archivos parece indicar que Choquequirao fue reducido en el pueblo de Cachora
al fin del siglo XVI, conjuntamente con los pueblos de Sayhuite y Urco. El pueblo de reducción de Cachora fue
creado, probablemente, en la época del virrey García Hurtado de Mendoza (1590-1596). Sin embargo, eso no
significa que Choquequirao haya sido totalmente abandonado durante este virreinato. De hecho, si Cachora no
fue una reducción exitosa inmediatamente, lo que ocurrió a menudo, podemos suponer que la gente que vivía
en Choquequirao habría podido quedarse en el sitio durante parte del siglo XVII. De momento, los elementos
disponibles nos permiten plantear únicamente estas posibilidades, sin poder proponer una fecha exacta en cuanto
al abandono de Choquequirao.

No obstante, podemos notar que durante más de 80 años por lo menos, entre 1539 y 1618, los cargos de caciques
recayeron sobre las mismas familias: Ache de Sayhuite, Ataopoma de Choquequirao y Ataouuco de Urco. Estos
datos parecen indicar que los españoles utilizaron las estructuras de poder anteriores a la conquista, a fin de
controlar y sujetar la población indígena. Sin embargo, son menos conocidos y quedan por investigar los
posibles vínculos entre Choquequirao y la dinastía Inca, y especialmente con la panaca de Tupac Inca
Yupanqui.
A la luz de estos nuevos datos se abren nuevas perspectivas y se hacen nuevas preguntas relativas a la ocupación
colonial de Choquequirao, hasta hoy desconocida, y verificable mediante un análisis minucioso del material
arqueológico, y a través del estudio arquitectónico riguroso de los diferentes sectores que componen el sitio.
Confiamos en los nuevos proyectos arqueológicos, desarrollados en Choquequirao por Perú y Francia, a fin de
contestar estas preguntas.

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