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Pregunta sobre la que indagaré o propondré una respuesta: ¿hay, en términos de lógica

deóntica, una contradicción entre permisión y obligación y/o prohibición?


Mi respuesta: en rigor, creo que no. Conjeturo que más bien estaríamos en caso de una
indeterminación.
Para eso, más que hacerlo con fórmulas, que podría reproducir después, propondré algunos
diagramas que traten de mostrar la interjección que se puede dar entre estos modos deónticos.

1.- Sobre las propiedades y conceptos de los operadores deónticos


Antes que nada, me parece necesario introducir la noción de posibilidad que implica las
nociones deónticas de P (permitido), PH (prohibido) y O (obligatorio).
Mediante el término posibilidad, entiendo, lo que me es posible hacer según lo prescrito por
una norma. Bulygin1 introduce la noción de los operadores deónticos, en el plano descriptivo,
utilizando la palabra “poder”. Por ejemplo, dice: “cuando una norma N prescribe que p
puede ser o se puede hacer (Pp), 'decimos que p está permitido en relación a N”. (Las
negritas son mías).
He optado cambiar un tanto la nomenclatura para esta discusión en virtud de dejar vivo el
enlace entre la lógica clásica, en la perspectiva de la lógica modal (como el antecesor y base
teórico que engendró la lógica deóntico), y los problemas de la lógica deóntica. Después de
todo, lo que me interesará señalar es que, dada la imposibilidad de inferir de los enunciados
meramente normativos alguna otra prescripción, resulta entonces importante preguntarse
sobre las propiedades de relevancia y los valores epistémicos sobre los cuales se puedan
enunciar inferencias o evaluar la relación de distintas proposiciones en tanto si
contradictorias o no. Cuestión que sí puede hacerse en la lógica clásica cuando se infiere que
de ciertas premisas verdaderas una conclusión necesariamente verdadera; e incluso, como
pretenderé comparar, de ciertas proposiciones meramente categóricas, se puede inferir otras
proposiciones; siempre y cuando se respeten las clases y propiedades en cuestión.
Para este escenario, y por ahora, simplemente vamos a reducir a un solo tipo de permisión
que luego explicitaré en qué consiste.

2. Las determinaciones de O, P y Ph
De la obligación digo que sólo me es "posible2" hacer lo que me ordenan.
De la prohibición solo me es “posible” no hacer lo que me ordenan.

1
En el artículo sobre lógica deóntica
2
Hay que tomar con pinzas la palabra “posible” y la expresión “me es posible”. Simplemente quiero decir,
como cuando Bulygin hablaba de “poder ser o hacer”. Es una terminología meramente lógica y no práctica o
real.
Y de la permisión, me es posible hacer o no hacer.
La obligación podemos interpretarla como una prescripción de todo o nada. Esto es, sólo
puede prescribir una conducta (acción o estado de cosas) y no da más posibilidad. Podemos
simbolizarla con un círculo:

Obligación
Ejemplo de enunciados de obligatoriedad: “obligatorio cerrar la puerta”. Como prescripción,
uno no tiene otra opción, otra “posibilidad”. Hay un deber de cerrar la puerta
Lo mismo podría decirse de la prohibición y proponemos la misma nomenclatura.

Prohibición

Ejemplo de enunciados de prohibición: “prohibido cerrar la puerta”. Como prescripción, uno


no tiene opción. Hay un deber de no cerrar la puerta.
Evidentemente es imposible -en la práctica, en la realida-, hacer ambas. O está prohibido
cerrar la puerta o es obligatorio cerrar la puerta.

Sin embargo, la permisión, bajo cualquier concepto, siempre implica dos posibilidades. Lo
graficaremos así:

Hacer

No hacer
3. Una prueba mediante gráficos
Si tenemos dos normas, ambas forman parte de un sistema normativo α, en la que tenemos
una norma que indica Op y a la vez Php, graficado, luciría así:

Es decir, un diagrama se sobrepone sobre el otro.

Veamos qué ocurre en el caso en que tenemos dos normas, ambas forman parte de un sistema
normativo β, en el que una norma indica Op y a la vez Pp

OP=
Hacer
hacer
No hacer
p

De este diagrama, podemos describir lo siguiente: la parte azul, representa la obligación de


p (Op). Sin embargo, respecto de lo blanco en tanto representa la permisión, nos permite
visualizar lo siguiente: que lo mandado por la obligación (Op), no “cubre” las posibilidades
de actuación (o poder según la nomenclatura de Bulygin arriba citada), tanto en el hacer como
en el no hacer. Desde el hacer, porque la obligación no da espacio para otra posibilidad de
acción fuera de lo mandado; en tanto la permisión, sí. Y demás está decir sobre sobre el no
hacer, en el que la Obligación no contempla totalmente la posibilidad contraria.
Esto mismo podría hacerse con la prohibición que tendría el mismo comportamiento.
Dada esta situación, reiteramos la pregunta: ¿realmente este comportamiento entre los
operadores de O y Ph responden a una contradicción lógica respecto de la permisión?
Lo que hasta ahora he propuesto es que, más que una contradicción, me parece que estamos
ante una indeterminación. Para ello, tomaremos un ejemplo de indeterminación en la lógica
clásica deductiva.
4.- Un ejemplo de inferencias inmediatas tomado de la lógica clásica
El problema de la contradicción entre proposiciones puede darse perfectamente y sin ningún
problema, por ejemplo, entre las proposiciones de tipo A y O.
Ejemplo:
Todo hombre es mortal. (A)
Algún hombre no es mortal. (O)
*Considerando A verdadera

Así también pueden encontrarse las inferencias válidas entre A e I


Ejemplo:
Todo hombre es mortal. (A)
De esta proposición, puedo inferir:
Algún hombre es mortal. (I)
*considerando que A es verdadera

Sin embargo, en este mismo tipo de comportamiento inferencia, puede surgir una especial,
que Copi llama, justamente, indeterminadas3. Es el caso, v.gr. entre O e I, siendo O verdadera.
Ejemplo:
Algún hombre no es mortal. (O)
No se infiere necesariamente:
Algún hombre es mortal. (I)
*Considerando O verdadera.

He decidido tomar como ejemplo estas inferencias inmediatas, dado que sería lo más
parecido en tanto una inferencia que puede surgir de una simple proposición categórica. La
estructura de una norma, también es la de una de “proposición simple”4, en tanto que de la
misma se interpreta la O, Ph e incluso la P de una acción.

3
Ver sobre la indeterminación en Copia, Introducción a la Lógica, Pág. 221 en el que aborda el cuadrado de
oposición tradicional
4
Reconozco que el término “proposición simple” requiere una precisión terminológica para el contexto, puesto
que más bien, las normas en general son consideradas enunciados hipotéticos del tipo pOp
Pero a las semejanzas también pueden acentuarse diferencias. Una de ellas es que en la lógica
clásica que hemos traído a colación, quedan claros los valores epistémicos (el verdad) y las
propiedades relevantes según los cuales se evalúan los términos (cualidad y cantidad).
En el de los operadores deónticos, la cosa no funciona así. A los operadores, perfectamente
se les puede atribuir las propiedades relevantes con las cuales se pueden evaluar los términos,
tal como hemos propuesto (hacer o no hacer). Pero no así el valor epistémico. Si decimos
que hay contradicción entre P y O, ¿bajo qué valor epistémico podemos evaluar dicha
contradicción? Respecto de O y Ph sí se podrían hacer, por ejemplo, si consideramos el valor
epistémicos de la práctica o de la posibilidad de acción (v.gr., o sólo se puede hacer p o sólo
se puede hacer no p”). Pero vimos que, dentro del universo de “posibilidades”, ese valor
tampoco nos resulta del todo claro, puesto que entre P y O (pero extensivo también respecto
de Ph), las propiedades de los operadores no quedan del todo cubiertas. Es decir, si por
ejemplo una norma me Obliga a fumar (Of) y otra me permite fumar (Pf), -en la práctica
puedo no fumar-, no es pragmáticamente imposible la posibilidad, otorgada por la propiedad
de no hacer del operador P, no fumar.

5.- Conclusiones
A esta altura de la exposición, me resta preguntar: ¿bajo qué tipo de inferencia puedo yo
razonar una necesaria contradicción entre O y Ph respecto de P?
Traté de postularlo a partir diagramas que, a la manera en que lo hacen los de Venn,
graficaran el ámbito de segmentación que ciertos términos refieren respecto de ciertas
propiedades relevantes.
Dado que no puedo inferir necesariamente nada, creo haber dado buenas razones para tomar
posición respecto del problema. Y mi posición es que estamos ante una indeterminación.
Resolver un caso en el que tengo dentro de un sistema normativo n dos normas en la que una
es Op y otra que es Pp, sólo podría resolverse yendo a los hechos, por lo que la lógica deóntica
se enfrentaría a otra limitación. Creo que lo mismo puede decirse de las contradicciones. En
este punto, puede resultar irrelevante hablar de indeterminación o contradicción en tanto
ambos pueden ser entendidos como defectos de un sistema. Pero lo que me interesaba resaltar
era el problema de la legitimidad de utilizar el término contradicción en tanto término que
con sus propiedades delimita una esfera de acción.
Podría problematizarse si acaso una indeterminación podría mostrarse como un defecto de
un sistema normativo. Esto llevaría a otros problemas y que requeriría de otras premisas para
llegar a alguna respuesta medianamente satisfactoria.

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