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Por los caminos de Edipo, entre enigma y revelacin

Eduardo Minesas

Con los hinchadsimos pies, Edipo no deja de caminar. De Tebas a Delfos, de Delfos
a Colonna de Colonna a Roma, Pars, Trieste, Buenos Aires y tantos sitios ms. Los
pies se le hinchan ms y ms, pero l sigue. Y nosotros seguimos con l.
Tras el encuentro (tyche) con ese personaje altivo que lo molesta en su camino y al
que termina matando, llega a Tebas, resuelve el enigma de la Esfinge -lo que acaba
con la peste que asolaba la ciudad- y en recompensa le es dada Yocasta reina como
esposa.
Hasta aqu un hombre que ha debido enfrentarse con los avatares de la fortuna y las
cosas le han ido bien.
Pero Edipo escucha rumores y quiere saber. Un envidioso malvado le dice que no se
parece en nada a sus padres. El sirviente recuerda, el nio abandonado al
descampado, el pastor que lo salva, los reyes que lo adoptan.
Todo est all, maravilloso y simple, como toda buena historia infantil y familiar.
Pero entonces, acontece el saber. Edipo termina cegndose para no ver ya el mundo
que le devuelve como un espejo su abyeccin. Qu es peor, haber matado a su
padre, ignorando que de l se trataba o haber copulado con su madre, no sabiendo
que era ella la que estaba con l?
Un padre paranoico que teme ser matado por su hijo, un hijo entregado a las
avatares de la fortuna y la repeticin (automatn) que hace que todo vuelva a su
lugar.
Y si ese padre, en lugar de enviarlo al monte, lo hubiera amado? Bueno, entonces
no habra historia, Edipo sera como todos los humanos un nio que ama a su padre,
se identifica con l y se prepara a heredarlo en el futuro, ocupar el trono y poseer
una mujer bella y buena como lo fue su madre.

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