rreteando por los prados y respirando aire puro. Cuando tena hambre, se acercaba a la casa de Adelina, una seora muy simptica, a la que le gustaba mucho hacer queso, el plato favorito de Coky. Adelina tena un gato, para que cuidara que ningn ratn entrar en la casa, pero era tan perezoso y dormiln, que aunque vea al ratoncito, no se mo- lestaba en levantarse para co- gerlo, as que Coky, coma tranquilamente, sin prisas y despus sala al campo a dormir la siesta, no le faltaba de nada! un da recibi un mensaje de un primo suyo que viva en la ciudad, Craci, que as se lla- maba, le invitaba a pasar unos das con l, le deca que la ciudad era estupenda que le iba a gus- tar mucho y que lo pasaran muy bien. Coky se alegro mucho, pues haca mu- cho tiempo que no vea a su primo, as que ese mismo da se puso en camino. Cuando llego a la ciudad, el ruido de los coches le asusto mu- cho, menos mal que all esta Craci esperndole, al verse se abra- zaron con mucho cari- o.Primo, que ale- gra que ests aqu, lo vamos a pasar de miedo!" dijo Craci. Coky segua asustado, un co- che estuvo a punto de atropellar los, tuvieron que apartarse de un salto, haba tanta gente y tanto ruido!. Coky empezaba a arrepentirse de haber venido, " con lo tranquilo que estaba yo", pensaba Coky. Sgueme primo y no tengas miedo", dijo Craci. Por fin llegaron donde Craci viva, el stano de un gran hotel. bueno Coky, ahora vamos a comer" Subieron deprisa, por una hermo- sa escalera y llegaron a la coci- na, all haba de todo, Coky no sa- ba por donde empezar, "como vi- ve mi primo" pens. Cundo se dispona a darse un buen banquete, apareci una seora muy gorda y con cara de pocos amigos dando palos, " maldi- tos ratones, como os coja...!, gritaba la seora. Corre, corre que no nos coja...", dijo Craci. Y corriendo se volvieron al stano. Coky no poda ms, cansado y ham- briento, le dijo a Craci: " Querido primo, te agradezco tu invitacin, pero esto no es para mi, me vuelvo al campo". Pero si esto es muy emocionante, no te gusta la aventura?", dijo Craci. Lo siento primo, pero yo me voy", contesto Coky. Esta bien, peso si cambias de opi- nin ya sabes donde estoy" le dijo Craci. Los dos se abra- zaron y Coky emprendi el camino de vuelta. Desde lejos el aroma de queso re- cin hecho, hizo que se le salta- rn las lgrimas, pero eran lgri- mas de alegra ya estaba en casa!. Estaba tan contento que se puso a dar volteretas por el prado que estaba lleno de margaritas, todo estaba tan bonito y se respiraba un aire tan limpio y puro. Coky pens: " que paz y tranqui- lidad, decididamente este es mi sitio" y se puso a gritar: SOY UN RATN DE CAMPO!