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Carta de Hermann Hesse a su padre del 14 de

septiembre de 1892 desde el hospital de Stetten


Estimado seor:

Ya que usted se muestra tan a las claras dispuesto a hacer sacrificios,

quiz pueda pedirle directamente el revlver. Una vez que usted me ha

llevado a la desesperacin, supongo que estar dispuesto a librarse

rpidamente de l y de mi persona. En realidad ya debera haber

sucumbido en junio. Usted escribi: "No te hacemos ningn terrible

reproche" porque me quejo de Stetten. Esto tambin sera bastante

incomprensible para m, pues el derecho a despotricar no se le puede

quitar a un pesimista, porque es lo nico y lo ltimo que tiene. "Padre"

es una palabra extraa, parece que yo no la entiendo. Debe designar a

alguien a quien se puede amar y se ama, desde el corazn. Cmo me

gustara tener una persona as! Ya podra usted darme un consejo...

Sus relaciones conmigo parecen volverse cada vez ms tensas; creo

que si fuese pietista y no fuera humano, si convirtiese cada cualidad y


tendencia en m en justo lo contrario, podra estar en armona con

usted. Pero as no puedo ni quiero vivir en absoluto, y si cometo un

delito, para m usted, seor Hesse, tiene la culpa, puesto que me quit

la alegra de vivir. El "querido Hermann" se ha convertido en otro, en

alguien que odia el mundo, en un hurfano cuyos "padres" viven.

Nunca vuelva a escribir "Querido H.", etc., es una malvada mentira.

Hoy el inspector me ha visitado dos veces mientras yo desobedeca

sus rdenes. Espero que la catstrofe no se haga esperar mucho. Ay,

si hubiese aqu anarquistas! H. Hesse, prisionero en la crcel de

Stetten, donde "no est para ser castigado". Empiezo a pensar sobre

quin es el dbil mental en este asunto. Por cierto, deseara que

ocasionalmente se acercase usted por aqu.

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