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Si slo fuera la Repblica Pero es que ese cultivo de la fbula se extiende a otros
tramos de nuestra historia, desde el vencido Islam andalus hasta la Ilustracin
menesterosa. Hay algo mrbido en esa tendencia obsesiva a cultivar un pasado que no
fue, en ese imaginar "qu hubiera pasado si", en ese mirar hacia atrs con la conviccin
de que en toda encrucijada se escogi el peor camino y, por tanto, slo es memorable
aquello que fracas. As nos aflige hoy una visin de la historia de Espaa segn la cual
siempre hicimos lo que no debamos, desde la expulsin de los moriscos hasta la II
Repblica pasando por Lepanto. La realidad histrica, la Espaa que fue, siempre es
culpable; slo es inocente la Espaa que no fue. O sea que slo es inocente la
falsificacin. Vivimos en perpetuo delirio.
La historia es una maestra despiadada: slo duran las cosas que merecen durar; cuando
algo cae, es porque lo mereca. La II Repblica se hundi porque la ensoacin ilustrada
de una minora degener en la pesadilla siniestra de la revolucin. Echamos la vista
atrs y qu debemos celebrar? Una herencia que los propios espaoles pasaron a
sangre y fuego? Nuestra regular propensin al fratricidio? Porque eso fue la Repblica.
Podra ser una ley: cuando las gentes detestan su verdadera historia, cuando inventan un
pasado que no fue, es porque desean dejar de ser. Eso ocurre hoy en toda Europa.
Ocurre de manera singular en Espaa.