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El abandono de América Latina

[Jueves] 8 de marzo de 2007

La ciudad está fría, como cuando tu pie desnudo toca el mármol de un convento, incluso polvoroso,
pero caminas y caminas y, sin embargo, no hay revelación. Arriba, el cielo es un campo de algodón
sin verdor, una gran barba espesa de vagabundo. O un algodón que ha estado mucho tiempo junto
a una transitada calle, un algodón grisáceo, cubierto de miradas de vez en cuando interesadas en
aquel concreto y hollín. Como las fachadas de los edificios de estas enormes ciudades
hispanoamericanas, que se ensucian a menudo. Supuestamente el verano se ha ensombrecido, si
es que se puede hablar aquí de verano. CNN y los demás noticieros no dejan de pasar la noticia
del viaje de Bush a Sudamérica (Brasil, Uruguay, Colombia), pero aún poco se habla de los otros
dos paísesfavorecidos: Guatemala y México. También de vez en cuando aparece el polo opuesto,
dicen, Chávez de Venezuela con su "anti-gira".

Bogotá está apretada de seguridad. El periódico de hoy señaló la llegada de los 70 vehículos de la
comitiva, directamente desde Washington. Los "mamertos" (los idiotas) de la demagogia socialista
todavía proclaman que han vencido el Área Libre de Comercio de las Américas, que, según los
izquierdistas de este continente, enterraron en la última cumbre de Buenos Aires, a pesar del
mismo Bush. No obstante, poco se percatan de que el ALCA ya está funcionando desde hace un
tiempo: los acuerdos bilaterales de libre comercio existentes, más los que están pendientes por
firmarse.

Estados Unidos, defensor del ALCA, ya ha firmado estos tratados con Canada y México,
Centroamérica (desde Guatemala hasta Costa Rica, incluyendo la República Dominicana) y Chile.
Dos tratados más de libre comercio están a la espera de ser aprobados por los congresos de
Estados Unidos y los respectivos países: Perú y Colombia. Aún así, hay otro en salmuera, con
Panamá. Y el que ya se gesta desde 2006, con Uruguay, bien inconforme en el Mercosur ahora
chavista. Así que si bien hacemos la cuenta, ya habría una especie de ALCA fomentado por
Washington con 13 países, si resultan exitosos los de Colombia, Perú, Panamá y Uruguay. 13
países, enfrentados al bloque que pretende liderar Venezuela, y al que pertenecen Ecuador, Bolivia
y Argentina únicamente (excluyendo a Brasil, que también ahora surge como moderado). Hablo de
13 países de este hemisferio comercialmente integrados con Estados Unidos, contra 4
rotundamente opuestos y 2 (Paraguay y Brasil), neutrales. El ALCA ya está en marcha. No merece
la pena que todavía bajo la bandera de los derechos fundamentales y otras ideas tan retóricas,
aparezcan multitudes en las calles, causando embotellamientos. Ya las protestas, para que se
escuchen, tienen que ser a otro nivel: el orden internacional, que ha invertido la pirámide de Kelsen
(aquel diablo del derecho) y ha hecho de las constituciones nacionales la sirvienta.

Leo una revista y me escandalizo por el escándalo del calentamiento global. De esa concepción
casí homocéntrica el mundo dará un paso hacia el nuevo orden ecocentrista. Ya los demócratas,
que desde el Congreso de Estados Unidos trocan lo uno con lo otro en su intento de generar una
revolución política, hablan de la firma del Protocolo de Kyoto, algo que su país debió haber hecho
hace mucho tiempo. Otro diario dice hoy "Bush hablará en Sao Paulo de caña de azúcar, en
Montevideo de arroz y en Bogotá de todo un poquito". ¿Pero acaso no es muy tarde? Por años,
quienes vivimos en este continente nos quedamos sorprendidos de la manía norteamericana por
Iraq, de su interés siempre por problemas distantes, como el psicólogo que atiende un paciente
joven, pero poco le importa su propio hijo. El abandono de América Latina no es nuevo. Estados
Unidos gasta millardos anuales en ayuda económica a países como Egipto, pero año tras año,
recorta de su presupuesto las ayudas para los países latinoamericanos. El levantamiento popular
(en efecto, han sido las masas las que han acudido a votar en dichos lugares, que antes creían
"estar oprimidas"), bajo la forma de socialismo, promulga un fuerte sentimiento de odio hacia
Estados Unidos. ¿Quién tiene la culpa? Los dedos apuntan hacia el Norte.

Ahora llega Bush por algunos de estos países, casi fugaz, y todo un continente espera lo que dirá a
su regreso a Washington. ¿Qué dirá? Una cosa es lo que piensen los norteamericanos en su
propio país sobre los demócratas ahora en el poder, y otra, la impresión que tenemos de ese
nuevo Congreso en Hispanoamérica. Al igual que sucedió con Kerry e Iraq, las primeras ideas que
se escuchan del partido de los asnos no son alentadoras para el continente, pues muchos
senadores y representantes utilizan el activismo al estilo de las ONGs para causar confusión.

En el caso de Colombia, este país ha arriesgado mucho por firmar el Tratado de Libre Comercio
con Estados Unidos. Arriesgó su comercio con Venezuela y Ecuador, arriesgó la estabilidad de la
Comunidad Andina de Naciones - CAN (tras la salida de Venezuela), arriesgó sus propias
relaciones con todos los vecinos. Venezuela se fue de la zona de comercio entre los 4 países
andinos (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia), pero se recuperó a un miembro perdido, Chile, que
aún no ha anunciado la manera cómo inciará su incorporación. Colombia arriesgó el ATPA
(preferencias arancelarias) y ahora está a la espera que un montón de demócratas con hambre
desmedida de poder acierten en las decisiones que deben tomar frente al continente; una cosa es
el Plan Colombia (la ayuda por las drogas que da Estados Unidos al país desde hace varios años,
el tercer desembolso más grande que hace ese país en el mundo, después de Israel y Egipto), otra
es la desmovilización paramilitar (un asunto puramente interno) y otro es el comercio. Pero para los
demócratas, parece, que es todo la misma cosa. Las nuevas mayorías del Congreso
norteamericano tienen frente a sí dos tratados a la espera de su ratificación legislativa: Colombia y
Perú. De hundirse ambos en el "nay", ¿cómo podría Estados Unidos tener un mayor papel en el
continente, si no está dispuesto a sacrificar tanto como lo ha hecho con Japón o la Unión Europea?
Ahora, Bush, el bufón, el criminal, no es quien decidirá realmente el tema del abandono a América
Latina. Le corresponderá a un Congreso que, al parecer, está decidido a llevarle la contraria, por
puro capricho, al Presidente del partido opositor. Y finalmente, darle o no la razón a Hugo Chávez y
su demagogia passé.

Publicado por © La Redacción de Adentro y Afuera   

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