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Durante las guerras civiles en el Japn feudal, un ejrcito invasor poda barrer
rpidamente con una ciudad y tomar el control.
En una aldea en particular, todos huyeron momentos antes que llegara el
ejrcito; todos excepto el maestro de Zen.
Curioso por este viejo, el general fue hasta el templo para ver por s mismo
qu clase de hombre era este maestro. Como no fuera tratado con la
deferencia y sometimiento a los cuales estaba acostumbrado, el general estall
en clera. Estpido!, grit mientras alcanzaba su espada, no te das
cuenta que ests parado ante un hombre que podra atravesarte sin cerrar un
ojo!".
Pero a pesar de la amenaza, el maestro pareca inmvil. Y usted se da
cuenta?, contest tranquilamente el maestro, que est parado ante un
hombre que podra ser atravesado sin cerrar un ojo?
(Otras versiones de esta historia, despus describen cmo el general,
sorprendido y atemorizado por el maestro, se va tmidamente.)
Cambiar El Destino
Durante una batalla trascendental, un general japons decida atacar.
Aunque su ejrcito era superado en nmero considerablemente, estaba seguro
que ganaran, pero sus hombres estaban llenos de dudas. En el camino a la
batalla, pararon en un santuario religioso. Despus de rezar con los hombres,
el general sac una moneda y dijo, Ahora lanzar esta moneda. Si es cara,
ganaremos. Si es cruz, perderemos. El destino ahora se revelar.
Lanz la moneda al aire y todos la miraron atentamente mientras caa. Fue
cara. Los soldados estuvieron tan rebosantes de alegra y llenos de confianza
que atacaron vigorosamente al enemigo y salieron victoriosos. Despus de la
batalla, un teniente le coment al general, Nadie puede cambiar el destino.
Absolutamente correcto, contest el general mientras mostraba al teniente la
moneda, la cual tena caras en ambos lados.
El Presente
Un guerrero japons fue capturado y hecho prisionero por sus enemigos. Esa
noche no poda dormir porque tema que al da siguiente lo interrogaran,
torturan y ejecutaran. Entonces record las palabras de su maestro de Zen.
El maana no es real. Es una ilusin. La nica realidad es el hoy. Prestando
atencin a estas palabras, el guerrero se tranquiliz y se durmi.