Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Una noche empez a pasear por la sala. De pronto vio que caa tierra
debajo de un catre. Se detuvo para ver qu era aquello. Sbitamente,
Makar Semionovich sali de debajo del catre y mir a Aksenov con
expresin de susto. ste quiso alejarse; pero Makar Semionovich,
cogindole de la mano, le cont que haba socavado un paso debajo
de los muros y que todos los das, cuando lo llevaban a trabajar,
sacaba la tierra metida en las botas.
-Si me guardas el secreto, abuelo, te ayudar a huir. Si me
denuncias, me azotarn; pero tampoco te vas a librar t, porque te
matar.
Viendo ante s al hombre que le haba hecho tanto dao, Aksenov
tembl de pies a cabeza. Invadido por la ira, se solt de un tirn y
exclam.
-No tengo por qu huir, ni tampoco tienes por qu matarme; hace
mucho que lo hiciste. Y en cuanto a lo que preparas, lo dir o no lo
dir, segn Dios me d a entender.
Al da siguiente, cuando sacaron a los presos a trabajar, los soldados
se dieron cuenta de que Makar Semionovich llevaba tierra en las
caas de las botas. Despus de una serie de bsquedas,
encontraron el subterrneo que haba hecho. Lleg el jefe de la
prisin para interrogar a los presos. Todos se negaron a hablar. Los
que saban que era Makar Semionovich, no lo delataron, porque les
constaba que lo azotaran hasta dejarlo medio muerto. Entonces, el
jefe de la prisin se dirigi a Aksenov. Saba que era veraz.
-Abuelo, t eres un hombre justo. Dime quin ha cavado el
subterrneo, como si estuvieras ante Dios.
Makar Semionovich miraba el jefe de la prisin como si tal cosa; no
se volvi siquiera hacia Aksenov. A ste le temblaron las manos y los
labios. Durante largo rato no pudo pronunciar ni una sola palabra,
Por qu no delatarle cuando l me ha perdido? Que pague por
todo lo que me ha hecho sufrir. Pero si lo delato, lo azotarn. Y si lo
acuso injustamente? Adems, acaso eso aliviara mi situacin?,
pens.
-Anda viejo, dime la verdad: quin ha hecho el subterrneo? pregunt, de nuevo, el jefe.
FIN