La desvaloracin de la poltica como un servicio, ha pasado un camino en la historia,
comenzando por la Modernidad, la Ilustracin llegando al S. XX. Hoy en da la poltica ha cado muy bajo en muestra consideracin, y otro tanto ha ocurrido con quienes la ejercen. Por ejemplo, ya nadie confa en los polticos. Cuanto ms alto sean los fines que invoque el poltico, ms se desconfa de l. Si habla de sacrifico, de moral o se atreve a invocar a Dios, suscitar el escandalo o la burla. Parece que los polticos ms que buscar el bien comn, buscan sus propios interese, y en mejor de los casos representan inters de sectores ms o menos amplios, articulados en partidos. Podemos proponer algunos puntos para un reforma de la poltica: 1. Elaborar un programa claro e inteligible basado en una visin articulada de lo que considera el bien pblico. 2. Ser leal al programa establecido para su accin poltica. 3. En la conducta personal, el poltico se atenga a los presupuestos morales en los que necesariamente ha de basarse su propuesta poltica. 4. No admitir la mentira en el ejercicio del cargo poltico. 5. Que las bases morales y filosficos sean correctas, el valor del hombre, su dignidad y los valores trascendentales. Tener en cuenta la visin correcta del bien comn y de la moralidad en la poltica. Si en la sociedad no existe esas nociones correctas o no hay consenso, debe actuar como si existiera ese consenso, o al menos como si fuera posible. Si la verdad y el bien existen objetivamente fuera de nosotros debemos actuar en consecuencia, sin miedo a lo que una parte, tal vez mayoritaria de la sociedad en la que vivimos piense lo contrario. Ser posible restaurar la dignidad de la poltica, que radica en el servicio? El cristiano catlico tiene su lugar en la poltica, pero debe formarse bien en la conciencia cristiana, segn la cual debe guiarse en la vida pblica. La moral cristiana se aplica a la vida pblica de la misma manera que a la vida privada. No puede haber dicotoma, en un catlico, entre lo que polticamente apoyo y lo que personalmente se opone. Los catlicos no pueden y deben apoyar polticas contrarias la ley natural y la enseanza de la Iglesia. La responsabilidad catlica debe ver el cumplimiento de la conformidad total de las leyes civiles con la ley natural-moral. El deber no disminuye, sino que se intensifica cuando un catlico ocupa un cargo pblico. Un catlico que apoya las leyes sobre el aborto, por ejemplo no debe ser admitido a la comunin de la Sagrada Eucarista (CIC 915).