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consumo de las drogas ilcitas con toda su fuerza y mediante estrategias militarizadas.
Hemos visto una serie de programas e iniciativas dedicadas al desarrollo en los Estados
y las comunidades cultivadoras, pero estas se realizan en el marco de la lucha contra los
narcticos y no de las metas de desarrollo y podran causar ms dao que bien,
asegur Baxton a IPS.
A mediados de la dcada de 2000, la prohibicin de la produccin del opio y la
erradicacin de los cultivos dej a 1,2 millones de personas a merced del hambre y la
muerte. Del mismo modo, la purga de cultivos en Bolivia llev a la pobreza y la
desnutricin a 50.000 familias en el mismo perodo.
Las polticas de erradicacin, como la fumigacin qumica de los cultivos y las
intervenciones militares, tambin provocaron el desplazamiento de los residentes
afectados. En Colombia se calcula que cinco de sus 48 millones de habitantes debieron
abandonar sus hogares por esta causa. En Laos fueron 65.000 las personas desplazadas.
En el informe, Baxton aadi que la prdida de estabilidad de sus medios de
subsistencia podra llevar a las comunidades afectadas a sumarse a grupos insurgentes o
delictivos para recibir su proteccin.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por la Organizacin de las
Naciones Unidas en septiembre, no abarcan la complejidad del cultivo de drogas ilcitas
de forma que puedan ayudar a resolver el problema, opin.
Los ms pobres de los pobres seguirn siendo desatendidos por los grandes
compromisos y declaraciones internacionales, se quej.
El actual sistema de fiscalizacin internacional de las drogas permite la violacin de
algunas de las obligaciones ms bsicas de los derechos internacionales y, como tal, es
totalmente incompatible con los ODS, subray.
El informe exhorta a una mayor discusin y comprensin del cultivo de drogas en
diferentes contextos basadas en la evidencia. Baxton recomienda que se incluya la
participacin de los agricultores para que puedan expresar sus necesidades, as como la
formacin de una comisin internacional de expertos que explore estrategias
alternativas de regulacin.
Cada vez se reconoce ms que los costos de la guerra contra las drogas para los
consumidores son inaceptablemente altos. Debemos extender de manera similar estas
preocupaciones y consideraciones a los pases que son los proveedores tradicionales del
Sur global, agreg Baxton.