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Manuel Vilas

Manuel Vilas naci en Barbastro, Huesca en


1962. Es un narrador y poeta espaol. Escribe
habitualmente en prensa y en revistas de
literatura. Los libros ms relevantes son
Setecientos millones de rinocerontes, Zeta,
Magia, Calor y Espaa. (A, B, C, el Heredo
de Aragn y el Mundo)

LAS MANOS DE LAS CAJERAS

pintadas (he visto cien mil uas encerradas en cien mil

Slo dios sabe por qu se me regal el don de aprenderme

colores), los cambios, el Rey de Espaa pasando de mano

desmemoria las manos de todas las cajeras que me han

en mano, ausente l tambin con su efigie narcotizada, las

atendido cobrado alguna vez en mi vida. Es un don

estpidas galletas, la abundante azcar. Y es entonces

inexplicable, frentico cautiverio de los ojos. Cajeras del

cuando acta mi memoria. All donde slo hay manos

Carrefour, del Sabeco, de Alcampo, cajeras de todas las

muy baratas en trabajos muy duros, yo me aprendo esas

tiendas que he visitado, llevo vuestras manos en el disco

manos muy desmemoria: dedo a dedo, alianza por alianza,

muy duro de mi memoria. Manos grandes, pequeas,

ua a ua, cada falange, cada

manos tristes, alianzas, adornos, uas de todas las

suerte, cada pliegue de la piel, cada forma delicada de los

formas y de todos los colores, venas bajo la piel, manos

dedos.

atadas a una mquina registradora, manos cansadas,

COMENTARIO:

uas rotas. Falange sealadas para trabajos pocos

Este poema trata sobre el autor que tena un don, que era que con solo

sealados. Manos siempre pulcras, manos a veces de una

mirar las manos de las cajeras de los supermercados ya poda saber

belleza fulminante. Manos inesperadas. Siempre que voy

cmo eran. Sabia de memoria cada dedo, cada alianza, cada ua, cada

con el carro de la compra y dejo el azcar y las galletas en

falange, cada vena, cada pliegue de la piel, cada forma delicada de los

el mostrador, y comienza la cajera el rito de coger con sus

dedos de cada cajera.

manos mi compra, me invade una rabiosa melancola:


miro esas manos que cogen lo que compro, esas manos
esclavas, las mas que tambin lo son, las mas que sacan
billetes de una cartera, las manos de ella, con sus uas

vena abandonada a su

Nosotros creemos que nadie es capaz de conocer a cada cajera


mirndolas solo a las manos y adems se compadeca de las cajeras por
estar tantas horas cargando las compras de la gente.

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