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III. LA TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURAL DE CENTROS REGIONALES.

Pastor Sánchez García / Ángel Santos Ocampo.

Introducción.

El tema aquí presentado es producto del trabajo de la comisión organizadora


del IV Congreso Resolutivo de Centros Regionales, se han incluido en éste una
serie de observaciones y recomendaciones surgidas de las diferentes
reuniones que se han realizado previas al congreso citado, entre las reuniones
figuran en orden cronológico: la Macrorregional realizada en Guadalajara,
Jalisco el 12 y 13 de febrero; los acuerdos de la misma comisión tomados en la
sesión del 22 de abril, al igual que los del Consejo Directivo de la sesión del 23
y 24 del mismo mes; la macrorregional realizada en Mérida los días 11 y 12 de
junio y la reunión de la comisión ampliada llevada a cabo el 7 y 8 de septiembre
del presente año. Así, con el trabajo citado se presentan aquí algunos
lineamientos y cuestionamientos generales con el objetivo principal de generar
un espíritu deliberativo y de propuesta entre la base académica del sistema de
Centros Regionales en vísperas del IV Congreso Resolutivo.

A manera de recomendación, en el análisis y discusión de este punto no se


debe olvidar que la presencia de Centros Regionales en la UACh y en las
regiones tuvieron su razón de ser, fundamentada en la pretensión de incidir en
la educación impartida en la ENA-UACh, caracterizada en esos años por un
alejamiento y la falta de confrontación con la realidad empírica de las regiones
agrícolas del país y los conocimientos impartidos. Estos conocimientos eran
sustentados más en libros y análisis de casos de otras realidades fuera de
México, con una fuerte carga teórica impartida en las aulas. Aún cuando se
contaba con campos experimentales y productores aledaños a la universidad;
en dichos campos se reproducía e impulsaba la investigación hacia una
tecnología agrícola tipo “Revolución Verde” con primacía sobre la comprensión
y estudio de la agricultura tradicional desarrollada por los campesinos
mexicanos, que era incluso menospreciada.
Con la intención de fortalecer los vínculos entre estudiantes, maestros y
agricultores, bajo un conocimiento recíproco de la agricultura y la agronomía,
así como la gran diversidad de tecnologías agrícolas tradicionales, además de
darle congruencia a los objetivos universitarios de la ENA-UACh, se aprobó en
su momento la creación de los Centros Regionales por el Consejo Universitario
y se establecieron éstos en diferentes regiones geoeconómicas, para conocer
los procesos productivos agropecuarios cuya línea conductora en el análisis y
sistematización era la Técnica de Producción Agrícola, bajo un marco teórico
de análisis regional. Como lo sintetiza el documento “B” del reciente encuentro
sobre investigación y vinculación del 2007.
“Es fundamental recordar que los Centros Regionales
nacieron y crecieron con el objetivo explícito de incidir y
coadyuvar a la transformación de viejas prácticas
académicas y la generación de nuevas visiones en torno a
la agricultura y las sociedades rurales.
Así, sus propósitos fundacionales fueron:

a) establecer un sistema de centros regionales para la


proyección académica nacional de la UACh, en
cumplimiento de la Ley y el Estatuto;
b) formular e impulsar la crítica al paradigma
agronómico prevaleciente (Revolución Verde), “parcial” y
“tecnocrático”, y aportar, a través de la investigación, para
la conceptualización y sistematización de un nuevo
paradigma (visión integral de la agronomía, diversidad de
la agricultura, enfoque regional, praxis);
c) incidir en el desarrollo académico y los DEIS a través
de viajes de estudio integrales, investigación regional
(diagnósticos sobre la base de análisis regional, “apoyo
académico” como definición funcional) y la publicación de
la Revista de Geografía Agrícola, con los resultados del
trabajo académico”.
(Juan Pablo de Pina García y Fausto Inzunza Mascareño (2007).

Con el avance sistemático en el conocimiento de la problemática agrícola


regional; así como con la formación en los postgrados en diversas disciplinas
logrados por la planta docente, se han generado alternativas educativas con un
“sello” propio de Centros Regionales en una búsqueda más acorde con la
realidad rural nacional. Es así como se pusieron en marcha programas en
docencia e investigación que han conducido a la creación de estructuras
organizativas y orgánicas diversas, sin una claridad de funciones ni de niveles
de organización que permitan desarrollar un trabajo académico mas armónico y
sustancial para los fines de la UACh, como institución universitaria pública con
un fuerte compromiso social, además de potenciar y eficientar los recursos
humanos, económicos y materiales, no obstante se observan grandes
desarticulaciones en los aspectos estructurales, legales y operativos hacia el
interior del SCRU y entre éste y la Universidad en su conjunto.

La experiencia generada en la investigación, docencia, servicio y difusión de la


cultura en el Sistema de Centros Regionales durante estas tres décadas ha
resultado bastante enriquecedora. No obstante lo anterior, puede ser una
desventaja el no contar con un programa académico integral rector de largo
plazo, sea como Centro Regional o bien como Dirección de Centros Regionales
Universitarios. Si bien es cierto que se ha posibilitado la creación de iniciativas
grupales o individuales de trabajo académico sin una articulación clara, aun
cuando dichas iniciativas presentan su lado positivo, también resulta evidente
la dificultad que conlleva la coordinación y un desempeño eficiente de los
recursos humanos y materiales involucrados.

Una nueva estructura?


La discusión sobre una nueva estructura del sistema de centros regionales, ha
pasado ya por varios momentos que no es lugar para enumerar. Recordemos
que hubo una comisión de “reestructuración” de la cual no tenemos muchas
noticias y la última reunión convocada como “encuentro” en el 2007, así como
la encuesta sobre la realización de este congreso, han aportado inquietudes y
algunas ideas sobre el tema, que por lo menos denotan una preocupación por
el cómo se están haciendo las tareas de política académica y toma de
decisiones en el sistema.

Hoy por hoy, para una parte considerable de la base académica de la Dirección
de Centros Regionales, resulta importante la necesidad de buscar una
estructura organizativa que permita un adecuado funcionamiento, así como el
delimitar las funciones y atribuciones creadas en cada instancia, sean Centros
Nacionales, CATA´s, CENVYTT, CIAEZT, Maestrías y sus sedes, URUSSE,
estaciones y cualquier otra instancia o unidad académica que resulten
pertinentes, a partir de los Centros Regionales que desarrollen programas
educativos y, en su caso, sobre los mecanismos para no reproducir las
deficiencias de las unidades regionales existentes(1).

La maduración académica e institucional del Sistema de Centros Regionales y


la coyuntura de la descentralización universitaria ponen sobre la mesa la
necesidad de definir una estructura institucional y organizacional que se
corresponda con sus orientaciones de política académica y que posibilite un
mejor desempeño de las funciones sustantivas(1). Estos planteamientos nos
obligan a reflexionar sobre las siguientes preguntas:

¿Cuál es la estructura orgánica incluyente y funcional que puede dar cabida a


todas las instancias que se creen y las ya puestas en marcha que permita la
articulación real de la investigación, enseñanza, servició y difusión de la cultura
en la DCRU? A qué debe obedecer la creación de nuevas instancias: a
iniciativas individuales y de grupos de trabajo avanzados? ¿Cómo articular la
proyección de desarrollo de la DCRU enmarcada en el desarrollo de la UACh?.
Dicho de otra forma ¿Cómo lograr que el crecimiento de los Centros sea
producto de la planeación más que de la coyuntura? ¿Es necesario conservar
per sé la estructura actual y permitir el desarrollo, maduración y transformación
de los Centros Regionales, o bien la reconversión de éstos previo reemplazo
de lo mismos? ¿Cuáles son las instancias decisorias que debemos
transformar? ¿Cómo hacer una estructura lo suficientemente flexible y
dinámica que evite la burocratización? Una estructura que promueva la
participación, la armonía y la convivencia académica sana? Quizás el análisis y
discusión de estas y otras interrogantes que nos surgen cuando se piensa en el
tema de estructura no tengan respuesta dentro de su acotamiento y tengamos
que mirar mas íntegramente el asunto.

Es recomendable que se busque un equilibrio entre crecimiento planeado y el


de coyuntura para no ser rebasados por este último. Lo anterior sin menoscabo
de que cada Centro Regional tiene su propia dinámica de crecimiento y
desarrollo que debe ser respetada, dentro de los márgenes de la vida y
responsabilidades universitarias. El crecimiento y trasformación de algunos
Centros Regionales puede verse como extravío pero también como el proceso
de desarrollo que han experimentado. Sin embargo, es conveniente que los
planteamientos de crecimiento que surjan queden enmarcados en las políticas
de desarrollo de la UACh.

Al respecto, es interesante rescatar la opinión de uno de los académicos de


Huatusco, expresada en una ponencia del encuentro del 2007 sólo para
ejemplificar las reflexiones de fondo que debiéramos abordar:

“La preocupación por la “dispersión” como una falta de


rumbo del sistema ha llenado los espacios de discusión
en busca de una “solución” a lo que se considera por
algunos un grave problema. Los que creemos que la
“dispersión” es un mito elaborado en el inconsciente
colectivo del sistema ante la llegada de otras propuestas
teóricas y académico-políticas, planteamos revertir este
significado hacia su opuesto: diversidad, creatividad y
riqueza de ideas para constituir una propuesta revitalizada
que evite el sentimiento de exclusión de todos aquellos
que no encajamos en la filosofía del trabajo colectivo
obligatorio y que nos negamos a los falsos consensos y a
construir “un perfil” del CR, simplemente porque no
existen.” (Guadarrama 2007)

Además de dar respuesta a las interrogantes anteriores, señaladas arriba,


también se ha señalado en las reuniones macrorregionales que hay temas
relevantes que atañen a la estructuración, que podrían resolverse en el
congreso, entre lo que destaca:

• La representación estudiantil en los cuerpos colegiados, producto del


creciente número de alumnos en los programas docentes, de
licenciatura y postgrado, de Centros Regionales en correspondencia con
el Estatuto Universitario.

• La formación docente como una necesidad universitaria apremiante para


potenciar el trabajo académico de Centros Regionales y de la UACh en
la perspectiva nacional.

• La carga académica mínima y los mecanismos de evaluación.

• El reglamento académico que oriente y norme el trabajo en los Centros y


unidades regionales.
• La relación entre los cuerpos colegiados (CD y CAG); las formas de
elección del CD en el que se garantice mayor representatividad.

• La pertinencia de dar participación a los agentes externos en la


estructura de Centros Regionales, como el Consejo Regional Consultivo
(CORECON) en la URUSSE.

• La precisión de mecanismos que favorezcan la flexibilidad del trabajo


académico en las diferentes instancias, niveles y funciones.

• La educación a distancia como parte de cobertura una nacional, de las


necesidades externas o de modelos educativos alternos?

• La relación entre los Programas Universitarios de Investigación y


Servicio (PUIS) con las líneas de investigación de Centros Regionales.

• La relación interinstitucional con otras universidades en la creación de


programas académicos de docencia, investigación.

• La posibilidad de constituir una estructura de redes, que fueran


coordinadas y/o administradas por grupos académicos fortalecidos por
una interacción permanente de actualización y discusión sobre temas
trascendentales para el conocimiento y transformación de los esquemas
educativos para el medio rural.

En conclusión se ha señalado la importancia y necesidad de concretar


definiciones y precisiones en torno a las estructuras idóneas para Centros
Regionales, tales como Institutos de Investigación, Unidades Regionales, bajo
alguna estructura organizativa capaz de articularlos. Esta discusión sin duda
que resultará profusa y enriquecedora, ya que se encuentra íntimamente ligada
con el tema de política académica; además de tomar como referente la
experiencia de la URUSSE, que a decir de un miembro de la comisión, se
sintetiza en la fórmula: coordinación en lo académico y autonomía en lo
administrativo.
En la discusión de la comisión ampliada se planteó la necesidad de establecer
escenarios en el desarrollo de los Centros Regionales, con la recomendación
de no perder de vista la importancia de impulsar las transformaciones
universitarias desde abajo, de mantener la noción de Sistema de Centros
Regionales y profundizar la articulación con los DEIS. Se concluyó que lo
importante es visualizar a dónde apunta cada Centro Regional en el mediano
plazo, todo ello bajo el consenso de que lo importante es definir o tener
claro el proyecto académico y sobre esa base apuntar a las
transformaciones estructurales y organizacionales más adecuadas.

En el análisis de los cuestionamientos anteriores también se deben considerar


y reconocer los aspectos que las estructuras actuales aun ofrecen y
potenciarlos; en todo caso, es obligado ubicar los puntos en que ya no son
vigentes y buscar su transformación, con el fin de lograr un buen
funcionamiento tanto de Centros Regionales como de la universidad en su
conjunto. Huelga decir que, en la proyección a futuro, es necesario también
contemplar la inclusión de nuevos Centros de Investigación y Validación en la
estructura que se proponga.

Algunas consideraciones pertinentes en la definición de nuevas


estructuras.

A decir de Martínez y Sánchez (1993), la diversidad y multiplicidad de prácticas


académicas y administrativas que implica una división del trabajo es cada vez
más compleja y por lo tanto se requiere de una estructura académica en que se
sustente, lo que conlleva a la vez una identidad organizacional.

No solo la identidad organizacional para definir una estructura es relevante,


sino que también es necesario considerar algunos elementos sustantivos que
dan lugar a otros más finos e implícitos y complementarios en el entendimiento
de la estructura académica. El primero de ellos consiste en precisar el modo o
la forma en que son concebidas y ordenadas las tareas principales en la
estructura.
El segundo elemento básico se constituye por las creencias, normas y valores
primarios de los diversos actores, quienes en la organización académica tienen
una habilidad interesante, ya que sus diferentes sitios y roles generan
creencias propias.

El tercer elemento es la autoridad, la distribución del poder legítimo por toda la


estructura, a través de múltiples relaciones de poder que se derivan de la
organización del trabajo y sus correspondientes creencias.

Como ejemplo retomamos una de las propuestas mas desarrolladas en el


planteamiento de una estructura para la DCRU/SCRU, se trata de la que
planteó un grupo de profesores del Sistema de Centros Regionales en 1993,
producto de un esfuerzo colectivo en correspondencia con una demanda
universitaria de plantear “visiones panorámicas” de la UACh referentes a su
estructura académica y reestructuración orgánica.

En la propuesta elaborada por Cisneros, et al. (1993), se menciona que las


evidencias del desempeño institucional muestran que la universidad ha dejado
de ser solo la institución transmisora de información, para convertirse en la
creadora de nuevos conocimientos científicos y tecnológicos. La investigación
ligada a la docencia ocupa cada vez un papel relevante en las tareas
universitarias.

El papel del Estado Mexicano ha sufrido cambios considerables en su


participación en el campo; en consecuencia con esto, también la universidad
agrícola ha estado modificando el enfoque de la educación, ya que la
preparación de profesionistas “de Estado” ha pasado a formar profesionales
empresarios en escalas que dependen de la disponibilidad de recursos
financieros y materiales, sean propios u oficiales. Esto implica que se deben
formar profesionistas de la agronomía que respondan más a las necesidades
de los productores, que se adapten a las limitaciones de diverso género que
enfrentan los productores primarios del campo mexicano. Los fenómenos
citados constituyen condiciones a tomar en cuenta para definir el quehacer
académico de la DCRU, así como la posible estructura organizacional
necesaria. Desde luego que los cambios que se buscan tienen un propósito el
cual consiste en elevar la calidad del trabajo académico, darle mayor
trascendencia, impacto y oportunidad.

Así, la estructura que se defina debe permitir alcanzar los propósitos anteriores
y garantizar un uso más eficiente de los recursos de que dispone el Sistema de
Centros Regionales y la Universidad Autónoma Chapingo. Esto incluye al
trabajo académico así como el funcionamiento de órganos de gobierno y
comités de todo tipo.

En diferentes reuniones de academia y órganos colegiados se ha propuesto


una simplificación en la estructura organizacional, al igual que en los órganos
colegiados vigentes, es decir una reducción al mínimo necesario tanto en el
número de integrantes como en el número de órganos. La justificación que se
ha planteado a la vez es que una menor cantidad de personal académico
realice estas tareas y el resto atienda las funciones sustantivas.

Se busca también establecer una relación más armónica y eficiente entre el


Sistema de Centros Regionales y cada una de sus partes.

También no se debe perder de vista que la nueva estructura no solo debe


garantizar un trabajo de mayor calidad, sino a la vez permitir que los resultados
se obtengan al menor costo en tiempo, recursos humanos, materiales y
financieros posibles. Es propósito para la nueva estructura permitir mayor
eficiencia en el uso de dichos recursos.

Con la nueva estructura se debe garantizar una relación más dinámica entre
los Centros Regionales y una coordinación más eficiente de los esfuerzos que
se realizan, así como el permitir delegar atribuciones a los Centros Regionales
cuando existan las condiciones para su mejor desempeño.

Se busca también con la nueva estructura: que exista mayor congruencia entre
el proceso de cambio del Sistema de Centros Regionales y el proceso de
reestructuración general de la UACh, al igual que propiciar una mayor relación
del Sistema de Centros Regionales con el conjunto universitario y acercar a la
misma al medio rural.

Así, la estructura que se propone, congruente con el propósito de racionalidad


en el uso de los recursos que se busca con el cambio, sustenta la creación de
programas, líneas y proyectos en dos principios fundamentales: el de
flexibilidad y el de temporalidad, ambos íntimamente relacionados.

El principio de flexibilidad significa que la estructura puede adecuarse con el


mínimo de cambios, por ese motivo se propone en asociación con otro principio
que rija a los programas, líneas y proyectos: el principio de temporalidad, este
significa que los programas, líneas y proyectos existirán solo el tiempo que sea
necesario y de ninguna forma pasarán a constituir estructuras permanentes de
la organización.

Otro de los principios que sustenta la propuesta de estructura es el de


especialización, que establece la necesidad de aprovechar la especificidad de
cada Centro, de acuerdo al desarrollo alcanzado y producto de las demandas
del entorno, además de su experiencia como Centro de investigación y servicio
y aprovechar también la especialidad adquirida por el personal académico de
cada Centro Regional, conforme a su experiencia y formación.

La estructura deberá permitir también la constitución de equipos de trabajo intra


e interinstitucionales, a fin de realizar trabajos académicos cuya magnitud,
complejidad o temática haga que su estudio se encuentre parcialmente fuera
de nuestro alcance. Esta suma de esfuerzos permitirá al personal académico
ganar experiencia en áreas que no han sido estudiadas a profundidad.

Los equipos de trabajo deberán estar nucleados por programas, líneas y


proyectos académicos, que respondan a los problemas y necesidades del
desarrollo rural de las regiones orientados por las funciones sustantivas,
temáticas específicas o las propias regiones. El principio de la vinculación
regional y el de la integración de funciones son relevantes en la orientación del
trabajo académico a desarrollar.

Los programas, líneas o proyectos podrán tener su sede en el lugar en el que


se radican los líderes académicos que los encabezan y se pretende que, con la
estructura matricial que se propone, los profesores de cualquier Centro
Regional tengan oportunidad de participar en ellos.

Bajo tales consideraciones la estructura organizacional propuesta consiste en:

DIRECCIÓN DE UNIDADES Y CENTROS REGIONALES.

COMUNIDAD

DIRECCIÓN

PROGRAMAS, LÍNEAS Y PROYECTOS NACIONALES

CRUCEN

CRUCO

CRUNO

CRUO

CRUOC

CRUPY

CRUS

CRUSE

Una reflexión final.


El modo de ser, el carácter, el hábito, “ethos académico” (Escotet 2005), de las
universidades es la formación integral de los individuos de la sociedad a la que
se deben. Desde sus orígenes, en la lejanía de la edad media, los estudiantes
fueron la razón de ser de la institución universitaria, como bien lo dice el autor
mencionado:

“…las enseñanzas estaban basadas en el sujeto que


aprende. La institución se organizaba básicamente
alrededor de dicho sujeto: el estudiante.” Escotet 2005.
p.136.

Al transcurrir del tiempo, se incorpora a la universidad la función de


investigación, que estuvo fuera de ella durante los periodos iniciales de la
revolución industrial, asentada mas que nada en las academias. La universidad
actual a diferencia de la de sus inicios, está mas orientada hacia el sujeto que
enseña, es decir al profesor y sus materias dentro de las facultades o
departamentos, de manera que las orientaciones de la enseñanza se
fundamentan en los conocimientos de los profesores, y los estudiantes pasan a
ser sujetos pasivos, incluso ahora con la pelea constante de presupuestos
públicos y privados, los administradores universitarios han ido tomando control
de buena parte de las decisiones académicas, causando una serie de
desavenencias y conflictos en las relaciones internas de la universidad. Como
bien lo dice Escotet:

“Buena parte de las crisis universitarias tienen como


trasfondo estas dicotomías: el conflicto de relación entre
el sujeto que enseña y el sujeto que aprende, entre el
miembro del ethos académico y el miembro del “ethos
social” y, como no, también, entre el sujeto que enseña y
el que administra; entre la universidad y la sociedad. ¿No
sería necesario modificar ese ethos académico por un
ethos de aprendizaje y no por un ethos administrativo?”
(Escotet 2005, p137).

Esta sola y pequeña incursión en un texto de un investigador educativo, nos


hace reflexionar sobre los alcances que tendrá la docencia en la DCRU,
considerando que es una fuerte tendencia por demás necesaria para la propia
UACh. Es así que pensar el tema de estructura nos remite a la idea de
búsqueda de organizaciones mas abiertas, frescas y participativas que nos
aleje de los autoritarismos burocráticos que permean en las concepciones de
algunas estructuras académicas, conocidas y padecidas.

Los invitamos a repensar desde las ópticas de la universalidad del


conocimiento que debe ser el tesoro universitario depositado por la sociedad en
su conjunto y en especial de la sociedad rural de nuestro país.

Referencias.

(1) Propuesta de agenda para el IV Congreso Resolutivo del sistema de


Centros Regionales (Cuarta versión, septiembre 2008).

(2). Martínez Estrada, H. y Sánchez Romero, A.M. 1993. Estructura


Académica. UACh. En: UACh. 1993. Síntesis de las propuestas sobre:
Estructura Académica y Reestructuración Orgánica. Programa especial de
becas. UACh. Chapingo, México. (p 4-22)

(3). Estos planteamientos se tomaron del documento de: Cisneros Solano V.


M., et.al. Propuesta de reestructuración de Centros Regionales en el merco de
la transformación de la Universidad Autónoma Chapingo. En: UACh. 1993.
Síntesis de las propuestas sobre: Estructura Académica y Reestructuración
Orgánica. Programa especial de becas. UACh. Chapingo, México. (P 54-75).

Guadarrama Z. C.;2007. “Nuevos marcos de referencia regional: ideas para la


refundación del sistema de centros regionales” en: Memorias del encuentro de
investigación y vinculación de centros regionales. Chapingo septiembre de
2007. México

De Pina G. J. P.; Inzunza M. F.; 2007. “El quehacer académico de los centros
regionales universitarios y su proyección. Síntesis de documentos “B”. En :
Memorias del encuentro de investigación y vinculación de centros regionales.
Chapingo septiembre de 2007. México.

Escotet, M. A.; 2005; “Formas contemporáneas de gobirno y administración


universitaria: visión histórica y prospectiva”. Perfiles Educativos, tercera época,
año/vol. XXVII, num. 107. UNAM, México, D. F. México. Pp 134-148.

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