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BICENTENARIO 1810 – 1820

RESEÑA HISTORICA

Durante el siglo XVIII, Francia fue reconocida como líder mundial de la moda
femenina. Sin embargo, los ingleses dominaban la moda masculina.

La revolución francesa de 1789 provoco el desplome de la jerarquía social


tradicional y dio paso a una rica burguesía que caracterizo a la sociedad
francesa a lo largo del siglo XIX. Hasta el periodo del segundo imperio
(1852-1870), la nobleza francesa disfruto de una renovada posición de
poder y la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III se convirtió en una
destacada cabecilla de la moda.

EL ESTILO IMPERIO Y LA INDUMENTARIA DE LA CORTE

Durante el periodo revolucionario tuvo un gran cambio en la moda


femenina. El vestido camisero o camisa se convirtió en la moda imperante.
Ya que lograba un fuerte contraste con los vestidos rococó de la era
anterior. Se abandono las prendas de ropa interior como el corsé y el
guardainfante los cuales eran impredecibles para la era anterior.

Las mujeres preferían llevar vestidos de algodón blanco fino, casi


transparente, con muy poca o ninguna ropa interior. El vestido camisa, con
su cintura alta y falda de una sola pieza era una línea clara y tubular,
gracias a esta forma de vestido se fue convirtiendo en un estilo neoclásico,
las cuales hacían referencia de las antiguas Grecia y Roma.

Gracias a estos vestidos sencillos se escogían telas como la muselina, la


gasa y el percal por su simplicidad. La función era cubrir y no moldear el
cuerpo.

Por los fuertes inviernos se popularizaron los chales de cachemira, ya que


servía tanto para cubrir como para adornar el vestido. Como también el
Spencer o bolero y el redingote, estas prendas exteriores mostraban una
influencia de los uniformes militares napoleónicos los cuales avían adoptado
atrevidos diseños para resaltar el valor de las tropas.

Napoleón los introdujo por primera vez en Francia tras su campaña egipcia
de 1799. Debido a sus exóticos dibujos y atractivos y variados colores, se
convirtieron en un accesorio muy popular para llevar con el vestido camisa.

Tras la revolución, la seda fue sustituida por otros materiales, como el


algodón precedente de Inglaterra, y la industria de la seda de Lyon, un pilar
de la economía francesa, entro en una grave crisis. A consecuencia de esto
Napoleón para reactivar la industria francesa impuso aranceles a las
importaciones procedentes de Inglaterra y prohibiendo al publico que
vistiera muselina inglesa.
Napoleón empezó a utilizar la indumentaria como instrumento político. Dicto
un decreto imperial para que tantos hombres como mujeres llevaran
prendas de seda en las ceremonias formales logro reavivar el extravagante
atuendo cortesano de la era pre revolucionaria.

Durante la primera década del siglo XIX, la silueta del vestido no sufrió
ningún cambio espectacular, pero el largo de la falda se acorto a partir de
1810. De nuevo hubo demanda de ropa interior; se empezó a utilizar el
brassiere.

Que más adelante se convirtió en un prototipo del sujetador, así como los
corsés sin refuerzos de ballenas. También cambiaron las preferencias en
cuanto a materiales, del algodón se volvió a la seda, ya que la
ornamentación de fantasía y el color volvieron a ponerse de moda.

EL ESTILO ROMANTICO

Las cinturas del vestido imperio “bajaron” a una posición más natural hacia
mediados de la década de 1820.

Los corsés se volvieron de nuevo impredecibles, puesto que los talles


estrechos eran una característica importante del nuevo estilo.

La faldas se ensancharon hasta tener una forma de campana y la se


modifico el largo para mostrar los tobillos, también aparecieron medias de
compleja ornamentación con el objetivo de adornar los pies, los cuales
ahora eran visibles.

Pero una de las tendencias más peculiares fue la manga pernil la cual era
ahuecada desde el hombro hasta el codo y más estrecha hasta llegar al
puño.

El escote, que se hizo tan pronunciado que muchas veces se precisaban


fichus y capas para regular la parte expuesta durante el día.

Para compensar y equilibrar las voluminosas mangas llamadas mangas de


pernil o jamón porque su forma recordaba el muslo de un cerdo y los
generosos escotes, los peinados y los sombreros también se hicieron más
grandes, con complicadas decoraciones de plumas, flores artificiales y
pedrería.

Esta época estuvo influida por el romanticismo, que perseguía imaginativos


y románticos impulsos y fomentaba el gusto histórico o exótico.

La imagen de una mujer saludable era considerada vulgar, de ahí que la tez
pálida fuera algo tan admirado. El estilo romántico en los vestidos, peinados
y joyas también tomo prestados algunos detalles de la indumentaria de la
corte de los siglos XV, XVI.

Por otro lado también se vieron los llamados “ridículos”. Desde finales del
siglo XVIII hasta principios del XIX, las formas de las faldas pasaron de ser
anchas y huecas al esbelto estilo imperio que recordaba la forma de una
columna griega. Como resultado, el bolsillo que antes se había llevado
dentro del vestido ya no tenía espacio, así que fue necesario el bolso para
sustituirlo.

Algunos ridículos eran inspirados en frutas silvestres.

En la década de 1820 la cintura retomo su posición normal. El talle estrecho


se volvió a poner de moda y regreso el corsé como elemento impredecible
del atuendo femenino. También bajaron los hombros y los escotes, y la falda
empezó a ahuecarse hasta alcanzar la forma acampanada en la década de
1830.
COLOMBIA

El 12 de octubre de 1492, con la llegada de Colón a tierras de América, se


inicio una de las transformaciones culturales más grandes en la historia de
la humanidad. La mezcla de las culturas amerindias, residentes siglos atrás
en el suelo americano, con la recién llegada cultura hispánica, (ya de por sí
una fusión de moros, gitanos, y pueblos íberos), y posteriormente, con la
introducción de los africanos (traídos como esclavos para trabajar en las
plantaciones de caña de azúcar y en la extracción de minerales), dio como
resultado la rica diversidad étnica existente en toda Latinoamérica.En
Colombia podemos ver que estuvo influenciado por Europa con la llegada de
los europeos se vio influenciada ya que podemos apreciar los trajes con
bordados de flores los cuales eran bordados con hilos de oro.

Durante el periodo colonial la Argentina tiene la mirada puesta en Europa y,


a los efectos de ser más específicos, intenta imitar, sobre todo a Francia y
La clase influyente de entonces se viste copiando la moda de Paris.
La moda europea tras la revolución y la ruptura con el antiguo régimen es
menos ostentosa, los colores son claros, el corte típico de los vestidos es el
llamado corte princesa, debajo del busto. En cuanto al calzado, los zapatos
de la dama suelen ser de tela, hechos a mano y en algunos casos, llevan
uno que otro bordado.
En relación con el peinado, se estilaba el rodete, sostenido con una peineta,
dejando caer algunos bucle al costado de ambas mejillas.
Los colores, al igual que estilo, denota cierta sobriedad en relación con el
barroco. El neoclásico, si bien es inmediatamente anterior a la Revolución,
se caracteriza por ser un estilo menos ostentoso y rebuscado. Asimismo,
pese a la sobriedad, hay gran variedad de telas gracias al proceso de la
Revolución Industrial: más mercados, menos tiempo de producción y costos
más bajos. La consecuencia es aprovechada por una burguesía próspera
que tiene alcance a géneros más variados.
Debajo de los vestidos, generalmente en color marfil, blanco, etc., las
damas llevaban una enagua por debajo del mismo género.
En cuanto a los hombres, el vestido usual era chaqueta entallada y pantalón
ceñido al cuerpo, todo en color negro. Debajo la camisa, más ceñida aún
que el saco, era de color blanco. A ningún hombre de clase podía faltarle la
galera y el bastón, que coronaban el atuendo.
La variante de gala y muy similar, era el frac de origen francés, cuyo uso se
masifica en el siglo XIX y surge a mediados del XVIII. El saco es más corto
de adelante, con dos faldones detrás. Originariamente, la palabra frac
devino del término “frock” inglés, indumentaria británica de montar.

El spencer también es un tipo de frac, con faldones no tan largos pero de


características similares. El uso de esta prenda llegó a través de España.
Aún así, existe una diferencia entre el vestido urbano y el del hombre de
campo de la Argentina, cuyo refinamiento no es el mismo; el contraste
social se proyecta claramente en los usos del gaucho colonial. A diferencia
de la clase cultivada, vestía una chaqueta corta (el largo nunca se excedía
de la cintura) con puños y cuello de terciopelo, camisa blanca con cuello
blanco, pequeño corbatín negro y un chaleco con tres botones que en
ocasiones exhibía un jabot en el centro.
Aquí sólo se detalla el gaucho clásico, el vestido difiere de acuerdo con el
tipo social que se quiera representar.
El pantalón de tipo calzón español era entallado a las piernas y hasta las
rodillas, abotonado a los costados. Debajo del pantalón o calzón, sobresalía
hasta los tobillos un calzoncillo largo color blanco.
Posteriormente, este tipo de pantalón fue reemplazado por el chiripá.
Acompañado por cuchillo o facón, completaba el traje con sombrero y
manto.

PERFIL DEL CLIENTE

Categorías de la creación:
Retro (históricos): el ensamble de creaciones vestimentarias de la alta
costura, modistos y sastres.
Principio creativo:
Inversión: hacer un vestido de trabajo al cual no corresponde al suyo en
este caso un traje de hombre de época y reinterpretarlo y lograr ponérselo
a la mujer.

Estilo mental:
Enlightened female
Cleramente femenina: en este aspecto podemos ver que es como confort
femenino. Se inspira en el vestuario masculino y sus estructuras y códigos
más simples, se renueva a través de la naturalidad.
Este tipo de mujer sabe que no será eternamente joven pero le permite
disfrutar su madures llena de roles y actividades siempre con un acento
vencedor con una imagen discretamente llamativa, por lo cual refiero a un
cliente que sabe hasta qué punto llevar su espontaneidad y querer
mostrarse ante la sociedad sin llegar a pasarse de sus límites. Este cliente
sabe ser cauteloso sin llegar a irritar a las demás personas.

BIBLIOGRAFIA

MODA- taschen –la colección de la indumentaria de Kioto.


SANDRA BIBIANA LEAL CELIS

LABORATORIO DE CONCEPTOS

1D4

MAURICIO LARA

PRIMER SEMESTRE 2009

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