DE MANO EN MANO

Léelo, Pásalo, Discutelo...

¿Cómo están el gobierno y la

derecha?
N° 28
6 de Noviembre , 2006

¡Terminemos con las desigualdades del

Capitalismo y con los patrones explotadores!

8 WWW.CLASECONTRACLASE.CL
 Expectativas y decepciones:
aspectos de la política nacional
El voto de Chile en el Consejo de
Seguridad es una muestra del
carácter del actual Gobierno, y del
entero modo de funcionamiento de
la política nacional. La Concertación
tiende a aumentar sus disputas, la
derecha- en una ofensiva que a la
larga la perjudicará- hace juegos de
artificios. La clase patronal arremete
exigiendo nuevos ataques, para los
que la clase trabajadora y todos los
explotados y oprimidos deben
prepararse, después de impuesto
un paréntesis en sus luchas que
abre un momentáneo reflujo.
Marcando el paso
El voto del Gobierno en el Consejo
de Seguridad de la ONU ante la
disyuntiva Venezuela o Guatemala,
lo caracteriza de cuerpo entero: se
abstuvo. De este modo, mantiene
la indefinición en temas centrales,
y así se obliga a marcar el paso en
el mismo lugar.
Ha sido también su modo de actuar
ante los injustificables desalojos de
los secundarios: por un lado habría
avalado la decisión de Labbé y
Alcaino, alcaldes de la derecha, por
el otro, recibía a los apoderados
declarando que habría actuado de
otro modo y que apoyaría un “debido
proceso”.
Este carácter del gobierno, el de
andar marcando el paso, que
mantiene abierto un período de
indefiniciones, no se debe a
2 7
cualidades o defectos del personal
gobernante.
Se debe a que en el actual período
político que se va abriendo, para
seguir gobernando en beneficio de
la minoría patronal, se debe dar
cuenta de las exigencias y
demandas de la clase trabajadora
y el pueblo pobre. En la campaña
electoral se prometió de todo, se
obtuvo así el militante voto de los
dirigentes oficiales de la CUT y el
PC, se visitó después en forma
oficial la sede de la CUT. El problema
es que no se va hasta el final en
esto, ni en uno ni en otro sentido.
Es una exigencia del actual período
político que se va abriendo. No sólo
un problema del Gobierno y la
Concertación. La derecha también
ha visitado a la CUT cogobernada
por el PS y el PC. Longueira
mantiene presente el discurso de
Lavin, y más o menos Piñera, de
equidad por los más pobres, y hasta
defienden algunas demandas de los
trabajadores. Los dirigentes oficiales
de la CUT, Confenats, ANEF, se
sienten reivindicados, aunque van
por maniobras y salen maniobrados:
porque los costos serán altísimos:
fortalecer una derecha que aún
defiende a capa y espada a Pinochet
y l o o b r a d o e n d i c ta d u r a ,
considerando apenas un “error” el
terrorismo de Estado.
De este modo, tampoco se va hasta
el final ni en uno ni en otro sentido:
quieren hacerse una base electoral
entre los trabajadores, pero impulsan
la flexibilización docente y de todos
actuado contra la represión, las un trabajador calificado para evitar
sanciones, de los alcaldes de la la corrupción que no es más que una
derecha y de la Concertación, en un nueva expropiación de la riqueza
camino que se debe profundizar. producida por nuestro trabajo,
Pero al mismo tiempo, y sin tener avanzando a terminar con las
que afectar aquello, ante el rumbo desigualdades del capitalismo.
de la lucha, nuestros caminos
divergen: el PC ha reivindicado como Nicolás Miranda
u n p a s o a d e l a n t e e l C A P, 29 de octubre 2006
manteniéndose dentro del mismo,
solo buscando que se acelere su (Estraído del Periódico N° 100 de
trabajo para su mayor legitimidad y Clase Contra Clase)
de paso fortalecer el Parlamento. De
este modo, avala las políticas del
Gobierno para desviar la lucha
secundaria y contra la educación de
mercado.
De igual modo aquellos colectivos
que hacen de las medidas de acción
un fin en sí mismo, que con lenguaje
altisonante y actividades efectistas,
igual avalaron el CAP. Es el caso del
CREAR.
Ante estas organizaciones y sus
políticas, es necesario avanzar a
luchar por construir un partido
trotskysta revolucionario de
trabajadores. Que pueda plantear
una política alternativa revolucionaria
ante estas políticas, que permitan ir
nuevamente avanzando a nuevos
triunfos, y de las derrotas sacar las
lecciones que nos preparen para las
próximas luchas. Que se plantee
como norte, prepararse para volver
a luchar por una República de
Tr a b a j a d o r e s c o n b a s e e n
organismos de democracia directa
de la clase trabajadora, donde, por
ejemplo, sus delegados sean
revocables, y ganen lo mismo que
disposición a la lucha; y también el
ánimo de no seguir aceptando todas
las desfavorables condiciones de
trabajo y de vida que se le imponen.
Todo esto, aún, es en lo inmediato
motorizado por la bonanza
económica, y se hace dentro de lo
que desde estas páginas llamamos
un “clima bacheletista”, es decir, con
expectativas en que Bachelet y la
Concertación satisfacerán estas
demandas.
De persistir en no hacerlo, nuevas
dinámicas se irán abriendo. Y de
persistir en el camino de la represión
como forma de ahogar pero no
solucionar ni mínimamente ninguna
demanda, ésto se podría acelerar.
Por el momento, son principalmente
estas expectativas las que contienen
las luchas en curso (y no las medidas
represivas). Y son lo que permiten
las políticas del desvío de las luchas,
como fue con el Consejo Asesor
Presidencial para La Educación
(CAP).
Pero al no resolverse nada (ni
siquiera en los marcos que la
democracia para ricos aceptaría,
como la demanda del PC de
fortalecer el Parlamento enviando
los acuerdos del CAP como
proyectos de ley), este desvío no es
más que un paréntesis, abriendo un
reflujo momentáneo.
Un paréntesis que no detiene lo que
también desde estas páginas
llamamos las tendencias a la
6 3
recomposición política y organizativa
de la clase trabajadora, y con ella,
del resto de los explotados y
oprimidos, que van acumulando
experiencia y fortaleciéndose en sus
luchas.
Por eso, es que no basta con este
“clima bacheletista” para que las
política de desvío sean efectivas.
La izquierda del régimen y la
necesidad de construir un partido
trotskysta revolucionario de
trabajadores
La dirección oficial mayoritaria de la
CUT, cogobernada por el PS y el
PC, sostiene activamente al
gobierno. Califica, aún con disgusto,
de un paso adelante la ley de
subcontratación. Pero se limita a
acusar en primer lugar a la derecha,
permitiendo por un lado que la
Concertación vuelva a presentarse
falsamente como “amigos del
pueblo” al asegurar que elabora con
ellos proyectos de ley, y fortaleciendo
a s í a l P a r l a m e n t o d e e s ta
democracia para ricos.
La izquierda del régimen en el PC
hace lo propio en el terreno de la
discusión de la modificación al
binominal, avanzando, en nombre
de la proporcionalidad y el
plurinominalismo, a lo que sería
posible ahora, un “sistema electoral
real”, una especie de trinominal.
Al interior del movimiento
secundario, todas las organizaciones
de izquierda, sindicales, sociales,
conjunta y separadamente, hemos
los trabajadores públicos, además
de defender el mecanismo de las
mil y una razones sociales que
atentan contra la clase trabajadora,
etc.
El PC, como izquierda del régimen,
queda atrapado en esta misma
situación. Sus ingentes esfuerzos
por cambiar el sistema electoral
binominal, avanzan en lo que hemos
llamado el paso del binominal al
trinominal.
Todos los protagonistas de esta
discusión, reconocen que se tratará
de una corrección del binominal que
permita la incorporación limitada de
un tercer actor...
Esto no es lo peor. Lo más grave es
que permite que la Concertación
vuelva a posar falsamente como
“amigos del pueblo”, y además
otorga credenciales de demócratas
a los de RN (aún con ese reciente
gesto aristocrático de C. Larrain
tratando de “señora” a Bachelet, o
Monckeberg en un programa de TV,
CQC, reivindicando como propia la
dictadura de Pinochet al declarar
que la Concertación llevará 20 años
en el gobierno, más que “los 17
nuestros”- por los 17 años de la
dictadura).
Así, aunque el pacto de gobernar
mediante consensos comienza a ser
cada vez más disfuncional, se busca
mantenerlo artificialmente mediante
mecanismos electorales, que
producen cada vez más frecuentes
cortocircuitos.
El oro de Pinochet, los partidos y
la creciente dificultad para
mantener el pacto de los
consensos
La derecha viene acusando a la DC,
en la figura de Foxley, el Ministro de
Relaciones Exteriores, por el nuevo
escándalo de Pinochet y su supuesta
cuenta de 160 millones de dólares
en oro.
Si llegara a haber una cuenta, es
claro que el primer culpable sería
Pinochet, y con él la derecha, que
es su más ferviente -aunque ahora
un poco vergonzante- seguidora,
defensora, hija y admiradora.
Pero sí es un hecho que fue el
dirigente DC Foxley el que permitió
que se filtrara el documento que
atestiguaría que Pinochet es el
propietario de esa cuenta.
Es que la DC se ve amenazada por
la derecha en su espacio electoral.
Y con ella toda la Concertación...
Por eso debe volver a intervenir
Adolfo Zaldívar a demandar la
“corrección del modelo” (debido a
que Longueira le está tomando esta
bandera), y sus colorines a
cuestionar propuestas de Bachelet
(como el nombre del Contralor, P.
Ruiz- Tagle), ocupando ese rol que
pretende jugar malamente la
derecha. La DC debe golpear
políticamente a la derecha, para
mantener su espacio electoral y
cerrarle el paso.
Por su parte, y para dar cuenta del
otro lado, el PS sigue buscando
posicionarse a izquierda: F.
Espinoza, diputado de la X Región,
habló contra los abusos de las
salmoneras, después escuchamos
a Escalona contra los
“chupasangre”, un sector de
senadores impulsaría proyectos de
ley favorables a los trabajadores
(negociaciones colectivas, sanciones
efectivas contra las prácticas anti-
sindicales, etc). Además, marcharon
junto al PC el 11 de septiembre.
La derecha está también tendiendo
a aumentar nuevamente sus
disputas internas. La candidatura de
Longueira, seguida por la de van
Rysselberghe, se interpuso en el
camino de Piñera, y mientras se
hacen comisiones políticas conjuntas
para demostrar unidad política, con
ésto se demuestra que cada cual
atiende su juego, porque como el
mismo Espina dijera, no fue un
acuerdo estratégico de una Alianza
que se pretende unida la que acordó
impulsar una u otras candidaturas.
Los personalismos reafloran en una
Alianza que sigue captando apenas
22% de adhesión en las encuestas,
y que sobre todo no sabe dónde ni
cómo hundir raíces en una base
social sólida que le pueda dar
eventual estabilidad como pacto
político, ni que hablar como gobierno.
Y no sólo están aumentando
nuevamente sus disputas internas.
Para iniciar su camino a La Moneda
ha desatado una batería de políticas,
que como ya planteamos,
sembrando vientos cosechará
4 5
tempestades: su dirigente
independiente en el Instituto
Nacional dio el vamos a las tomas
de octubre, y si pretendía legitimarse
para poder montarse y controlarlas,
no le salió.
Están pretendiendo armar una
discusión nacional por el crecimiento
económico, cuando los empresarios
no se cansan de decir que sus
perspectivas son favorables, y si lo
medimos en plata, así lo ven, al
mantener sus proyectos de
inversión, etc. Agitan el tema de la
inseguridad y son crecientes las
declaraciones de los afectados en
las poblaciones que se debe a la
falta de trabajo, buenos salarios, etc.
Agitan el tema de la corrupción, pero
deben explicar que si en
Chiledeportes se hablaría de 440
millones de pesos, las cuentas de
uno de los suyos, Pinochet,
alcanzarían a más de 30 millones
de dólares.
Tal vez como políticos, podríamos
decir que son buenos astronautas...
Porque todas estas cada vez más
frecuentes disputas internas en los
partidos, y entre los diferentes
partidos, re-emergen con fuerza no
sólo ante la carrera presidencial
adelantada, sino que a esta
exigencia objetiva de la situación
política nacional de que para poder
s e g u i r g o b e r n a n d o pa r a l a
minoritaria clase patronal, deben dar
cuenta de las necesidades de la
mayoritaria clase trabajadora y el
resto de los explotados y oprimidos.
Esto es lo que hace, de fondo, que
el pacto originario de los consensos
haya comenzado su erosión tal vez
final. Cambios en lo profundo vienen
aumentando su presión.
La exigencia de nuevos ataque
patronales, y la tendencia inicial
a fortalecerse en las luchas
En la última Cena Anual de la Sofofa,
su Presidente B. Philippi volvió a
plantear la necesidad de flexibilizar
el trabajo. Se trata de eliminar los
últimos beneficios: se dejarían de
pagar horas extras, lo que
redundaría en una baja del salario,
se dejarían de pagar
indemnizaciones, se incorporaría
mano de obra barata juvenil y
femenina, presionando más a la
baja los salarios y la pérdida de
derechos, se diseñarían las jornadas
de trabajo según las necesidades
de las empresas, liquidando toda
posibilidad de disponer en forma
previsible del (escasísimo) tiempo
libre que le pudiera permitir hacer
uso de él libremente.
Aunque la clase patronal se sigue
mostrando unida detrás de estos
propósitos, a las elecciones de la
CPC, por primera vez en su historia,
se presentan 4 candidatos: de la
Sociedad nacional de Minería
(Sonami), de la Sociedad nacional
de Agricultura (SNA), de la Cámara
Chilena de la Construcción (CChC),
de la Cámara de Comercio. Habrá
q ir viendo de qué se trata esto.
Habiendo ya firmado los Tratados
de Libre Comercio, afirmado la
economía fundamentalmente en
base a la explotación de recursos
naturales y su exportación casi sin
elaboración, para mantener su nivel
de ganancias empresariales, se
busca no sólo mantener ésto, sino
que además de tratar de actuar
como una plataforma financiera,
también desarrollar algunos nichos
económicos (como la industria
alimenticia), aumentando aún más
la explotación del trabajador.
Se quiere ir a un país con una mayor
precarización del trabajo. Esto, de
lograrlo, irá redefiniendo las
relaciones entre las clases sociales,
empujando a una mayor lucha de
clases.
Por el momento, se expresa más
que nada en divergencias
ideológicas: la píldora del día
después, discusiones teóricas sobre
una mayor o menor estatismo en la
educación, etc.
La clase trabajadora y el pueblo
pobre van respondiendo.
Hay un cambio en las luchas de los
trabajadores y el pueblo pobre: se
incorporan sectores que antes no
actuaban como los secundarios;
también, más de atrás, la juventud
explotada y oprimida; se dan
tendencias, aún iniciales, a la unidad;
aparecen sectores estratégicos
como los mineros; levantan la
cabeza los sectores más explotados
entre los trabajadores mismos como
los contratistas; hay una mayor
otro lado, el PS sigue buscando
posicionarse a izquierda: F.
Espinoza, diputado de la X Región,
habló contra los abusos de las
salmoneras, después escuchamos
a Escalona contra los
“chupasangre”, un sector de
senadores impulsaría proyectos de
ley favorables a los trabajadores
(negociaciones colectivas, sanciones
efectivas contra las prácticas anti-
sindicales, etc). Además, marcharon
junto al PC el 11 de septiembre.
La derecha está también tendiendo
a aumentar nuevamente sus
disputas internas. La candidatura de
Longueira, seguida por la de van
Rysselberghe, se interpuso en el
camino de Piñera, y mientras se
hacen comisiones políticas conjuntas
para demostrar unidad política, con
ésto se demuestra que cada cual
atiende su juego, porque como el
mismo Espina dijera, no fue un
acuerdo estratégico de una Alianza
que se pretende unida la que acordó
impulsar una u otras candidaturas.
Los personalismos reafloran en una
Alianza que sigue captando apenas
22% de adhesión en las encuestas,
y que sobre todo no sabe dónde ni
cómo hundir raíces en una base
social sólida que le pueda dar
eventual estabilidad como pacto
político, ni que hablar como gobierno.
Y no sólo están aumentando
nuevamente sus disputas internas.
Para iniciar su camino a La Moneda
ha desatado una batería de políticas,
que como ya planteamos,
sembrando vientos cosechará
4 5
tempestades: su dirigente
independiente en el Instituto
Nacional dio el vamos a las tomas
de octubre, y si pretendía legitimarse
para poder montarse y controlarlas,
no le salió.
Están pretendiendo armar una
discusión nacional por el crecimiento
económico, cuando los empresarios
no se cansan de decir que sus
perspectivas son favorables, y si lo
medimos en plata, así lo ven, al
mantener sus proyectos de
inversión, etc. Agitan el tema de la
inseguridad y son crecientes las
declaraciones de los afectados en
las poblaciones que se debe a la
falta de trabajo, buenos salarios, etc.
Agitan el tema de la corrupción, pero
deben explicar que si en
Chiledeportes se hablaría de 440
millones de pesos, las cuentas de
uno de los suyos, Pinochet,
alcanzarían a más de 30 millones
de dólares.
Tal vez como políticos, podríamos
decir que son buenos astronautas...
Porque todas estas cada vez más
frecuentes disputas internas en los
partidos, y entre los diferentes
partidos, re-emergen con fuerza no
sólo ante la carrera presidencial
adelantada, sino que a esta
exigencia objetiva de la situación
política nacional de que para poder
s e g u i r g o b e r n a n d o pa r a l a
minoritaria clase patronal, deben dar
cuenta de las necesidades de la
mayoritaria clase trabajadora y el
resto de los explotados y oprimidos.
Esto es lo que hace, de fondo, que
el pacto originario de los consensos
haya comenzado su erosión tal vez
final. Cambios en lo profundo vienen
aumentando su presión.
La exigencia de nuevos ataque
patronales, y la tendencia inicial
a fortalecerse en las luchas
En la última Cena Anual de la Sofofa,
su Presidente B. Philippi volvió a
plantear la necesidad de flexibilizar
el trabajo. Se trata de eliminar los
últimos beneficios: se dejarían de
pagar horas extras, lo que
redundaría en una baja del salario,
se dejarían de pagar
indemnizaciones, se incorporaría
mano de obra barata juvenil y
femenina, presionando más a la
baja los salarios y la pérdida de
derechos, se diseñarían las jornadas
de trabajo según las necesidades
de las empresas, liquidando toda
posibilidad de disponer en forma
previsible del (escasísimo) tiempo
libre que le pudiera permitir hacer
uso de él libremente.
Aunque la clase patronal se sigue
mostrando unida detrás de estos
propósitos, a las elecciones de la
CPC, por primera vez en su historia,
se presentan 4 candidatos: de la
Sociedad nacional de Minería
(Sonami), de la Sociedad nacional
de Agricultura (SNA), de la Cámara
Chilena de la Construcción (CChC),
de la Cámara de Comercio. Habrá
q ir viendo de qué se trata esto.
Habiendo ya firmado los Tratados
de Libre Comercio, afirmado la
economía fundamentalmente en
base a la explotación de recursos
naturales y su exportación casi sin
elaboración, para mantener su nivel
de ganancias empresariales, se
busca no sólo mantener ésto, sino
que además de tratar de actuar
como una plataforma financiera,
también desarrollar algunos nichos
económicos (como la industria
alimenticia), aumentando aún más
la explotación del trabajador.
Se quiere ir a un país con una mayor
precarización del trabajo. Esto, de
lograrlo, irá redefiniendo las
relaciones entre las clases sociales,
empujando a una mayor lucha de
clases.
Por el momento, se expresa más
que nada en divergencias
ideológicas: la píldora del día
después, discusiones teóricas sobre
una mayor o menor estatismo en la
educación, etc.
La clase trabajadora y el pueblo
pobre van respondiendo.
Hay un cambio en las luchas de los
trabajadores y el pueblo pobre: se
incorporan sectores que antes no
actuaban como los secundarios;
también, más de atrás, la juventud
explotada y oprimida; se dan
tendencias, aún iniciales, a la unidad;
aparecen sectores estratégicos
como los mineros; levantan la
cabeza los sectores más explotados
entre los trabajadores mismos como
los contratistas; hay una mayor
disposición a la lucha; y también el
ánimo de no seguir aceptando todas
las desfavorables condiciones de
trabajo y de vida que se le imponen.
Todo esto, aún, es en lo inmediato
motorizado por la bonanza
económica, y se hace dentro de lo
que desde estas páginas llamamos
un “clima bacheletista”, es decir, con
expectativas en que Bachelet y la
Concertación satisfacerán estas
demandas.
De persistir en no hacerlo, nuevas
dinámicas se irán abriendo. Y de
persistir en el camino de la represión
como forma de ahogar pero no
solucionar ni mínimamente ninguna
demanda, ésto se podría acelerar.
Por el momento, son principalmente
estas expectativas las que contienen
las luchas en curso (y no las medidas
represivas). Y son lo que permiten
las políticas del desvío de las luchas,
como fue con el Consejo Asesor
Presidencial para La Educación
(CAP).
Pero al no resolverse nada (ni
siquiera en los marcos que la
democracia para ricos aceptaría,
como la demanda del PC de
fortalecer el Parlamento enviando
los acuerdos del CAP como
proyectos de ley), este desvío no es
más que un paréntesis, abriendo un
reflujo momentáneo.
Un paréntesis que no detiene lo que
también desde estas páginas
llamamos las tendencias a la
6 3
recomposición política y organizativa
de la clase trabajadora, y con ella,
del resto de los explotados y
oprimidos, que van acumulando
experiencia y fortaleciéndose en sus
luchas.
Por eso, es que no basta con este
“clima bacheletista” para que las
política de desvío sean efectivas.
La izquierda del régimen y la
necesidad de construir un partido
trotskysta revolucionario de
trabajadores
La dirección oficial mayoritaria de la
CUT, cogobernada por el PS y el
PC, sostiene activamente al
gobierno. Califica, aún con disgusto,
de un paso adelante la ley de
subcontratación. Pero se limita a
acusar en primer lugar a la derecha,
permitiendo por un lado que la
Concertación vuelva a presentarse
falsamente como “amigos del
pueblo” al asegurar que elabora con
ellos proyectos de ley, y fortaleciendo
a s í a l P a r l a m e n t o d e e s ta
democracia para ricos.
La izquierda del régimen en el PC
hace lo propio en el terreno de la
discusión de la modificación al
binominal, avanzando, en nombre
de la proporcionalidad y el
plurinominalismo, a lo que sería
posible ahora, un “sistema electoral
real”, una especie de trinominal.
Al interior del movimiento
secundario, todas las organizaciones
de izquierda, sindicales, sociales,
conjunta y separadamente, hemos
los trabajadores públicos, además
de defender el mecanismo de las
mil y una razones sociales que
atentan contra la clase trabajadora,
etc.
El PC, como izquierda del régimen,
queda atrapado en esta misma
situación. Sus ingentes esfuerzos
por cambiar el sistema electoral
binominal, avanzan en lo que hemos
llamado el paso del binominal al
trinominal.
Todos los protagonistas de esta
discusión, reconocen que se tratará
de una corrección del binominal que
permita la incorporación limitada de
un tercer actor...
Esto no es lo peor. Lo más grave es
que permite que la Concertación
vuelva a posar falsamente como
“amigos del pueblo”, y además
otorga credenciales de demócratas
a los de RN (aún con ese reciente
gesto aristocrático de C. Larrain
tratando de “señora” a Bachelet, o
Monckeberg en un programa de TV,
CQC, reivindicando como propia la
dictadura de Pinochet al declarar
que la Concertación llevará 20 años
en el gobierno, más que “los 17
nuestros”- por los 17 años de la
dictadura).
Así, aunque el pacto de gobernar
mediante consensos comienza a ser
cada vez más disfuncional, se busca
mantenerlo artificialmente mediante
mecanismos electorales, que
producen cada vez más frecuentes
cortocircuitos.
El oro de Pinochet, los partidos y
la creciente dificultad para
mantener el pacto de los
consensos
La derecha viene acusando a la DC,
en la figura de Foxley, el Ministro de
Relaciones Exteriores, por el nuevo
escándalo de Pinochet y su supuesta
cuenta de 160 millones de dólares
en oro.
Si llegara a haber una cuenta, es
claro que el primer culpable sería
Pinochet, y con él la derecha, que
es su más ferviente -aunque ahora
un poco vergonzante- seguidora,
defensora, hija y admiradora.
Pero sí es un hecho que fue el
dirigente DC Foxley el que permitió
que se filtrara el documento que
atestiguaría que Pinochet es el
propietario de esa cuenta.
Es que la DC se ve amenazada por
la derecha en su espacio electoral.
Y con ella toda la Concertación...
Por eso debe volver a intervenir
Adolfo Zaldívar a demandar la
“corrección del modelo” (debido a
que Longueira le está tomando esta
bandera), y sus colorines a
cuestionar propuestas de Bachelet
(como el nombre del Contralor, P.
Ruiz- Tagle), ocupando ese rol que
pretende jugar malamente la
derecha. La DC debe golpear
políticamente a la derecha, para
mantener su espacio electoral y
cerrarle el paso.
Por su parte, y para dar cuenta del
 Expectativas y decepciones:
aspectos de la política nacional
El voto de Chile en el Consejo de
Seguridad es una muestra del
carácter del actual Gobierno, y del
entero modo de funcionamiento de
la política nacional. La Concertación
tiende a aumentar sus disputas, la
derecha- en una ofensiva que a la
larga la perjudicará- hace juegos de
artificios. La clase patronal arremete
exigiendo nuevos ataques, para los
que la clase trabajadora y todos los
explotados y oprimidos deben
prepararse, después de impuesto
un paréntesis en sus luchas que
abre un momentáneo reflujo.
Marcando el paso
El voto del Gobierno en el Consejo
de Seguridad de la ONU ante la
disyuntiva Venezuela o Guatemala,
lo caracteriza de cuerpo entero: se
abstuvo. De este modo, mantiene
la indefinición en temas centrales,
y así se obliga a marcar el paso en
el mismo lugar.
Ha sido también su modo de actuar
ante los injustificables desalojos de
los secundarios: por un lado habría
avalado la decisión de Labbé y
Alcaino, alcaldes de la derecha, por
el otro, recibía a los apoderados
declarando que habría actuado de
otro modo y que apoyaría un “debido
proceso”.
Este carácter del gobierno, el de
andar marcando el paso, que
mantiene abierto un período de
indefiniciones, no se debe a
2 7
cualidades o defectos del personal
gobernante.
Se debe a que en el actual período
político que se va abriendo, para
seguir gobernando en beneficio de
la minoría patronal, se debe dar
cuenta de las exigencias y
demandas de la clase trabajadora
y el pueblo pobre. En la campaña
electoral se prometió de todo, se
obtuvo así el militante voto de los
dirigentes oficiales de la CUT y el
PC, se visitó después en forma
oficial la sede de la CUT. El problema
es que no se va hasta el final en
esto, ni en uno ni en otro sentido.
Es una exigencia del actual período
político que se va abriendo. No sólo
un problema del Gobierno y la
Concertación. La derecha también
ha visitado a la CUT cogobernada
por el PS y el PC. Longueira
mantiene presente el discurso de
Lavin, y más o menos Piñera, de
equidad por los más pobres, y hasta
defienden algunas demandas de los
trabajadores. Los dirigentes oficiales
de la CUT, Confenats, ANEF, se
sienten reivindicados, aunque van
por maniobras y salen maniobrados:
porque los costos serán altísimos:
fortalecer una derecha que aún
defiende a capa y espada a Pinochet
y l o o b r a d o e n d i c ta d u r a ,
considerando apenas un “error” el
terrorismo de Estado.
De este modo, tampoco se va hasta
el final ni en uno ni en otro sentido:
quieren hacerse una base electoral
entre los trabajadores, pero impulsan
la flexibilización docente y de todos
actuado contra la represión, las un trabajador calificado para evitar
sanciones, de los alcaldes de la la corrupción que no es más que una
derecha y de la Concertación, en un nueva expropiación de la riqueza
camino que se debe profundizar. producida por nuestro trabajo,
Pero al mismo tiempo, y sin tener avanzando a terminar con las
que afectar aquello, ante el rumbo desigualdades del capitalismo.
de la lucha, nuestros caminos
divergen: el PC ha reivindicado como Nicolás Miranda
u n p a s o a d e l a n t e e l C A P, 29 de octubre 2006
manteniéndose dentro del mismo,
solo buscando que se acelere su (Estraído del Periódico N° 100 de
trabajo para su mayor legitimidad y Clase Contra Clase)
de paso fortalecer el Parlamento. De
este modo, avala las políticas del
Gobierno para desviar la lucha
secundaria y contra la educación de
mercado.
De igual modo aquellos colectivos
que hacen de las medidas de acción
un fin en sí mismo, que con lenguaje
altisonante y actividades efectistas,
igual avalaron el CAP. Es el caso del
CREAR.
Ante estas organizaciones y sus
políticas, es necesario avanzar a
luchar por construir un partido
trotskysta revolucionario de
trabajadores. Que pueda plantear
una política alternativa revolucionaria
ante estas políticas, que permitan ir
nuevamente avanzando a nuevos
triunfos, y de las derrotas sacar las
lecciones que nos preparen para las
próximas luchas. Que se plantee
como norte, prepararse para volver
a luchar por una República de
Tr a b a j a d o r e s c o n b a s e e n
organismos de democracia directa
de la clase trabajadora, donde, por
ejemplo, sus delegados sean
revocables, y ganen lo mismo que
 DE MANO EN MANO
Léelo, Pásalo, Discutelo...

¿Cómo están el gobierno y la

derecha?
N° 28
6 de Noviembre , 2006

¡Terminemos con las desigualdades del

Capitalismo y con los patrones explotadores!

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