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II.2.- Características del procedimiento.

En cuanto al procedimiento aplicable a estos juicios de arrendamiento, el


artículo 8 de la ley fue completamente reemplazado, introduciéndose importantes
modificaciones en lo referente a la tramitación con la clara finalidad de agilizar estos
juicios, ya que los arrendatarios quienes normalmente son los demandados en esta
clase de juicios dilataban excesivamente dicha tramitación y consecuentemente
tardaba demasiado la devolución del inmueble arrendado, con evidentes perjuicios
para el arrendador. En este caso, el artículo 8 es el clave, puesto que en él se
encuentran la mayoría de normas que caracterizan el procedimiento.
De estas modificaciones introducidas a la ley podemos obtener las principales
características que presenta el nuevo procedimiento:
a) El primer aspecto de interés en cuanto al procedimiento que merece ser
comentado es el relativo a la regla establecida en el nuevo artículo 8 de la Ley que,
en su Nº 1, dispone que en estos juicios de arrendamiento “el procedimiento será
verbal; pero las partes podrán, si quieren, presentar minutas escritas en que
se establezcan los hechos invocados y las peticiones que se formulen”. Esta
característica queda de manifiesto, igualmente, en el numeral 4 del artículo 8, al
establecerse que la audiencia se iniciará con la relación verbal de la demanda y
continuará con la contestación verbal del demandado.
La verdad es que la norma indicada, en lo que a la oralidad se refiere, es
similar a la situación que a este respecto existía anteriormente, es decir, cuando
regía el procedimiento antiguo. En efecto, antes de la modificación que
comentamos, el artículo 8 de la ley disponía que estos juicios se debían tramitar
conforme al procedimiento sumario establecido en el Título XI del Libro III del CPC,
con algunas modificaciones. Y, como es sabido, todo procedimiento sumario es
también verbal, según lo dispone expresamente el art. 682 del CPC, pudiendo las
partes si quieren presentar minutas escritas en que se establezcan los hechos
invocados y las peticiones que se formulen. De tal manera que esta característica
del procedimiento de los juicios de arrendamiento se mantiene en las mismas
condiciones y no constituye novedad, aunque actualmente con la nueva
modificación introducida a la ley se eliminó la referencia al procedimiento sumario. Y
esto último si es novedoso. Pero, antes y ahora, el procedimiento aplicable era
igualmente verbal.
También sabemos que en la práctica ningún juicio sumario llega a ser
efectivamente verbal, ya que los litigantes siempre han optado por el sistema de
escrituración para hacer sus distintas presentaciones, incluso para el trámite de
contestación de la demanda que se verifica en una audiencia, con lo cual siempre
se han tramitado por escrito. La misma posibilidad se mantiene en el nuevo
procedimiento.
b) La segunda característica destacable es el abandono del procedimiento sumario.
En detrimento de la antigua legislación se ha configurado un procedimiento especial
independiente y con características, si bien similares a las del sumario, propias.
Analizando las nuevas normas legales que lo regulan, debemos concluir que
con la modificación legislativa se ha establecido para estos juicios de arrendamiento
un procedimiento especial, ya que no es ni ordinario ni sumario, pues se rige por

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reglas legales propias que se apartan de las normas por las cuales se regulan los
procedimientos reseñados. Y no siendo ordinario ni sumario, cabe calificarlo de
“especial”.
c) El tercer aspecto o característica que debe destacarse es la concentración y
brevedad del nuevo procedimiento, lo que se demuestra en que estos juicios se
deben desenvolver en una o dos audiencias, en las que se concentrará toda la
actividad procesal fundamental.
La concentración se puede demostrar con las múltiples finalidades que el
legislador ha establecido para la audiencia, a saber: contestación de la demanda,
formulación de la reconvención y posible contestación de esta última, interposición
de incidentes, llamado obligatorio a conciliación, fijación de los hechos
controvertidos y recepción de la prueba ofrecida por las partes. En otras palabras,
como se advierte, toda la discusión y prueba de estos juicios podría desarrollarse
perfectamente en una sola audiencia, lo que de por sí es extraordinario y demuestra
el interés del legislador en agilizar al máximo estos juicios.
En relación a la característica de concentración debe analizarse la situación
de los incidentes que puedan plantearse en estos juicios, ya que siempre se
presenta el problema con aquellos artículos que son de previo y especial
pronunciamiento, pues la ley establece respecto de esta materia, en el Nº 8 del
artículo 8, que deben promoverse y tramitarse en la misma audiencia,
conjuntamente con la cuestión principal, sin paralizar el curso de ésta, los que se
resolverán en la sentencia definitiva, y aún cuando sean de previo y especial
pronunciamiento.
Sin embargo, una postura tan radical sobre esta materia puede producir
efectos adversos a los pretendidos por el legislador, en cuanto a la economía
procesal y a la pretendida aceleración de la tramitación de estos juicios, ya que una
regla como la descrita puede llevar a situaciones más perniciosas que la simple
suspensión de procedimiento a raíz de estos incidentes, que significarían un
verdadero peligro para la oportunidad de la justicia, como lo sería el hecho de
perderse trabajo, tiempo y dinero en virtud de haberse tramitado completamente un
proceso que a la postre resultó sin valor o nulo, lo que recién se va a determinar en
la sentencia definitiva.
Estructura del nuevo juicio de arrendamiento.
El juicio de arrendamiento de predios urbanos presenta actualmente una estructura
bastante simplificada, considerando estas últimas modificaciones, que puede
sintetizarse así:
1. Presentación de la demanda.
2. Providencia del tribunal recaída en la demanda y su notificación a las partes.
3. Celebración de la audiencia, que es de contestación, conciliación y prueba
(Eventualmente podría existir una segunda audiencia).
4. Citación para oír sentencia
5. Sentencia definitiva

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1.- La demanda.
Como siempre ocurre tratándose de asuntos contenciosos civiles, este juicio
de arrendamiento debe comenzar por la demanda del actor, sin perjuicio de la
procedencia de medidas prejudiciales. Esta demanda en la práctica tendrá que ser
siempre escrita por las dificultades que existen en Chile para presentar demandas
orales y además porque la propia ley en comento se refiere derechamente al
“escrito” de demanda en el N° 3 del artículo 8.
Tendrá dicha demanda, en consecuencia, que cumplir con los requisitos de
postulación procesal conocidos, esto es las exigencias generales de todo escrito y
las especiales del artículo 254 del CPC aplicable a todos los escritos de demanda.
Sin embargo, las demandas de estos juicios de arrendamiento tienen algunas
particularidades importantes que contempla la ley, y que deben cumplirse:
a) Es necesario indicar u ofrecer en este escrito los medios de prueba de que
pretende valerse el demandante. Art. 8 Nº 3.
b) La lista o nómina de testigos de la parte demandante debe presentarse en el
mismo escrito de demanda, debiendo tenerse presente que pueden declarar un
máximo de 4 testigos por cada hecho controvertido, pero para la confección de la
lista no hay limitación en cuanto a cantidad. Art. 8 Nº 3.
c) En cuanto a las cargas procesales de patrocinio y poder, podría la demanda en
ciertos casos no cumplir con estas exigencias, ya que es posible que las partes –si
lo desean- comparezcan personalmente en primera instancia en aquellos juicios en
que “la renta” vigente al tiempo de interponerse la demanda no sea superior a 4
UTM. Art. 8 N° 10.
2.- Resolución recaída en la demanda y su notificación a las partes.
La providencia del tribunal destinada a darle curso a la demanda será la orden de
citar a las partes a una audiencia para el quinto día hábil después de la última
notificación.
No se contempla ningún tipo de aumento respecto del plazo indicado para la
celebración de esta audiencia. Si la demanda no cumple con los tres primeros
requisitos del artículo 254 del CPC podría no ser admitida a tramitación por el
tribunal mientras no se subsane la anomalía de que adolece, por aplicación del
artículo 256 del CPC. Si presenta algún defecto en relación al patrocinio no podría
ser admitido a tramitación por el tribunal, y si el problema se presenta con el
mandato judicial, el tribunal debe limitarse a ordenar su debida constitución en el
plazo legal, aplicando a este respecto las reglas generales que en esta materia
establece la Ley Nº 18.120. Excepción a lo dicho sería el caso en que se trate de
juicios de arrendamiento en los cuales la ley permite la comparecencia personal,
según ya se explicó con anterioridad.
En cuanto a la notificación de la demanda: La ley señala en su artículo 8 Nº 2 que
esta notificación se efectuará conforme a la norma del inciso 1º del artículo 553 del
CPC. Y agrega que para los efectos del artículo 44 del CPC se presumirá de pleno
derecho como domicilio del demandado el que corresponda al inmueble arrendado.

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En cuanto a lo primero, la ley ha querido decir que la demanda se notifica de
acuerdo a las reglas generales del Libro I del CPC, o sea según los artículos 38 y
siguientes, por cuya razón tal notificación se hará por regla general en forma
personal. Esta notificación personal habrá que practicarla en el domicilio real del
notificado, ya que supone la entrega efectiva de las copias a la persona misma del
notificado.
Tratándose de la notificación especial del artículo 44, sin embargo, ésta procederá
siempre que el demandado no sea habido en su domicilio correspondiente al
inmueble arrendado, que es el que la ley indica como válido y lo presume para estos
efectos (que puede ser distinto del domicilio real).
Lo dicho puede llevar a una mala práctica, en cuanto a que a los demandantes les
bastará con indicar en sus demandas como domicilio del demandado el mismo
correspondiente al inmueble arrendado, aunque sepan fehacientemente que ese no
corresponde al domicilio real, ya que para efectos de notificación y correcto
emplazamiento bastará con acreditar que el demandado ha sido buscado en dos
días distintos en ese domicilio sin ser habido y que posteriormente el juez ordene la
notificación del Art. 44 por resolución judicial.
Esta modificación a los requisitos del Art. 44 del CPC es bastante trascendental
para efectos del nuevo proceso, ya que ahorrará tiempo importante en el trámite de
la notificación de la demanda, que a veces suele complicarse y dilatarse.
Al demandante, por su parte, bastará con notificarlo por el estado diario, según el
artículo 40 inciso final del CPC.
3.- La audiencia del quinto día hábil. (comparendo y prueba)
Después de notificada la demanda a todas las partes, debe celebrarse la audiencia
al quinto día hábil, la que se celebrará con sólo la parte que asista.
En esta audiencia se concentra prácticamente toda la actividad procesal del nuevo
juicio, debido a que durante su desarrollo deben cumplirse todas las actuaciones
que corresponde realizar a los litigantes.
Las finalidades de esta audiencia o comparendo son las siguientes, conforme al
orden en que deben verificarse las actuaciones:
a) Se inicia la audiencia con la “relación verbal” de la demanda (Nº 4 del Art.8).
Al respecto la ley nada dice a quien corresponde efectuar tal relación.
La relación, en el lenguaje procesal, es una actuación propia que se cumple ante los
tribunales colegiados y que la realiza un funcionario judicial (normalmente el relator)
con la finalidad que el tribunal se informe o tome conocimiento, oralmente, del
asunto que debe resolver. No corresponde, por lo señalado, que sean las partes
quienes hagan relación de un asunto al tribunal.
En el caso que analizamos, no correspondería que sea el propio demandante quien
informe al juez del tenor de su demanda, o que haga la relación verbal de la misma,
aunque en la práctica así vaya a ocurrir.

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Tampoco vemos el sentido de esta actuación, aunque suponemos que debería serlo
para que el propio juez –ante quien se supone que ha de verificarse la audiencia—
se informe en ese momento del contenido del escrito, o mejor dicho “recuerde” tal
contenido, ya que obviamente ha debido imponerse del mismo con anterioridad a la
audiencia, en el momento de proveer la demanda para darle curso.
b) Continúa la audiencia con la contestación verbal de la demanda por parte del
demandado (Nº 4 del Art. 8). Esta contestación puede presentarse por escrito, de
acuerdo a la facultad amplia de que gozan las partes en este proceso para hacer
valer minutas escritas, con lo cual la oralidad que se pretende pasa a ser bastante
relativa.
En esta contestación de la demanda debe el demandado “ofrecer” las pruebas de
que se va a valer en el juicio (Nº 6 del Art. 8), sin perjuicio que su lista de testigos
debe presentarse antes de las 12.00 horas del día que preceda al de la audiencia
(Nº 3 del Art. 8).
En esta contestación el demandado puede deducir reconvención, haciendo valer
otra pretensión, debiendo en el mismo acto dar cuenta de los medios de prueba que
la sustentan (Nº 5 del Art. 8).
La tramitación siguiente del juicio variará dependiendo, precisamente, si se formula
o no reconvención al contestarse la demanda y específicamente dependiendo del
momento en que se conteste la demanda reconvencional.
Veremos primero, la tramitación del juicio si no ha existido reconvención.
c) Acto seguido –si no se ha deducido demanda reconvencional el tribunal debe
proceder obligatoriamente a efectuar el llamado a conciliación (Nº 4 del Art.8). En
este caso se deben aplicar las reglas generales establecidas para este trámite en
los artículos 262 y siguientes del CPC.
Podría en este caso producirse acuerdo entre las partes para dar solución al litigio,
que puede ser total o parcial, debiendo levantarse acta de la conciliación o podría
suceder que no haya acuerdo.
d) En caso de no producirse avenimiento total, el tribunal debe proceder a recibir la
causa a prueba dictando la resolución correspondiente en la que se establecerán
los puntos substanciales, pertinentes y controvertidos que deban ser acreditados. Si
se hicieron valer incidentes en la audiencia y se produce, asimismo, controversia a
su respecto, también deberá el tribunal recibirlos a prueba en esa misma resolución,
ya que estas cuestiones accesorias se tramitan conjuntamente con la cuestión
principal y sin paralizar el curso de ésta (Nº 8 del Art. 8).
e) A continuación, se procede de inmediato a la recepción de la prueba ofrecida
por las partes en la demanda y en la contestación.
La recepción de esta prueba puede referirse tanto a la cuestión principal como a las
cuestiones accesorias o incidencias promovidas en la audiencia, por la razón ya
señalada en cuanto a que los incidentes deben tramitarse en esa misma audiencia
conjuntamente con la cuestión principal (Nº 8 del Art. 8).

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La prueba deberá ser apreciada por el juez en la sentencia conforme a las reglas
de la sana crítica (Nº 7 del Art. 8).
4.- Citación para oír sentencia.
Este trámite o diligencia esencial se debe cumplir una vez concluida la recepción de
la prueba en la audiencia. (Nº 7 del Art. 8).
Ello da a entender claramente que la resolución que cita a las partes a oír sentencia
debe dictarse necesariamente dentro de esa misma audiencia y no después de
terminada ésta, ya que la ley establece como oportunidad para ello “concluida la
recepción de la prueba” (lo que ocurre en dicha audiencia) y no dice “concluida la
audiencia”.
Las partes quedarán, en consecuencia, notificadas de esta resolución en la misma
audiencia en que el tribunal la dicte.
5.- Dictación de la sentencia definitiva.
- Inmediatamente o hasta 3 días.
En cuanto a requisitos. La sentencia definitiva, a falta de norma especial, deberá
pronunciarse sobre el fondo del asunto; y sobre los incidentes; o bien sólo respecto
de los incidentes cuando éstos sean de previo y especial pronunciamiento e
incompatibles con la acción. (Nº. 5 y 8 del Art. 8).
Tramitación del juicio si existió reconvención del demandado junto a la
contestación de la demanda.
Si el demandado opta por reconvenir a su demandante, al contestar la demanda en
la audiencia del quinto día hábil, la tramitación del juicio sufre algunas variaciones,
que pasaremos a señalar:
En primer término señalemos que el demandado junto con deducir su demanda
reconvencional, en el mismo acto, debe dar cuenta de los medios de prueba que
sustenten su pretensión (N° 5 del Art. 8).
En este caso, el tribunal debe conferir traslado en la misma audiencia para que el
demandado reconvencional conteste. Dicha contestación puede realizarse de
inmediato, verbalmente, o, en resguardo de su adecuado derecho de defensa, el
demandado reconvencional podría pedir al tribunal que se cite a nueva audiencia,
a realizarse dentro de los cinco días siguientes, a objeto de proceder a evacuar la
contestación y a la recepción de la prueba que se ofrezca. Las partes se entenderán
citadas de pleno derecho a este nuevo comparendo.
En cualquier caso, la ley dispone que la reconvención se tramita y resuelve
conjuntamente con la cuestión principal.
Si el demandado reconvencional opta por contestar de inmediato, o sea en el mismo
comparendo en que se ha formulado la reconvención, el juicio tendría los mismos
trámites ya señalados precedentemente. Pero, si prefiere valerse de mayor plazo
para preparar su defensa, puede pedir al tribunal que se realice una segunda
audiencia, dentro de los cinco días siguientes.

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Celebración de la nueva audiencia. Esta nueva audiencia tiene, a su vez, varias
finalidades:
a) recibir la contestación de la demanda reconvencional;
b) recibir la prueba que se ofrezca por las partes relacionada con la controversia
reconvencional;
c) recibir la prueba acerca de la cuestión principal que cualquiera de las partes haya
solicitado se les reserve para esta segunda audiencia, y que no haya podido ser
rendida en el primer comparendo. Se trata aquí de completar la prueba iniciada en
la primera audiencia.
d) efectuar el llamado obligatorio a conciliación después de evacuado el trámite de
contestación de la demanda reconvencional, toda vez que la conciliación debe
plantearse en relación a todas las cuestiones de fondo que conformen el asunto
controvertido del juicio y si la reconvención se contestó en este segundo
comparendo procede, con la misma razón anotada, llamar a las partes a conciliación
respecto de la controversia suscitada por dicha reconvención.
e) Citar a las partes a oír sentencia, ya que este trámite no habría podido cumplirse
en el primer comparendo, si ha de verificarse esta segunda audiencia, ya que en
esa primera oportunidad la causa no estaría en estado de cumplirse con esta
diligencia.
Posteriormente, vendría la dictación de la sentencia definitiva, respecto de lo cual
nos remitimos a lo dicho con anterioridad.
Algunas cuestiones de interés que plantea la ley modificada en cuanto al
procedimiento.
1.- En cuanto a la procedencia de los medios de prueba.
Como la ley establece para estos juicios un régimen procedimental breve y
concentrado, para los efectos de rendir prueba existen dudas acerca de la
procedencia de determinados medios probatorios.
En efecto, el legislador estructura toda la recepción de la prueba en una sola
audiencia y excepcionalmente en una segunda, si es que hubo reconvención, de
manera que con ello queda claro que no habría problemas para valerse de la
testifical y de la documental en el comparendo. Pero la prueba pericial, que podría
ser de mucha utilidad para determinar el valor de las mejoras o de los deterioros del
inmueble arrendado, y la prueba confesional que siempre es clave en cualquier
juicio, presentan problemas prácticos que suelen entorpecer la marcha regular de
los juicios.
Comencemos diciendo que en estos juicios de arrendamiento se admiten todos los
medios probatorios que nuestra ley procesal consagra, ya que ninguno de ellos está
expresamente prohibido, de manera que las partes se pueden valer de todos ellos.
Se mantiene, en este sentido la antigua y tradicional postura de permitir la utilización
en juicio solamente de aquellos medios de prueba enumerados taxativamente por el
legislador, en este caso por los artículos 341 del CPC y 1698 del CC., ya que no ha

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se aplicado el régimen moderno de permitir una amplia admisibilidad de cualquier
medio de convicción, como ocurre en Chile en materia procesal penal y la
legislación comparada. Como ejemplo puede verse la nueva Ley de Enjuiciamiento
Civil Española en esta materia.
Sin embargo, existen algunos vacíos respecto a algunos de los medios de
convicción legal que están permitidos utilizar, considerando la estructura que
presenta el nuevo juicio.
Desde luego que una prueba de peritos supone diversas actuaciones en el tiempo,
como por ejemplo nombrarlos, notificarlos, que éstos acepten el cargo y juren, que
posteriormente emitan el informe, previo reconocimiento, etc., todo lo cual no podrá
jamás hacerse en una misma audiencia, ya que se trata de actuaciones sucesivas
que se deben cumplir dentro de plazos variables.
Lo mismo puede decirse respecto de la confesión o diligencia de absolución de
posiciones que, como se sabe, podría llegar a cumplirse a través de dos citaciones
que necesariamente habría que hacer al litigante llamado a confesar, si no
comparece al primer llamado, lo que también origina problemas, ya que es una
prueba que no siempre se va a poder verificar con la primera citación y en
consecuencia no va a cumplirse en una sola audiencia.
La ley no aclara el panorama respecto a estas situaciones. La práctica y la
jurisprudencia irán precisando estas dudas.
2.- Forma de rendir la testimonial.
a) Las partes que pretendan valerse de testigos deben cumplir con la formalidad de
presentar lista o nómina, con la particularidad que en el juicio pueden solamente
declarar hasta 4 testigos por cada parte.
Esta listas deben acompañarse en la oportunidad legal establecida: el demandante
debe hacerlo en el mismo escrito de demanda y si no lo hace precluye su derecho y
el demandado deberá hacerlo antes de las 12.00 horas del día que preceda al de la
audiencia inicial, independientemente que ésta se realice o no al quinto día hábil
que indica la ley.
En efecto, si tal audiencia, por el motivo que fuere, no se lleva a cabo al quinto día, y
el tribunal fija nuevo día y hora para su realización, estimamos que no “renace” la
oportunidad de presentar la lista de testigos para el demandado, porque ello
significaría que tiene un privilegio respecto del demandante, que cuenta con una
única oportunidad.
Si hay demanda reconvencional, nada dice la ley respecto a la lista de testigos,
existiendo nuevamente un importante vacío. Creemos que el demandante
reconvencional debería presentar su lista de testigos en el mismo acto de deducir tal
demanda, ya que en el numeral 5 del Art. 8 se establece que si hay reconvención el
actor reconvencional “debe en el mismo acto dar cuenta de los medios de prueba
que sustentan su pretensión”.
Esto de “dar cuenta” de los medios de prueba habría que entenderlo como sinónimo
de ofrecer la prueba y presentar la lista de testigos.

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Respecto del demandado reconvencional habría que entender que, como tiene
derecho a solicitar nueva audiencia para contestar la reconvención, será
precisamente en esa nueva audiencia que se fije por el tribunal la oportunidad para
que presente su lista ya que en este comparendo debe recibirse la prueba que
ofrezca (Nº 6 inciso final del Art. 8), lo que supone que junto con contestar la
demanda reconvencional deberá presentar su lista para que posteriormente
declaren en esa misma audiencia los testigos.
b) La citación judicial de los testigos, con la debida anticipación, es prácticamente
impensable en estos casos habida consideración de la premura del tiempo. De tal
forma que deberán presentarse voluntariamente, lo que también puede originar
problemas a las partes, si alguno de estos testigos no concurre a la audiencia.
c) No proceden los exhortos para rendir prueba testimonial en otros territorios
jurisdiccionales, distintos al del juez que conoce de la causa, ya que la ley no lo
permite, en el ánimo legislativo de dar la máxima agilidad al procedimiento (Nº 7 del
Art. 8).
3.- Situación del arrendatario que abandona el inmueble sin restituirlo.
La reforma en estudio ha agregado un nuevo inciso al art. 6 de la ley, que se refiere
a un caso que suele ocurrir con alguna frecuencia, relativo a la situación del
arrendatario que abandona el inmueble sin restituirlo.
Antes de la reforma, el único remedio a esta situación era iniciar el correspondiente
juicio de arrendamiento para obtener una sentencia que ordenara la restitución del
inmueble al arrendador.
Actualmente se ha establecido un trámite bastante más simple, al menos en teoría,
sin necesidad de recurrir a un juicio declarativo. En efecto la nueva ley introdujo esta
importante modificación que consiste en que si el arrendatario abandona el
inmueble sin restituirlo al arrendador, éste le puede solicitar al juez competente que
se lo entregue, sin forma de juicio, con la sola certificación de abandono por un
ministro de fe (Art. 6 inc. 2º).
Se señala en dicha norma legal que si el arrendatario abandonare el inmueble
sin restituirlo al arrendador, éste podrá solicitar al juez de letras competente
que se lo entregue, sin forma de juicio, con la sola certificación de abandono
por un ministro de fe.
Lo anterior da origen a una simple petición o gestión judicial no contenciosa, ya que
la ley dice que es “sin forma de juicio”, en la cual el arrendatario a través de un
escrito le solicita al juez la entrega del inmueble que estaba arrendado, en atención
a que el arrendador no abandonó sin restituirlo.
El abandono se acreditará ante el juez con un Certificado de un ministro de fe
(notario público o receptor judicial). Aquí se presentará el problema de determinar
cuando se entiende que existe tal abandono, lo que en muchos casos no resultará
fácil de comprobar, recayendo en esta materia la responsabilidad sobre el ministro
de fe que certifique tal hecho.

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Con el mérito de tal certificación se puede verificar la entrega, para lo cual el mismo
ministro de fe debe levantar un acta del estado en que se encuentre el bien raíz al
momento de su entrega y remitir copia de ella al tribunal.

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