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EL COMITÉ DE APOYO A LA PRESIDENCIA Y

LA ONG APENKAI
Boletín Interno Nº 11 Año 2009

S
i algún artista hubiera querido plasmar la
imagen del Palacio de Gobierno allá por lo
años 90´, no habría podido omitir en la vista
lateral del edificio a un conjunto de camiones
de origen japonés totalmente cargados de computado-
ras, colchones, ropa, frazadas, máquinas de coser,
bandas de música, etc., que salían de los almacenes
del COMITÉ DE APOYO A LA PRESIDENCIA y de la
ONG “ASOCIACION PERU SHIEN NO KAI” (más
conocida como “APENKAI”) con dirección a los luga-
res más olvidados del país… donde nunca llegaba el
estado

Desde el inicio de su gobierno, Alberto Fujimori contó con la colaboración del


llamado “Comité de Apoyo a la Presidencia” - integrado por su hermana Juana, su
cuñada Clorinda Ebisue (esposa de Santiago Fujimori) y otras personas del círculo
nisei - para administrar las donaciones de ropa que empezaron a llegar abundante-
mente desde Japón. Paralelamente, la señora Susana Higuchi como Primera Dama
de la Nación, recibía y administraba otras donaciones, de otras fuentes y hacia
otros destinos.

Por algunos problemas que forman parte del ámbito estrictamente privado
de la familia Fujimori Higuchi - y que por respeto a sus integrantes no ventilaremos
- el 24 de marzo de 1992, la señora Susana Higuchi hizo una denuncia pública du-
rante una entrevista radial señalando que su cuñada (Juana Fujimori) y concuñada
(Clorinda de Fujimori) eran responsables de supuestos “malos manejos” de la ropa
donada por el Japón. La crisis se originó cuando la entonces Primera Dama fue
erróneamente informada que el “Comité de Apoyo” estaba “utilizando su nombre”
para realizar entregas de ropa en mal estado en el norte del país, hecho que luego
se demostró que no era cierto.

Lo cierto es que durante los 10 años de gobierno fujimorista, la mayor parte


de la ropa donada por Japón fue nueva y procedía de los saldos existentes en al-
macenes, fábricas, empresas, tiendas, etc.. Las prendas que no eran nuevas, llega-
ron perfectamente limpias y embaladas. Otra característica de estos envíos fue que
frecuentemente incluían ropa que excedía las necesidades de las poblaciones po-
bres. Se recibieron artículos de lujo como abrigos de piel, vestidos de gala, sacos
de gamuza, ternos muy finos, etc.. Por ello la señora Juana fue autorizada para su-
bastar esa ropa a través de los llamados “Bazares de Caridad” y con el dinero obte-
nido (US $14,000.00 en total) se compraron cocinas, menajes y otros artículos de
necesidad, que fueron a su vez donados a organizaciones populares.
Otra denuncia, afirma que se habrían producido manejos ilegales por parte de
APENKAI de los dineros donados por ciudadanos japoneses. Sin embargo, esta
documentalmente demostrado en los libros contables entregados a jueces y fisca-
les por el ingeniero Pedro Fujimori - hermano del presidente y responsable de la
ONG – que ésta organización privada recibió 20 millones 191 mil 685 dólares pro-
cedentes del Japón que se transformaron en 81 obras perfectamente ubicables,
con rendición de cuentas al día y los nombres de los donantes del Japón. El costo
total de las obras ascendió a 21 millones 048 mil 230 dólares, es decir, casi 1 millón
de dólares adicionales generados por una hábil administración en el cambio de ye-
nes a dólares y además los intereses ganados. Como se ha probado, los donantes
japoneses efectuaban el depósito del dinero donado en yenes - normalmente en el
Banco do Brasil Filial Tokio - los mismos que eran transferidos a Nueva York donde
eran cambiados ventajosamente a dólares y finalmente enviados al Perú, inicial-
mente al Norbank (hasta 1993) y posteriormente a los Bancos Wiesse o Continen-
tal.

¿Existe algún antecedente de ayuda económica efectuada por ciudadanos de


otro país que a lo largo de 10 años haya acumulado más de 20 millones y converti-
do en obras inauguradas y con contabilidad en regla?. Durante el gobierno de Tole-
do, nuestra embajada ubicó en Japón a todos los donantes pero fracasó en su in-
tento de obtener una denuncia contra Fujimori… todos estaban satisfechos del des-
tino de su dinero. Lo cierto es que la desconfianza japonesa inicial (1990) sobre el
destino real de su donativo logró ser disuelta por un manejo transparente; el donan-
te podía visitar Perú y apreciar la obra realizada o recibir la documentación conta-
ble y fotográfica lo que dio tranquilidad y seguridad para seguir colaborando.

Entre lo realizado por APENKAI figuran 81 obras entre colegios como el Perú –
Okinawa de Ate Vitarte, centros de salud como el de San Cosme o del Asentamien-
to Humano 1º de Enero, un pabellón de tres pisos para el Centro de Emergencias
Pediátricas de la Av. Grau, un pabellón de cinco pisos para el Hospital del Niño, la
reconstrucción de un edificio destruido por un coche bomba y convertido en Centro
de Capacitación Magisterial del jirón Loreto (actualmente desactivado), un Centro
Albergue para los Niños Trabajadores de Puno, el Coliseo Deportivo Uriel García
del Cusco, o el Centro de Capacitación Artesanal de Huamanga en Ayacucho,
construido con el millón de dólares donado por el filántropo japonés Chosaku Naga-
se.

Cabe agregar que APENKAI no solo construyó colegios sino también adquirió y
distribuyó bandas de guerra para cientos de colegios, cocinas y menaje para come-
dores populares, lanchas “peque-peque” para comunidades de la selva, colchones
y frazadas para zonas de frío, máquinas de coser para organizaciones de mujeres,
herramientas para el campo, etc.

Luego de años de proceso, la Segunda Sala Anticorrupción absolvió a Pedro


Fujimori y sus hermanos, sin embargo, la solicitud del Fiscal Pablo Sanchez fue
atendida por la Primera sala Penal Transitoria de la Corte Suprema y se ha ordena-
do un nuevo juicio oral. Es decir, a pesar de haber encontrado la verdad, jamás re-
conocerán que los dineros donados por Japón fueron honestamente administrados.

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