Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen Democracia Participativa Celmente Navarro
Resumen Democracia Participativa Celmente Navarro
Ya mencionado más arriba, el aporte o justificación metodológica que ofrece este articulo se
da en torno a que la “reflexión sobre la democracia ha ido adoptando desde finales del siglo
pasado dos vertientes, una normativa y otra empírica o positiva”2 y en cuanto a la teoría empírica
de la democracia participativa, esta es escasa; por lo tanto, el articulo de Navarro puede ser un
poco simple pero bastante necesario a la hora de buscar teoría sobre la democracia participativa,
tan descriptivo como este, por ende el calificativo de simple no es con un afán peyorativo, si no
mas bien con afán positivo, en cuanto a que ofrece una clara explicación (siendo una buena
introducción) de la teoría empírica de la democracia participativa, así como reza el titulo de su
articulo.
El sesgo participativo
Entrando ya en materia del articulo propiamente tal, la primera explicación que se exige, es
la de aclarar a grandes rasgos la hipótesis planteada por el autor, es decir, el sesgo participativo.
Como se explicaba más arriba, la lógica de democracia representativa, donde los partidos
políticos tienen amplia preponderancia y, por tanto, la competencia entre estos por llegar al poder,
es fundamental. Dicho juego impide que la lógica de democracia participativa se desarrolle, ya
que este tipo de democracia, la democracia participativa, en su definición más simple (o burda) es
la distribución igualitaria de oportunidades de participación, por lo que significa una mayor
distribución del poder. Este principio básico de la democracia participativa choca con la lógica
partidista de la democracia representativa, es decir que el objetivo general y principal de los
partidos políticos es la victoria electoral y en su defecto, mantenerse en el poder, y como segundo
1
NAVARRO, Clemente: “El sesgo participativo. Introducción a la teoría empírica de la democracia participativa”, Universidad
Complutense de Madrid IESA de Andalucía/CSIC, Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Papers 61, 2000, p. 11.
2
Ídem, p. 12.
objetivo, está la oferta de participación, por lo que al cumplir el segundo objetivo debe buscar
organizaciones que no coarten al primer objetivo, es decir ganar las elecciones, y por tanto deben
ser organizaciones afines con los partidos políticos, pasando a ser organizaciones instrumentales
en materia electoral. Esto se denomina como “democracia corporativa”.
3
Ídem, 13.
4
Ídem, 13.
objetivo de participación, deben haber organizaciones que permitan la permanencia del
oficialismo en el poder, una forma de ir “re”- legitimando el accionar político del oficialismo.
Democracia participativa
El segundo punto que debe aclararse en este resumen del texto de Navarro, es el de
democracia participativa, a pesar de ya haber ofrecido una definición sobre este concepto más
arriba, es necesario y urgente acotarlo de manera de esclarecerlo y ofrecer una mejor
herramienta metodológica o teórica a la hora de elaborar algún estudio en relación a la teoría
democrática.
5
Ídem, 14.
6
Ídem, 14.
7
Ídem, 15.
8
Ídem, 15.
Navarro considera a dos tipos de actores que se encuentran o influyen en la democracia
participativa (o, democracia asociativa o corporativa), estos son la clase política, que incluye tanto
al oficialismo o integrantes del gobierno municipal como a la oposición, y las élites cívicas, que
considera a los miembros activos de los grupos de representación de intereses. Al ser
organizaciones locales, tanto los partidos políticos como los grupos de representación de
intereses y desenvolverse en una arena reducida, el municipio, existe la particularidad de que la
interacción entre ambos es bastante estrecha, por lo que se presentan como “grupos
estructuralmente dependientes”9, por lo tanto “la influencia que puedan ejercer depende más que
la consecución de recursos externos que de los que provienen de sus miembros”10.
Considerando que las medidas que se tomen en pos de lograr una democracia participativa,
ya sean “las reformas institucionales y, en concreto, la institucionalización de cierta oferta
municipal, las oportunidades de participación”11, etc. requieren de la movilidad de recursos, el
autor considera que la mejor estrategia para poder desarrollarlo, es la coalición12 entre los
actores, ya sean los actores electorales (partidos políticos) como los corporativos (grupos de las
élites cívicas) que puedan aportar recursos suficientes como para ponerla en marcha o, de una
manera más drástica, imponerla. Dentro de este contexto, el autor supone que la ‘mejor’ coalición
consiste en que el gobierno “tiene en cuenta la información relevante sobre los recursos y los
intereses de las asociaciones locales. En concreto, sus coeficientes de influencia y de confianza.
El primero se refiere de la centralidad de los grupos en la trama corporativa y, por tanto, su
capacidad de influencia. El segundo da cuenta de la superposición que mantiene con el gobierno
municipal, los rasgos comunes de sus respectivos sistemas de creencias, de los que derivan
expectativas de apoyo mutuo.”13
9
Ídem, 16.
10
Ídem, 16.
11
Ídem, 17.
12
“Si por coalición entendemos un acuerdo de carácter contingente entre diversos actores sobre las reglas de comportamiento que
harán posible que cada uno de ellos alcance sus intereses y de una forma más beneficiosa que individualmente o mediante otros
acuerdos o alianzas.”, Ídem, 17.
13
Ídem, 18.
gobierno de turno institucionalice la oferta de participación. De todas maneras, el promover una
democracia participativa siguiendo con la lógica partidista, esto es la competencia partidista por el
poder, siempre va a derivar en un “fracaso” de la democracia participativa, ya que va a estar
presente el sesgo participativo, lo que nos indica que una mezcla de sistemas no es posible,
por tanto la opción es clara “o democracia representativa o democracia participativa”
Aventurándonos fuera de los márgenes del artículo de Navarro y con el afán de instalar el
debate, mínimo en el curso, exploraremos distintos conceptos sobre democracia que se conocen,
como los ya señalados en el subtitulo.
Por otro lado la democracia participativa, la cual evidentemente es mucho más inclusiva y
permite la participación de más tipos de organizaciones que no solo sean partidos políticos, en
otras palabras es una apertura del sistema político hacia la sociedad civil. Podemos decir que
este “tipo” de democracia genera un feed back en cuanto a “vias” se trata, es decir que aunque la
sociedad cívica participa en la toma de decisiones, sigue siendo una sociedad instrumental y
“semi-artificial” ya que si la democracia participativa se plantea desde un sistema de democracia
representativa, va a existir lo se conoce como “sesgo participativo”. De todas maneras, la
inclusión de la sociedad cívica en el sistema político va a significar la desaparición del
“monopolio” del poder por parte de los partidos políticos, y podría suponer que aumenten las
“sorpresas” dentro del sistema por lo que lo hace un poco más inestable, teniendo en
consideración que las organizaciones que participan tiene cierta empatía con el gobierno de
turno, esto no significa que deba ser 100% obediente con este. En el ámbito de la sociedad civil,
ya señale que es semiartificial, lo que quiere decir que a pesar de que la institucionalidad haya
creado las organizaciones, estas adquieren vida propia y toman preponderancia como actor en el
sistema.
En cuanto a democracia directa se trata, obviamente se cuenta con una sociedad cívica (o
ya no tan solo cívica, sino que sociedad completa) que participa por completo en la toma de
decisiones, pasando a ser nuevamente de “una sola vía”, pero a la inversa que en la democracia
representativa, es decir que es la sociedad la que crea ahora el Estado o el sistema político,
siendo el sistema el instrumento y la sociedad los actores. De todas maneras este “tipo” de
democracia implica un mayor grado de complejidad y compromiso, puesto que al ser la misma
sociedad quien toma las decisiones políticas, nadie puede estar exento de hacerlas, ya que se
consideran los intereses de todos y el bien común de todos. Dentro de esta lógica, no cabe la
posibilidad de que existan organizaciones tales como los partidos políticos u otro tipo que quiera
disputarse el poder, ya que este recae en toda la sociedad. Para poder lograr esto, es muy
necesario incluir la dimensión espacial, ya que sólo podría ser posible en sociedades pequeñas
ya que físicamente es imposible realizarlo en ciudades como las de hoy, puesto que es muy difícil
poder prestar atención a todos y generar un buen debate en torno a cual es la mejor solución
para mantener el bien común a “todos”.