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Esho Funi

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Cambiar nuestras circunstancias implica


cambiar primero nosotros mismos. Nosotros
y nuestro entorno somos uno. De esto se
trata Esho Funi :-)

Vamos al tema...

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Esho Funi: la inseparabilidad
de la vida y el ambiente
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La mayoría de las tradiciones religiosas occidentales, sostienen que la


vida es el producto de un supremo creador, ubicado en su medio ambiente
como parte de un gran plan.
La ciencia sugiere que la vida brota de medios ambientes inanimados - que
es simplemente un fenómeno de muy alta complejidad.

La visión budista de la relación entre la vida y su medio ambiente, entre


la gente y su entorno, es muy simple pero profunda en sus implicancias.
Explica que la vida emerge naturalmente dondequiera que las causas y
condiciones sean adecuadas para que lo haga. El lugar donde la vida emerge
y existe, es llamado medio ambiente.

“Medio ambiente” significa entorno, y lo que rodea es la vida. Para los


seres humanos, el medio ambiente incluye nuestra familia, comunidad y
centro de trabajo, así como el paisaje en el que vivimos y todas las formas
de vida que lo colman. La vida no puede existir separada de su medio
ambiente, y la vida, a su vez, influye profundamente en su medio ambiente.

En el amanecer de la vida sobre la Tierra, los océanos rebosaban de


organismos unicelulares. Algunos de estos comenzaron a absorber el dióxido
de carbono (CO2) de la atmósfera y, a su vez, despedían oxígeno.
Gradualmente, estos organismos simples evolucionaron como vida vegetal,
produciendo más y más oxígeno. Lentamente, una atmósfera que contenía poco
oxígeno se transformó en una rica en éste, mientras evolucionaban nuevas
formas de vida que respiraban oxígeno. Algo de ese oxígeno se transformó en
ozono (O3), creando una capa en la atmósfera que bloqueaba la dañina
radiación del sol, enfriando la tierra los océanos y protegiendo la vida.
Bajo esta protección, la vida floreció y evolucionó. La vida transformó así
el medio ambiente, haciéndolo más conveniente para más formas de vida.

Los seres humanos estamos inmersos en un medio ambiente rico con miríadas
de formas de vida vegetal y animal, separados del cual no podemos
sobrevivir. Debido a que dependemos del agua, el aire, la vida vegetal y
animal que nos rodea, nuestro medio ambiente merece, verdaderamente, el
nombre de “madre naturaleza” –porque da vida y nutre a los seres humanos.
Además, nuestros cuerpos mismos están compuestos de los mismos elementos
que se encuentran en nuestro medio ambiente -el componente líquido de
nuestro cuerpo, por ejemplo, es similar a la composición del agua de mar.

Que dependamos de nuestro medio ambiente y nos parezcamos mucho a él, hace
del principio budista de la unidad de la vida y su medio ambiente una
cuestión de sentido común. Pero la visión budista va más allá de una simple
conexión técnica; ella reconoce un hilo que vincula a las entidades
vivientes con su medio ambiente. Este hilo es el verdadero aspecto de todos
los fenómenos, la Ley Mística, que puede ser entendida como la vida misma
del universo en sí.
Mientras la ciencia reconoce que la vida surge del medio ambiente y es una
extensión de éste, el Budismo vierte luz sobre el por qué es esto así. Se
debe a que el medio ambiente mismo está “vivo” -porque el universo rebosa
del potencial de la vida.

La “unidad” a la que nos hemos estado refiriendo deriva del término chino
que literalmente significa “dos pero no dos”. En un nivel, la persona y su
medio ambiente son entidades distintas y separadas. Naturalmente, es
importante reconocer y apreciar esta distinción. No obstante, vistos desde
la perspectiva de la entidad esencial, o lo que el Sutra del Loto refiere
como el verdadero aspecto de todos los fenómenos, son uno y lo mismo.

Nichiren Daishonin dice: “Significa que todos los seres y su ambiente, en


cualquiera de los Diez Estados, desde el inferior –que es el de Infierno-
hasta el superior -que es el de la Budeidad-, son manifestaciones de Myojo
rengue kyo, sin excepción. Allí donde hay un ambiente, necesariamente debe
haber un sujeto que corresponda a él.

Miao-lo señala: ‘Tanto la vida (shoho) como su ambiente (eho) siempre


manifiestan Myojo rengue kyo’” (Los principales escritos de Nichiren
Daishonin, vol. 1, pág. 89). Él compara Myojo rengue kyo con la verdadera
entidad o el verdadero aspecto de todos los fenómenos.

El Daishonin también escribe, “El ambiente es como la sombra,y la vida,


como el cuerpo. Sin el cuerpo, no puede existirla sombra, y sin la vida,
no hay ambiente. De la misma manera, la vida es formada por su ambiente”
(The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 644). La frase traducida aquí
como “formada por” también puede ser interpretada como “creada por” o
“apoyada por”.

Cuando la vida interior de la persona está descaminada o desbalanceada, el


ambiente -la sociedad humana, el ecosistema, los océanos, la atmósfera y la
geografía- es influenciado negativamente.

Es importante comprender que ésta no es una relación estática.


La conexión entre nosotros y nuestro ambiente es dinámica, viva.
Constantemente estamos ejerciendo una influencia en nuestro ambiente, y
nuestro ambiente está influenciando en nosotros. Lo que nos debe preocupar
es si estamos ejerciendo una influencia positiva y valiosa sobre nuestro
ambiente, y si estamos respondiendo a las influencias de nuestro ambiente
de manera positiva y valiosa.

Si no nos gusta lo que vemos en nuestro ambiente, podemos esforzarnos por


mejorarlo. Y para hacerlo, el principio de la unidad con nuestro ambiente
sugiere que, simultáneamente, debemos esforzarnos por mejorar nosotros
mismos.

Hoy, nuestro mundo está al borde de una crisis ambiental.


Los malos hábitos de la humanidad han estado causando y acumulando efectos
negativos ambientales y globales que están comenzando a degradar el
bienestar de la humanidad. El peligroso agotamiento de la capa de ozono
protectora de laTierra y el calentamiento causado por la quema de
combustible fósil son sólo dos ejemplos publicitados.

Además, unas 500.000 especies están comenzando a extinguirse cada año,


muchas por causas directamente vinculadas a la influencia humana. De
acuerdo con el principio de la unidad de la vida y el medio ambiente, un
medio ambiente sucio es el producto de corazones y mentes contaminados.
Este, a su vez, funciona paracontaminar los cuerpos, corazones y mentes de
quienes viven en él. La progresiva destrucción de la naturaleza,a esta luz,
es claramente una señal de la ignorancia de las personas respecto a la
verdadera naturaleza de la vida.

En nuestro estudio del Budismo, a menudo utilizamosel término condición de


vida para describir nuestro estado mental o emocional interior. La
condición de vida, sin embargo, se refiere en realidad al cuadro completo
de nuestras circunstancias internas y externas. No sólo significa nuestra
apariencia, estructura mental, corazón y espíritu; también incluye el medio
ambiente –la armonía del escenario familiar,el ambiente laboral, el rol en
la comunidad, ¡la prosperidad, etc. Todas estas cosas caracterizan nuestra
vida y nuestro medio ambiente.

Cuando nos vemos a nosotros mismos y a nuestro medio ambiente como


esencialmente uno, vemos el valor de cultivar y enriquecer nuestra
humanidad interior mientras nos esforzamos por mejorar nuestras
circunstancias externas. El atender exclusivamente, ya sea lo interior o lo
exterior, nos tendrá andando en círculos. El propósito del movimiento de la
SGI es hacer posible una transformación positiva en la vida de los
individuos, quienes, a su vez, actuarán con sabiduría para ejercer una
influencia positiva en su medio ambiente. Como dice el prefacio de la
novela La Revolución Humana: “La transformación dentro de cada individuo
puede no sólo modificar su propio karma sino también el de toda una nación
y, más aún, el de toda la humanidad”. La comprensión de este principio se
expresa mejor, tal vez, en nuestra determinación de mejorar siempre,
esforzándonos positivamente por el bienestar de los demás y el mejoramiento
de nuestro medio ambiente.

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Ricardo, el estudio nos ayuda a fundamentar la fe, pero el camino comienza


y avanza a través de la práctica: así que a entonar Daimoku (Nam-myojo
rengue-kyo) para lograr nuestros objetivos y superar los obstáculos. Hay
gente que nos necesita, y para dar felicidad hay que ser primero felices
:-)¡

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