26 / SEXUALIDAD

1 No todos nos erotizamos con lo mismo. Es cuando el otro no

coincide con las expectativas eróticas (el llamado “mapa de amor”) de la
persona. Hay marcadas diferencias entre la imagen de lo que se consi-
dera un hombre o mujer atractivos (eróticamente hablando) en compara-
ción con las características reales de la pareja, y también es común que
los estilos sexuales sean opuestos. Si por ejemplo a uno le encanta el
sexo relajado, lento y suave, al otro le atrae un erotismo más instintivo
y visceral. La incompatibilidad sexual es común en las parejas que no
se eligieron por la atracción sexual sino por otros factores: seguridad
afectiva, deseo de formar una familia o presiones externas.

2 “Querer es poder”, no se aplica necesariamente. Con el tiempo

logramos conocernos mutuamente cada vez más al investigarnos, hablar
sobre nuestras fantasías, reconocer los efectos de diferentes juegos
eróticos… Esto lleva, en el caso de parejas que se comunican efectiva-
mente y que son creativos sexualmente hablando, a una compatibilidad
y sincronización erótica creciente. Sin embargo, cuando las diferencias
de preferencias y estilos sexuales son marcadas, la comunicación y los
intentos por mejorar en ese aspecto no tienen un buen resultado. En

9sexual
el sexo la vieja frase “querer es poder” no se aplica necesariamente,
entonces no hay manera de despertar erotismo cuando no existe cohe-
rencia entre mis preferencias y la realidad.

verdades sobre la
compatibilidad 3 La comunicación no verbal, un buen síntoma. Muchas veces
una comunicación no verbal muy fluida, entendiéndose y coordinándose
casi sin hablar, es excelente. Cada uno sabe lo que le gusta al otro, cual
es el momento para cambiar de estímulo, para mantener un ritmo, para
acariciar determinadas zonas erógenas y la forma de hacerlo. Además,
la compatibilidad sexual se refleja en la coincidencia de las fantasías
de ambos, es decir, aquellas escenas, juegos o situaciones que los en-
cienden y excitan. Si la relación de pareja es armónica y no se presentan
disfunciones sexuales, el sexo en este caso es vivido como sumamente
Llevarse bien en la cama puede ser
satisfactorio y un aspecto muy importante del vínculo.
instantáneo o una meta a alcanzar. El
punto es que es un deber lograrlo, y aquí
desmitificamos algunos aspectos para
contribuir en esta tarea. 4 ¿Preferencias sexuales distintas? No hay una preferencia o
gusto sexual en particular que sea una alerta con respecto a problemas
Por Carla Ingus M.. de la intimidad. Si coinciden en los estímulos más efectivos que ponen
en marcha su respuesta sexual, aunque tengan diferencias éstas no
se notarán demasiado. El problema es cuando lo que estimula a uno le
provoca indiferencia o rechazo al otro. Es más, ciertos juegos eróticos
son a veces incompatibles con lo que el otro desea o piensa, de modo tal
L o ideal sería que todas las parejas que se aman tuvieran una vida
que no son practicables.

sexual plena. Pero la realidad es clara, y con amor no basta. La compati-
bilidad en la cama no siempre está asegurada y, por lo mismo, tampoco
el placer de los involucrados.
¿Existe la química sexual? ¿Hay parejas que nunca la lograrán? ¿Cómo
revertir la incompatibilidad? ¿Se puede? Ezequiel López Peralta (*), psi-
cólogo argentino y sexólogo clínico –además de conductor de “Simple-
mente sexo” (Discovery Home&Health)– es experto en el tema y dicta
cursos sobre seducción, sexualidad y erotismo en América Latina. Aquí
nos contesta estas inquietudes.
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Comunícate… pero con amor. Se puede expresar lo que quere-
mos durante el acto sexual mismo con algunos gestos (como acercar la
mano a alguna parte del cuerpo) o palabras claras (sin ser agresivos ni
imperativos). También podemos sacar el tema en otro momento y dialo-
gar naturalmente sobre aquello que nos excita sexualmente y, por qué
no, lo que nos enfría… Comentarnos nuestras fantasías y pensar cuáles
de aquellas que no cumplimos podríamos llevar a la práctica.

6 Cuando no deseamos al otro. La sexualidad es rutinaria, mecáni-
ca, y más una descarga que un acto deseado. La respuesta sexual en estos
casos presenta alteraciones (disminución del deseo, excitación dificultosa,
bloqueo o retraso del orgasmo, dolor en el coito). Si para uno o los dos
miembros de la pareja la sexualidad es algo importante, esta situación
siempre va a ser fuente de conflicto o insatisfacción. Mientras estén
unidos por objetivos que consideren más importantes (como la crianza de
los hijos, la imagen ante la sociedad, la estabilidad económica) puede que
el vínculo persista; si no, las posibilidades de ruptura son altas.
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Hay ritmos y ritmos.. Dentro de la compatibilidad sexual, en lo
referente a la conducta sexual, también se incluyen los “termostatos
sexuales”. Cada persona tiene un nivel de deseo sexual propio como pa-
rámetro que, aunque varía de acuerdo a diferentes factores, sigue cier-
tas pautas. Cuando ambos miembros de la pareja tienen una necesidad
sexual muy diferente (uno de ellos todos los días y el otro una vez a la
semana, por ejemplo) estamos ante un aspecto incompatible, pero que
utilizando algunas maniobras terapéuticas se puede a veces conciliar y
llegar a un punto de encuentro satisfactorio.
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8 ¡Podemos encontrar la compatibilidad! Existe la posibilidad,
siempre y cuando se den las condiciones. Cuando las diferencias son
muy grandes, poco podemos hacer; si las coincidencias entre el mapa de
amor y el “territorio” erótico son grandes, la compatibilidad es posible.
En el caso contrario, no lo es en absoluto.
9 La química sexual ¡existe! Sí, en el encuentro entre dos personas
hay una suerte de evaluación (no consciente en muchos aspectos) de la
atracción o rechazo que me producen los olores, tono de voz, contacto
con la piel, imagen, modo de acariciar y otros numerosos detalles. En ese
contacto se movilizan circuitos químicos en el sistema nervioso central
que, si existe atracción sexual, dan lugar a sensaciones inconfundible-
mente placenteras. Como sexólogo soy un convencido de que la química
existe y de que la técnica no puede hacer mucho por una pareja si esa
magia nunca se produjo. En cambio cuando hay química entre los dos
podemos ayudar a potenciarla, sostenerla e incluso recuperarla cuando
se produjo un cierto desgaste producto del paso del tiempo, la monoto-
nía, conflictos y crisis de la relación.
(*) Ezequiel López Peralta es también director del sitio www.sexoterapiaonline.com
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