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Clasificación de los materiales de construcción

Los llamados materiales de construcción engloban a aquellos


materiales que entran a formar parte de los distintos tipos de obras
arquitectónicas o de ingeniería, cualquiera que sea su naturaleza,
composición o forma. Los materiales de construcción abarcan un
gran número y de orígenes muy diversos, pudiéndose clasificar para
su estudio en base a diferentes criterios, siendo los más habituales su
función en la obra, su intervención y su origen.

Pétreos Aglomerantes Orgánicos Otros

Materiales pétreos

Los materiales pétreos utilizados en construcción son las rocas, que


son agregados de partículas minerales de dimensiones apreciables y
de forma indeterminada, mientras que los materiales derivados de las
rocas, y que se emplean habitualmente en la construcción, reciben el
nombre genérico de piedra.

En la actualidad, las rocas se emplean en la construcción como


elemento resistente, decorativo en el recubrimiento de paredes y
suelos, y como materia prima para la fabricación de otros materiales
como cementos, piezas de cerámicas, etc., siendo este último su
principal aplicación.
Rocas y Piedras

Las rocas se extraen de las canteras o excavaciones, arrancándolas


por medio de maquinas (piedras blandas), o por voladuras (piedras
duras). En ambos casos se obtienen grandes bloques de roca sin una
forma determinada. Para su uso en construcción es necesario realizar
en primer lugar un desbaste, que consiste en eliminar las partes más
bastas de los bloques y prepararlas para la labra, que consiste en
darles las dimensiones y formas requeridas.

Rocas ígneas o eruptivas


Son rocas formadas por enfriamiento y solidificación de las masas
fundidas de magma, del interior de la corteza terrestre, al salir al
exterior. Las rocas ígneas están compuestas casi en su totalidad por
minerales silicatos, y suelen clasificarse según su contenido de sílice.
Las principales categorías son ácidas o básicas, siendo el granito
ejemplo del primer grupo, y el basalto del segundo.
Granito

El granito es una roca que cristaliza a partir de magma enfriado de


forma lenta a grandes profundidades bajo la superficie terrestre. Está
compuesto por feldespato, cuarzo y mica, y de algunos otros
minerales accesorios. Presentan una estructura granular cristalina,
con grano grueso, mediano o fino según las condiciones de
enfriamiento (velocidades rápidas favorecen el grano fino y las muy
lenta el grano grueso). La coloración varía según abunde una clase de
mineral u otra, siendo generalmente de color grisáceo, aunque
podemos encontrar granitos negros, blancos, rojizos, etc.

Rocas sedimentarias

Las rocas sedimentarias están formadas por fragmentos


pertenecientes a otras rocas más antiguas, y que han que han sido
transformadas y erosionadas por la acción del agua y, en menor
medida, del viento o del hielo glaciar. Estos fragmentos se presentan
en depósitos o sedimentos que forman capas o estratos
superpuestos, separados por superficies paralelas, representando
cada capa un periodo de sedimento.

Por su parte, las rocas compactas se forman a partir de las


incoherentes por compresión o aglomeradas por una pasta o
cemento. Se dividen según el tamaño de los fragmentos que se han
compactado, así tenemos los conglomerados que están formados
por cantos, gravas, gravillas o garbancillos, areniscas cuando se
compactan arenas y pizarras cuando se compactan arcillas y limo.
Calizas

Las calizas son rocas formadas por carbonato cálcico, pudiendo tener
un origen químico por precipitación de soluciones bicarbonatadas u
orgánico por acumulación de restos de caparazones o conchas de
mar, formadas por las secreciones de CaCO3 de distintos animales
marinos.
Las calizas son de colores ocre, de dureza media y fáciles de labrar y
pulir. En general constituyen un excelente material de construcción.
También se emplea en grandes cantidades como materia prima para
la elaboración de cementos, y tratadas al fuego se calcinan dando
cal.
Áridos, arenas y areniscas

Los áridos o gravas son fragmentos de roca de diámetro medio,


entre 100 y 30mm, procedentes de la trituración de rocas, ya sea de
forma natural o artificial. Se emplean en mampostería, en
pavimentos, para la elaboración de hormigones, etc.

Las arenas son fragmentos producidos por de la desintegración


química y mecánica de la rocas bajo meteorización y abrasión, de
diámetro entre 5 y 0.2mm. Su composición es variada, pero las más
frecuentes están formadas de cuarzo (sílice) con una pequeña
proporción de mica, feldespato, magnetita y otros minerales
resistentes. Cuando las partículas acaban de formarse suelen ser
angulosas y puntiagudas, haciéndose más pequeñas y redondeadas
por la fricción provocada por el viento y el agua. Desempeñan un
importante papel al ser parte esencial en la elaboración de morteros
y hormigones, empleándose también en el acondicionamiento del
lecho para conducciones subterráneas. Se subdividen en gruesas (5-
2mm), medias (2-1mm) y finas (> a 1mm). Por su origen se dividen
en arenas de mina, de río, marinas y artificiales.

Las areniscas son rocas resultantes de la compactación de arenas


de cantos vivos unidos por cementos naturales. Su composición
química es la misma que la de la arena, y el cemento suele estar
compuesto por sílice, carbonato de calcio u óxido de hierro. El color
de la roca viene determinado por el material cimentador. Son rocas
que se labran muy bien, usándose como revestimientos y en la
fabricación de piedras de afilar y de moler.

Rocas metamórficas

Las rocas metamórficas proceden de la transformación, en su


composición mineralógica y estructural, de las rocas ígneas o
sedimentarias debido a grandes presiones y/o temperaturas,
producidas en el interior de la Tierra. Las rocas más importantes son el
mármol y la pizarra.
Mármol

Los mármoles son una variedad cristalina y compacta de caliza


metamórfica, que puede contener minerales accesorios como mica,
serpentina, grafito, óxidos de hierro, etc. Estas impurezas
proporcionan a los mármoles una amplia variedad de colores, que
junto a la estructura del mismo, producen diferentes efectos y que
sirven para su clasificación.

Según esta clasificación, los mármoles se dividen en: sencillos, que


poseen un solo color uniforme; policromos, que presentan diferentes
colores; veteados, que presentan listas de color diferente al del
fondo; arborescentes, si tienen dibujos veteados; lumaquetas, si
contienen caracoles y conchas (proceden de las calizas lumaquelas);
y brechas, formados por fragmentos angulosos de diferente
coloración. También es posible clasificar a los mármoles por el uso a
que destinen, tenemos entonces: mármoles estatutarios, que son
de color uniforme, compactos, traslúcidos y de fácil labra; y
mármoles arquitectónicos, que son resistentes y de bellas
coloraciones, empleados en pavimentos y decoración.

Una de las principales propiedades que caracterizan a los mármoles es


el que se pueden pulir hasta obtener un gran brillo. Es además un
material poco poroso, de dureza media-baja (dureza 3 en la escala de
Mohs), que resiste bien el hielo pero poco el desgaste por rozamiento.
Pizarra

La pizarra es una roca densa con grano fino, formada por el


metamorfismo de esquisto micáceo y arcilla. El esquisto micáceo es el
término común aplicado a las variedades de grano fino de roca
sedimentaria formadas por consolidación de lechos de arcilla,
mostrando laminaciones finas, paralelas a los planos de los lechos y a
lo largo de las cuales la roca se rompe con fractura curva e irregular.

El proceso de metamorfismo produce la consolidación de la roca


original y la formación de nuevos planos de exfoliación en los que la
pizarra se divide en láminas características, finas y extensas. Aunque
muchas rocas que muestran esta exfoliación se llaman también, por
extensión, pizarras, la pizarra auténtica es dura y compacta y no
sufre meteorización apreciable. La pizarra suele ser de color negro
azulado o negro grisáceo, pero se conocen variedades rojas, verdes,
moradas, etc.; son bastante blandas, pudiendo ser rayadas con un
cuchillo y su tacto es suave, casi graso; son muy refractarias e
impermeables, siendo estables al hielo. La pizarra se emplea en la
construcción de tejados, como piedra de pavimentación y como
"pizarras" o "pizarrones" tradicionales para escuela.
Materiales cerámicos

Se obtienen a partir de arcillas, que por la gran plasticidad que


presentan en estado húmedo, son fácilmente moldeables. La
plasticidad de las arcillas depende fundamentalmente del contenido
en agua que posean, y de las sustancias que la acompañan como
carbonatos, micas, cuarzo, etc.

Las arcillas que se utilizan habitualmente para fabricar piezas de uso


industrial están compuestas por una mezcla de arcilla común y caolín,
que constituyen la materia plástica, junto con otros componentes no
plásticos y que se añaden con diferentes objetivos.

En lo que se refiere a los componentes no plásticos, éstos se


clasifican según su función en: desgrasantes, cuya misión es
disminuir la plasticidad de la masa evitando el agrietamiento y
contracción, siendo lo más importantes la sílice, feldespatos y la
chamota, que son restos cerámicos pulverizados; fundentes, que se
agregan para aumentar la plasticidad y disminuir el punto de fusión
de las arcillas con objeto de lograr durante la cocción el vitrificado de
la pieza, lo que le confiere mayor resistencia e impermeabilidad,
siendo los más importantes las micas, fosfato tricálcico y feldespatos;
por último, tenemos los accesorios, que no son fundamentales para
la fabricación, sino que sirven para dar características especiales
como los vitrificantes, sílice, ácido bórico, borax, etc., y los colores
de decoración, óxidos y sales metálicas.

Propiedades, fabricación y conformado

La acción del calor sobre la arcilla hace que ésta pierda su plasticidad
y experimente cambios en sus propiedades, las cuales dependerán del
tiempo y temperatura de cocción, así como de las sustancias
añadidas. En general, las propiedades más características de los
materiales cerámicos son: elevado punto de fusión, mayor que el de
los metales; baja conductividad térmica, en general son duros pero
frágiles; resistentes al desgaste, sirviendo como materiales abrasivos;
poseen una gran estabilidad química y frente a los agentes
medioambientales.

Dentro de las propiedades, la concentración de poros es


especialmente importante ya que, además de influir sobre las
propiedades mecánicas y en la permeabilidad, sirve como criterio de
clasificación de los materiales cerámicos. Según esta
clasificación, los materiales cerámicos se dividen en: porosos,
ladrillos, tejas, bovedillas, y lozas; compactos, porcelana, gres; y
vitrificados, vidrio (que será estudiado en otro apartado). Otra
clasificación de los materiales cerámicos los divide en: permeables,
que coinciden con los porosos; impermeables, que coinciden con los
compactos y vitrificados; y refractarios, que se encuentran dentro de
los porosos.

El proceso de fabricación de los diferentes materiales cerámicos


puede variar de unos a otros, sin embargo, todos ellos constan de una
serie de pasos comunes. En primer lugar se deben preparar las
materias primas mediante una serie de procesos mecánicos, como
la molienda, y de depuración como la limpieza y eliminación de
elementos extraños.

Las piezas moldeadas contienen cantidades de agua que oscilan


entre el 15 y el 50% en peso, cantidad que debe de reducirse lo más
posible (hasta ~5%). Este proceso de secado debe llevarse a cabo
de forma gradual y lenta a fin de evitar la aparición de grietas y
contracciones. El secado se puede llevar a cabo de forma natural,
depositando las piezas moldeadas en lugares aireados y cálidos, o
bien de forma artificial en cámaras cerradas por donde circulan las
piezas a contracorriente de aire aliente forzado por ventiladores.

Después del secado se procede a la cocción de las piezas, durante


la cual adquieren la consistencia pétrea y la inalterabilidad de su
forma. La temperatura y tiempo de cocción determinan la resistencia
del material. Así, un material poco cocido será menos frágil, menos
resistente pero más permeable que uno muy cocido, que será más
frágil, mas resistente pero menos permeable.
Finalmente, los objetos cocidos pueden recibir diferentes
tratamientos superficiales como vidriado, esmaltado, pintado, etc
Vidrios

El vidrio es una sustancia amorfa fabricada sobre todo a partir de


sílice fundida a altas temperaturas. El vidrio es una sustancia amorfa,
se enfría hasta solidificarse sin que se produzca cristalización, que se
halla en un estado vítreo en el que las unidades moleculares, aunque
están dispuestas de forma desordenada, tienen suficiente cohesión
para presentar rigidez mecánica.

Componentes y características

El vidrio se obtiene por la fusión de la arena de cuarzo, rica en sílice,


bien molida, que el elemento vitrificador y el que constituye
verdaderamente el vidrio, proporcionando resistencia mecánica al
vidrio. Junto con la sílice es necesario añadir caliza que actúa de
estabilizador aportando también resistencia, dureza y brillo, y
carbonato sódico que actúa de fundente, rebajando el punto de
fusión de la sílice desde los 1.700º hasta los 850º. Además pueden
añadirse otros ingredientes como el plomo o el bórax, que
proporcionan al vidrio determinadas propiedades físicas. Todos los
componentes deben mezclarse finamente molidos, y en proporciones
precisas para obtener el vidrio con las características óptimas
deseadas.

El vidrio es un material duro pero muy frágil, transparente o traslúcido, muy resistente a
la tracción y a los agentes químicos, salvo el ácido fluorhídrico que lo disuelve, y mal
conductor del calor y la electricidad.

Fabricación y tipos de vidrios

Existe una gran variedad de tipos de vidrio, que están íntimamente


relacionados con sus respectivos procesos de fabricación. Según el
proceso, los vidrios se clasifican en vidrios huecos, vidrios planos,
vidrios colados, vidrios prensados y fibra de vidrio..
El vidrio plano se trata del vidrio más empleado en la construcción, y
para su elaboración se emplea una mezcla de 72% de sílice, 14% de
carbonato sódico y un 9% de cal, correspondiendo el resto hasta el
100% a diversos aditivos. Para su fabricación existen dos métodos: el
de flotación y el de estirado, siendo el primero quizás el más
empleado.

El otro método de obtención es el método de estirado, que puede


llevarse a cabo en horizontal, método Colburn, o en vertical,
método Fourcault. En ambos casos, se aproxima una lámina
metálica, denominada cebo, a la masa de vidrio fundido para después
levantarla y hacerla pasar a través de unos rodillos que conforman la
lámina al espesor deseado. Mediante el método Colburn se logran
espesores de hasta 30mm, mientras que con el segundo los
espesores son menores, entre 0.5 y 10mm. Mediante estos métodos,
especialmente con el de Fourcault, se obtienen láminas con algunas
ondulaciones que posteriormente hay que eliminar por esmerilado o
pulido.

Por último, la fibra de vidrio se obtiene mediante extrusión de la


masa de vidrio a través de unas boquillas o hileras con diámetro
inferior a 0.1mm. Los hilos obtenidos se deshilachan con vapor
recalentado y posteriormente se secan. Unos rodillos se encargan de
estirarlos para dotarlos de mayor resistencia, y finalmente, tras una
ligera torsión, se enrollan en bobinas. Con las fibras de vidrio se
elaboran tejidos y fieltros que se emplean posteriormente en la
fabricación de aislantes térmicos y acústicos, y para la obtención de
paneles de yeso o escayola y de plástico reforzados.

Materiales aglomerantes

Los materiales aglomerantes son aquellos materiales que, mezclados


con agua, forman una masa plástica capaz de adherirse a otros
materiales, y que al cabo del tiempo, por efectos de transformaciones
química, fraguan, es decir, se endurecen reduciendo su volumen y
adquiriendo una resistencia mecánica.
Los materiales aglomerantes se suelen clasificar en aéreos e
hidráulicos. Los aglomerantes aéreos son los que fraguan y
endurecen en el aire, siendo incapaces de adquirir cohesión en un
medio húmedo. Dentro de este grupo se encuentran el yeso y la cal
grasa o aérea. Por su parte, los aglomerantes hidráulicos son
aquellos que fraguan y endurecen en el aire y en un medio húmedo.
Dentro de este grupo están el cemento y la cal hidráulica, así como los
morteros y hormigones.

Yeso

Entre las principales características del yeso tenemos: gran


velocidad de fraguado, aunque se puede retardar añadiéndole
aceites o alcohol; se adhiere a todos los materiales salvo la madera;
Es tenaz y blando; buen aislante térmico y acústico; resistencia a la
tracción y compresión variable según las impurezas y la cantidad de
agua empleada en el amasado. El principal inconveniente del yeso es
ser un material muy higroscópico, impidiendo su uso en ambientes
exteriores, en donde terminaría disolviéndose. Otro efecto de su
avidez por el agua es que oxida rápidamente a los materiales ferrosos,
por lo que no debe emplearse en la sujeción de materiales férricos.

Para obtener el yeso, se tritura el mineral y se somete a una


temperatura de 180ºC. Una vez deshidratado se muele hasta
reducirlo a polvo. Tal y como se ha indicado, la deshidratación puede
ser parcial o total, hecho que se emplea para clasificar a los yesos.
Así, tendremos yesos semihidratados, que contienen media molécula
de agua, y los yesos anhidros.

Hormigones.

En la actualidad, la mayor parte del cemento que se produce se


emplea en la fabricación de hormigón por el gran número de
aplicaciones que tiene, empleándose en cimientos, forjados,
columnas, etc., etc.
Componentes y propiedades.
Entre las propiedades del hormigón destacan: su facilidad para
construir elementos de cualquier forma; su gran estabilidad química;
su gran resistencia a la compresión, aunque poca a la tracción; su
resistencia mecánica, que depende de la dosificación de los
componentes y del tamaño de grano de la arena y grava; gran
adherencia al hierro, importante para fabricar el hormigón armado y
pretensado; y su bajo coste y larga duración.

Los componentes del hormigón son cemento, arena y grava, y


agua en diferentes proporciones, según el tipo de hormigón que se
desee obtener, es decir, según sus condiciones de dureza, tiempo de
fraguado y resistencia a los agentes medioambientales.
Elaboración y puesta en obra.

Una de las ventajas del hormigón es que puede elaborarse


directamente en obra, bien de forma manual si se trata de pequeñas
cantidades, o de forma mecánica mediante hormigoneras si se trata
de grandes cantidades. También puede elaborarse en plantas de
hormigonado y transportarse posteriormente. En este último caso,
debe tenerse en cuenta que el hormigón debe revolverse
constantemente para evitar su fraguado, y que el tiempo transcurrido
entre su fabricación y puesta en obra no debe sobrepasar 60-90
minutos.

Una vez elaborado el hormigón se debe verter en moldes de la forma


que deba adoptar finalmente. Estos moldes son los denominados
encofrados, los cuales pueden ser de tablones de madera o de
planchas de hierro, y que se retiran cuando el hormigón se ha secado.
También pueden utilizarse encofrados deslizantes para formar
columnas y los núcleos de los edificios, los cuales se van moviendo
hacia arriba, de 15 a 38 cm por hora, mientras se vierte el hormigón
y se colocan los refuerzos. Por último, en ciertas aplicaciones, el
hormigón puede aplicarse por inyección. Con este método el
hormigón se pulveriza a presión con máquinas neumáticas sin
necesidad de utilizar encofrados, y se puede aplicar hormigón en
lugares donde los métodos convencionales serían difíciles o
imposibles de emplear.

Hormigón armado: Se trata de un hormigón al que se le introducido una armadura de


varillas o barras de acero. De esta forma se logra un material resistente tanto a la
compresión, aportada por el hormigón, como a la tracción, aportada por la estructura
metálica. Para la construcción de elementos con hormigón armado, se introduce la
armadura en el interior del encofrado y a continuación se vierte el hormigón. Si se trata
de un elemento horizontal como una viga, la armadura metálica se sitúa en la parte
inferior del elemento, que es la sometida a tracción al aplicar un esfuerzo de flexión.

Pablo berrio mora 3.B

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