Está en la página 1de 2

¿Una generación débil?

" . . . y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte ..."

1 CORINTIOS 1:27

A nadie le gusta ser reemplazado. Por lo general, respondemos malamente a esa clase de
situación diciendo: "Si yo no pude, ¿Cómo podrás tú" y "Si yo no puedo ir, ¿por qué debes ir
tú?". Esta fue la actitud del rey Saúl cuando David quiso pelear contra Goliat. Saúl había
perdido su valor, pero no quería que otro recibiera la gloria por el acto que él no quería cumplir.
Así que cuando David llegó con el ánimo de hacerlo, Saúl lo desanimó diciéndole que era
demasiado joven. Sin embargo, esto lo hizo para esconder su propia falta de valentía.

Hicieron lo mismos los israelitas. Decían de sus hijos: "Ellos serán presa y botín. No saben lo
bueno ni lo malo." 0 sea, son demasiado débiles y faltos de entendimiento para cumplir con los
propósitos de Dios para sus vidas. Pero Dios mismo les enseñó y preparó, y vemos los
resultados de esto en las palabras de la nueva generación en Josué 1:16-18: "Entonces
respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e
iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las
cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con
Moisés.

Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las
cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente". Esta era una
generación que temía a Dios y estaba dedicada totalmente a Él. Eran valientes, sin miedo a la
confrontación, preocupados, contagiosos. Decían: "sirves a Dios o morirás". Era contagioso,
ver que toda la gente unida decía "Vamos a servir a nuestro Dios". Ellos vivían con un
propósito.

Eran hombres tan radicales, que podían mover montañas, cruzar mares, derribar murallas y
atravesar puertas cerradas. Le llamaban al pecado abominable e infernal. Era una generación
que no se sentaba, no retrocedía, no caía, ni se amedrentaba. Siempre iban hacia adelante,
porque ellos sabían lo que querían. Tenían un propósito, y nadie los podía detener. Aprendieron
a vivir el mandamiento dado por Dios en Deuteronomio 6:5-7: "Y amarás a Jehová tu Dios de
todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando
hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa
y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes". Y esto no hizo de ellos unas
personas débiles, al contrario, los hizo más fuertes.

Esta generación conquistó la tierra que había sido prometida a sus padres. Dios los respaldó y
tuvieron grandes victorias en ciudades como Jericó. Derribaban todas las barreras, marchaban
sobre cualquier objeción, vencían el pesimismo y hacían lo que fuera para glorificar a Dios y
dejarle saber al mundo que había un solo DIOS.

En jueces 2:6-7 encontramos el gran legado que le dejaron a sus hijos y a las naciones
paganas que los rodeaban: "Porque ya Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel
se habían ido cada uno a su heredad para poseerla. Y el pueblo había servido a Jehová todo el
tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían
visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel."

¿Cuándo en la historia se ha oído de toda una generación o toda una nación entregándose
total y radicalmente a Dios? Y continuaron viviendo para Dios, aun después de que habían
perdido a su gran líder. ¡Qué gran desafío para nosotros! Dios quiera que cuando los hombres
y las mujeres de Dios que han impactado nuestra vida sean recibidos en los rangos de los
redimidos, continuemos impactando las vidas de otros al seguir nosotros viviendo para Él.

También podría gustarte