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EL VIAJERO

En los gloriosos tiempos de la antigua Grecia, en la Ciudad-Estado de Salamina, vivía


una familia, compuesta por los padres y un hijo, dedicada al cultivo, en unas tierras no
tan bastas pero si lo suficientes, con algunos caballos y corderos; A decir verdad, esta
familia no tenía los suficientes recursos para mantenerse estable y en pie por mucho
tiempo, así había sucedido muchas veces, pero ahora era diferente pues el padre del
joven y esposo de la Madre, ha dejado su hogar por deber a su patria y ha marchado
hacia dos meses atrás a la Guerra contra los Treucos, en Troya.

Antigos, era el nombre del Padre, y su hijo, Antigonas, era un joven dotado por los
Dioses con gran Sabiduría, destreza y valentía. El era un muchacho con convicción,
siempre era persistente en sus deberes, aunque no asistió completamente a la academia
aprendió lo necesario como leer y escribir, aprendió matemáticas, entre otros, su padre
le enseño varias cosas sobre la guerra, pero nunca había asistido a una batalla, pues era
demasiado joven.

Por ahora vivía con su madre, Ariadna, pues los dos juntos esperaban el regreso de
Antigos, pero al pasar seis años, la madre murió de tristeza por tanto esperar, Antigonas,
quedo solo, y la misma noche en que murió su madre, tomo un caballo y encargo a un
primo suyo las tierras, mientras el olvidaba el dolor de la perdida de su madre, esa
noche huyo en su equino hacia donde el viento soplara.

Antigonas, toda la noche cabalgo, al llegar el Alba llego a un pequeño poblado en


Atenas, ahí una anciana le socorrió y le dio algo de alimento, pues Antigonas no acepto
el ofrecimiento de la anciana a hospedarlo, Antigonas todavía dolido, había escuchado
maravillas de Atenas y sus Filósofos y de una caravana que partiría a Atenas por
alimentos, así lo hizo y partieron a Atenas, en el transcurso, tenían que pasar todos por
unas cuevas para dar con el sendero a la entrada de Atenas, pero se creía que estas
cuevas estaban posiblemente habitadas por criaturas aberrantes que mataban a la gente
en la cueva, la gente temía de ellos, aun siendo guiados por un par de Lanceros Reales.

Al estar frente a la Cueva, Antigonas con su caballo se puso al final de la muchedumbre,


con una antorcha en mano, cada vez iban avanzando más y la luz del día se iba
desvaneciendo, hasta llegar a un oscuro tenebroso. En un momento del recorrido,
Antigonas logro percibir algunas siluetas que se desplazaban detrás de el, como si
alguien los siguiera, de pronto el camino se dividía en dos y se hallaban en el suelo los
trozos de un letrero el cual guiaba a Atenas, Antigonas al estar hasta atrás no logro
divisar que sucedía pero escucho unos gritos desgarradores, mientras la gente lo pasaba
tratando de regresar, pero vio que alguien acorralaba a la gente de regreso, Antigonas
cabalgo hasta donde se hallaba la división del camino y por lo oscuro del lugar solo
logro ver hombres montados asesinando sin piedad a las personas, Antigonas vio
muertos a los Lanceros Reales, tomo sus lanzas yacientes en el suelo y se dirigió a los
asesinos, lanzo la primer lanza y se clavo en la garganta de uno, cabalgo rápidamente
hacia otro pero al tratar de atacarlo con la lanza, otro le dio en la cabeza con una roca y
lo desmayo…
Al despertar Antigonas se encontró recostado en un pequeño prado, cubriéndolo la
sombra de las hojas de los frondosos árboles, estaba junto a su caballo que era de un
color café radiante, pero sin titubear se levanto, pues los asesinos lo debían de haber
tomado de rehén, esto pensaba Antigonas, escucho unas voces mas allá de unos
arbustos, se escondió y lentamente se acerco, pero lo que vio lo dejo impactado, pues lo
que veía solo lo habían visto los grandes héroes, los asesinos eran verdaderos
Centauros, eran los mitológicos centauros de Atenas, estaban cubiertos con una
armadura de un negro sin igual, traían espadas relucientes y empapadas de sangre, pero
Antigonas noto que cercas de un Roble estaban algunas personas atadas y otro Centauro
atado y sus armaduras a un lado, Antigonas, pensaba ayudar a las personas a escapar,
pero los centauros eran mayor numero que el y así que utilizaría su ingenio.

Después de un rato, los centauros se percataron de la presencia de alguien, lograron ver


una silueta que huyo y los centauros fueron tras el, lo anduvieron persiguiendo hasta
llegar a una peña, al llegar a verlo tirado en el suelo, los centauros se percataron de que
era un realidad un zorro cubierto con prendas de humano, así salieron galopando de
nuevo al campamento, pero al llegar ya no había nadie ni nada bajo la sombra de los
altos árboles y maleza.

Antigonas, celebre y pronunciado héroe por los libertos, los acompaño de nuevo a
Atenas, por las provisiones pero Antigonas siempre se percato de que hasta atrás iba un
centauro, al parecer no tenia los mismos rasgos asesinos de esos otros centauros, pero
no era normal ver un centauro y menos que te estuviera siguiendo.

Al llegar a Atenas y al pasar las puertas de la ciudad, el Centauro se quedo cerca del
bosque y no entro a la ciudad, Antigonas, feliz y renovado de vida, se quedo dos días
festejando en la ciudad, pero al tercer tuvo que partir y cuando paso por las puertas
logro ver todavía ahí al centauro, en la entrada del bosque. Antigonas arriba de su corcel
siguió con paso firme, hasta que paso a un lado del centauro, Antigonas vio tan mal a la
criatura que se compadeció y saco de sus provisiones unos cuantos panes, que se los dio
al centauro.

-Come y dime, ¿porque estas aquí y que quieres?- dijo Antigonas


El centauro levanto la cabeza y dijo:
-Yo soy Euriates, fui capturado por los Centauros del Norte, que llegaron a nuestros
bosques y mataron a todos los demás centauros, yo y algunos otros centauros jóvenes
sobrevivimos y nos tomaron como rehenes , al igual que todas las demás personas
con las que venias, nos llevaban al templo de Hera en unas grutas que no están muy
lejos de aquí, pero en las cuevas el grupo se separo y todos los demás Centauros junto
con mis amigos se adelantaron y fueron al templo-
Antigonas, interrumpió bruscamente diciendo:
- y todo eso ¿Qué tiene que ver conmigo?-
Euriates, respondió:
-No había visto nunca a ningún mortal que burlara con tal astucia a los centauros,
por eso los dioses te han escogido para que liberes a mi pueblo, solo no lograre nada
pero contigo tendremos esperanza-
Antigonas:
-Te acompañare pero no se si es verdad que soy lo que tu dices, ahora
apresurémonos-
Viajaron lo mas rápido posible, Euriates guió por caminos inhóspitos a Antigonas,
recorrieron bosques habitados por faunos y hadas, por un momento Antigonas creyó
haber visto al dios Dionisio acompañado por los sátiros.

Casi al ponerse el sol, lograron ver la Gruta a lo lejos, y divisaron en el piso un gran
rastro de huellas dirigidas hacia la Gruta. Siguieron caminando…….
Al llegar a la Entrada y estando dispuestos a entrar, el ultimo rayo de luz del sol aluzo a
Antigonas, y de repente, ante los dos, apareció Hermes (el mensajero de los Dioses),
Antigonas se quedo con la boca abierta.

-Les traigo un regalo de Zeus y de Hefesto, por la tan ardua misión contra las
malignas criaturas de Hera- dijo Hermes y Moviendo su resplandeciente túnica,
cayeron un par de armaduras y espadas.
-Cuídenlas, pues son del mismo temple que las de Perseo y del Gran Aquiles, forjadas
por el mazo de Hefesto y dotadas de poder por los rayos de Zeus, gloria para ustedes
en la lucha contra el mal y contra Hera-

Así partió Hermes, Euriates y Antigonas, fueron infundidos de valor y coraje al ponerse
las armaduras, con espada en mano se adentraron en la gruta…

Traspasando un umbral de oscuridad, vieron un esplendoroso Templo de Mármol y oro,


“El Templo de Hera”, pero alrededor de este, habían Cráneos y huesos, bañados en un
rió sangre.
Una gran llama estaba encendida en medio del templo en Honor a la Diosa, dando
testimonio de su divina presencia, pero las personas raptadas y los otros centauros se
hallaban amarrados a un madero, al lado de la gran olla de fuego donde serian
sacrificados en el fuego.

Antigonas, habiendo visto esto, se lanzo en grandes zancadas para liberar a las personas
y criaturas, Euriates espero afuera, cuando estuvo Antigonas a punto de liberarlos, una
flecha cayo en su hombro izquierdo, pero sin lograr herirlo, por la armadura.
Antigonas llamo a Euriates pero el centauro ya no respondió.

De entre las sombras de los pilares, salieron varios centauros con aspecto grotesco y
deforme.
-Corran, rápido, y no miren atrás- dijo Antigonas a las personas y criaturas, mientras
avanzaba frente los centauros.

Todos los rehenes huyeron y Antigonas quedo solo contra los centauros, estos traían
mazos y garrotes en mano, llego un largo momento de silencio, y los centauros
empezaron a mofarse y burlarse de Antigonas.

-Quien de ustedes es el líder……..- dijo Antigonas.


Los centauros se quedaron callados,
-¿A que te refieres gusano?-contesto un centauro,
-A que ¿quien es el mejor de ustedes, el mas fuerte, inteligente y poderoso?- replico
Antigonas.
Un centauro salio de entre todos, y dijo: -yo soy-
Otro, golpeo al primer centauro y contesto:- no, yo soy el líder-
De repente, todos los centauros empezaron a nombrarse como lideres, y la discusión se
elevo hasta que empezaron a golpearse entre todos los centauros, cada vez había mas
centauros tirados en el piso, y Antigonas solo veía como se destruían entre si.

Al final, solo quedo uno de pie, era el centauro mas grande de todos, no resulto todo del
bien, porque Antigonas no se imaginaba esto, y empezó a sentir temor y miedo.

-Yo soy el Líder, Filio, el más fuerte de todos-dijo el Centauro, que embistió contra
Antigonas.

Antigonas logro esquivar de manera efectiva la embestida, pero ahora venia de regreso
Filio, el centauro, Antigonas trato de nuevo de esquivarlo pero Filio, lo tomo del brazo y
lo lanzo hacia un pilar, logrando herirlo…

El centauro, puso una pezuña sobre la cabeza de Antigonas, queriéndole aplastarle el


cráneo y matarlo, pero repentinamente una flecha cayo en el cuello de Filio, logrando
herirlo gravemente, Filio quito la flecha y la tiro, giro la cabeza hacia de donde el
disparo y ahí estaba parado Euriates, con arco en mano.

Filio, con sus ultimas fuerzas galopo contra su asesino, Euriates tomo otras tres flechas
y le apunto con las tres juntas, disparo y Filio cayo a un metro de El, con las tres flechas
en el pecho.
Euriates se dirigió con Antigonas, y le puso en la parte del abdomen un ungüento de
hierbas, que hizo que Antigonas despertase, dolido, pero vivo.

-Pronto, Tenemos que destruir este templo, pues es de Hera y su función es para el
sufrimiento de todos- dijo Euriates.
Antigonas se puso de pie y junto con Euriates, arrojaron la olla con el inmenso fuego al
piso, todo empezó a quemarse en el templo, de pronto, se escucho un lamento horrible,
como si hubiese sido el mismísimo llanto de la Diosa Hera. Después de eso se
empezaron a derrumbar las rocas de la gruta y los dos héroes salieron del lugar viendo
como se destruía el esplendoroso Templo bajo las rocas del lugar.

Afuera les esperaban las personas y los otros centauros, que los recibieron triunfales, las
personas se fueron pero jurando por los Dioses que no hablarían sobre lo que sucedió, y
con lo que respecta a Antigonas y los centauros, los dejo ir en paz a buscar una nueva
vida, pese a la destrucción de su vida anterior, Euriates decidió acompañar a Antigonas
a donde fuese, y a lo que le encomendasen los Dioses.

Antigonas, viajo a través de toda Grecia junto a Euriates, deshaciendo riñas entre
ciudades y pueblos, luchando contra los belicosos Gigantes de Anatolia y luchando
contra la manticora de Macedonia.

Cuatro años después, Antigonas decidió retornar a Salamina por la muerte de Euriates
en la lucha contra las Arpías, que comieron frente a Antigonas a Euriates; al llegar a
Salamina y durante el tiempo que estuvo allí, se caso con la bella Ginebra y tuvo un hijo
llamado Antikos, pero al enterarse del regreso de los guerreros de Troya, esperaba
volver a ver a su padre, pero no hubo regreso del Padre Antigos, pues murió en el
campo de Batalla.
Esto hizo que Antigonas cayera en una profunda depresión que lo mato al poco
tiempo……

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