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Conectados

en el

alma
En cierta ocasión leí que
recibir mensajes vía e-
mail era bueno para
mejorar nuestro estado de
ánimo.
No sé sí esto tiene algún
fundamento científico. Sé
interpretar mis sentimientos
y no tengo ninguna duda que
esto es una realidad.
En los últimos años he
tenido el privilegio de
conocer personas
fantásticas que entran
en mi vida en los
momentos más
inesperados, trayendo
mensajes de optimismo,
de calidad, de vida, de
humor, de reflexión.
Casi todos los días recibo e-mail
de personas de buena voluntad,
personas que se han tornado
importantes en mi vida, a veces
estas personas están a miles de
kilómetros.
Estoy impresionado de conocer
personas con disposición y
disponibilidad para ser
generosas, afectivas, enviándome
mensajes que me reconfortan,
ayudan e incentivan.
A los que no les gusta la
computadora, es porque no
descubrieron las posibilidades que
les puede proporcionar.
Seguramente me dirán que no se
puede sustituir por un abrazo.
Es cierto.
Pero les puedo decir que en los
últimos años yo me he sentido
abrazado constantemente.
A las personas que me envían
poemas, música, humor, fotos...
los llaman ¿amigos virtuales?
Entonces tengo que decirles que
estas personas de virtuales no
tienen nada.
Pues ponen en forma de mensaje
y de manera palpable su afecto.
¿Dónde podrías imaginar una
cosa así?
En todo este tiempo,
algunas personas sólo me
han enviado algún mensaje
ocasionalmente.

Otras, se mantienen constantes y no sólo


forman parte de mi agenda de
direcciones de mi correo electrónico.
Confieso que ocupan también un lugar
preferente en mi corazón.
Estoy pendiente de los
mensajes como un
adolescente esperando a
mis amigos y para algunas
cosas, no deberíamos
crecer nunca.
Lógicamente, como todo en
la vida, hay que saber
hacer uso de esta otra
forma de relacionarnos.
No debemos renunciar al
contacto físico, pero a
veces la falta de tiempo y
la distancia hacen de este
medio, una forma eficaz
de mantener el contacto
con la gente que
verdaderamente nos
importa.
Lo inesperado de ser
sorprendidos con un
mensaje cariñoso que
viene cargado de
afecto, causa una
verdadera corriente
positiva, la cual puede,
en muchos momentos,
ser terapéutica.
En un momento
determinado, el mensaje
parece estar hecho a
propósito para un mal
momento por el que
estemos pasando.
Pero, puedes tener la
certeza, que cuando menos
lo esperes te llegará esa
imagen, esa música o esas
palabras que te harán
sentir mejor.
Muchas veces uno espera
recibir algún mensaje amigo y
de repente, está el mensaje
que tanto esperaba.
También podrás decir que
recibimos mucha basura.
Pero, esto también pasa con
todas las cosas de la vida.
El truco está en filtrar y
quedarse sólo con lo positivo.
Nuestra tarea es hacer una
selección de lo que es
bueno.
De lo que nos puede hacer
crecer como personas, de lo
que nos puede hacer pensar,
reflexionar, sentir, estar
vivos, amar, saber que
estamos de paso, que no
cuesta nada hacer feliz al
prójimo y a nosotros mismos.
Estas personas pasarán
a tener un espacio
garantizado en mi vida.
Algunas veces resultará
difícil responder a todos
en el tiempo que uno
quiere. Pero, estoy
convencido que merece
la pena dedicar parte de
nuestro tiempo para
repartir cariño, sólo con
los simples comandos de
“Enviar” o “Reenviar”.

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