Está en la página 1de 2

La Pata de Chancho

Hace años, cuando Camilo y Aparicio tenían la edad que hoy tienen Facundo y Alsino, se
les dio por hacer experimentos. Entonces tomaron un pote de un litro, y empezaron a mezclar lo
que había a mano: pasta de dientes, tierra, acuarelas, cáscaras de huevo, alguna lombriz, hojas
rotas, piedras, leche y todo con un poco de agua.

La aventura consistía en dejar eso a la luz de la luna y ver, al día siguiente, qué había
pasado. Raquel y yo mirábamos entusiasmados el experimento, y resolvimos actuar. Al día
siguiente apareció creciendo misteriosamente una especie rara de planta, muy retorcida. Camilo y
Aparicio quedaron impactados, y decididos a continuar con sus pruebas, pusieron todavía más
cosas a la mezcla, que ya olía en forma bastante terrible.

La luna de aquellos días era una luna llena brillante, lo que aseguraba la energía para que
todo tuviera un final terrible. Y así fue. A la mañana siguiente aparecieron unas huellas en pintura
verde. Era como una pata de pollo, pero con los dedos mucho más gruesos. Las huellas se metían
decididamente en el galpón que teníamos al fondo del apartamento. Como era lógico, los padres
nos preocupamos muchísimo por aquella especie de dinosaurio que había salido del pote, y les
pedimos que fueran al galpón para sacarlo, porque no queríamos tener esa clase de bichos por
ahí. Está de más decir que los dos se negaron rotundamente. Les había alcanzado con ver el
tamaño y el aspecto de las huellas, y desistieron de seguir investigando.

Años después, la historia fue escuchada por Facundo y Alsino, quienes decidieron realizar
sus propias pruebas. Al tacho fueron a parar nuevamente pasta de dientes, yerba, cáscaras de
maní y de naranja, aceite usado y bastante tierra. Y también tuvieron éxito. A la primer noche,
apareció en el pote una especie de media cancán empapada, color carne, que había crecido a
partir de las cáscaras de maní. Pero lo peor ocurrió a la mañana siguiente. Asomándose por el
tacho, ¿qué se veía? Ni más ni menos que una pata de chancho!!!!

Facundo y Alsino no lo podían creer. Vinieron niños de todo el barrio a ver el portento, y
se dice que en muchos hogares los niños repitieron mezclas malolientes, en vanos intentos por
crear un bicho de la misma manera como lo habían hecho nuestros niños. En casa, la pata de
chancho parecía descansar, aguantando la respiración, casi como si estuviera muerta, sobre la
mesa del fondo. Así estuvo, pacíficamente mirando hacia afuera durante toda la mañana y parte
de la tarde. Cada tanto Facundo y Alsino iban a mirarla, para ver si el resto del chancho aparecía
de una buena vez. Pero hete aquí que esa tarde hubo tormenta, y rayos y truenos. Y fue
1
seguramente en el curso de la tormenta que el chancho terminó de formarse, y se tomó los
vientos. Porque cuando fueron a ver al tacho, la pata se había ido. Nosotros, los padres, pusimos
el grito en el cielo, anunciando a los cuatro vientos que el chancho, con toda seguridad,
consideraría a Alsino y Facundo como sus propios padres, y que volvería por la noche para
acostarse con ellos.

Sin embargo, y a pesar de la preocupación, nada ocurrió.

Se ve que en la mezcla no habían puesto demasiado cariño, y que por lo tanto, el chancho
que allí creció, era un bicho desamorado.

Mario.

También podría gustarte