Está en la página 1de 3

DE LA GRAMATICA

Iba camino de la escuela. Era un regalo oler la incipiente primavera,


vislumbrar los tiernos colores o sentir la energía de las yemas peleando por
expulsar a borbotones los verdes replegados en su interior.
Al acercarme, descubrí en lo alto del puente una silueta conocida. Era
Jerónimo.
¡Javier!
¡Jero!
Nos dimos un abrazo, hacía bastante tiempo que no nos habíamos visto.
¿Dónde vas?
A la escuela. Este año estoy en tu barrio.
¡No me digas! Y ¿no te has dignado aparecer por casa? Sabía que
andabas de maestro, pero no que estabas aquí. Una pausa y afirmó. ¡Cómo
escapaste de aquel infierno! Si supieras las veces que me pena no haberme
largado. Ahora, fuiste un jilipollas al estudiar para maestro. Lo más tirado,
peor pagado y agobiante que pudiste elegir. Yo, con críos, como tú, no quiero
saber nada, los tiraría por la ventana.
Me gusta contesté yo.
¡Sigues igual! afirmó sonriendo.
¿Y tú? ¿Sigues dejándote explotar convertido en una ágil pieza de la
cadena que la multi de turno aún no ha decidido sustituir por un brazo
mecánico? -inquirí con cariñoso recochineo.
¡Jode, chico! ¡La hostia! Es la hostia aquello. ¿Te acuerdas de los topes
que teníamos? Bueno pues, no exagero, trabajo el doble que entonces y tengo
15 años más. No puedo desplazarme medio metro, ni hablar con él de al lado.
Estoy hasta el gorro de levantarme a las cinco, pero lo de la cadena...,
¡demasiado! Eso sin hablar de las medidas que acaban de aprobar que nos van a
despedir sin un clavel y con cuarenta y tantos tacos para dar curro a nuestros
hijos por la tercera parte. Y le llaman solidaridad y andan tan tranquilos.
No creas que es como entonces, que podíamos hablar tranquilamente,
recuperábamos tiempo para la hora de almorzar, teníamos pilotos que podían
relevarte en una necesidad... Ahora nada, trabajo realmente acosado, soy una
pieza, no llego al tope para la prima, me siento una mierda. Y a tragar, todos
igual, todos a tragar. Somos meras tragaderas. Es la consigna seguida por
todos. Te lo juro que me he propuesto no darle al tarro porque...
No sé, chico. Acuérdate que en aquellos tiempos hubo que bregar
mucho para no ser machacados por los U.M.Tes de los cojones. Ahora llevas
poco tiempo. Poco a poco....
¡Qué va! No es como antes. Entonces los controladores ni se atrevían a
acercarse. Recuerda aquellos que vinieron de Barcelona y salieron a tornillazo
limpio. Ahora hacen lo que quieren. Nos atornillan, pero de qué forma. Y cada
uno... solo.
Realmente fueron momentos maravillosos. Si te he de decir la verdad
recuerdo aquellos tiempos como los mejores de mi vida. A pesar de las
torturas del madrugar y la cadena, fueron tiempos en los que....
Sí, sí, ya sé que vas a decir. Le he dado muchas vueltas. No éramos
cada uno, éramos todos. ¿No?
Sí más o menos contesté, sin dejar de pensar en algo que se me
estaba ocurriendo.
Inició entonces mi interrogatorio:
¿Qué enseñas a los mocetes? preguntó y postergando mi respuesta
añadió: Cualquier día te llamo, pues con los críos, como nosotros no nos
empapamos de nada...
Pretendo que cojan gusto a la Historia respondí cuando llegó mi
turno.
Mira, eso me encantaría a mí. A mis hijos no les gusta. Pero lo que no
soportan, es más, odian, es el lenguaje.
Eso también me toca.
Es un rollo, ¿no? Además, lo que digo yo, ¿para qué cojones hay que
estudiar semejantes chorradas?
No son tan chorradas. Escucha, hace unos segundos estaba pensando
en esto precisamente. ¿Sabes qué son los pronombres y que podemos hablar en
primera persona del singular o del plural, es decir, yo, tú o nosotros?
Claro, algo me suena, puedo decir como o comemos.
Hace unos segundos me estaba percatando de algo que ha sucedido en
nuestra conversación. Cuando hemos hablado del momento presente hemos
utilizado, tanto tú como yo, la primera persona. Hago, trabajo, estoy, me
siento, yo, mi puesto.... En cambio cuando hemos hablado del pasado en todo
momento hemos utilizado el nosotros. Hacíamos, peleábamos, teníamos unos
topes... ¿No crees que es muy curioso? ¿Sigues pensando que es tan
chorrada?
Las neuronas de Jerónimo batieron todos los record, fueron
infinitamente más ágiles que sus dedos con los tornillos de la instalación del
motor y les sobraron todos los U.M.Tes. Se le iluminó el rostro y, mirándome a
los ojos muy serio, soltó un lacónico:
¡Qué pena!
Acto seguido, al mismo tiempo que su cara sin afeitar se abría en una
sonrisa, exclamó:
¡Sigues como siempre!
¡Y que siga! apostillé.
Con su desbordante risa me corrigió:
¡Que sigamos!

JAVIER MINA, Pamplona, marzo de 1990


Publicado en “Antojos de Luna” 12-1995

También podría gustarte