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1 ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE DATOS

La diabetes es una enfermedad crónica que surge cuando el páncreas no produce la


suficiente insulina, o cuando el organismo no es capaz de utilizar de manera eficaz la
insulina que produce. La insulina es una hormona que permite a las células obtener
glucosa de la sangre y utilizarla para producir energía. La falta de producción de insulina,
la falta de acción de la misma o ambas cosas genera un aumento de los niveles de glucosa
(hiperglucemia).

La Diabetes Mellitus es una enfermedad metabólica que se debe a una alteración


del equilibrio de las hormonas y demás factores que regulan el metabolismo de los
hidratos de carbono, los cuales generalmente tienen por causa una lesión de los islotes de
langerhans del páncreas que conduce a una pérdida de la secreción de insulina. La insulina
trabaja como una llave que abre las puertas de las células y permite el ingreso de la
glucosa. Sin la insulina, la glucosa no puede llegar hasta las células (las puertas
permanecen "cerradas" y no hay una llave para abrirlas) de manera que se queda en el
flujo sanguíneo. Como consecuencia, hay pronto hiperglucemia y glucosuria,
la tolerancia para el azúcar disminuye y la pérdida de glucosa por los riñones que lleva
consigo una mayor eliminación de agua para mantenerla en disolución, explica la poliurea
(aumento de la cantidad de orina), la sed, la pérdida de peso, presencia de edemas y el
hambre son características de la enfermedad. A medida que disminuye la capacidad de
utilización de la glucosa se forma más cantidad de ésta a expensas de las proteínas, con lo
cual aumenta el desgaste.
Entonces cuando se padece de diabetes, el sistema que regula los niveles de glucosa en
sangre fracasa, ya que no se produce insulina o no se produce la suficiente cantidad, o su
cuerpo es resistente a ella. Como resultado, la glucosa no puede entrar en las células para
ser quemada y obtener energía, así que se acumula en la sangre, produciendo
hiperglucemia (aumento de la cantidad de glucosa en sangre). La elevación de la glicemia
hace que se filtre mas glucosa al túbulo renal de la que puede reabsorberse, el exceso de
glucosa se elimina por la orina, esto sucede cuando la glucemia aumenta por encima de
180 mg/100ml conocido como umbral sanguíneo para la aparición de glucosa en la orina.
El orinar en forma excesiva puede resultar en deshidratación, lo que a su vez lleva a tener
la piel seca. También como la insulina no está funcionando para hacer pasar glucosa a
través de los receptores, las células no pueden obtener combustible y no se alimentan.
Este hecho estimula al cerebro para enviar un mensaje de “hambre” resultando así en
polifagia o hambre excesiva esto se evidencia en el sr A.A.Q que refiere: “Me provoca
comer frutas, pero no como porque el doctor me ha recomendado que no las coma“,
“Como verduras y comidas que no tengan sal, azúcar, ni grasa”. Lo que indica que el
paciente tiene hambre, pero al saber su enfermedad y las indicaciones abstiene de comer
los alimentos que pueden aumentar su glucosa. Debido a que la glucosa que debería de
estar alimentando las células está saliendo del cuerpo a través de la orina. Además como
su cuerpo no puede utilizar la glucosa adecuadamente para obtener energía, la obtiene
metabolizando sus reservas musculares y grasas, esto puede provocar pérdida de peso, el
Sr A.A.Q pesa 52 kg con una talla de 1.65 m, presentando un IMC: 19.0 kg/m 2 siendo los
valores normales de 20-25 kg/m2 y en el caso de una metabolización rápida de la grasa
una acumulación de sustancias químicas toxicas en la sangre.
Sabemos que existen dos tipos de diabetes mellitus. En ambos casos, el organismo no
procesa ni utiliza adecuadamente ciertos alimentos.

En la diabetes tipo I, diabetes mellitus insulinodependiente o diabetes juvenil, el cuerpo


produce poco o nada de insulina. Las personas que la padecen deben recibir inyecciones
diarias de insulina. Este tipo de diabetes tiene mayor probabilidad de conducir a
insuficiencia renal.
En la diabetes tipo II, conocida como diabetes mellitus no insulinodependiente, muchas
personas no responden normalmente a su propia insulina o a la que se les inyecta. Esto se
conoce como resistencia a la insulina. La diabetes tipo II es más común en obesos
mayores de 30 años de edad, debido a la intolerancia progresiva lenta (por años) a la
glucosa, el inicio de la diabetes tipo II, quizá pase inadvertido por muchos años. En el caso
de estudio el Sr. A.A.Q. de 53 años de edad, padece de DM tipo II.

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