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Biografías

1777-1822
Dio su vida en aras de la libertad

Vivió para los suyos y cuando su esposo e hijo se


plegaron a los libertarios, ella también lo hizo con
entusiamo y devoción. Cuando cayó prisionera se
comportó valerosamente y murió como heroína.

¿De Huamanga o de Cangallo?


Familia huamanguina de pura cepa
Unos, militantes y otros, colaboracionistas
Salva a muchos pero ella está en peligro
“Era enlace activo”
La heroica resistencia de María Parado de Bellido
Lo que siguió fue un desastre total
Una arrogante heroína ayacuchana
Es la gran heroína de la independencia
María Parado de Bellido en la tradición ayacuchana
174 - María Parado de Bellido
María Parado de Bellido
1777-1822

¿De Huamanga Sanmartiniano


o de Cangallo?
“Ella, dice el historiador Juan José
Nació en Huamanga o Cangallo, no se sabe, el 5 de julio de 1777. Su Vega Bello, pertenece al ciclo bé-
padre fue don Fernando Parado. Era quechuahablante y no sabía leer lico sanmartiniano, punto señala-
ble porque la historiografía tradi-
ni escribir, como la gran mayoría de mujeres de aquella época. Igual
cional del país vincula al caudillo
que casi todas ellas, su única preocupación era el sustento de su casa argentino solo con la fracción de
y el bienestar de sus seres queridos. la aristocracia limeña que lo apo-
yó en un inicio. Historia falsa que
excluye a sectores populares de
diversas clases y grupos étnicos.
Margina a los bravos montoneros
Familia huamanguina del Perú, sector este al cual perte-
de pura cepa necía la mártir; y más falsa aun tal
historia si memoramos que aquel
mismo fragmento aristocrático se-
Años más tarde se casó con Mariano Bellido, probablemente en el paratista, ya unido al resto de la
año 1792, a los 15 años de edad, como también era costumbre en nobleza limeña, terminó traicio-
esos tiempos. De ahí que la familia Bellido-Parado llegó a tener siete nando a San Martín escasos me-
hijos. ses más tarde, el 26 de julio de
En los albores de la independencia política, María Parado de Bellido 1822; esto es, en plena guerra
contra los virreinales y no obstan-
ya tenía 45 años de edad, era una mujer fuerte y de grandes convic-
te la resonante victoria de Pichin-
ciones. Presumiblemente, por la edad que tendría su hijo mayor, cha, que nuestras tropas ayudaron
María Parado se habría convertido ya en abuela. a ganar. Por eso fue que el Protec-
tor se marchó del Perú con pena e
indignación, pero recordando a
los verdaderos patriotas de nues-
Unos, militantes y otros, tro país. Como se aprecia por la
colaboracionistas época del sacrificio, María Parado
de Bellido y toda su familia eran
de los muchos que desde 1820
En la zona de Huamanga, en Cangallo y otras localidades del centro
alineaban con la causa libertaria,
del Perú, ni bien se supo de la expedición del general Álvarez de Are- arriesgando a diario la vida en co-
nales y de la presencia de San Martín en el Perú, hubo gran eferves- marcas reocupadas por las tropas
cencia por la libertad y se realizaron innumerables actividades para virreinales. Era ella una ayacucha-
apoyar a las tropas libertarias, entre las cuales estaba la labor de vi- na de probable origen morochu-
gilancia y espionaje. co, que colaboraba con los mon-
toneros patriotas, especialmente
Mientras don Mariano Bellido y sus hijos varones colaboraban con de las tierras de Cangallo, que tan
las huestes patriotas, doña María Parado de Bellido se dedicaba a ob- generosamente venían derraman-
servar las movilizaciones del ejército enemigo. Como no sabía es- do su sangre por la Independen-
cribir, le informaba a su esposo y a su hijo Tomás que se había afilia- cia y en pro de una justicia social
do a las tropas patriotas de los movimientos del ejército realista me- vagamente señalada aun; se diri-
gían allí con caudillos propios,
diante cartas que dictaba a alguien y que hacía llegar mediante en-
quienes eran, generalmente, va-
viados especiales. lentísimos y honestos (como los
Auqui), lo cual merece que se re-
calque porque cierta historiogra-
fía condena en bloque todo el
proceso emancipatorio”.

Biografías - 175
Biografías

El personaje y su tiempo Salva a muchos,


pero ella está en peligro
1777 Probable año
del nacimiento
de María Parado. El 29 de marzo de 1822, las tropas patriotas desalojaron sorpresiva-
mente la localidad de Quilcamachay porque fueron avisadas por Ma-
ría Parado de Bellido que iban a ser emboscadas por los realistas. Se
Probable año salvaron cientos de personas. En efecto, el 30 de marzo de 1822, los
1792 realistas tomaron dicha localidad, buscaron por todas partes y no ha-
de su matrimonio
con Mariano Bellido. llaron a ningún soldado patriota. Hurgaron en los pertrechos dejados y
en una vieja alforja encontraron una misiva de María Parado de Belli-
do dirigida a su esposo.
1820 Empieza su labor
de espionaje a favor
de los patriotas. Cerro de Pasco

LY
EIL
Huaura
O'R

1822 (29 de marzo) Huacho Laguna


Las tropas Junín
Torre Blanca
Canta Tarma
patriotas
abandonan Chancay

RI
Ancón Jauja

CA
Quilcamachay,

FO
Lima Huancayo
avisadas de un

RT
Callao
inminente peligro
por María Parado
Iscuchaca
de Bellido. Pampas
(30 de marzo) Mayoc
Huancavelica
Tropas realistas
Huanta
ingresan a Cañete
Quilcamachay Huamanga
Vinchos
y encuentran
Chincha
una carta de S
A LE
María Parado Pisco EN
de Bellido. Paracas AR
(1 de mayo) Ica LIBERTADORA
María Parado 1820
RO

de Bellido es
JA
S

fusilada en la Ejército realista


Plazuela del Arco. Ejército patriota Nazca
Destacamento patriota
Destacamento realista
Acarí
Batalla

Mapa de la expedición libertadora de San Martín. Las tropas de Álvarez de


Arenales influyeron en el destino de hombres y mujeres del centro del Perú.

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María Parado de Bellido
1777-1822

“Era enlace activo” En el cuartel general de los cha-


petones, la patriota fue severa-
”Para el caso específico de nuestra heroína, ella era enlace activo con mente interrogada, pero no dijo
las huestes guerrilleras, en concordancia con Lima. Se trataba de apo- nada. La sometieron a distintas
yar a las columnas enviadas desde la capital por San Martín a princi- torturas, pero no rebeló el nom-
pios de 1822. En efecto, pasando de nuevo a la ofensiva, San Martín bre o los nombres de las personas
había enviado una expedición al sur para atacar a los virreinales... pe- que escribían sus cartas.
ro, atado a su pacto con la fracción de la nobleza limeña que lo había “Capturada la valiente mujer, na-
apoyado para tomar la capital, colocó al frente de aquel cuerpo militar da dijo, a pesar de los arrebatos,
a un oficial de fugaces y tardías veleidades independentistas; una nuli- amenazas y vejámenes de Carra-
dad castrense, por otro lado. Nos referimos al rico y aristocrático coro- talá. Se la interrogó también en
nal Domingo Tristán, a quien acababa de ascender a General; y como torno a la persona que había es-
su segundo –doble error- nominó al coronel Agustín Gamarra, quien se crito la misiva, puesto que ella
había pasado a las filas libertarias, tras ser por años un sanguinario re- era iletrada (como la aplastante
presor de patriotas. Ambos jefes perdieron tiempo, se enredaron, se de- mayoría de las mujeres de la sie-
jaron cercar inadvertidamente y sobre ellos y sus dos mil quinientos rra en aquel tiempo, en la ciudad
soldados cayeron sorpresivamente las fuerzas quechuo-españolas del y el campo) y además quechua-
general virreinal Jerónimo Valdez. Eso fue la noche del 6 al 7 de abril hablante. No confesó tampoco
de ese 1822; y ni siquiera hubo batalla. Fue debacle, fuga, deserción quiénes estaban conjurados entre
en masa. De ese ejército enviado por la nobleza nada quedó. El botín los huamanguinos” (J.J. Vega).
de guerra del vencedor fue enorme. Y era para este ejército que los
montoneros habían venido brindando sus vidas; porque en las serra-
nías había empezado una brutal represión, tanto en tierras huancaveli-
canas, como en las ayacuchanas y juninenses. Avanzaban las huestes
represivas, comandadas por un hombre encanallado en matanzas y el
incendio de pueblos, el coronel José Carratalá (tan distinto él a otros je- La mataron...,
fes españoles, que eran liberales y constitucionalistas, como el propio sin piedad
virrey General La Serna). Pues bien, precisamente eran las tierras de
Cangallo donde actuaban de montoneros el esposo e hijo de la mártir. El general Carratalá ordenó su
En carta a su esposo, ‘idolatrado Mariano’, les advertía el peligro que co- fusilamiento. Primero, la exhi-
rrían y que pasase la voz a ¿Cayetano? Quiroz, quien era el jefe de aque- bieron, para que sirva de escar-
llos grupos, a fin de que todos se replegaran. Era imprescindible a causa miento público. Luego, rodea-
de la derrota patriota en la costa y la nueva ofensiva andina del ejército da de guardias de seguridad y al
virreinal. Pero por descuido de los guerrilleros, la carta fue dejada en una redoble de tambores, la hicieron
chamarra (nota: vestidura de paño o jerga) y los capitanes españoles la pasear alrededor de la Plaza de
remitieron a la ciudad de Huamanga, hoy Ayacucho”(J. J. Vega). Armas de Huamanga. En segui-
da, se dirigieron a una de las ca-
lles de la Plazuela del Arco y
colocándola cerca de una de las
paredes de una vivienda aleda-
La heroica resistencia ña, hicieron formar a sus fusile-
ros y a la orden de un capitán
de María Parado de Bellido español la acribillaron a bala-
zos. Era el 1 de mayo de 1822.
El mismo día, 30 de marzo de 1822, el general Carratalá, jefe de los
realistas, ordenó la prisión de María Parado de Bellido.

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Biografías

¡Estoy para Lo que siguió


sacrificarme fue un desastre total
por la libertad!
“La derrota de Tristán y Gamarra en La Macocona, tuvo otras conse-
“Entre todas las ciudades perua- cuencias funestas. Se asentó el dominio español en los Andes, reclu-
nas destaca Ayacucho que produ- tándose más tropas quechuas para la causa del rey. El bravo montone-
jo un grupo notable de mujeres ro Quiroz fue cogido y asesinado, como otros; y su mujer murió tam-
que destacaron no solo en las le- bién peleando. Igual sucedió con otras partidas de valientes. El 8 de
tras del tiempo colonial, sino mayo caerían los mejores líderes morochucos, esto es, Basilio Auqui y
también por su valor, entre ellas sus hijos. Pero otros tomaron sus banderas. Por dos años resistieron.
Ventura Cealamaqui, Pallchamas- Iniciándose agosto de 1824, Simón Bolívar incorporó a mil montone-
cachi Ttica, María de Bellido. Ma- ros al Ejército Libertador. Esto fue en las punas de Rancas. Buena par-
dres de hijos que luchaban por la te de ellos se encuadró dentro del Regimiento de Húsares, que en la
causa de los patriotas, María de
batalla de Junín decidirían el encuentro y cambiarían de nombre para
Bellido prefirió marchar al patí-
gloria de nuestra patria. En la marcha triunfal hacia Ayacucho, muchos
bulo antes que traicionar el secre-
to de los insurgentes. Después de de estos flamantes Húsares de Junín recordarían, sin duda, a la heroí-
haber sido paseada por las cuatro na fusilada” (Juan José Vega. En: “La República”, 3 de mayo de 1999).
esquinas de la plaza pública don-
de debía llevarse a cabo su ejecu-
ción y leída que le fue en voz alta
la sentencia que la condenaba a Una arrogante
muerte, la noble mujer dijo, diri- heroína ayacuchana
giéndose altivamente a sus verdu-
gos: ‘No estoy aquí para informar
“Hay otras muchas casas en Ayacucho con tradición o con leyendas.
a ustedes, sino para sacrificarme
por la causa de la libertad’... El Voy así a visitar la residencia de la arrogante heroína ayacuchana Ma-
descuido por la heroína popular ría Parado de Bellido. Es una casa sobria, con limpias paredes encala-
ha sido de tal grado, desde esa das y una vid en el patio al lado de unos severos peldaños de piedra.
época, que no sabemos cuándo Allí estaba María Parado cuando los tenientes de Carratalá la reduje-
fue su ejecución... Que afrontó ron a prisión, asaltando y saqueando la casa. A pesar de todos los es-
serena la muerte a la que la con- fuerzos, la heroína no quiso confesar quién había escrito la carta en-
denó Carratalá. La ejecución se viada por ella a las filas patriotas; y después de haberle hecho dar la
cumplió en la Plazuela del Arco; vuelta a la plaza, como escarmiento público, se la fusiló en la Plazue-
como poseía escasos bienes, no la del Arco donde actualmente se levanta su estatua” (Aurelio Miró
dejó testamento. Luego surgieron Quesada Sosa).
varias versiones de tradición oral
confusa. Lo único verificable es
que Simón Bolívar estableció una
pensión de gracia para las hijas Es la gran heroína
sobrevivientes de la heroína, pero
no sabemos siquiera qué suerte de la independencia
corrieron los cinco hijos que par-
ticipaban en las montoneras. Se “La Historia Oficial acepta con desgano a María Parado de Bellido co-
nota que la Historia Oficial siem- mo nuestra gran heroína de la independencia, condenándola a ser, co-
pre la marginó. Razón mayor para mo otros personajes populares, un ente aislado, borroso y desprendi-
enaltecer su memoria”(J.J.Vega). do del conjunto histórico del momento. Igual sucede con José Olaya
(hasta el apellido le cambiaron), con Marcelino Carreño y otros autén-

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María Parado de Bellido
1777-1822

ticos próceres peruanos del período emancipatorio. De Mariano Mel- cer a María Parado de Bellido de
gar, quizá la más representativa figura peruana de la independencia, que denuncie a los colaboracio-
casi nada sabemos respecto a sus luchas, rifle en mano. Este valiente nistas patriotas ordenó que que-
criollo pereció fusilado en los campos de Umachiri en 1815, mientras masen la casa de la heroína. Allí
Bolívar y San Martín combatían en otros lados de América” (J. J. Vega). estaban sus hijas, temblando de
tristeza y miedo, porque los aya-
cuchanos les informaban minuto
María Parado a minuto de lo que pasaba en el
cuartel de los realistas con su
de Bellido en la madre. También les anunciaron
que un piquete de soldados se
tradición ayacuchana
acercaban a la casa para cumplir
la orden de Carratalá y que te-
La tradición oral ayacuchana cuenta algunos episodios del sacrificio
nían que escaparse. Así lo hicie-
de María Parado de Bellido y que son dignos de resaltar.
ron, salvándose de ser quemadas
1. Cuando Carratalá se quedó sin argumentos militares para conven-
vivas.

Catedral y portales de Ayacucho, donde Micaela Bastidas dio su vida por la libertad de su pueblo.

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Biografías
2. María Parado de Bellido era de-
vota de la Virgen María. Cuando la
comitiva de fusilamiento pasó por
El Protectorado
la calle donde está la iglesia de
Santo Domingo, se hincó de rodi- El general San Martín era Protector del Perú
llas y oró implorando a la Virgen cuando se produjo el fusilamiento de María
María de Santo Domingo por su al- Parado de Bellido.
ma y la de sus hijos. La multitud Él tenía, la firme convicción de lograr la li-
que iba siguiendo sus pasos se con- bertad del Perú negociando con los espa-
movió hasta las lágrimas. ñoles, pero los patriotas peruanos sabían
3. Luego del fusilamiento de María que era muy difícil que los realistas se des-
Parado de Bellido, su cadáver fue prendieran de su colonia, por lo que muchos
pedido por el Prior de los merceda- independentistas iniciaron la guerra de
rios para enterrarla cristianamente, guerrillas, principalmente en la sierra, a
en el solar del convento de La Mer- uno de cuyos movimientos sirvió con fer-
ced. Carratalá accedió a la peti- viente entrega María Parado de Bellido.
ción. Después de un sentido velo-
rio, efectivamente María Parado de
Bellido fue sepultada.

Fusilamiento de María Parado de Bellido, óleo de Consuelo Cisneros, 1929; Museo Nacional de Arqueología, Antropología
e Historia, Lima.

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María Parado de Bellido
1777-1822

Mujeres de armas tomar


Cuenta la tradición que Mama Huaco, la mujer de Manco Cápac, fue
guerrera, luchadora y valiente. Su intervención fue decisiva para la
conquista de los valles del Tulumayo y del Huatanay a favor de los in-
ca-quechuas, que habían llegado desde la tierra de los Collas. Desde
entonces, muchas son las bravas mujeres, como se dice de “armas to-
mar”, que ha tenido la Historia del Perú y que junto a los héroes y
mártires han forjado la patria.
Por ejemplo, en las revoluciones de Juan Santos Atahualpa y Túpac
Amaru II, destacan las siguientes mujeres:
1. Ana de Tarma. Cuando se produjo la revolución de Juan Santos Ata-
hualpa (1742-1761) hubo una guerrilla de 52 mujeres comandada por
una mujer, conocida con el nombre de Ana de Tarma, las que nunca
se rindieron e intervinieron en las batallas de Río de la Sal y Nijanda-
ris, derrotando a las tropas realistas dirigidas por Benito Troncoso.
2. María Gregoria. Fue la mujer de Francisco Inka y quien fue apre-
sada por las tropas realistas. La torturaron hasta matarla, pero no lo-
graron que delate a su marido ni a otros jefes de la insurrección.
3. Micaela Bastidas. Esposa de Túpac Amaru II, fue una de
las integrantes del “consejo de cinco”, grupo que lideró to-
da la revolución tupacamarista. Fue apresada, torturada y
ejecutada el 18 de mayo de 1781, junto con su esposo y
dos de sus hijos.
4. Tomasa Tito Condemaita. La “cacica de Acos”, amiga
íntima de Micaela Bastidas y que tenía la misión de re-
clutar indios en Tungasuca y enviar refuerzos a Túpac
Amaru II.
5. Marcela Castro. Apoyó con toda energía la revolución de
Túpac Amaru II desde Marcapata. Fue apresada y ferozmen-
te descuartizada.
6. Bertolina Sisa. Esposa de Julián Katari, el líder cha-
yantino, que dirigió la revolución tupacamarista
en el Alto Perú. Fue tomada prisionera y amena-
zada de muerte, con lo que se pretendió la
rendición de Túpac Katari, pero como éste
no lo hizo, los realistas descuartizaron a
Bertolina.
7. Gregoria Apaza. Hermana de Túpac Ka-
tari. Fue apresada junto a Bertolina Sisa,
ambas corrieron la misma suerte y fueron
desctartizadas

Micaela Bastidas, esposa de Túpac Amaru II, otra


de las heroínas de la independencia del Perú.

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