Hermilio Valdizán, en su libro La medicina popular peruana, presenta numerosas
pruebas de que los peruanos, aunque no hemos conservado el conocimiento de la
tridosha, por lo menos, distinguimos dos de ellas: aire y calor, vata y pitta y sabemos que las doshas, aunque no las llamemos así, se equilibran con la alimentación y las emociones (el susto). Dice Valdizán: El vulgo mantiene, tanto en la costa como en la sierra, la vieja clasificación de las comidas y de los medicamentos en calientes o cálidos, y frescos o fríos, siendo esta clasificación motivo por el cual se recomienda, en cada enfermedad, los alimentos y remedios en condición opuesta a la de la enfermedad: tratándose de una fiebre serán terminantemente prohibidos los alimentos cálidos y las comidas cálidas y tratándose de una neumonía se llevará dicha prohibición sobre alimentos y remedios fríos. Dadas las investigaciones realizadas por Hermilio Valdizán y nuestra personal confirmación acerca de la pervivencia de este conocimiento en la sierra peruana y en el sustrato cultural costeño, no es aventurado sostener, que la praxis de la terapéutica peruana puede encontrar en algunos aspectos su sustento teórico en el Ayur Veda.