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Tercera de Tres parte III/III. Xoxocotla no está exento del mestizaje cultural. Un maestro del
pueblo me comentó la forma curiosa como un indígena regresó de pronto a la tienda donde algo
había olvidado comprar, entonces le dijo algo así como: oc centetl Twinky Wonder por favor, lo que
traducido al español quería decir: deme otro Twinky Wonder por favor. Es un ejemplo simpático
pero dramáticamente ilustrativo de las influencias española e inglesa en la corrupción del náhuatl.
Es imposible encontrar un pueblo náhuatl puro, a pesar de ello, Xoxocotla es un pueblo de
profundas raíces culturales nahuas y ha sabido conservar una gran parte de las mismas. Por la
edad promedio, el lugar de nacimiento, la lengua y domicilio, el grupo encuestado puede ser
considerado como representativo del la cultura tradicional del pueblo náhuatl de Xoxocotla.
De la lista de 100 alimentos, 61 resultaron ser calientes y 39 fríos. Por cada dos alimentos
calientes, hay uno frío. Hay mayor proporción de alimentos calientes en los alimentos encuestados
de origen mesoamericano, entre estos mismos, la cantidad de alimentos calientes es mayor en los
de origen tropical que en los de la tierra fría, aquí hay una mayor proporción de alimentos fríos
(particularmente entre las frutas y legumbres).
6.4. ¿Qué factores podrían determinar que un alimento sea frío o caliente?
En este caso me atreveré a especular sobre los posibles factores que podrían determinar las
cualidades frías y calientes de los alimentos. En una observación general, es probable que los
factores que el pueblo toma en consideración para determinar si un alimento es caliente o frío,
pueden ser muchos y de muy compleja interrelación, todos sin embargo, pueden ser percibidos en
mayor o menor grado a través del gusto, en este sentido lanzaría una hipótesis secundaria: "un
alimento puede tener en diversa intensidad y proporción varios factores tanto fríos como calientes,
teóricamente puede pensarse que cada factor es un vector interno con intensidad y dirección frío-
caliente, de su interrelación dinámica resulta un vector dominante que sintetiza la cualidad del
alimento.
El Clima. El clima templado o frío es favorable al desarrollo de la cualidad fría de los alimentos; el
clima tropical o cálido favorece la cualidad caliente. Cuando digo "factor favorable", no se refiere a
una característica absoluta, más bien a una "tendencia relativa" que favorece alguna de las
cualidades frío-caliente. El Chayote, manzana, pera, perón, zarzamora, tuna, nopalitos, fresa,
capulín, naranja, toronja, durazno, son alimentos que por lo general se producen en la tierra
templada o fría, sus cualidades son también frías. Por el contrario: el mango, melón, chirimoya,
mamey, y chicozapote se cultivan en las tierras cálidas tropicales, por lo tanto sus cualidades son
calientes. Es un hecho que el clima y la tierra de origen pueden darle un contenido químico y un
sabor característico a cada alimento. Aun en los alimentos de la misma especie se dan diferencias
de sabor al cambiar de lugar, de clima de cultivo; las uvas de Aguascalientes tienen su propio
sabor, las de California, Querétaro y Guerrero también, son iguales y al mismo tiempo diferentes,
los conocedores pueden identificar fácilmente el origen de la uva al gustarla, o al catar los vinos
que se producen con ellas. Lo mismo ocurre con el aguacate, aun en la misma variedad "Hass"
(por dar un ejemplo), el sabor tiene notables diferencias ya sea producido en Sinaloa, Puebla,
Veracruz, y sobre todo en Michoacán, más aun, el aguacate "Hass" de Uruapan, Michoacán y el de
Puruarán, Michoacán, cultivados apenas a unos kilómetros de distancia, tienen sabores bien
característicos.
La estación del año. En la opinión tradicional, la papaya y la sandía tienden a considerarse frías a
las que se cultivan en el temporal o de lluvia, mientras que las que se producen comercialmente a
través del sistema de riego en regiones de clima muy cálido, suelen considerarse calientes, es
decir, que la estación del año en que se produce un alimento también puede ser un factor
determinante frío-caliente.
La vitaminas. Los alimentos ricos en vitamina C suelen ser fríos, mientras que los que lo son en
vitaminas A, D, K, y E, tienen la tendencia a ser calientes. Los cítricos tienden por lo tanto a ser
fríos.
Los electrolitos. Al parecer, los alimentos ricos en sodio y calcio tienden a ser calientes, los ricos
en potasio suelen clasificarse como fríos. La sal comestible, el calcio, espinacas, acelgas, queso,
son calientes; la manzana, naranja, toronja, fresa, uva, jitomate, son fríos.
Las proteínas. Los alimentos ricos en proteínas tienden a ser calientes: carne, leche, queso, leche,
etc., los de bajo contenido de son fríos.
El alcohol. Un alto contenido de alcohol es interpretado como calientes a excepción del pulque.
Contenido acuoso. Un alto contenido de agua es un factor frío: sandía, naranja, toronja, piña,
chayote, nopalitos, calabacita, lima limón, mandarina, uva, pepino, jícama y otros.
Luz-sombra. Existe la tendencia a clasificar como fríos a los alimentos que se producen a la
sombra o debajo de la tierra: patata, zanahoria, yuca, jícama. La alta exposición a los rayos solares
los hace calientes; la uva como tal es fría, mientras que la uva pasa (desecada) es caliente.
Partes del alimento. En un mismo alimento se pueden encontar diferencias internas, la corteza,
semillas, carnaza, jugo, etc., cada una tienen su propia cualidad.
Sintetizando, los factores que probablemente determinan que un alimento sea frío o caliente son:
Para determinar con exactitud los factores frío-calientes de los alimentos se requieren estudios
mucho profundos. Aquí se exponen únicamente en forma hipotética.
Sin contar con los elementos suficientes, solo se pueden dar unas ideas preliminares que pudieran
investigarse posteriormente. El sentido del gusto puede percibir las cualidades químicas de los
alimentos y por supuesto también la físicas: cada elemento y compuesto químico tienen un
espectro luminoso. El espectro luminoso es una emisión energética de la materia con diferentes
frecuencias de onda. Los espectros rojos e infrarrojos tienen una menor frecuencia de onda, mayor
amplitud y físicamente son calientes. Los violetas y ultravioletas tienen una mayor frecuencia de
onda, menor amplitud y físicamente son fríos. Entre estas dos emisiones, tenemos otras que son
en mayor o menor intensidad frías o calientes, entre el azul al amarillo y el verde.
Una hipótesis muy aventurada ¿es que la sensibilidad humana puede percibir de alguna forma la
irradiación dominante del espectro luminoso de un alimento?, no sería imposible. Quien nos dejo la
noble herencia científica de relacionar las cualidades energéticas de los alimentos Yin-Yang con su
espectro luminoso fue el médico japonés Sakurazawa Nyotti, conocido en el mundo occidental
como George Ohsawa, el divulgador de la Macrobiótica (23). Sin duda que la espectrofotometría de
loa alimentos y su relación con las concepciones tradicionales de los alimentos frío-calientes,
tienen enfrente un amplio campo de investigación.
En el campo de la Medicina Moderna, en México, la Dieta Polarizante del Doctor Demetrio Sodi
Pallares se ha utilizado con buenos resultados en el tratamiento de diversas enfermedades del
corazón, por cierto, los alimentos que recomienda son los mismos que se han empleado en las
dietas naturistas, macrobióticas y tradicionales para el tratamiento de enfermedades
cardiovasculares.
La fórmula de Gibbs y el enfoque termodinámico puede aplicarse no solo al estudio del Corazón
(27), sino también a los sistemas biológicos abiertos de diversas funciones del cuerpo humano
(28). Es de notar que la dieta polarizante tiene como base termodinámica fundamental, la relación
de los electrolitos sodio y potasio; de cierta forma, uno encuentra que la clasificación tradicional y la
Macrobiótica también les atribuye cualidades opuestas (29, 30). Al igual que las corrientes
naturistas, todas de una u otra forma recomiendan los alimentos naturales (ricos en potasio) para el
tratamiento de la hipertensión arterial, enfermedades del corazón y otros problemas de salud.
En la encuesta se encuentras datos que sugieren que la clasificación tiene bases autóctonas
relacionadas con la capacidad gustativa para percibir consciente o inconscientemente las
cualidades físico-químicas de los alimentos. La mayoría de encuestados no sabe de que forma
puede identificar a los alimentos frío-calientes aunque aceptan haber recibido información por
tradición oral de entre 20 y 30 alimentos enlistados. El resto de alimentos reconocidos de los
alimentos enlistados que fueron reconocidos, nos conduce a interpretar que la capacidad gustativa
y clasificación prehispánica se ha mantenido hasta la fecha. El común de los indígenas siente algo
frío o algo caliente en cada alimento. Un numero considerable piensa que podría identificar un
alimento desconocido como frío o caliente, sin saber en base a qué.
7. CONCLUSIONES
El análisis de los resultados de la encuesta y la bibliografía consultada, son compatibles, aunque
no concluyentes definitivos de la hipótesis. Se sugiere un estudio estadístico más amplio; tanto en
los pueblos indígenas, como en los mestizos y urbanos; un análisis comparativo de los resultados
con las características físico-químicas de los alimentos, un estudio que permita determinar con
exactitud los factores fríos y calientes de cada alimento, así como profundizar con nuevos trabajos
de investigación clínica y de sus posibilidades terapéuticas a la luz de la ciencia moderna.
NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA
23. Itoshi Tamura: Macrobiótica. Kier (Argentina), 1979, p. 197
24. Alfonso, Eduardo: Curso de Medicina Natural en Cuarenta Lecciones. Kier (Argentina),
1976, p. 574
25. Sodi Pallares, Demetrio, y González Ahumada, Miguel: El tratamiento metabólico de
las enfermedades del corazón. Investigación Científica (E.U.A. - España), diciembre de
1977, No. 15, p. 6
26. Ref. No. 25, pp. 10-11
27. Cesarman, Eduardo y Brackfeld, Norman: Termodinámica del corazón y del cerebro.
CONACYT (México), 1981, p. 99
28. García-Colín, Scherer Leopoldo: Introducción a la termodinámica de sistemas abiertos.
Colegio Nacional (México), 1981, pp. 95
29. Ref. No. 24, pp. 377-390
30. Ref. No. 23, pp. 35-48
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