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ROMA Y LA EDAD
MEDIA
Bibliografía pág
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Historia y evolución del mimo
Hacer mimo es recoger un testigo anónimo y colectivo que nos llega a
través de la inmensa vivencia de la humanidad y que volvemos a entregar a
otras gentes. Así es como se puede mantener vivo y activo.
El lenguaje gestual, siendo a simple vista efímero, resulta imperecedero. En
nuestra expresión gestual hay matices y restos arqueológicos de otros
tiempos y culturas. En estas épocas arcaicas ya se dibujaban signos que
representaban gestos.
Los mimogramas realizados con sombras chinescas en la antigua Asia
o los mimográficos jeroglíficos egipcios, nos muestran la similitud que
puede encontrarse con lo más nuevo y vanguardista del lenguaje
informático. El lenguaje de los gestos se ha tratado de traducir y fijar en
dibujos e imágenes de forma constante en todas las culturas. Los
ideogramas y pictogramas aún perduran en algunas culturas como la China
o la Japonesa.
Todo esto nos hace percatarnos de las vivencias de otros tiempos lejanos
y acercarlas a nuestro vivir presente. Un buen hilo conductor es la mímica
y su expresión artística, el teatro de mimo. Así veremos que en la
antigüedad griega y romana los mimos ofrecían representaciones al margen
de las fiestas de guardar y de los días oficialmente solemnes y sin estar
acompañados del coro. Realizaban espectáculos de mimo siguiendo un
texto escrito o desarrollando piezas improvisadas. Con frecuencia
completaban sus funciones dándoles lugar a los parodistas que imitaban al
modo grotesco a las estrellas del momento, fueran atletas, poetas, músicos
o políticos. De esta manera, pasado y presente se conjugan en el arte del
mimo, así como Oriente y Occidente. Me parece importante mencionar
también que sin mímica no habría cine tal y como hoy lo conocemos.
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MIMO EN GRECIA Y ROMA
En los grandes teatros antiguos al aire libre de Grecia y Roma, donde el
público podía ver pero no oírla, el mimo era un elemento importante de la
obra. Pero entre los pueblos griegos y romanos a los mimos se les
consideraban farsantes cómicos de lo más cutre, que se dedicaban a
ridiculizar a todo bicho viviente, aunque con mucha destreza. Parecía que
no tenían otra cosa mejor que hacer, como limpiarle los pies al amo, sin
embargo, mientras tanto, no dejaban títere con cabeza con sus ganas de
juerga y sus obscenidades.
A los mimos en la antigüedad les llamaban “biólogos” porque
caracterizaban diferentes tipos de personas, lo que hoy en día llamamos
arquetipos.
El árbol genealógico de los mimos es variado y variopinto y va
evolucionando de la mano con las artes espectaculares.
- EN LA CULTURA GRIEGA
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A la mímica en Grecia la llamaban orquesis o “regla de la mano”, hasta
que llegó Platón y dijo que era “la imitación de todos los gestos y de todos
los movimientos que el hombre puede hacer”. Ya antes a Homero se le
atribuye la descripción: “una danza en la que hay dos saltadores que miman
el tema de una pantomima”.
Incluso en algunos restos arqueológicos se encuentran grabados los
mimos “saltantes”, y es que en Grecia se denomina así a cierta clase de
actuación dramática que gira en torno a las pantomimas.
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- EN LA CULTURA ROMANA
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Entonces, como ahora, el actor que vivía de su trabajo necesitaba una obra
exitosa que atrajese al público y creó la Commedia dell'arte.
EL MIMO EN EL MEDIEVO
No podemos dejar de hacer mención al medievo, momento en el que a
pesar de las críticas, se entendía mejor el mimo que el latín. Además los
mimos errantes o juglares habitaban los caminos salpicando de risas una
sociedad medieval que dicen era beato. La creación de tipos y personajes
característicos es una costumbre muy arraigada en el teatro popular de
todas las épocas, apenas ha cambiado el carácter y temperamento peculiar
de cada personaje popular, hasta se mantiene su fisionomía, variando sólo
en ocasiones el vestuario. Esto se comprueba sobre todo en la commedia
dell’arte italiana y sus arquetipos tan representativos. Estos personajes son
universales e intemporales.
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El personaje del bufón se metamorfosea en todas las épocas y parece
que no pasan los años por él. Su abuelo de la Antigüedad clásica empleaba
las atres gestuales con una impronta parecida a la de su nieto “el gracioso”
del drama español del Siglo de oro, o el Arlequín de la commedia dell’arte
italiana.
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Gracias a las Partidas de Alfonso x el Sabio y otras fuentes históricas
tenemos noticia de la notable presencia de los juglares de gesta, los más
estimados de todos.Existían asimismo juglares con puesto de trabajo fijo, al
servicio de reyes o nobles, e incluso como empleados municipales. El
juglar es un ser múltiple: es un músico, un poeta, un actor, un saltimbanqui;
es una especie de intendente de placeres que vive en las cortes de reyes y
príncipes; es un vagabundo errante que monta espectáculos en las
aldeas.Resumiendo, los juglares y trovadores eran poseedores de mil
oficios y de formación cultural diversa y su función principal era la de
divertir y entretener a las gentes a la vez que daban una enseñanza o
deleitaban el oído y la vista con sus creaciones.
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BIBLIOGRAFÍA
• Las mil caras del mimo. Javier Torres. Ed Fundamentos. Madrid,
1999.
• El cuerpo poético. Jacques Lecoq. Alba editorial. Barcelona, 2003.
• www.endrina.wordpress.com
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