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CAPITULO I
Los españoles eran superiores, ya que España era uno de los países más
desarrollados, contaban con una muy buena situación económica en todo ámbito.
Los criollos no poseían toda la riqueza y tampoco controlaban a los indígenas en
forma absoluta. La corona española empezó a premiar a los conquistadores,
naciendo así el carácter feudal de la sociedad.
CAPITULO II
“Guachupín con criollo, gavilán con pollo”, proverbio que corría en la época
colonial. Esto se refería a la enemistad entre españoles y criollos e insinuaba
discretamente ciertas ventajas de los españoles sobre los criollos. La pugna entre
españoles americanos y españoles peninsulares fue muy acusada en las
provincias mayores. Tomas Gage concluyo que los criollos y españoles eran “dos
grupos de habitantes tan opuestos entre si, como en Europa los españoles y los
franceses.” Algunos Comentaristas han criticado duramente a Fuentes y Guzmán
por su falta de imparcialidad en cuanto se refiere a los primeros tiempos de la
colonización, ya que ellos ven la conquista un hecho providencial. El bienestar,
desahogo y euforia que les deparaba a los criollos su privilegiada posición
económica social se la debían a quienes habían tomado la tierra y habían
sometido a los indios. Sin embargo la gratitud no fue la única causa de
idealización de la conquista por los criollos. La deformación de la conquista de
Guatemala alcanzo su punto más extremado. Y grosero en la idealización de
Pedro de Alvarado, los avisos y embajadas que enviaba Alvarado a los indios
antes de hacerles guerra, eran una formalidad legal enderezada a justificar la
violencia y la esclavización de prisioneros. La monarquía vino a recuperar el
gobierno efectivo de las provinci.as, nada mejor que examinar el desarrollo de dos
instituciones coloniales importantísimas: la encomienda y el repartimiento, las
cuales fueron instituciones que nacieron unidas y así permanecieron durante su
primera etapa. También hubo la esclavitud autorizada y legal, que se
complementó con el célebre requerimiento de Palacios Rubios, que debía leerse a
los indios para llamarlos a aceptar pacíficamente la soberanía de monarca
español, el repartimiento y la encomienda primitivos eran de suyo una manera
hipócrita de apropiarse y esclavizar a los indios.
CAPITULO III
CAPITULO IV
CAPITULO V
Por causa del criollismo se manifestó prejuicios menores, como el de que el indio
es desconfiado y malicioso, rechaza los beneficios de la civilización o que es
abusivo cuando se le da un trato amistoso. El criollo se lamenta "por los indios
desconfiados" y la realidad dice "pobres los indios cuando confían". El criollo tenía
motivos particulares para pronunciarse a favor de los nativos en muy especiales
ocasiones pero que esos virajes no implican un abandono de su posición
negadora básica, el problema de las epidemias de las peste de viruela y de
sarampión que hacían estragos en los pueblos de indios es motivo de sentidas
lamentaciones y esto era motivo de preocupación para los hacendados y
encomendados.
CAPITULO VI
Los esclavos africanos se encontraron en casi tan mala situación como los indios
esclavos y peor que la de los indios siervos. Los negros ingresaron cuando se
creyó que los indígenas pasarían a ser trabajadores libres, sin embargo al
establecerse los tipos de servidumbre, ya no se hizo necesario que ingresaran
mas trabajadores africanos. Desde mediados del siglo XVII algunos esclavos se
convirtieron en esclavos de confianza, ya no trabajadores explotados sino
trabajadores en los que se confiaba la administración de las haciendas. La
población mestiza aumentó notablemente, lo cuál puede ser comprobado por
varias fuentes históricas. A mediados del siglo XVIII en el informe de Cortés y
Larraz, los negros no cuentan, en cambio, los mestizos se convierten en una de
las fuerzas sociales y económicas más importantes del reino.
CAPITULO VII
La estructura de la colonia tenía por base la concentración de los indios en
pueblos incorporados a la monarquía, y con la abolición de la esclavitud, hecho
relevante que está ligado a la reducción de indios, fue una vía importante para el
proyecto político que estaba establecido en las Leyes nuevas. Fue un arduo
trabajo poder dominar la resistencia de los conquistadores y colonos esclavistas,
ya que muchos de los factores que les convenían cambiaron, tal como, el tributo
que los indígenas tenían que proporcionarles a éstos, ya que se redujo a la mitad.
El propósito de transformar a los indios en "vasallos libres" fracasó en todas las
colonias. La única posibilidad de consolidación del imperio, en las circunstancias
internas e internacionales de la España en los siglos XVI y XVII, radicaba en la
colonización efectiva, la migración y el arraigo de colones españoles. La existencia
en los pueblos estuvo presidida por la coerción; un pueblo era en cierto sentido
una cárcel con régimen de municipio ya que la finalidad era obligar a los
indígenas, no importando el sexo, a realizar una serie de trabajos gratuitos o
simplemente muy mal remunerados, sin embargo algunos de estos trabajos eran
formas legalizadas de la explotación colonial. El propósito de transformar a los
indios en "vasallos libres" fracasó en todas las colonias. La única posibilidad de
consolidación del imperio, en las circunstancias internas e internacionales de la
España en los siglos XVI y XVII, radicaba en la colonización efectiva, la migración
y el arraigo de colones españoles. Se cree que la situación precaria de los
indígenas era por el constante cambio que efectuaban en las diversas jornadas de
trabajo. Con la autorización real (una cédula dada en Madrid) comenzó el inicio de
los repartimientos en el país, con diversos documentos tales como: coerción, el
cual ordenaba que el repartimiento favoreciera o atendiera las necesidades de los
españoles y no la de los indígenas. La rotación establecía que los indígenas se
repartieran semanalmente; la remuneración forzada que mandaba a pagar 4
reales por semana, luego un real por día.
CAPITULO VIII
EPILOGO PARA EL CRONISTA CRIOLLO. Las últimas palabras de este libro han
de aludir al personajes que nos salió al encuentro en las primeras páginas y nos
acompañó por los caminos del Reino de Guatemala en el siglo XVII: el cronista
criollo, cuya obra estupenda, llena de pasión y escrita para defender y afirmas los
derechos de su clase en una trama de contradicciones sociales, no permitió
penetrar en esta trama y encontrar claves decisivas para la comprensión de
nuestro pasado. Don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán murió en agosto de
1699. En diciembre de 1700 se presentó su hijo al Ayuntamiento de Guatemala
para hacer devolución de unos documentos del archivo de dicha institución que
permanecían en su casa. Al año siguiente aparece la firma del hijo como heredero
de encomiendos y reclamando unos tributos que de adeudaban a su padre. En
1705 pide que se le envíen con regularidad los indios de unos pueblos que le
estaban “señalados y repartidos.”