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Por su parte, Cenios (1990) ha definido a las minorías como grupos, resistiendo a la
uniformización y a la asimilación de la cultura mayoritaria y se ha luchado por
mantener sus rasgos distintivos: siendo el sentido que le dan a sus vidas como valor
al que se aferran y es lo que el hombre puede juzgar como auténticamente suyo.
la condición radicalmente social del ser humano implica que probablemente sea más
insoportable la perdida de la identidad social que la renuncia a la identidad personal.
¿hay algo más evidente que el hecho de que los individuos arriesgas sus vidas,
renuncian a la libertad, sacrifican sus ideas, para sentirse uno más del rebaño,
identificado con él, con lo que adquiere un sentimiento de identidad aunque sea
ilusorio, siendo el de identidad social el más persistente.
Tal vez nadie ha sabido describir mejor que William james el estremecimiento que
produce en el individuo el hecho de descubrir que posee un identidad, un yo. en
palabras de james se trata de una “ sensación subjetiva de mismidad y continuidad
vigorizantes”.
La experiencia tiene dos efectos prácticos sobre el individuo: vigor y tensión activa
(sentirme vivo más profundamente) y autoconfianza. Consiguientemente, la
experiencia, además de ser positiva en si misma, puede convertirse en una fuerza
motivadora que influya sobre la nueva conducta.
El apoyo social que brindan familiares y amigos han permitido descubrir la importancia
y variedad de recompensas que nos proporciono a nivel de bienestar físico y
psicológico, la identificación afectiva con los demás.
LA IDENTIDAD SOCIAL ENCRUCIJADA DE TEORÍAS
Como ha apuntado reicher (1984, 201), la acción colectiva “ proporciona uno de los
pocos contextos en los que las persona actúan no en termino de sus preocupación
aisladas sino como puros objetos sociales desde una perspectiva más amplia, uno
podría incluso decir que como sujetos históricos”.
INTERACCIONISMO SIMBOLICO
COGNITIVISMO SOCIAL
La identidad psicosocial como entidad que articula a la persona con el contexto social,
constituye el puente de encuentro entre dos elementos complementarios: la historia de
la vida del individuo y la historia de la sociedad. Algunas crisis históricas pueden ser
un reflejo de la crisis de identidad que experimentan muchos individuos al hallarse en
conflicto con elementos de si mismo que rechaza (identidad negativa) por no poderlos
integrar en su identidad total (Erickson pone el ejemplo de un hombre muy viril que
desprecia en sí mismo y en los otro cualquier reminiscencia de sentimentalismo
femenino). Ello puede tener graves consecuencias porque entre comillas la defensa
obstinada contra la identidad negativa… es la fuente de muchos odios humanos”