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Cartas, poemas y

vivencias de los héroes


de la Guerra Civil

.
Cuando uno mismo es incapaz de
entender lo que ocurre a su alrededor,
cuando la barbarie y la sinrazón lo
inunda todo, escribir se convierte quizás
en la mejor forma de combatir la
soledad , el miedo, el dolor …
Tal es el poder de la palabra que se
viste de denuncia, de aprendizaje y de
recuerdo necesario para que nunca más
haya que hablar de los héroes anónimos
de cualquier contienda.

Lee con atención y si así lo deseas,


amplia este ramillete de escritos con el
tuyo propio
Él no, él no. Él no lo merece, no tiene que verlo,
no tiene que conocerlo.
Infancia truncada por una guerra de la que no ha
de formar parte. Inocente mirada que no condena.
Manos frágiles que no asesinan. ¿Por qué ha de
pagar él el dolor que otros han causado? ¿Por qué
sus errores recaen sobre mi pequeño?
Injusticias que no perdonará jamás. Él no sabía del
temor, del miedo, pero le obligamos a sentirlo a
través de la metralla. Cuando sea consciente de lo
que su España le está haciendo huirá. Cuando sepa
que sus hermanos le están matando huirá. Huirá
porque aquí no hay pasado, no hay presente ni
futuro, solo reina la muerte. Huirá, correrá, sin
mirar atrás, abrazando el olvido para que le saque
de aquí. Y para él no habrá atrás, no habrá vuelta a
este cementerio. ¡Vuela, mi pequeño, vuela!
¡Líbrate de esta España herida! No entres en esta
guerra que no tiene fin, que no tiene vencedores ni
perdedores, sino familias desechas que sangran,
sino muertes injustas, fracasos y dolor. Y cuando
todo esto termine vuelve, vuelve a buscar entre los
escombros lo Unpoco que quede
héroe anónimodel cariño
de laqueGuerra
entre
mis débiles brazos intenté darte, busca lo poco que
Civil
pude enseñarte, española
búscame, e intenta perdonarme por
no poder salvarte de esta lucha inconsciente…
¿Podrá el poeta alimentar
De muerte su moribunda poesía?
¿De qué vive el hombre que de amar
La guadaña aspira la noche en el día?

La entereza huye entre mis dedos


La impotencia cubre como un manto
De llanto y desencanto, mi alma de
velero

Elena, Rafael
El destino se mofa, disfruta con
nuestro padecer
Se deshace la estrofa, cada verso se
vuelve pura hiel
Primero Elena, luego Rafael
Infinita, eterna, la condena con que
se vengan,
Nuestros errores del ayer
Elena, Elena, Rafael, Rafael
Me puede la pena, pronto os
encontraré.
Sentir las cadenas
quemando tu esencia.
Dejar de ser persona
para ser propiedad.

Eso solo lo conoce


el que ya lo ha vivido.

Hundirse en el lodo,
respirar su carne
Pasar de ser hombre
a ser animal.

Eso solo lo conoce


el que ya lo ha vivido.

Mil alfileres cada escama de piel.


Mil alfileres, ya no estas vivo.
Gota a gota la sangre es pura hiel.
Estabas muerto antes de haber
nacido.
Una llamada al Padre que todos aman, al Señor que todos
esperan:

“Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.


Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.”

Antonio Machado

¡Oh Señor, sálvanos! Dejé de creer en ti por un momento porque


no nos dejaste volver atrás y cambiar lo ya hecho pero, ahora, si
eres tú ese ente Todopoderoso del que todos hablan y en el que yo
ahora sí confío, sálvanos de este sinsentido o mátanos y llévanos
con mi mujer muerta. Me desespero, Señor, me desespero,
necesitamos verla.

Mi hijo, sálvale al menos a él. Mírale, se tambalea; le falta el aire;


se desvanece; se descompone; está muy delgado y yo ya no puedo
hacer nada, solo me queda orar y pensar que me ayudarás a salir
de este tormento. Líbranos de este dolor.

Hoy sí, lo huelo, la muerte llama nuestra puerta. Ya no le canto,


ya no le hablo, solo le beso y le miro. Enferma, y yo con él y
cuando él se vaya, no podré resistirlo y gracias a ti o a mí mismo
moriré también.

Señor, llévame contigo, llévame con ellos. En el nombre de Jesús,


Amén.”

Un héroe anónimo de la Guerra Civil española

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