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El objetivo del presente escrito es el de justificar la existencia de la temática de “el

ridículo y lo grotesco” como problema fundamental de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra. Podemos decir que cuando alguien emprende su
primera lectura de “El quijote” no parte del cero o de la nada. Es decir el lector conoce de
antemano algunos rasgos de los personajes. Como dice el crítico español Francisco Ayala: “el
protagonista posee una existencia anterior al texto mismo” 1. O sea, el lector tiene una
determinada representación previa del personaje que seguramente sea de la de un caballero
entrado en años, que por loco, comete desvaríos cómicos. Cuando uno termina la lectura puede
completar esa imagen como, en palabras de Mario Vargas Llosa: “Un hidalgo caballero
cincuentón, embutido con una armadura anacrónica y tan esquelético como su caballo, que,
acompañado por un campesino basto y gordinflón montado en un asno, que hace las veces de
escudero, recorre las llanuras de la Mancha, heladas en invierno y candentes en verano, en
busca de aventuras”2, efectuando aventuras descollantes. Vemos entonces que hay un rasgo
común en las dos imágenes: Lo cómico. Es que, y aquí está nuestra tesis, lo cómico y grotesco
tienen una doble funcionalidad en la obra: ser herramienta o medio para otro fin y a su vez ser
un fin en sí mismo.
La intención de Miguel de Cervantes con el Quijote es la de satirizar las novelas
caballerescas (que no debe confundirse con los ideales caballerescos de honor), que estaban
muy de moda en el siglo XVI. Para esto, se hace de lo grotesco. Es que Cervantes busca la
complicidad del lector para reírse de esas obras. Es entonces necesario el uso del ridículo. Esto
es claro en el episodio de la vela de armas (cap III), en el cual el protagonista se “arma
caballero” en una venta (lugar propenso de prostitución) pensando que es un castillo, rodeado de
prostitutas (pensando que son doncellas) y en manos del ventero. Cervantes entonces satiriza
ese momento típico de las novelas caballerescas en tanto que el Quijote se nombra caballero en
la manera menos indicada para ello. Como dice Martín de Riquier, citando a "la ley XII de la
Segunda de las partidas del rey don Alfonso el Sabio: “non deve ser cavallero el que vegada
oviesse recibido cavalleria por escarnio”3, ya que lo hace en manos de un Ventero que no tenia
poder para hacerlo y aunque el Quijote supiera esto, no le da importancia; lo que corrobora la
intención satirizante del episodio.
Sin embargo, por su parte, la otra intención del autor no es otra que el lector se
entretenga y para ello hay que hacerlo reír. El mismo Cervantes es claro en su irónico prologo:

1
Francisco Ayala. “La invención del Quijote”, en Miguel de Cervantes Saavedra, El Ingenioso Hidalgo
Don Quijote De La Mancha, ed. Francisco Rico. San Pablo: Alfaguara, 2004. Pág. XXIX.
2
. Mario Vargas Llosa. “Una novela del siglo XXI” en Miguel de Cervantes Saavedra, El Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rico. San Pablo. Alfaguara ,2004 .Pág. XIII.
3
Miguel de Cervantes Saavedra. El Ingenioso Hilario don Quijote de la Mancha, ed. Martín de Riquier,
Planeta, 1999, pág. 531.
“que (…) el melancólico se mueva a risa” y “el risueño la acreciente.” 4 . Incluso el especialista
español del Quijote Martín de Riquier es aún más efusivo al respecto: “quien no se ríe del
Quijote (…) o no entiende la novela o (…) tiene la desgracia de no poseer la facultad de reír”5 .
El Quijote busca como uno de sus fines hacer reír. Se ve en los epígrafes irónicos de los
capítulos: “del buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás
imaginada aventura de los molinos de viento”6 . De hecho esa aventura es un buen ejemplo del
reír por reír. El caballero toma a unos molinos por gigantes y los ataca no haciendo más que
dañarse totalmente a sí mismo. Lo grotesco aparece como un fin en sí mismo.
Así es que queda demostrada la doble funcionalidad del aparato grotesco en “El Quijote
de la Mancha”: para satirizar novelas caballerescas y también para proveer al lector de “humor
gratuito, innecesario e innesperado”7, como dice De Riquier.

4
Ibíd., Pág. 43.
5
Martín de Riquier. “Cervantes y Don Quijote” en Miguel de Cervantes Saavedra, EL INGENIOSO
HILARIA Don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rico. San Pablo: Alfaguara ,2004. Pág. LXXIII
6
Miguel de Cervantes Saavedra, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rico.
San Pablo. Alfaguara, 2004 .Pág. 75.
7
Martín de Riquier. “Cervantes y Don Quijote” en Miguel de Cervantes Saavedra, El Ingenioso Hidalgo
Don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rico. San Pablo: Alfaguara ,2004. Pág. LXXIV

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