Está en la página 1de 22

Universidad y adolescencia: un campo de acción para las tutorías .

Darío Gil Torres


Objetivo General:
Plantear una alternativa de formación - fomento de la autonomía intelectual y personal-, a
quienes ingresan a la educación superior, en este caso a la Facultad de Odontología, a
partir del trabajo independiente y colaborativo y en ello responsables consigo mismos, los
demás, la institución, la academia y los futuros pacientes

Justificación
El mundo, material y conceptual, está cambiando a velocidades vertiginosas al punto que
nadie puede concebirlo como tal; por ello solo se lo hace parcialmente, por segmentos
cada vez mas moleculares y más mediatizados. A la par, tales fragmentos, vía mass
media, se venden como modelos que solo unos pocos logran conceptualizar; los demás
los aceptan materializados (Bauman, 2006) y los asumen como prótesis. Esa elección
está determinada por el tiempo apremiante y necesario en otros espacios donde puede
dar réditos. La sociedad, fundada en el mercado, exige que cada quien acumule la mayor
cantidad de objetos posibles y para ello debe dedicar su tiempo y sus energías. Lo demás
puede esperar pues hay que ser alguien en la vida y salir adelante. Esa concepción, la
acumulación de objetos y la vida vista a través de lo útil, seduce y se aprende y los
jóvenes, cada vez en mayor cantidad, se la apropian, viven y defienden.

No obstante, esa manera de ser y de vivir deja de lado aspectos trascendentes que
permiten vivir sin tanto sufrimiento, tales la solidaridad, el amor, el reconocimiento y el
respeto del y por el otro, sentimientos que en la historia de la humanidad han logrado
poner límite al malestar que hace parte de nuestra estructura como especie (Freud,
1975a), porque no dejan que lo fútil domine de manera horrorosa, porque no deja caer, o
al menos se lo hace de forma más lenta, en el remolino sinfín que se ha convertido la
época en la que vivimos. Y es en este punto que la educación escolar, especialmente en
el nivel superior, puede asumir un rol protagónico en tanto que, a través de un proceso
racional e intencional, puede presentar alternativas de elección vital y personal con
sentido ético a los jóvenes que inician su formación y capacitación profesional. De ello
que se pretende que las instituciones educativas puedan y tengan que presentar
alternativas (flexibles) de formación para sus estudiantes, con especial énfasis aquellos
que, una vez egresados, han de trabajar en el campo de la salud, (De Puelles, 2004). Las
alternativas, entonces, deben estar atravesadas por intencionalidades que dependen no
solo de la sociedad en que se vive, sino también en la que se quiere vivir. Es a esta a la
que se debe apuntar con sólidas bases teóricas y rigor conceptual y con claros propósitos
políticos – en términos de ciudadanía y civilidad – puesto que son los pacientes, - en
términos de la profesión - , el grupo social, - en términos de lo local -, y el del planeta
mismo, - en términos de lo global - (Elizalde, 2003), lo que está en el horizonte.

Este proyecto de tutorías apunta en esa dirección: no es solo la existencia del individuo –
como ofrecimiento de la modernidad - (Calvo, 1997) –, o la elevación de los índices
económicos – la mirada monetaria de los Estados modernos-; o del ascenso social de los
jóvenes que ingresan a una institución superior de carácter público lo que está en juego;
se trata mejor, de la formación de la subjetividad en donde cada uno sienta y defienda su
existencia a partir del respeto y el reconocimiento de y hacia los otros y en ello aceptar la
codependencia del todo y con todos, aspectos que tienen que estar atravesados por la
responsabilidad. Es a eso lo que se le llama ética global (Elizalde, 2003). Desde esa
perspectiva, no es la lucha por elevar el nivel de vida de cada uno lo que ha de importar,
sino una nueva forma de relacionarnos, aquello que le da sentido a la existencia.

La intención es construir una alternativa, con atisbos de esperanza, a la educación


enajenante en lo que respecta con el grupo social, con la universidad y con los jóvenes,
aquel segmento de la población que llega en oleadas a la institución. Los jóvenes no son
solamente una masa fácil de cautivar a partir de propagandas, para ponerlos como ideal
cosmético; también pueden ser contestatarios y motores del cambio social. La historia así
lo muestra, no obstante hoy estén sujetados en la cadena de ‘lo usar y tirar’. Y de eso no
son responsables ellos solamente, es el grupo mayor en general (en tanto que ha
cambiado los ideales trascendentes, por otros más fatuos, mas temporales, móviles y
desechables de la llamada ‘sociedad de consumo’): son los padres en particular (dada su
afección en el momento de replanteamiento de valores en la década de los cincuenta y
sesenta del siglo pasado, afección que los llevo a la perdida de rumbo, enmarcada en la
creencia que es posible proteger a sus descendientes del malestar que ellos sufrieron);
los maestros y las instancias educativas escolares (no leyeron ni enfrentaron la transición,
resultado de lo cual son los malestares contemporáneos), los psicólogos (solo
establecieron reglas y estrategias para la adaptación y no para enfrentar los cambios
dirigidos de manera deliberada por los mass media). Y muy especialmente la universidad,
instancia educativa que se presume conciencia de lo social, que no analizó, ni resistió, ni
preparó a las elites intelectuales para afrontar y proponer alternativas a tales cambios,
solo las preparó para que se acomodaran con la idea de que era posible, con la titulación
tecnoinstrumental, ser alguien en la vida y salir adelante a partir del acumulo de objetos y
la reproducción de roles sociales sin su confrontación.

Si el grupo social ha caído en las redes del consumo, la universidad debe seguir el
camino trazado por la elites económicas o debe, tiene y puede presentar alternativas?. De
ser así, ¿cuál sería el papel de la universidad?, ¿Cuál su función ultima?, de esto, ¿debe
seguir el trazo para facilitar cierta movilidad social, (aspecto marcado por el factor
consumo)? o ¿debe recuperar su misión primigenia, cual es formar a los muchachos que
ingresan para dar el paso a la adultez; y, en ello cuestionar la dinámica social y permitir
que la nación permanezca aun a pesar de la globalización? Es necesario y urgente que la
universidad recupere su misión formativa en lo psíquico (Ruiz, 2002), aspecto que no riñe
con las misiones asignadas en la modernidad (capacitar de manera especializada en lo
laboral; formar en la investigación y proyectar su labor al grupo social en general y no solo
a la parte empresarial - Boulet, 2001-). También, y así mismo urgente, preparar a sus
estudiantes para que replanteen sus y las relaciones que se implementan en lo social
(Macias, 2003): las elites intelectuales tienen deberes para con la sociedad que abrió los
espacios para que se formaran: ningún profesional tiene más derechos que los demás por
el mero hecho de serlo. A nivel de derechos todos los tenemos por igual y si no, se deben
implementar aspectos educativos para que, a la luz de los planteamientos del desarrollo
humano que proponen las Naciones Unidas, haya más equidad. Equidad, la solidaridad,
la potenciación, la seguridad, la sustentabilidad, el amor por el otro y el respeto por lo otro
en todos y cada uno de los integrantes de nuestra sociedad. Y en esa dirección debemos
educar. Es la vida de cada cual y la del planeta mismo la que está en juego.

De acuerdo con eso, los profesores (professeur: alguien que profesa. Profesar: hablar en
público para admitir y sustentar algo, una creencia, una actitud, un saber de forma
académica), debemos leer lo social con rigor y recuperar la labor formativa. En
concordancia con lo aquí planteado, se proponen dos estrategias didácticas y
pedagógicas para ser implementadas en nuestra facultad: las Tutorias, en tres diferentes
vertientes, y los Semilleros de investigación.
Las Tutorías
Las tutorías se pueden considerar como una estrategia pedagógica para la atención de
pequeños grupos en las instituciones educativas y cuya misión no solo es un
acompañamiento disciplinar o académico sino, especialmente, en la formación de
subjetividad. Tal atención puede establecerse a partir de los presupuestos que tiene la
Facultad frente a aquellos jóvenes que empiezan su trasegar formativo como
profesionales. La tutoría acá propuesta propende también por la formación de ciudadanía.

Tales tutorías pueden implementarse en niveles a partir de las intencionalidades que se


tengan como profesores frente a los estudiantes: de ingreso (académicas); normativas; de
acompañamiento por pares y formación de investigadores (semilleros de investigación). A
continuación, de manera sucinta, se describe cada una dejando en claro que no es
camisa de fuerza, es decir, en la puesta en acto se irán encontrando variaciones y
adecuaciones a cada una.

Así, en general, las tutorías pueden facilitar o pretender:


Orientar y dar seguimiento al desarrollo académico de los estudiantes; apoyarlos en los
aspectos cognitivos y afectivos del aprendizaje; desarrollar la capacidad crítica y creativa;
fomentar el rendimiento académico; acompañar su desarrollo social y personal, fomentar
hábitos y habilidades; contribuir en la solución de problemas académicos y
administrativos; reducir la posibilidad de deserción; brindar, a través del apoyo, confianza;
apoyar y orientar de manera general en decisiones que pueden afectar su permanencia
en la institución, así como orientación en algunas problemáticas no académicas; motivar y
reforzar el estudio independiente; apoyar el trabajo, discusiones u otras experiencias
grupales; realizar seguimiento a actividades de aprendizaje; apoyar el trabajo con TIC’s;
fomentar la lectura de textos, contextos y otras ayudas audiovisuales; fomentar la
formación integral.

Tiene además otras ventajas: es dinámica y flexible; agiliza el flujo de información; la


emisión de información; facilita las relaciones sociales; facilita al tutor el proceso de
seguimiento, dado el reducido número de estudiantes; puede reforzar actitudes
particulares.
También hay un ‘peligro’ evidente: que el tutor dicte clases (conferencia) con los
tutoriados pasivos

1.- De Ingreso
Objetivo especifico: Acompañar, de manera académica, el proceso de inserción a la
universidad de los estudiantes que empiezan el Programa de Odontología

Nuestro grupo social es dirigido por un Estado cuyos gobiernos fomentan cada vez con
más intensidad la instrucción técnica en la universidad (y se le conduce y exige como
institución de secundaria) abandonando sus funciones fundantes (critica al conocimiento y
crítica social); de eso que quienes allí laboramos estamos en la obligación ética – si se
quiere moral – de enfrentar esa dinámica en tanto nos asumamos profesores. Pero no
solo en el plano político e ideológico, sino, con énfasis en lo académico: no es suficiente
ostentar títulos o infinidad de publicaciones internacionales en un área del conocimiento;
eso nos configura investigadores (razón necesaria, no suficiente); es urgente que cada
uno de esos profesionales, para preciarse Professeurs, conozcan las funciones de la
universidad (pretéritas y actuales), el contexto en el que se desarrolla y, desde eso,
asumir el rol con todas sus consecuencias; no es suficiente, si necesario, ser capaz de
dar instrucciones y capacitar en lo tecnointrumental; no es suficiente formar eruditos o
personas informadas; de lo que se trata, además, es de construir civilidad, a la par que
aportar para que el grupo social se transforme en pos de la equidad social, no solo
graduar cada vez un mayor número de personas sin compromiso social; así mismo para
que el universitario, sea profesor o estudiante, asuma una actitud critica (kriné) frente al
discurso tecnocientífico y en ello, de ser posible, formar investigadores. Y esto se hace
viable si se construye, cotidianamente, la institución como un lugar que genera malestar
racional para que quien ingrese allí tome la decisión de asumirse adulto con las
consecuencias que eso contrae: permitir que la sociedad permanezca como nación y
trascienda en el tiempo y no se convierta solo en una masa consumidora. Es allí donde se
cumplen las funciones y se asumen responsabilidades para con la sociedad: la
universidad pública se debe a lo público; cada quien debe retribuir a la sociedad lo que
ella en él invirtió
Pero eso no puede ser retórica o un acumulo de buenas intenciones. Hay que hacerlo
evidente en el quehacer cotidiano como profesores responsables ante el grupo social y no
solo ante la institución o ante nosotros mismos o ante los estudiantes.

Y cómo en la Facultad de Odontología se pueden asumir, al menos en parte, esas


responsabilidades sociales y formativas? La estrategias didácticas universitarias todavía
están por explorarse más allá de la conferencia y los laboratorios; aunque en los últimos
tiempos se han introducido algunas nuevas para la universidad, pero viejas en otras
instancias escolares o laborales, tal el ABP o el estudio de casos, por ejemplo

La respuesta, si bien parcial, gira en torno a las llamadas ‘Tutorías’ (modificación libre de
los seminarios - Remolina, G: 2001), cuya base está en el dialogo, la discusión y las
preguntas alrededor de un tema que es problematizado (Ramírez, 2001), lo que implica
asumir las condiciones y consecuencias del gremio universitas,

Lo que propone la tutoría, es ejercer una introducción académica, en términos del rigor y
la disciplina de trabajo, a los estudiantes que ingresan a la Facultad. Se trata que algunos
profesores se permitan acompañarlos para que asuman aspectos formativos en lo
personal y lo disciplinar de los jóvenes, teniendo como base un tema académico.

Tal tema es de libre elección de los jóvenes, por lo tanto cada tutoría puede ser de fópicos
diferentes sin importar si están o no en el plan de estudios, pues es disculpa para
fomentar la discusión e introducirlos a la universidad a partir de la racionalización
disciplinar, con la clara intención de transformar la actitud con la que llegan de secundaria.

Ahora bien, aunque los contenidos de cada tutoría sea diferente, hay propósitos comunes:
la formación trasciende tanto el tema como la disciplina, puesto que el énfasis se pone en
el discurso académico (la formación racional) atravesado por el discurso científico (el rigor
en la lectura del mundo), lo que – y es la justificación primera- facilita la inserción de los
estudiantes a la universidad: pues se trasciende el marco dependiente e informativo de la
secundaria y se asuman, con sus consecuencias, en la responsabilidad de ser artífices de
su propio conocimiento, de su propio proceso formativo en una área profesional particular;
y, más allá, asuma las consecuencias de sus acciones como ser humano. De hecho, el
ejercicio reivindica el quehacer universitario pues fomenta la responsabilidad sobre el
proceso de aprendizaje (Cabal, 2001); y que responda por elección de una disciplina
especifica (Gil, 2007).

A primera vista ya hay un contacto (y que debe ser claro para todos los profesores): lo
académico y lo científico son discursos y por ello argumentativos; para eso, y en segundo
lugar, desde lo epistémico se ha de re-conceptualizar y ampliar el campo de acción de la
profesión para trascender el marco organicista que se le ha dado, y ubicarlo mas en el
campo de las relaciones (sistémicas) con el otro (sea paciente o no), consigo mismo y con
lo otro, esto es, todas las relaciones que pueda implementar, para bien y para mal. De allí
que, podemos afirmarlo, todos los profesores de la facultad podrían ser Tutores, aunque
se tengan contenidos, énfasis y matices diferentes.

Descripción de la propuesta y su dinámica


Población: estudiantes de primer nivel., reingreso, transferencia y cambio de programa
Tutores: abierto para quien este dispuesto
Duración: semestre académico
Temática: de elección grupal
Cursos involucrados: todos los del primer nivel
Evaluación: semanal
Calificación: 10% de todos los cursos involucrados

La dinámica de la tutoría académica es la siguiente: al comenzar la tutoría (un tutor y


hasta 10 estudiantes, en reuniones semanales de 2 horas) cada quien propone el tema
que quiere revisar, idea que debe sustentar, inicialmente, de manera intuitiva (a partir del
propio gusto) para intentar convencer a los demás de su calidad y los posibles
aprendizajes que de él puedan emerger y construir. El Tutor, excepto en la información de
normas de trabajo (reuniones con horario fijo y extraclase que los estudiantes acuerdan;
dinámica de las sesiones, entre otras), no interviene en la discusión; como tampoco toma
partido por ningún tema puesto en cuestión.

Una vez elegido el tema, el Tutor realiza una introducción general y establece una carta
de navegación que implica distribución de temáticas que cada estudiante debe trabajar
para exponer la semana siguiente (esto se hace cada semana dado que se desconocen
los giros que pueden emerger en su desarrollo).
En las sesiones el estudiante toma los apuntes que considere necesarios (se pueden
articular las TICs pues pueden recibir capacitación vía electrónica o en físico).

En cada sesión cada participante expone los avances que ha hecho sobre los tópicos
asignados y los compañeros escuchan, sugieren y corrigen tanto lo consultado, como la
forma de exponer. A la par discuten, elaboran y entretejen mapas conceptuales y/o
mentales, estableciendo nuevas líneas de acción para la sesión siguiente. De esta
manera se hacen responsables, ante si y ante los demás, de lo trabajado y de sus propias
acciones: cada vez debe asumir con más rigor lo que dice y confronta en la discusión. Se
trata de validar lo trabajado.

En medida que se avanza, se decanta tanto la dinámica (las formas de participación y la


calidad de las exposiciones), como la temática a la que se le buscan las aristas posibles.

En las tres últimas sesiones se retoma el propósito inicial; se hace recuento de lo


trabajado sobre el tema escogido. Y se prepara una sustentación publica de lo trabajado
(video, poster, conferencia) actividad que debe ser preparada con antelación.

La última sesión es evaluativa y se asigna una calificación que debe responder no solo
por la acción final (la exposición), sino por el seguimiento, que cada uno debe conocer. La
nota se le puede asignar un porcentaje (en todos los cursos del primer semestre),
acordado por los docentes.

Las tutorías pueden ir en contravía a lo que el sistema educativo demanda: no se


pretende la erudición; los estudiantes asumen el proceso y se capacitan ellos mismos,
independiente de los posibles deseos de los tutores; los temas tecnoinstrumentales, se
aceptan: no se trata de que sean diestros, sino que sean dueños de si y de su
aprendizaje. Nuestro país propende por lo técnico (capacitar para el trabajo), las tutorías
pretenden la academia y la civilidad, lo que incluye, por supuesto, la capacitación pero la
trasciende.
La universidad pública convirtió sus grupos en masa (la proporción profesor – estudiante
esta del orden de 1 a 60); las tutorías exigen que la relación sea más personal (lo ideal es
1 a 10), para realizar el ejercicio de confrontación racional e intelectual.

En fin, lo que se intenta – como ilusión – es recuperar el gremio universitas y si bien no


rechazar la noción de politécnico (universidad profesionalizante), si al menos confrontarlo;
es pensar que todavía hay alternativas a las estrategias pedagógicas para niños o para
empresas. Las tutorías permiten afirmar que la universidad todavía existe y con ello la
esperanza que la sociedad puede cambiar en dirección a la equidad.

En síntesis, proponemos la tutoría académica como alternativa en la universidad, porque:


cumple con el propósito de aprender a aprender; permite formar en respeto por el otro y
por el conocimiento; facilita el acercamiento académico entre profesores y estudiantes;
facilita, sin sobreprotección, la adaptación a la vida universitaria; ayuda a la autonomía
intelectual y afectiva del estudiante; permite el trabajo individual y colectivo; fomenta la
capacidad de análisis y síntesis; obliga, en sentido ético, a hablar en público para
defender y sustentar tesis; permite la lectura interdisciplinaria. Y muy por encima de lo
anterior, implican que cada uno en el proceso pueda leer el contexto y actuar en
concordancia, aspecto clave en la asunción de responsabilidades en torno a la civilidad.

Funciones de los tutores


a.- participar en la tutoría por decisión propia;
b.- Acompañar las sesiones de tutoría (dos horas/semana) con los estudiantes asignados;
c.- Proponer la estrategia didáctica a implementar en las sesiones durante el semestre
d.- Dirigir y orientar el proceso; los estudiantes escogen el tema;
e.- Distribuir y asignar la temática de cada sesión;
f.- Preparar, de manera general, el tema elegido.
g.- Interrogar a los estudiantes durante las exposiciones en cada sesión con el fin que tal
sesión no sea de repetición de lo consultado sino de apropiamiento conceptual;
h.- Asesorar a los estudiantes durante el proceso;
i.- Evaluar cada sesión de manera abierta con los estudiantes
j.- Llevar un registro de asistencia a las sesiones.
k.- acompañar a los estudiantes en la elaboración de la presentación final del tema
trabajado durante el semestre (poster, video, conferencia).
l.- Asignar una nota cuantitativa a cada estudiante y reportarla a los coordinadores de los
cursos que participen en el proceso (la nota tendrá un valor del 10 al 15% de cada curso).
m.- Asistir a las reuniones de preparación, proceso y evaluación de las tutorías, citadas
por el responsable asignado por la facultad.
n.- realizar un acompañamiento personal (ficha), de cada estudiante asignado, donde
consigne aspectos actitudinales y aptitudinales relevantes de cada uno de ellos (no es
una ficha psicológica).
ñ.- orientar a los jóvenes en métodos de estudio.

Las horas necesarias serán concertadas en el Plan de Trabajo Docente

Funciones de los estudiantes


a.- Asistir a todas las sesiones con el tutor asignado;
b.- En la primera sesión, en discusión grupal, escoger el tema a abordar durante el
semestre;
c.- Preparar con rigor la temática asignada por el tutor;
d.- Realizar consulta y exposición en cada sesión del tema asignado
e.- Participar en las discusiones en la sesión;
f.- Solicitar asesoría extra-clase cuando lo considere conveniente;
g.- Reunirse con los compañeros en el transcurso de la semana para preparar la temática
asignada;
h.- elaborar relatoría de la sesión (un estudiante por sesión);
i.- asistir puntualmente a las sesiones
j.- llevar los apuntes (registros de clase) necesarios para la exposición final.
k.- Preparar la exposición final ante un auditorio.
l.- realizar una autoevaluación; una evaluación del proceso y una evaluación del tutor de
manera sustentada.

2.- Tutor – Par


Objetivo especifico: Implementar lazos de solidaridad y de acompañamiento académico
de los estudiantes que recién ingresan a la universidad por parte de los estudiantes que
están terminando el programa académico.

Descripción de la propuesta y su dinámica


Población: estudiantes de los dos primeros niveles.
Tutores: abierto para estudiantes quienes estén dispuestos y/o tengan la necesidad
Duración: semestre académico
Temática: temáticas especificas (a juicio de los estudiantes que demanden la tutoría) de
cursos de los dos primeros niveles
Cursos involucrados: todos los de los dos primeros niveles
Evaluación: semestral

Como vertiente alternativa al acompañamiento que los profesores pueden hacer a


quienes recién ingresan a la institución, y que llegan sin rigor conceptual ni disciplina de
trabajo ni comportamental, se presenta la Tutoría por pares.

En este caso, ya no son los profesores sino compañeros de semestres superiores los
encargados de realizar el acompañamiento a quienes, a juicio de los tutores, lo necesiten
(de allí las fichas y la necesidad que los coordinadores de los cursos informen a los
tutores – o al coordinador del proyecto- sobre los jóvenes que tienen problemas de
rendimiento académico). A cada tutor - par se le asignan dos o tres estudiantes para que
sean orientados en actividades de recuperación en materias o temas que no tengan un
resultado satisfactorio. Se trata que los tutores-par puedan servir como acompañantes en
temas específicos en los que los estudiantes nuevos puedan tener deficiencias (esto se
puede ampliar hasta, al menos, el tercer semestre).

Quienes pueden ser tutor-par? Cualquiera que esté interesado y que la facultad – por
intermedio de sus profesores – recomiende. No se trata que sean los mejores (o con mas
rendimiento cuantitativo o mejor promedio); se trata mejor de quienes tengan la aptitud
(sepan el tema o le apasione) y la actitud (esté dispuesto a colaborar con los compañeros
como un acto de solidaridad, académica, aspecto descuidado en la institución).

También pueden ser aquellos estudiantes que reciben algún estipendio por parte de la
universidad (complemento alimentario, subsidio de transporte); así, esa ayuda queda
como algo que se gana, un reconocimiento lo que lo hace más digno (otro aspecto que se
debe enfrentar en la facultad).
S trata, en síntesis, que la tutoría - par puede elevar el rendimiento (en temas específicos)
a la par con la formación personal; así mismo, se trabajan y refuerzan valores
(solidaridad, dignidad, respeto, responsabilidad) desde ellos mismos; se fomenta sentido
de pertenencia y se trabaja por la calidad de vida de todos en la Facultad.

Funciones del tutor – par


a.- Querer participar en el proyecto;
b.- Aceptar la asignación de dos o tres estudiantes para ser su acompañante durante el
semestre académico;
c.- Tener elementos claros sobre alguno de los cursos de los dos primeros semestres del
plan de estudio de la Facultad, especialmente aquellos que se tornan ‘dificultosos’ para
los estudiantes nuevos;
d.- Tener contacto cotidiano con los estudiantes asignados (bien sea con horario
acordado o tener tiempo a disposición si el tutoriado demanda ayuda en un tema de una
materia especifica);
e.- Orientar a los estudiantes en sus métodos de estudio;
f.- Estar en contacto cotidiano con los profesores o coordinadores de curso del primero y/o
segundo semestre, para conocer la temática en la que se encuentran en el semestre o si
el profesor le solicita colaboración con algún estudiante en particular en un tema preciso.
g.- Presentar un informe evaluativo corto (asistencia, temas trabajados, disposición de los
tutoriados) al finalizar el semestre al coordinador de la materia

Funciones del estudiante tutoriado


a.- Participar de manera activa en el proyecto;
b.- aceptar al estudiante – tutor;
c.- solicitar asesoría al tutor y asistir a las reuniones de refuerzo o capacitación que
programen conjuntamente;
d.- presentar un informe evaluativo corto sobre las sesiones trabajadas con el tutor.

3.- Tutoría de Acompañamiento normativo.


Objetivo específico: propender el mejor estar a partir de un acompañamiento personal y
directo a los estudiantes, proporcionando una orientación frente a las decisiones que los
jóvenes deben tomar y puedan afectar su proceso en la institución.
Descripción de la propuesta y su dinámica
Población: estudiantes de la facultad de Odontología.
Tutores: abierto para profesores que estén dispuestos.
Duración: todo el programa.
Temática: reglamentación de la universidad en general (reglamento estudiantil) y la
facultad en particular (reglamento de clínicas).
Evaluación: semestral por parte de los profesores tutores.

La tutorización es la posibilidad que tiene un adulto, en este caso profesor, de comprender


y acompañar el proceso académico que empiezan los estudiantes a nivel universitario.

Esta tutoría involucra una reflexión compartida sobre procesos de orientación educativa e
implica reuniones de coordinación de las actividades a realizar. Pueden ser Tutores
inicialmente los profesores, vinculados, del primer semestre; en los semestres posteriores
(segundo en adelante) quienes deseen participar (al menos uno de cada semestre).

Le serán reconocidas, en su plan de trabajo, al menos diez horas semestre (tres


reuniones de tutores obligatorias; siete horas de seguimiento a los estudiantes asignados:
reuniones periódicas de una hora cada una, con horario a convenir entre tutores y
estudiantes).

Esta Tutoría está regulada por el acuerdo 211 de Diciembre 6 de 1993.

Funciones del tutor


a.- Conocer el reglamento estudiantil y el reglamento de clínicas de la facultad de
Odontología.
b.- Conocer la secuencia curricular del programa;
c.- Acompañar y brindar asesoría a los estudiantes asignados sobre las decisiones de
carácter académico que deben tomar en un momento determinado; acorde con esto, le
serán asignados un mínimo de 10 y un máximo de 15 estudiantes.
d.- dar a conocer a los tutorados un horario de atención y/o reuniones
e. Informar a los estudiantes sobre los servicios que brinda la universidad relacionados
con situaciones que afectan el desarrollo de su desempeño académico y de bienestar
personal;
f.- Llevar un registro de asistencia y asesoría tutorial (las problemáticas presentadas por
los estudiantes asignados y la forma como recomendó enfrentarlas).
g.- conocer los servicios de las dependencias académicas y administrativas de la facultad
y la universidad y que puedan ser útiles al propósito de la tutoria.
h.- Canalizar, en conjunto con el responsable asignado (jefe pregrado, Vicedecano), a los
estudiantes que requieran atención especial por parte de alguna dependencia de la
universidad.
i.- Sugerir actividades extracurriculares que favorezcan la formación integral del
estudiante
j.- Realizar reuniones periódicas con otros tutores (Comité Tutorial) para analizar
problemáticas recurrentes y proponer recomendaciones de posibles soluciones.
k.- Presentar informes periódicos (semestrales) a la persona asignada como responsable
de las tutorías (Vicedecano, Jefe de Pregrado, Coordinador de Asuntos estudiantiles o
quien sea nombrado como coordinador de tal comité), sobre el seguimiento,
l.- Evaluar el programa de Tutorías con el ánimo de adaptarlas al bienestar de los
estudiantes

Dado que el programa de tutoría (definida en este caso como un acompañamiento


durante la trayectoria académica de los estudiantes y es de carácter personal y grupal)
aspira a ser estructural de la facultad, se hace necesario que no dependa ni de una
persona ni de una administración. Por ello se conformará un Comité que esté atento,
evalué, introduzca mejoras a la labor que puedan desempeñar los diferentes tutores aquí
propuestos.
Funciones del Comité
El comité estará integrado por: el vicedecano, el Jefe de Pregrado, el coordinador de
Bienestar Universitario de la Facultad; los coordinadores de semestre (en su defecto, un
representante de los tutores elegido por ellos mismos).
a.- evaluar las situaciones críticas o problemáticas de los estudiantes y proponer
estrategias de solución;
c.- Realizar reuniones periódicas – al menos una al semestre - con los tutores para
evaluar actividades realizadas y/o proponer estrategias que permitan o faciliten la labor de
los tutores;
d.- Poner en conocimiento de las instancias pertinentes los problemas y/o iniciativas que
propongan o formulen los estudiantes sobre aspectos académicos, disciplinarios y de
bienestar;
e.- Promover actividades tendientes a la capacitación de tutores;
f.- Presentar informes periódicos (semestrales) sobre las actividades realizadas;
g.- Estructurar un archivo con los asuntos sometidos a su consideración y que requieran
algún trámite;
h.- Adaptar y dotar de instrumentos teóricos y prácticos, además del tiempo necesario, a
los tutores que les permitan cumplir con su labor de la manera más eficiente posible.
i.- Conformar una red institucional de tutores para intercambiar estrategias, información y
experiencias.

Acorde con lo tratado en las páginas anteriores, las tutorías pueden servir para múltiples
propósitos académicos; no obstante queda la sensación que, aun así, prima la
monodisciplina, la memoria manual y tecnoinstrumental. Se hace necesario plantear otras
variantes para cumplir las funciones misionales del gremio universitas pretéritas (el paso a
la adultez), modernas (critica al conocimiento y crítica social), y actuales (investigación,
docencia y extensión), en lo que se denomina relación universidad-sociedad.

La Extensión en nuestra facultad es reconocida y premiada; la docencia se la cumple


(ahora asociada a las tutorías como estrategia pedagógica); queda la investigación, no
como protocolo, sino como actitud. Para ello se proponen los semilleros de investigación.

4.- Los semilleros de investigación


Objetivo específico: fomentar, entre los estudiantes interesados, una actitud frente a la
investigación, sus métodos y sus implicaciones.

Los semilleros emergen, en 1997, como alternativa que reivindica tanto la universidad,
como los ofrecimientos de la modernidad: la existencia del sujeto a partir del cuidado de
sí; como aquel que existe en sí mismo y no solo a la luz de la creencia o las leyes, es
decir, con todas sus consecuencias; aquel que tiene la posibilidad de elegir su futuro; y
debe ser confrontado a la luz de los propósitos y funciones sociales de la institución

La sociedad, a partir del flujo de información vía mass media se ha reconfigurado de


manera dramática al punto que lo que sucede en una comunidad en cualquier lugar del
planeta es conocido en tiempo real. Tal información llega cargada de interpretaciones que
hacen carrera en la sociedad, no importa su sesgo ni sus intenciones: se pone a circular
información que en sus comienzos genera entusiasmo o terror y encendidos debates de
carácter afectivo o moral; luego, cuando se decanta, genera esperanza y es demandada
por las comunidades para aliviar la pesada carga de vivir. En ese punto, la versión
dominante domina el espectro de la información y empieza a generar efectos económicos.

También circulan conceptualizaciones sobre las relaciones cotidianas y el diario vivir. Así,
los conceptos cuidado del medio ambiente (a partir de la compra por el derecho a
contaminar, el uso de combustibles no fósiles, el reciclaje), la belleza (el derecho de cada
quien a verse y que lo vean hermoso: liposucción, lipoesculturas, cirugías plásticas,
gimnasios, entre otros), la dieta macrobiótica (consumo de alimentos limpios a precios
elevados), el nivel de vida (el derecho a llenar el hogar con aparatos electrónicos), la
esperanza de un mañana mejor para cada uno (la lucha por la supervivencia con base en
las posesiones), por ejemplo y todos mezclados. Para alcanzar eso ofrecido cada quien
demanda el derecho a ser educado como profesional, pues ello, es ofrecimiento,
garantiza todo lo anterior.

No obstante, en la universidad tiene características particulares se tiene que pensar


constantemente. Históricamente quienes accedían a la universidad o tenían dinero para
asumir sus costos o eran capaces de superar los filtros que desde la admisión se
presentaban. Hoy, a la luz de las reformas educativas y las nuevas conceptualizaciones
sobre la relación universidad – sociedad (reducida a universidad – empresa), la dinámica
ha cambiado: cada vez es mayor el número de aspirantes que acceden a las instituciones
y cada vez es menor el nivel de exigencia (no son un secreto las quejas de los docentes
porque los estudiantes no estudian, pero tampoco lo es que las calificaciones se
aumentaron en proporción inversa).

Paradójicamente, las instituciones se precian de que en sus planes de estudio se hace


énfasis en la investigación (metodología de la investigación, que se circunscribe a hablar
del método implementado en el siglo XIX centrado en la estadística), cursos que poco
impactan en los estudiantes (que son pragmáticos: quieren ser habilitados para ejercer
una profesión) y son calificados de cansones. Aun así hay investigación pero por decisión
individual (sea profesor, sea estudiante), con un costo que todo mundo sabe pero nadie
reconoce: la soberbia creciente de quien investiga.
Esa soberbia hace que haya necesidad de preguntarse por el proceso educativo en las
instituciones dado que, si bien puede generar resultados positivos, en conjunto y frente a
las relaciones sociales no se mira en la misma dirección por varias razones: el aislamiento
que hay entre los investigadores y los demás integrantes de la sociedad; la dificultad de
comunicación entre los mismos investigadores debido a su especialización en una
disciplina particular; las dificultades para aportar a procesos sociales; el desconocimiento
de las implicaciones epistémicas de la investigación en general y del discurso científico en
particular; por último y más importante, las complicaciones afectivas en las relaciones que
se implementan pues el sujeto desaparece y permanece solo la producción científica.

De esa lectura y ese cuestionamiento emergió, en un momento preciso en la historia del


país, lo que se denominó ‘semillero de investigación’ (nombre inadecuado pero que
impactó). Tal semillero, en su comienzo, fue configurado no para formar investigadores
(eso era tangencial pues se trabajaba con jóvenes que estaban insertos en proyectos de
investigación y conocían los pasos del método aplicado), sino para visibilizar la
humanidad y la historicidad de cada quien; nacieron para interrogar los contextos sociales
y epistémicos tanto de lo que se hacía, como de quien lo hacía con el fin de asumir las
consecuencias de las acciones que se implementan en la investigación misma (segun
Weber, asumir el desencanto del mundo), como posibilidad de interrogar el discurso
científico mismo y el contexto en el que emergía, tanto como la pregunta que se hacía
cada investigador.

Y su emergencia se debió a que las actividades de los profesores universitarios cada vez
adquirían un cariz de dictadores de clase, ante lo cual – a instancias de una presión sutil
por parte de los administradores o estudiantes - se capacitaban en estrategias didácticas
particulares (ABPs, Casos, Mapas Conceptuales, por ejemplo1) y con dependencia cada
vez más de las ayudas y medios audiovisuales. Así como en esos momentos, hoy se
hace énfasis en la transmisión de información y cuya evaluación se torna instrumental. Ya
la interrogación, tanto del discurso como de los conceptos con que se accede a un curso,
carece de un lugar académico; la elaboración de un discurso en la sesión por parte del
profesor es historia pasada pues cada vez está más ocupado en dar clases (en honor a la

1
Sin preguntase mucho sobre eso pues es reivindicado por el Estado dada su eficiencia en la transmisión de la información;
poco tiene que ver la interrogación tanto del método, como del discurso mismo. Para estas estrategias, en efecto, es muy
importante Internet.
cobertura las horas lectivas han aumentado, lo que implica más variados temas por lo
tanto mayor número de estudiantes - a quienes se les garantiza el acceso, pero con
desmedro de la calidad: se trata de la diplomatura, el resto corre por cuenta de cada quien
- si cae en cuenta que el riesgo es propio: la baja calidad no se debe a políticas de estado
sino a otros factores imputables a cada quien).

Ya no hay tiempo para preguntarse por su lugar, ni por el saber ni por el otro. De allí que
lo que importe es como da la clase o como va a calificar al estudiante. Y este está
apurado en aprobar el curso para acceder al siguiente hasta que se le diplome.

En ese contexto, las actividades de investigación se han tornado mito pues se generalizan
eventos aislados y se asumen por parte de la institución a partir de Índices de gestión; así
mismo porque cada uno aspira, sin tener claro el discurso que sustenta la labor vestigial
(in-vestigium), solo cree que el estar formado como profesional lo habilita como
investigador, aún más, de carácter científico (scientia). Así, si no hemos interrogado
nuestro lugar como docentes, tampoco se lo ha hecho en el de la investigación; de allí
que partamos, para esta labor, de sinonimias: investigación es sinónimo de ciencia y esto
a su vez lo es de tecnología. Y que esto solo se puede hacer en laboratorios pues, no es
secreto, se busca un reconocimiento, una financiación y esta solo es posible si hay
efectos medibles, cuantificables, valga decir, objetos o servicios. En fin, las actividades de
investigación en nuestro medio se han venido reduciendo a adaptaciones tecno-
tecnológicas y así se estamos educando a quienes acceden a la universidad
De allí que surge la propuesta para la Facultad de Odontología, como una propuesta para
que los jóvenes, quienes estén interesados por lo académico sin depender o del profesor
o de una calificación que le permita aprobar un curso, solo la posibilidad de preguntarse
por el mundo y las formas de interrogarlo, a la par que preguntarse por sus propios
intereses en la posibilidad de formarse como investigador a partir de su propia decisión.

Descripción de la propuesta y su dinámica


Población: estudiantes interesados de la Facultad de Odontología, independiente de su
nivel.
Acompañante: abierto para profesores que estén dispuestos.
Duración: acorde con los intereses.
Temática: abierta de acuerdo a los intereses de quienes conforman el semillero.
Evaluación: semestral por parte de los integrantes del semillero.
El semillero, como programa institucional, se conforma a partir de los mismos estudiantes,
esto es, estará coordinado por el Semillero de Investigación de la Facultad de
Odontología (SIFO), el cual tiene estatutos (misión y visión) y quien es el que hace la
convocatoria.

Algunas consideraciones
a.- Pueden conformarse varios semilleros (el límite máximo de personas de cada
semillero es 15), a solicitud de los estudiantes
b.- El semillero es independiente de las materias que esté cursando, y no tendrá nota
clasificatoria;
c.- la conformación del semillero se hará independiente del nivel (semestre) de los
estudiantes;
d.- la conformación del semillero se hará por demanda de los estudiantes y mediante
convocatoria pública.
e.- La Administración de la Facultad facilitará (en términos de espacio, horario,
acompañante), la conformación de semilleros adscritos al SIFO.
f.- Asignará un tiempo, en el Plan de Trabajo del docente, para coordinar el semillero
(tiempo proporcional al número de semilleros que se conformen).
g.- En caso de estructurarse un proyecto de investigación, su implementación y escritura,
los estudiantes implicados podrán aspirar a que tal producto le sea reconocido en el curso
de Investigación.
Funciones del acompañante
a.- Querer participar en el proceso como par académico;
b.- Tener contacto cotidiano con los estudiantes en horario regular (acordado por el
grupo);
c.- coordinar actividades con el estudiante coordinador del semillero (SIFO);
d.- Asesorar en la elaboración de proyectos de los estudiantes, si los hubiese
e.- Presentar un informe evaluativo corto (asistencia, temas trabajados, disposición de los
estudiantes del semillero) al finalizar el semestre al Jefe del Centro de Investigaciones.

Funciones de los estudiantes


a.- El estudiante participara en el semillero por el tiempo que considere conveniente; si se
retira, no puede reintegrarse al semillero conformado, aunque puede participar en una
nueva convocatoria;
b.- asistir de manera regular (inasistencia a más de tres sesiones seguidas, da exclusión
del grupo);
c.- participará de la evaluación grupal;
f.- Participar de manera activa en el semillero;
d.- si bien el fin no es presentar un proyecto de investigación, ellos se aceptan y serán
asesorados por el guía del semillero;
e.- Tendrán prelación en los apoyos (económicos y de tiempo) para asistir a los
encuentros departamentales o nacionales de Semilleros de Investigación y de las
convocatorias de la ACFO (en tanto tengan producto que exponer)
f.- nombrar un coordinador que los represente en las reuniones de la red de semilleros,
del nodo Antioquia y de las reuniones de los semilleros de la universidad de Antioquia;
g.- al presentar un proyecto de investigación, realizarlo y escribirlo, podrá aspirar a que le
sea publicado en la revista de la facultad.
h.- De acuerdo al numeral anterior, de acuerdo a su calidad, podrá aspirar, según criterio
del Centro de Investigaciones, a que le sea reconocido por, al menos, un curso de
Investigación.

Bibliografia

Aries, P (1987): Reflexiones en torno a la historia de la homosexualiudad. En


Sexualidades Occidentales. p.p. 103 – 122. Ed. Paidós, Buenos aires,
Bauman, Z. (2006). Modernidad Liquida. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 7º
reimpresión.
Beriain, J (1989): representaciones colectivas y proyecto de modernidad. Ed. Anthropos,
editorial del Hombre, Barcelona.
Borrero Cabal, A, (2001): Primera expansión del movimiento universitario medieval siglos
XIV y XV. Simposio permanente sobre universidad. XXXI seminario General Nacional.
Tomo 7, Bogotá D.C.
Boulet, G P (2001): La universidad y los otros. En Revista Uni-pluri/versidad. F El
Biogénesis, U de A. Vol 5, nº 3, pp 57 - 66
Calvo de S, Á (1997): la modernidad en sus desplazamientos. Revista Colombiana de
Psicología, Universidad Nacional, nº 6, pp 37 – 42
De Puelles Benitez, M (2004): Educación, igualdad, mercados y democracia. En Revista
Educación y Pedagogía, U de A, Facultad de Educación. Vol XVI, nº 38 Enero – Abril
Elizalde A.: (2003) Desarrollo Humano y etica para la sustentabilidad. Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente. PNUMA. Oficina Regional para America Latina
y el Caribe. Universidad Bolivariana, Chile
Foucault, M (1983) Historia de la sexualidad. Vol 2: el uso de los placeres. Siglo XXI
editores, México, 6 edición.
__________ (1987): Historia de la sexualidad. Vol 3: la inquietud de si. Siglo XXI editores,
México, 1 edición.
Freud, S. (1975a): El malestar en la cultura. Obras completa, Amorrortu editores Tomo 21;
Buenos Aires.
________ (1975b): El porvenir de una ilusión. Obras Completas. Amorrortu editores,
Tomo 21. Buenos Aires, 1975b
Gil Torres, D (2007); La universidad: su fracaso histórico. F E Asoproudea. U. de A.
__________ (1999): El mundo de la vida es una construcción. Un modelo de
interpretación de los planes de vida de l@s adolescentes del valle de Aburra. Tesis,
Maestria en Salud Colectiva, Facultad de Enfermería, U. de A.
_____: Los semillero de investigación: reivindicación de la universidad. En Por los
caminos de los semilleros de investigación. B. Castañeda & J. Ossa Editores. Fondo
editorial Biogénesis. Medellín. 2005. pp 105-118
Kernberg P, y otros(2002): Trastornos de la personalidad en niños y adolescentes. Manual
ModernoMexico.
Levi-Strauss, C (1978): Antropología estructural. Ed. Altaza, Barcelona. 1994
Macias Navarro, H R. (2003): Retos actuales en la profesión universitaria. En Revista Uni-
pluri/versidad. F E Biogénesis, U de A. Vol 3, nº 3. pp 53 – 58
Ruiz Garcia, M. Á (2002): Las humanidades como experiencia de comprensión en la
formación universitaria. En Revista Educación y Pedagogía, U de A, Facultad de
Educación. Vol XIV, nº 34 Sep –Dic
Sierra, G.L. (compiladora) (2007): ¿sin límite? El extravío de la autoridad y su efecto en
niños y adolescentes. Trastornos actuales asociados a la ausencia de la norma.
Corporación ser especial. Bogotá
Soto Posada, G. (2003): La humanitas como universitas en el medioevo. En Revista Uni-
pluri/versidad. F El Biogénesis, U de A. Vol 3, nº 3, pp 11 - 22
Touraine, A. (1993): Critica de la modernidad. Edic Temas de Hoy. Madrid, 2º edición.
Valdivieso Del R., R: Teoría de las elites. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
En http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/E/teoria_elites.htm
Ramírez F.: las formas del saber según Aristóteles; Simposio permanente sobre la
universidad. Bogotá 2001
Peña, Luis B.: La revolución del conocimiento y sus consecuencias en la universidad.
Simposio permanente sobre la universidad. Bogotá 2001
Remolina, G.: El Seminario. Simposio permanente sobre la universidad. Bogotá 2001
Cabal, A.: La universidad desde 1800 hasta 1945. Los modelos universitarios. Simposio
permanente sobre la universidad. Bogotá 2001
_______: La revolución francesa y la educación. La universidad Napoleónica y la
universidad en Francia, Italia y España. Simposio permanente sobre la universidad.
Bogotá 2001
Consejo Académico Universidad de Antioquia, Acuerdo Académico 211, Diciembre 6 de
1993

Carvajal Londoño, Yulieth: Programa de acompañamiento a estudiantes. Coordinadora de


Bienestar Universitario, Facultad de Odontología (sin fecha)

También podría gustarte