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LAS PREGUNTAS DE MI VIDA

El día que decidí enfrentar mi ego


comencé a vivir.
CZY

Oh miserables mortales, abrid los ojos.


Leonardo Da Vinci

Un hombre sabio me preguntó hace algunos días, y le digo sabio porque para
mí es alguien que sabe mucho y sabe aplicar lo que sabe. Él me congeló con
tres de sus preguntas casi siempre desnudantes. 1. ¿Dónde estás? 2 ¿En qué
momento? 3¿Quién eres?
Paz, pum, toc, golpes en mi ser, y como es alguien a quien le gusta que
se le responda, pues él cree que el sabio también responde y me ha
considerado dentro de su grupo, me dijo “contéstame Marco, anda, no tienes
mucho que pensar cuando te conoces de verdad”.
Pues bien, le conteste… pero antes de que sepan mis respuestas, me
quiero adentrar en el mundo en el que vivimos tú y yo.
Estamos sumergidos en un mundo de apariencias, las personas en su
gran mayoría siempre quieren quedar bien con los demás, buscamos la
aceptación de otros y otras, cosa que no sólo es trágico, sino demente.
Uno de los miedos que más nos abruman es “no ser aceptados”, ¡por
favor! ¡Despierta!, la única persona a la cual no puedes quedarle mal en la vida,
es a ti mismo.
Sé que parece de lo más egoísta que han leído, pero no es así, Jesús, un
ser increíble que camina con nosotros nos los dijo hace mucho tiempo, “el que
quiere seguirme a mí, niéguese a sí mismo y sígame”, ¡ups, complejo!
Pero podrán decir, ¡Marco, allí dice que debes negarte!, si es claro, la
negación a ti mismo es la aceptación de ti y el enfrentarte a tu ego, pero
cuidado, enfrentar a tu ego no quiere decir que no aceptaras tus triunfos,
porque en el mundo occidental (es decir Europa y América) hacer esto es, ser
presuntuoso, ser pedante, o ser prepotente, cosa que es mentira, pues cada
uno de los términos anteriores son completamente diferentes, aunque parezcan
sinónimos.
Al NO negarse a si mismo buscamos con ahínco la necesidad de
aceptación de otros, buscamos caber en su mundo efímero y lleno de
plastificación, es decir, buscamos estar en un mundo irreal e inerte, al margen
de lo que los demás dicen y piensan, y además de esto, sonreímos porque
creemos ser felices.
La negación a sí mismo es la aceptación de mi ser y la búsqueda de la
paz interior, no exterior. En realidad los orientales nos dan la vuelta en la
búsqueda de Dios y la paz interior, ellos lo alaban por ser grandioso y le
ofrecen por ser Dios, en occidente es contrario, acá se le alaba porque si no te
manda al infierno y regularmente se le pide antes de ofrecerle algo.
La aceptación a sí mismo es la búsqueda de Dios dentro de todo nuestro
entorno, no es sólo a través de las emociones, sino a través de la razón,
cuando te das cuenta que a Dios no lo puedes medir, no lo puedes nombrar, no
le puedes poner títulos, entonces dejas de controlar y tu ego mengua.

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En occidente la búsqueda interna casi no se da, acá es la cosa de
“ciencia y tecnología”, es el famoso “Fast food”, el “tiempo y espacio”, es la
“aceptación de las demás personas”, entonces las preguntas surgen y las
respuestas son abrumadoras.
¿Dónde estoy? En una ciudad, en el mundo, en un país, hasta la
respuesta ¡Aquí!, es una respuesta incorrecta cuando no la entienden.
¿Dónde estoy? Después de meditar le conteste, ¡Aquí!, pero es un aquí
activo, razonado, lleno de energía, completamente vivo, es una AQUÍ, firme,
recio, asegurante, un aquí que me da vida y que alcanza a todos aquellos que
me rodean.
Después vino ¿en qué momento estas? Y otra vez la larga búsqueda de
muchos, algunos dicen, estoy terminando la carrera, otros haciendo negocios,
otros pueden decir, en uno de los momentos más grandes de mi vida y los
pesimistas en uno de los peores momentos que he vivido, pero la respuesta es
AHORA.
Es hoy, estas hoy, aquí, es decir se complementan el Aquí y el Ahora,
creer o querer hacer que los demás nos acepten nos abruma, las necesidades
de pertenecer a un grupo nos carcome muchas veces, ¡no, no, no!, no dejes
que los demás te digan dónde estar y en qué momento, no dejes que los
demás te condiciones para ser aceptado, por qué lo haces, entonces ellos no te
aman a ti, aman una imagen que ellos se han creado de ti, pero no a ti.
Deja de pensar que para ser aceptado debes dejar de decir lo que
piensas, pero eso no quiere decir que vas a andar por el mundo diciendo todo
lo que piensas sin antes PENSARLO, mi poema favorito dice:
“Si por un momento Dios se olvidara que soy una marioneta de
trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría
todo lo que pienso, pero en definitiva PENSARÍA todo lo que
digo”.

Pensar es algo activo, se da por automático, deja de creer que tú y yo


pensamos, no, pensar es como respirar, llega cuando debe llegar, pero hay
que saber utilizar el pensamiento.
Claro algunos dirán, ¡si Marco cómo no, siempre crees tener la razón! Ese
es el problema de mucho, ¡yo no estoy compitiendo!, es más, me vale un
sorbete si me crees o no me crees, yo sólo escribo lo que me dicta mi cabeza y
me forza el corazón, es decir, escribo con la razón y las emociones, la razón
me dicta, las emociones me impulsan.
La idea de vivir AHORA es la idea de no perder ningún instante, la gente
siempre será bien opinionada, siempre, la familia siempre estará señalando lo
que debes hacer (que regularmente es lo malo y no lo bueno), los amigos
siempre querrán decirte, cómo andar, la pareja qué tienes te dirá, qué cambiar,
el sacerdote o el pastor, cómo debes adorar, a todos mándalos 3 grados cerca
de su progenitora, vive AHORA, vive HOY, al máximo, sólo tienes una vida, eso
de las vidas pasadas y futuras, no es más que un buen negocio para algunos
payasos que quieren tu dinero.
Siempre queremos quedar bien con los demás y quedamos mal con
todos, pero y tú, ¿cuándo comenzarás a cuidarte a ti?, le decía a una alumna
que se llama Leticia, tu estas siempre cuidando lo que dicen lo demás, qué
dirán mis hijos, qué dirá mi esposo, qué dirá mi vecino, por eso vives en un
mundo irreal, un mundo al que tu llamas real, pero que si eres cruda contigo y

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honesta, verás que es una fantasía, pero para poder saber de esto debes ¡abrir
los ojos!, dejar tu ego, confiar en ti.
Que insultante resulta creer que vives bien ¡porqué los demás lo dicen!,
vivir bien para algunos es tener un auto, una casa, dinero en la cuenta,
diversión, pero y la paz, el amor, la felicidad, no confundan felicidad con
alegría, no confundan el amor con enamoramiento, no confundan la paz con
tranquilidad, los primeros son verbos, es decir, acciones, los segundos siempre
serán sustantivos, es decir, volátiles.
Algunos dirán, ¡tengo a Dios en mi corazón!, entonces les diré, pues
súbelo mi vida, porque en las emociones no está Dios, él/ella es corazón
(emociones) pero también es cabeza (razón), si se te ocurre decir, ¡la Biblia
dice que hay que amar a Dios con el corazón!, te diré, entiéndela, analízala, lee
usos y costumbres y entonces con gusto platicamos.
Otra vez, podrán decir, ¡Qué soberbia!, no es soberbia, es que mi tiempo
vale, sólo tengo una vida, y ya me canse de escuchar muchas tonterías que sin
meditación y estudio escucho y tolero, pero son falsas y cansadas.
Porque precisamente eso me lleva a la última pregunta ¿Quién eres?
Podríamos decir, soy Marco Antonio Meza-Flores, ese es mi nombre, entonces
soy teólogo y psicólogo clínico, esas son mis profesiones, soy gestáltico, esa
es mi especialidad, entonces soy pastor y apóstol, esa es mi vocación, cada
vez que me retumbaba la pregunta en mi mente, había una respuesta lógica,
concreta y real, soy un padre de familia, esa es mi responsabilidad, soy un
esposo, novio y amante, eso es mi placer, etc.
Entonces me detuve por un momento y me dije ¿Quién soy? Y pude
responderme, soy ESTE MOMENTO, soy AQUÍ Y AHORA, soy un ser que vive
el instante mismo como si fuera el último de cada uno de mis 150 años que he
de vivir.
Algunos dirán (otros dicen) ¡no manches Marco!, y no, en realidad no lo
hago, sólo sé que me abruma la idea de creer que mi vida se debe basar en las
suposiciones y disposiciones que los demás piensen o hablen o sugieran (si
que uno se lo pida) de mi.
Recuerda que tú eres este instante, eres AQUÏ, AHORA, ESTE
MOMENTO, disfrútalo, deja de pensar en cómo agradarle, a papá o mamá, a
los hermanos, a los tíos, a la pareja, a los hijos, al jefe, se tu mismo, se quien
eres, no dejes que otros te digan cómo debes ser, porque sí, es posible que
agrades a los demás, pero te estés perdiendo a ti mismo y eso no es
precisamente lo que Jesús decía.
Negarse a sí mismo es dejar de ser una pantomima, un payasito de TV
para los demás, negarse a sí mismo es caminar en tus proyectos, con tus
sueños, construyendo amor a tu alrededor.
Cuando la gente que me conoce habla de mi, puedo asegurar, que ellos
ven en mis hechos más que en mi boca, el amor de Dios en mi vida. La nueva
pregunta es: ¿Qué ven cuando te ven a ti? Hoy, aquí y ahora te toca
contestarte estas preguntas…

Pbro. Marco Antonio Meza-Flores


Teólogo y Psicólogo Clínico Gestáltico
Director de CANAH “Un lugar de esperanza”
Reverendo_czy@hotmail.com

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