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Melanie Klein

Aportes a la teoría
psicoanalítica:
las posiciones y sus
modalidades
defensivas

Curso Introductorio de Psicoanálisis - Universidad Arturo Prat


Mayo - 2008
La teoría del funcionamiento mental primitivo:

Postula la existencia de un Yo desde el nacimiento, capaz de percibir


angustia, desarrollar primarios mecanismos de defensa y
establecer relaciones de objeto desde el comienzo de la vida
misma.
La teoría de la función estructurante de los mecanismos de
identificación proyectiva e introyectiva.
Una teoría de las relaciones objetales que incluye la hipótesis de
fantasía inconsciente de la que deriva en parte del concepto de
mundo interno
La teoría de las posiciones, que jerarquiza los conceptos de
ansiedades psicóticas, paranoides y depresivas, en el
funcionamiento mental
Modelo de Aparato Psíquico
Las experiencias tempranas de gratificación y frustración desempeñan
un papel central en la dinámica interna del niño pequeño, no por
como son los estímulos en si mismos sino por la manera,
constitucionalmente condicionada, en que el niño las elabora.
Para Klein, desde el nacimiento existen:
Dos pulsiones básicas, la de vida y muerte, que provocan ansiedades
tempranas de diferentes cualidades. La pulsión básica, de vida, está
dada por la herencia filogenética que rememora la influencia del
padre de la horda primitivo, el que goza de todo.
La destrucción y el sadismo están dados por la influencia de este
superyo arcaico que obliga imperativamente la niño a vivir. Esta
fuerza enérgica que sacude, “pulsión de destrucción”, es yugulada
en el nivel de los orificios del cuerpo, de esta forma se abrirán paso
pulsiones parciales, orales, anales y uretrales. El sadismo tiene una
importancia considerable al comienzo de la constitución del yo,
gracias a él, el niño puede vivir: “goza de la vida bebiendo tu leche;
muerde, devora, ataca si no estas satisfecho. Y pon atención pues lo
que tu atacas va a atacarte a su vez; aquello que quieres te odiará”
Las pulsiones destructoras y la deriva fantasmática que la acompaña,
no será atemperada hasta la disolución del Edipo cuando el niño
haya renunciado a su madre.
Existen defensas primitivas frente a ansiedades también primitivas y
defensas adaptativas o evolucionadas en la siguiente secuencia:
Aparición de mecanismos esquizoides: disociación, idealización,
negación, control omnipotente, Identificación Proyectiva,
proyección e introyección seguidos de evolución normal
mecanismos maniacos y obsesivos correspondientes a la entrada a
la fase depresiva
La resolución adecuada de cada etapa hará emerger mecanismos
neuróticos como la inhibición, desplazamiento, represión y la
aparición de mecanismos más avanzados como la sublimación
Estos aspectos de la vida psíquica se organizan en
dos tipos de estructuras: posiciones, las cuales
son sucesivas y caracterizan emocionalmente la
vida del bebé y configuran las modalidades de
psíquicas del ser humano a lo largo de la vida.

Se utiliza el concepto de posición, destacando que


este fenómeno no es simplemente una fase o
etapa transitoria, sino que persiste a lo largo de
toda la vida.
Posición esquizoparanoide

Se define por:

• Relaciones de objeto parcial


• Ansiedad predominante: persecutoria, provenientes
de la acción interna de la pulsión de muerte, el
nacimiento, vivenciado como un trauma y la vida
post natal.
• Mecanismos de defensa predominantes: escisión,
proyección e introyección
“Al comienzo era el pecho. El sujeto era el pecho, el sujeto no vive
sino por el pecho, siendo el pecho, pero el bebé corre el riesgo
de ser aniquilado por el pecho, o cuando el pecho no está
presente, como sujeto desaparece”. “Es un estado de angustia
extrema, primitiva, que es sentida como el miedo de ser
aniquilado y que toma forma de miedo de persecución”.

El sujeto, el primer Yo o Yo primitivo reacciona, su función


principal es administrar esta angustia esencial escindiendo al
objeto. La defensa primordial en el sistema Kleniano es la
Escisión: El pecho en tanto objeto primordial va a ser escindido
en un pecho bueno y en un pecho malo, o bien en un objeto bueno
que el sujeto posee y en uno malo que está ausente.

La ansiedad predominante es la persecutoria: “el peligro que corre


el yo frente a los ataques que son atribuidos al objeto”
Proyección
Por medio de la proyección atribuye aspectos destructivos al objeto
externo, para librarse de la sensación de aniquilamiento o
persecución interna, ya que resulta más fácil defenderse de
“ataques” externos que de aquellos que provienen del interior
Entonces el objeto externo adquiere características de maldad, las
cuales vehiculizan fantasías propias de la etapa oral
(canibalísticas).
El objeto sólo es malo, es un objeto parcial por tener una sola
cualidad emocional y además es parcial porque físicamente es una
parte del todo que constituye la madre
Esta parcialidad del objeto se acompaña de una parcialización del yo
del niño porque es sólo una parte del yo la que odia y teme a ese
objeto parcial que denomina pecho malo.
Simultáneamente actúa en el Yo la pulsión de vida, que se expresa a
través de sentimientos de amor hacia el objeto externo. Se le
atribuyen características de cuidado, protección, de proveedor que
satisface las necesidades del bebé.
Este objeto sobre el cual se proyectan las fantasías no es reconocido
por el bebé como el mismo que frustra.

El objeto bueno también es un objeto parcial. Parcial porque tiene


una sola cualidad: la bondad y porque es una parte del todo de la
madre.

Esta parcialidad del objeto se acompaña de una parcialización del yo


del niño porque es sólo una parte del yo la que ama y espera
gratificación de ese objeto parcial que denomina pecho bueno.
Introyección
El yo implementa el mecanismo de introyección en forma paralela al
de proyección.
Se introyectan imagos fantaseados de los objetos externos,
modificados por las emociones proyectadas en los mismos,
constituyéndose objetos internos “buenos” y “malos”
La introyección de un objeto perseguidor está en cierta medida
determinada por la proyección de una pulsión destructiva en el
objeto. También se proyectan sentimientos de amor y esto se
constituye en condición de hallazgo de un objeto bueno. La
introyección de un objeto bueno estimula la proyección de
sentimientos buenos hacia el exterior y esto a su vez por
introyección, fortalece el sentimiento de poseer un objeto interno
bueno
La fase esquizoparanoide está dominada por el sadismo. Las
pulsiones sádicas orales, anales y uretrales se reúnen para
adueñarse del pecho, el niño se halla bajo el temor de la
venganza, está sometido a sentimientos y fantasmas de
persecución.
Otros mecanismos de la fase esquizoparanoide
Con la finalidad de contrarrestar la ansiedad persecutoria y mantener
a salvo de la misma a los objetos buenos internos y externos:
Control omnipotente: Control sobre los objetos internos y externos
que posibilita mantener suficientemente separados al pecho
bueno del malo, tanto interno como externo
Negación: Permite obviar la maldad del objeto, aniquilando al
objeto que frustra: Pecho malo
Idealización: Exagera la bondad del objeto bueno con el fin de
salvaguardarlo de la maldad del objeto malo. El objeto bueno es
transformado en objeto ideal: un objeto inagotable en su
capacidad de bondad y de capacidad de nutrir los deseos del bebé.
También se produce la idealización el pecho malo
transformándolo en pecho perseguidor que frustra.
Hay que diferenciar objeto bueno de objeto idealizado. El objeto
idealizado, advierte Klein, se encuentra menos integrado en el yo,
puesto que proviene de la angustia persecutoria y no tanto de la
capacidad para amar. Esto se demuestra en que el objeto
idealizado con frecuencia es percibido como un perseguidor.
Identificación Proyectiva: La IP es un mecanismo por medio del
cual el Yo deposita un aspecto parcial de si mismo en el objeto,
identificándose luego con él. Así el objeto externo se transforma
en una extensión de si. Este tipo de defensa crea confusión entre el
yo y el otro.
Klein refiere que este mecanismo no está presente de manera normal
sino en los lactantes, como vestigios de las angustias y de los
mecanismos esquizoparanoides y desaparecen al comienzo del
segundo año.
A medida que la introyección y la proyección permiten el
desplazamiento de objeto en objeto, las imágenes interiorizadas se
acercan cada vez mas estrechamente a la realidad y la
identificación del yo con los buenos objetos se hace mas completa
Esta evolución implica un cambio de gran importancia: de una
relación con objetos parciales y disyuntos el sujeto pasa a una
relación con un objeto total y prevaleciente: “la madre como una
totalidad”
En la fase esquizoparanoide se producen estos momentos
de integración tanto del yo como de los objetos por
breves periodos

En una evolución saludable esta integración tiende a


mantenerse, y app a los 4 meses, el aparato psíquico va
desarrollando y adquiriendo una nueva configuración: la
posición depresiva
Posición Depresiva
(4-6 meses)

Se define por:
• Relaciones de objeto total
• Ansiedad predominante: depresiva
• Mecanismos de defensa: defensas maníacas y
reparación
Reconocimiento de la madre como objeto total

Si predominan las experiencias de gratificación, (pecho bueno),


se hacen patentes también las tendencias a la integración, que
están presentes según Klein desde el comienzo de la vida (una
manifestación de la pulsión de vida).

Estas tendencias a la integración, concomitantemente con la


maduración psicofisiológica de las capacidades perceptivas y
cognitivas del Yo, preparan el camino a la síntesis e integración
de los objetos parciales .

El reconocimiento de la madre como objeto total, independiente


de sí, a consecuencia del predominio de la integración, implica
aceptar que ella es un individuo con una vida propia, y que
tiene relaciones con otras personas que no son el bebé.
Este reconocimiento implica la percepción de que el mismo objeto
es a la vez la fuente de lo bueno (la gratificación) y de lo malo (la
frustración o la privación).

Concomitantemente, el Yo (del bebé) se transforma en un Yo total,


que incluye sus aspectos buenos y malos, sus pulsiones libidinales
y agresivas.

Esto conduce al establecimiento de una nueva posición en el


aparato psíquico: la posición depresiva.

"el reconocimiento de la madre como objeto total marca el


comienzo de la posición depresiva, caracterizada por la relación
con objetos totales, y por el predominio de integración,
ambivalencia, ansiedad depresiva y culpa" (Segal, 1964).
Reconocimiento del bebé como objeto total

Implica también en el bebé, percibirse a sí mismo como individuo


único, separado de la madre. Esta es la fuente de sensaciones de
desamparo y celos, tanto como del temor a perder el amor de la
madre.

El bebé siente entonces ambivalencia respecto de ésta (la madre),


pues ahora la percibe como la fuente, no sólo de sus gratificaciones,
sino también de sus frustraciones.

Por ello la ansiedad propia de esta posición (ansiedad depresiva)


resulta del temor a que los propios impulsos destructivos, antes
dirigidos a un fantástico "objeto malo" distinto de la madre, dañen
ahora al objeto del cual se depende totalmente.
La ansiedad depresiva

Cuando el bebé se ve expuesto a situaciones de privación, siente


impulsos agresivos hacia la misma madre a quien ahora reconoce
como la fuente de la gratificación. El bebé siente fantásticamente
que dichos impulsos son capaces de dañarla.

Esta situación produce ansiedad depresiva y culpa, dos típicos


sentimientos de este período.

La destructividad pulsional debe entonces ser enfrentada por


nuevos mecanismos de defensa, distintos de la escisión y la
proyección.
Así, para Klein, la preocupación por la integridad del objeto es la
que cambia los fines pulsionales.

Dice Segal:

"El conflicto depresivo es una lucha contra la


destructividad del bebé, y sus impulsos amorosos y
reparatorios".
¿Cómo enfrenta el bebé esta conflictiva?

Por nuevos mecanismos de defensas.

Defensas maniacas: Se desarrollan como defensa contra la


experiencia de ansiedad depresiva, culpa y pérdida. Incluye
mecanismos que ya se pusieron de manifiesto durante la etapa
esquizo-paranoide, pero durante la etapa depresiva adquieren
características especiales.

En el primer caso estaban dirigidas a impedir un ataque aniquilante


al yo; ahora tienen como finalidad defender al objeto de los
ataques ambivalentes del yo, y a éste de las ansiedades y de la
culpa depresivas.
Las DM se dirigen a evitar y negar la conflictiva depresiva
huyendo hacia el mundo exterior, y negando, evitando o invirtiendo
la dependencia del objeto, la ambivalencia, la preocupación y la
culpa.

Una característica especial de la DM es la identificación del yo con


el objeto idealizado.

Implica entonces la utilización de mecanismos de identificación


proyectiva: las características proyectadas son las de un
"necesitado" y "hambriento", mientras que las características
asumidas por el Yo son las de un "pecho lleno", "nutricio", que se
autoabastece".
La Reparación

Actividad del Yo dirigida a restaurar un objeto amado y dañado.


Surge como reacción a ansiedades depresivas y a la culpa.

El bebé está obligado, en razón de su identificación con el objeto


bueno a reparar el desastre creado por su sadismo. Devolver la
integridad al objeto de amor tiene un efecto de restauración del yo.
La reparación que da forma, belleza y perfección al objeto perdido
es una condición de la aceptación de la pérdida, forma parte del
trabajo del duelo.
La superación de la fase depresiva

La única verdadera superación de la fase depresiva es el trabajo de


duelo, el duelo efectuado de la madre y del pecho: es decir el duelo
de la persona fantasmática, no significa que la madre esté muerta,
sino que el Bueno Extraordinario, el Bien Supremo idealizado que
representa, está perdido, no es el bien alcanzado.

Sólo el amor por el objeto y no el odio garantizará el proceso

Si la posición depresiva no es adecuadamente elaborada puede


producirse una regresión a la posición esquizo paranoide, afectando
gravemente el desarrollo ulterior
¿Por qué “posiciones” y no etapas?
A modo de conclusión, Segal sobre el pensamiento kleiniano:

"En un sentido la posición esquizo-paranoide y la depresiva son


fases del desarrollo. Podrían considerarse subdivisiones de la
etapa oral, ocupando la primera los tres o cuatro primeros
meses y siendo seguida por la última en la segunda mitad del
primer año de vida (...) Pero Melanie Klein eligió el término
posición para destacar que el fenómeno que estaba describiendo
no era simplemente una etapa o fase transitoria, como por
ejemplo la etapa oral”.
“Posíción implica una configuración específica de relaciones
objetales, ansiedades y defensas persistentes a lo largo de toda la
vida. La posición depresiva nunca llega a reemplazar por completo
a la esquizo-paranoide; la integración lograda nunca es total, y las
defensas contra el conflicto depresivo producen regresión a
fenómenos esquizo-paranoides, de modo que el individuo puede
oscilar siempre entre ambas posiciones (...) La forma de
integración de las relaciones objetales durante la posición
depresiva queda como base de la estructura de la personalidad".
Posición Esquizo-paranoide
Posición Depresiva

Defensas
Maniacas
Reparación

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