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Extranjero en Israel

Cuando se nos habla de la visión de Israel es difícil el desprenderse de la idea de que esa es una
tierra extranjera, extraña y lejana para nosotros. Pero al revisar la palabra de Dios encontramos
como muchos hombres y mujeres no nacidos en Israel encontraron gran bendición, no solo para si
mismos si no para sus familias, y sus pueblos.

Fueron distintos los obstáculos y las barreras que debieron vencer para tomar la bendición para
sus vidas, al igual que cada uno de nosotros esta llamado a dejarlas de lado y apropiarnos de lo
que el Señor nos tiene guardado en su casa.

Rahab la ramera fue una de las primeras extranjeras en creer en el poder y las maravillas de Dios
de Israel.

Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros
cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que
estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo
esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por
causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la
tierra.
(Josué 2:10-11)

Para esta mujer las noticias de lo que Dios había hecho a favor de su pueblo doblegaron su
corazón idolatra, para nosotros la proezas de Dios a favor de los suyos han de ser de
motivación para que nuestro corazón empiece a acercarse a las promesas de Papá Dios
para sus hijos y aunque sean en apariencia lejana al igual que Rahab, podemos esperar que
esas bendición se extienda a nosotros y empecemos a estar mas cerca de la tierra que fluye
leche y miel.

Rut mujer Moabita, es llevada a identificarse no solo con un pueblo si no con su Dios a
través de la vida de su suegra, para ella Israel significó el fin de su oprobio como viuda sin
hijos.

Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que
tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios
mi Dios.
(Rut 1:16)

La Rut que habito en Moab no conocía el propósito de Dios en tierra de Israel, hacerla
parte de la ascendencia de el Rey David y por ende de la de Cristo, hoy nosotros no
conocemos el propósito de Dios en Israel, sin importar cuan “desvalida” sea nuestra
situación Dios quiere levantarnos y hacer resplandecer su rostro sobre nosotros , no
importa cuan lejos hallamos nacido ni el instrumento que Dios use para acercarnos a El,
siempre su propósito en Israel será darnos mas de lo que nosotros alcanzamos a imaginar.
Naamán general sirio, de gran valentía y aprecio en su tierra fue movido a peregrinar a Israel por
una enfermedad (lepra), a pesar de ser de un pueblo enemigo de Israel, Dios uso la vida de una
esclava para darle la visión.

Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de
su lepra.
(2 Reyes 5:3)

Naamán subió a un país extraño en busca de la cura para un mal que le afligía y encontró
una respuesta integral que conquisto su corazón y le hizo amar esa tierra y a su Dios.

Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí
ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas
algún presente de tu siervo. Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo
aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. Entonces Naamán
dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas?
Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a
otros dioses, sino a Jehová.
(2 Reyes 5:15-17)

Un hombre que encontró en Israel la respuesta a ese pero de su vida que no le dejaba ser
íntegramente exitoso.

Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo
tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era
este hombre valeroso en extremo, pero leproso.
(2 Reyes 5:1)

Su vida necesitaba ser tocada por el amor de Dios y conocer que no hay otro como El.
¿Cual es el pero de nuestra vida? Hemos de encontrarnos con Dios en tierra santa para que
sean derribados los esquemas de nuestra mente para ver la gloria de Dios igual que
Naamán.

La mujer Sirofenicia Aprovecho el subir a Israel para clamar, rogar e interceder por alguien
que no estaba allí (su hija).

Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no


quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía
un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega,
y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le
dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y
echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo
de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
(Marcos 7:24-28)
Aunque era Griega Dios escucho su clamor, hemos de subir a Israel para que el Señor
escuche de manera especial nuestra oración e intercesión en ese lugar escogido, Dios a
nosotros no nos recibe cual “perrillos” para darnos migajas, de allí Dios envía la mas
grande bendición de ser adoptados como sus hijos e igual menta como israelita.

Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace


exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es
la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino
de Dios.

(Romanos 2:28-29)

Dejemos que nuestros corazones sean circuncidados por el amor de Dios en Jerusalén,
para ser participantes de cada una de las promesas que allí le fueron dadas a nuestro
padre Abraham. Ya no seremos extranjeros, si no que por el Espíritu seremos judíos en
adopción y bendecidos como pueblo de Dios.

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