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"La fogata de San Juan"

Relatos de gente del barrio, específicamente los de la calle Pellegrini, en especial, de la familia
Dos Santos, más de 30 años en el lugar. Me contaban que junto con las familias de Cabral, Díaz,
Martinek, Cruz, entre otras, hicieron las primeras fogatas en el día de San Juan, al que llamaban
fogata de lá "Capital" para diferenciarse de la que organizaban los vecinos del otro lado del
Arroyito, a la que denominaban "Provincia". En esta organización trabajaban más las chicas,
señoras, señoritas que los hombres. A cargo de ellas estaban las pancartas, cruza-calles y
muñecos. Se repartían golosinas y bollos que donaba don Tico, antiguo panadero del barrio, y, el
chocolate, con la ayuda de todos los vecinos. Luego del encendido de la fogata terminaban en lo
de don Caitano Cabral con un baile familiar. "La fogata de San Pedro y San Pablo" Dentro de los
vecinos más antiguos que participaron en esta histórica fogata se encuentra doña Yola
Maidana, con quien dialogué largo rato y me contaba que primitivamente la fogata de San
Pedro y San Pablo se hacía en la esquina de Roque Sáenz Peña y Pellegrini, frente a la familia
Maidana y de Pedro Ramírez.
Doña Angela, esposa de don Pedro, donaba la ropa de su esposo para hacer los muñecos. Estos
los hacían en distintas posiciones: parados, sentados en banquillos o colgados. Don Pedro
donaba las tacuaras. Empezaban a traer los gajos de "Chichita" unos 4 o 5 días antes. Las
damas más antiguas de este acontecimiento que podemos recordar son: doña Teresa
Fochesato, Yola Maidana, Josefina Departís, entre otras. Con el tiempo, esta fogata se trasladó a
la esquina del sitio baldío que se encuentra en las calles Toranzos y Navajas. Fue ahí donde por
muchos años tuvo su mayor auge. No sé quien de los vecinos no trabajó para esta fogata de una
u otra forma. Podemos nombrar a don Cantinflas, Yeco Díaz, Palito Acevedo. Cada uno
acompañado por sus respectivas esposas. Luego continuaron sus hijos. También Fermín Sosa,
señora e hijas, la familia de doña Lourdes Sosa y Sarmiento, Vega, Ifrán, Olivera, Billordo, Pujol,
Alfonso, Jorge Maidana, Fernández, Cacho y Cachito Días y señoras. Familia Gómez, Ferreira,
Arce, Fontela y tantos otros que escapan a la memoria y a los que pido disculpas. Había
personajes que se destacaban como Chupín y Charelo, que lamentablemente ya no están con
nosotros. Estaban los que hacían el chocolate que en un principio se preparaba en la

casa de Yeco Díaz y señora, una casa grande frente a lo de Chupín. Después esta gente se mudó
al Barrio San Martín y se empezó a hacer en la casa de doña Lourdes de Sosa, que junto con
Susana Ifrán, su esposo, hermanos y el que se allegaba, hacían alrededor de 300 litros de
chocolate. Todo el barrio ayudaba y estaba presente. Por supuesto que en la víspera se
amanecía, porque había que cuidar que no destruyan el armado de la fogata.Y hablando de
armado, me contaba Charelo que el que les enseñó a armar la misma para que sea alta y
fuerte, fue don Duchi Sanfagnin. Por supuesto que el amanecer despierto requería de ciertos
cuidados para no dormirse: la truqueada y líquido anti frío, fundamental. Hubo años en que se
hizo un escenario, ayudado por la municipalidad y amenizaba la señora Marina Núnez. Se
realizaba una especie de m/ni peña, donde actuaban conjuntos y cantaban las muchachadas
del barrio. Recordamos como cantor de tangos a don Solano Susini y don Rivero, ambos ya
fallecidos.
Todo esto se empezaba con no menos de 5 días de anticipación. Acarrear chichita, tacuara,
gomas para las luminarias. Destacamos la colaboración de don Luis Baratini, quien aunque venía
cansado de su trabajo, ponía su alegría y buena disposición para acarrear la chichita en su camión
y compartir el trabajo hasta altas horas de la madrugada. Por supuesto siempre estuvo presente
la rivalidad con la de San Juan o sea: "Capital" y "Provincia", pero todo como en el fútbol, después
de la fogata el abrazo fraternal. Tristemente ya hace años que se dejó de hacer. Pido disculpas a
los que no nombré, que es más por desconocimiento, pero vaya mi reconocimiento y gratitud por
los que hicieron esta parte de historia del querido y hermoso Barrio Arroyito.

Elsa Marta Menezes, Mita.


1997

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