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LA MOTIVACIÓN DE LOS POLITICOS

Un grupo de investigadores norteamericanos llevó a cabo un estudio que


podría catalogarse dentro de los parámetros de la psicología política, este lleva
por título "LA MOTIVACIÓN DE LOS POLÍTICOS: FACTORES QUE
IMPULSAN A ALGUNAS PERSONAS A PARTICIPAR EN LA POLÍTICA". Pues
bien, identificaron ellos una serie de incentivos que van desde el prestigio
social, el incentivo del programa, el incentivo de la sociabilidad, el incentivo de
la obligación, el incentivo del juego y el incentivo de la misión.

Después de tomar como muestra entrevistas directas y autobiografías de


políticos pudieron detectar dichos incentivos. Con respecto al incentivo del
prestigio social, (el cual entre otras cosas según ellos es el que predomina en
Colombia) encontraron que a los individuos movidos por este tipo de incentivo
los impulsa un afán de figuración, de reconocimiento social, no importa tanto la
ideología política, ni las convicciones, ni las plataformas, lo que les interese es
figurar, ser adulados, ser el centro de atención, no se afanan tanto por cumplir
con sus propuestas sino con hacer ruido y pantallear, los motivan los altos
cargos, el status. Se preocupan de sobremanera por su imagen, de hecho
contratan expertos en marketing político para que los venda como un atractivo
producto, llamativo por su empaque y no tanto por su contenido.

El incentivo de la Sociabilidad, es que impulsa a aquellos individuos que


necesitan permanentemente del contacto con el otro, o mas bien de quedar
bien con todo el mundo, le prenden una vela a Dios y otra al diablo, no cazan
peleas innecesarias que le puedan significar la perdida de simpatía de sus
semejantes, entre mejores relaciones tengan, mas fructífero será su ascenso,
no conoce enemigos, es convencido que el que hoy es su contradictor, mañana
puede ser el mejor aliado, pueden criticar severamente en privado pero en
público, adulan al que tengan que adular.

Los individuos que suelen ser bastante competitivos, que les gusta ganar, que
les llama la atención la adrenalina, son los que están llevados por el incentivo
del Juego, los motiva la dinámica propia de la política, las alianzas, el cabildeo
o el lobby, los triunfos políticos, en fin el deseo incontrolable de ganar, de ser el
mejor, de superar a los demás, quien sabe si les preocupa la comunidad y el
bienestar de esta, al fin de cuentas no importa lo que haya que hacer con tal de
ganar. Estos siempre se arriman al árbol que mas cobija, no importa si no esta
de acuerdo en lo fundamental, lo importante es ganar.

Comportamiento político

Las teorías de comportamiento político, como aspecto de la ciencia política,


intentan cuantificar y explicar las influencias que definen la visión política, la
ideología y los niveles de participación política de una persona. Los principales
teóricos de este tema son Karl Deutsch y Theodor Adorno.
Influencias de largo plazo en la orientación política

Hay tres fuentes principales de influencia que conforman la orientación política


y que crean efectos de largo plazo.

Generalmente, la influencia primaria se origina en la familia. Los niños a veces


adoptan los valores ideológicos de sus padres. Algunos teóricos han
reivindicado que la familia tiene tendencia a ser la fuerza más fuerte e
influyente de toda la existencia humana. Por ejemplo, hay ensayos que
atribuyen el radicalismo del movimiento estudiantil de los años 1930 a la
influencia de los padres.[1]

En segundo lugar, los profesores y otras figuras de autoridad educacional


tienen un impacto significante en la orientación política. La educación post-
segundaria considerablemente aumenta el impacto de conciencia y orientación
política. Un estudio de octubre de 2004 de 1.202 pregrados en Estados Unidos
demostró que un 87% de ellos se registraron para votar, comparado con un
promedio nacional de 64% de adultos estadounidenses. [2] Un estudio en la
Universidad de Santa Clara también demostró que un 84% de estudiantes allí
fueron registrados para votar.[2] También considera que durante la niñez y la
adolescencia se tiene el nivel más alto de impresionabilidad.

En tercer lugar, los coetáneos afectan la orientación política. Una misma


generación colectivamente desarrolla una colección única de asuntos sociales.
Eric L. Bey ha reivindicado que "la socialización es el procedimiento a través
del cual los individuos adquieren el conocimiento, las costumbres y las
orientaciones de valor que serán útiles en el futuro". [3]

Influencias de corto plazo en la orientación política

Los factores de corto plazo también afectan al comportamiento electoral; los


medios de comunicación y el impacto de asuntos individuales de elección
figuran entre estos factores. Estos factores difieren de los factores de largo
plazo porque a menudo son efímeros. Sin embargo, pueden ser tan cruciales
como los factores de largo plazo al modificar la orientación política. Las
maneras en que estas dos fuentes son interpretadas a menudo dependen de la
ideología política específica del individuo formada por los factores de largo
plazo.

La mayoría de los científicos políticos están de acuerdo en que los medios de


comunicación de masa tienen un impacto profundo en el comportamiento
electoral. Un autor afirma que "existen pocos que argumentarían contra la
noción de que los medios de comunicación de masas son importantes en la
política contemporánea… en la transición a la política democrático liberal en la
Unión Soviética y Europa Oriental los medios de comunicación fueron un lugar
de batalla clave".

En segundo lugar, hay factores de campaña electoral. Estos incluyen los


asuntos de campaña, debates y propaganda. Los años de elección y las
campañas políticas pueden mover ciertos comportamientos políticos basados
en los candidatos implicados, que obtienen distintos grados de eficacia al influir
a los votantes.

La influencia de grupos sociales sobre los resultados políticos

Recientemente, algunos científicos políticos se han interesado en muchos


estudios que tuvieron el fin de analizar la relación entre el comportamiento de
grupos sociales y los resultados políticos. Algunos de los grupos sociales
incluidos en sus estudios han sido demográficas de edad, género y etnias.

Por ejemplo, en la política estadounidense, el efecto de las etnias y del género


ha tenido una gran influencia sobre los resultados políticos.

Los latinoamericanos tienen una gran influencia sobre el resultado político


gracias a su voto y están emergiendo como una fuerza política fuerte que
promete. El aumento más perceptible en la votación latinoamericana fue
durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2000, aunque los
votos no compartieron una idea política común en ese momento. En las
elecciones de 2006, el voto latinoamericano ayudó mucho en la elección del
Senador de Florida Mel Martínez, aunque en las elecciones presidenciales
estadounidenses de 2004, aproximadamente un 44% de latinoamericanos
votaron para el Presidente republicano George W. Bush. Los latinoamericanos
han demostrado un interés creciente en los asuntos en los que votan.
Actualmente la inmigración ilegal ha capturado la mayoría de la atención y los
latinoamericanos, aunque no son completamente unánimes, se preocupan de
la educación, el empleo y la deportación de inmigrantes ilegales en los Estados
Unidos.

COMPORTAMIENTO POLITICO

Hace más de siete décadas, las mujeres ganaron el derecho a votar y desde
entonces han hecho una diferencia en los resultados de elecciones políticas.
Dado que el derecho a ser activo políticamente les ha dado la oportunidad de
expandir su conocimiento e influencia en sucesos de actualidad, ahora son
consideradas como uno de los componentes principales de la toma de decisión
del país en ambos política y economía. Según la Asociación Estadounidense
de la Ciencia Política, después de las elecciones presidenciales de 2004, el
voto femenino quizás decidió el resultado de la carrera. Susan Carroll, autora
de Votantes femeninos y la brecha de género, afirma que el aumento de la
influencia femenina en los comportamientos políticos desemboca en cuatro
resultados principales: las mujeres que votan superan en número a los
hombres que votan; están teniendo lugar esfuerzos significativos para
aumentar la registración y el número de mujeres que acuden a votar; se
evidencia una brecha de género en las elecciones de 2004 como ha sucedido
en cada elección presidencial desde 1980; y las mujeres constituyen una parte
desproporcionalmente grande de los votantes indecisos a finales de campaña.

Se entiende por comportamiento político convencional aquel que se realiza


dentro el marco institucional y de acuerdo a las reglas sociales y políticas sin
desbordar la regulación jurídica. Por lo que, en este sentido, nos referimos al
juego del poder y el deliberado intento por conquistarlo en función de pautas
socialmente aceptadas de comportamiento en torno al objeto denominado
Las manifestaciones de este tipo de comportamiento van desde votar hasta
ostentar algún cargo público. Es decir, el comportamiento político convencional
está relacionada a las siguientes categorías: El interés por la política, el interés
por las elecciones, el seguimiento de las campañas electorales, la participación
electoral y el comportamiento político vinculado al ejercicio del gobierno.
La tabla del comportamiento político nos permite visualizar con mayor claridad
las diferentes manifestaciones de un proceso muy complejo y que involucra
variables psicológicas, sociales, políticas y económicas. Asimismo nos permite
establecer los niveles de participación política y distinguirlos para entender en
qué momento se pasa del simple interés por las cuestiones públicas a
participar activamente involucrándose en el proceso político
Una variable que interviene decididamente y que muchas veces por estar allí,
la obviamos, es el tiempo. El esquema que se presenta indudablemente no es
estático ni independiente por sí mismo, tampoco indica que sea invariable.
Justamente el tiempo introduce la dinámica de los procesos políticos y de las
posibles situaciones que pueden presentarse en ese gran todo que se ha
denominado comportamiento político convencional. Quiere decir, entonces, que
por ejemplo, el interés por la política en una persona o grupo de personas
variará a lo largo de un período por algunos acontecimientos, como por ejemplo
una campaña electoral, el estado de guerra, la renuncia de un gabinete, una
decisión política que afecte sus intereses, un golpe de Estado, etc
En vista que estamos tratando sobre participación y comportamientos políticos,
debemos abordar el asunto de los denominados "independientes políticos",
pues parecería que en el esquema que estamos proponiendo no tendrían
cabida al considerarse no-políticos y técnicos. Mi argumentación quiere
demostrar que la independencia política es una ficción semántica, pues intenta
revestir a los políticos con un nuevo ropaje conceptual al haber caído la política
en el hoyo del descrédito, como si la política tuviera vida e identidad propia y
fuera por tal motivo buscar un nuevo concepto para un hecho conocido.
Todos manifestamos comportamientos políticos en diferentes matices, pero
sólo algunos tenemos participación política activa

ACTITUDES POLITICAS

Es común escuchar en las conversaciones el uso del término actitud. Las


personas se expresan en función de las actitudes para referirse a estados del
comportamiento como de agresividad, tolerancia, entre otros; sin embargo, este
término parte del bagaje de las ciencias sociales en general y de la psicología
en particular, tiene un significado muy distinto e incluso opuesto a lo expresado
por el común de las personas. Los seres humanos sobre la base de nuestras
experiencias previas o inmediatas, en nuestra relación con las personas,
animales y objetos del mundo exterior, reaccionamos ante ellos con agrado,
rechazo o neutralidad, cuando afirmamos que el color rojo me gusta, que esa
persona no me es simpática etc., expresamos verbal o por gestos una actitud.
Es decir, una actitud es una categoría psicológica que puede entenderse como
una predisposición de las personas para responder a un estimulo en particular
de una manera distintiva, en otras palabras, es una mayor probabilidad de que
una persona reaccione frente a una experiencia o información dada. La actitud
por lo tanto no es un comportamiento, es una variable intermedia entre la
disposición a un objeto y la probabilidad de un comportamiento, puede
entenderse también como una asociación entre un objeto dado y una
evaluación, entendida como el afecto, los recuerdos y las emociones que
despierta el objeto. Es la probabilidad de la aparición de un comportamiento
dado en un tipo determinado de situación Allport, define una actitud como " un
estado de disposición mental y nerviosa, organizada a través de la experiencia,
que ejerce una influencia directa o dinámica sobre la respuesta del individuo a
todos los objetos y situaciones con los que está relacionado .Las actitudes son
una manera de organizar nuestras experiencias, la manifestación del afecto, las
emociones que nos motivan un objeto y la evaluación que hacemos del mismo;
la experiencia no sólo se acumula por el hecho vivido directamente, también la
transmisión de experiencias vividas forman nuestro bagaje de conocimiento e
información, por ello es que aunque directamente no hallamos tenido relación
con un objeto ya tenemos una actitud formada sobre él. Por ejemplo nos
hablan de una persona que no conocemos, en términos desfavorables, a pesar
de no habernos relacionado directamente, ya tenemos la sensación de que no
será de nuestro agrado, que es una mala persona; sin conocerlo ni haber
tratado con él ya tenemos una actitud formada al respecto. Los estereotipos,
los prejuicios y el rumor, forman parte del arsenal con que nos relacionamos
con el entorno, son formas de información, pero es información a veces sin
conocimiento directo y muchas veces distorsionado de la realidad;
desinformación la actitud representa un papel vital en el proceso conocido
como comunicación, es el encuentro a nivel piel, entre las sensaciones internas
del individuo y la esencia de cualquier objeto u organismos exteriores, por
tanto, el sentido e interpretación que se le da a la información sólo será dados
por el receptor, que es el resultado de su predisposición respecto del sujeto
emisor.

Las actitudes políticas son entonces esas predisposiciones que tenemos las
personas en torno a aquellos objetos que consideramos políticos, es decir, los
relacionados al gobierno, los políticos, la política y el poder. La actitud como
podemos observar, no es un comportamiento, por ello, no se puede observar
directamente, para eso se usan técnicas especializadas que tienen por objeto
medir las distintas actitudes que un sujeto posee respecto del objeto, actitudes
en plural, porque las personas generalmente conjugamos una cantidad de
actitudes en sentido positivo o negativo, intenso o poco intenso sobre las cosas
o personas, y ese conjunto de actitudes se articulan para que en una situación
dada podamos manifestar una opinión.
Las actitudes están compuestas según la mayoría de estudiosos por tres
componentes: el componente afectivo, el componente cognitivo y finalmente el
componente conativo.

Componente afectivo. El componente afectivo proviene de la evaluación que


hacemos sobre el objeto en función del afecto o simpatía que nos produce. La
política por ejemplo, puede parecernos positiva y para otros considerado
negativamente, esas manifestaciones sobre el objeto, en términos dicotómicos
de bueno ;malo, positivo, negativo, es el componente que nos permitirá evaluar
la naturaleza de la probable respuesta hacia un estimulo; la manifestación de
una actitud en sentido negativo o positivo, se conoce como Dirección. Es decir,
en qué sentido está dirigido el afecto del sujeto. "Cuando decimos que una
opinión tiene dirección, queremos indicar que incluye una cierta cualidad
emocional o afectiva de aprobación o rechazo de algo. Tiene una cualidad pro
anti Explícita o implícitamente, esta cualidad pro anti se halla casi siempre
presente". La posibilidad de una respuesta neutra se reduce casi al mínimo en
tanto siempre manifestamos una predisposición a un objeto, por cuanto nuestra
experiencia nos dice en qué sentido y cómo evaluarlo, la neutralidad podría
manifestarse en dos casos, que desconozcamos el objeto ;aunque
inmediatamente nos formamos una imagen mental de él; o que el objeto no sea
parte de nuestra atención; a pesar de ello siempre tenemos predisposiciones;.
Surgen casos en que las personas no solamente manifiestan la dirección de las
actitudes en términos dicotómicos, también tenemos las opciones puede ser; o;
depende de;, la calificación de las actitudes y de las opiniones, se manifiesta
cuando las personas exigen tomar en cuenta otros factores y no aislar
enteramente sus actitudes u opiniones, regularmente son personas que no ven
las cosas en función dicotómica, sino que consideran que entre dos extremos
hay una variedad de puntos intermedios, que muy bien pueden manifestar sus
actitudes.

Componente cognoscitivo. El componente cognoscitivo de las actitudes, es


aquel aspecto del conocimiento que se manifiesta hacia el objeto. Este
conocimiento está basado en las creencias que toda persona posee y son
aquellas observaciones de hechos o realidad que se dan por supuestos y que
no son discutibles en el andamiaje mental de las personas. Las creencias no
son necesariamente lo mismo que la realidad, sino que más bien representa la
forma en la que un individuo particular mira la realidad. En tal sentido todas las
personas poseen dos tipos de creencias: Las creencias en algo y las creencias
acerca de algo. En el primer caso, es un tipo de creencia que no se puede
comprobar ni impugnar por observación directa, en tanto no tiene
representación fáctica o empírica, se da por supuesto y se asume en ese
sentido; mientras que las segundas están constantemente sujetas a prueba, ya
que puede ser comprobada pues existe la posibilidad de corroborar la creencia
con la realidad. Cada creencia de este tipo puede ser juzgada a través de
hechos observables y podemos evaluar sus méritos empíricos. Las dos clases
de creencias tienen un punto en común, ya que sirven para describir el punto
de vista acerca de la realidad desde la perspectiva del individuo.

El componente conativo. El último componente de la actitud, es conocido como


el conativo, éste puede ser entendido como el enlace entre la actitud y el
comportamiento. La conación es el componente de una actitud que crea la
asociación final con el comportamiento. La conación precede al
comportamiento y se refiere a las creencias del individuo sobre los diferentes
tipos de respuestas hacia una situación en particular. Es la evaluación de las
consecuencias potenciales o del impacto potencial del comportamiento. Este
componente puede explicarse en dos sentidos; primero como expresión de las
evaluaciones actitudinales hacia un sujeto y de la probable respuesta
(comportamiento) que pueda manifestar un individuo, además de la variable
actitud, se considera el contexto o el entorno en el cual se desarrolla la
situación, las circunstancias propias del momento para recién comportarse en
uno u otro sentido, y puede manifestarse cuando se discute al nivel de
opiniones acerca de un tema controversial.

COMPROMISO POLITICO

La intensidad de la adhesión de las personas con relación a su sistema político


es variable, algunos pueden sentirse bien y apreciar su funcionamiento; otros,
por el contrario, pueden sentirse decepcionados, y algunos otros, pueden
manifestarse neutrales. El compromiso político, puede ser entendido como el
nivel de adhesión que un individuo manifiesta hacia el sistema político, y se
expresa básicamente por el grado de satisfacción , insatisfacción sobre su
funcionamiento. Esto último involucra una serie de indicadores adicionales
como son: a) las razones para emitir el voto, b) la ubicación ideológica y c) el
interés por los procesos electorales futuros. El compromiso político, es pues
una dimensión psicológica del individuo referido al objeto sistema político, en
relación con el sentimiento de satisfacción - insatisfacción. Debemos destacar
que originalmente, el índice de compromiso político mide dos aspectos básicos,
el interés por las elecciones futuras con relación a quién gane esa elección y el
interés por el seguimiento a dicho proceso, por nuestra parte se creyó
conveniente ampliar el número de los indicadores e incluimos los otros por las
siguientes consideraciones. Primero, la ubicación ideológica es pertinente
incluirla en el entendido de que aquellos que e ubican en los puntos más
extremos tienden a estar en contra de la legitimidad instituida, y por eso,
estarían más dispuestos a subvertir el orden para cambiar dicha situación.
Subjetividad política

Hoy en día no se puede seguir haciendo política como hasta ahora se ha


pensado: como si ésta fuera una actividad que estuviera destinada sólo a
Ceros cuantos, es decir, a los que tienen las capacidades y/o el privilegio de
participar en ella. Esta manera de hacer y pensar la política es una
manipulación de los políticos profesionales para asegurar un mayor control
sobre la sociedad, lo que se consigue al propiciar un mayor distanciamiento de
la gente común con todo lo que tenga relación con la vida política de esa
misma sociedad. Incluso ahora que gana terreno la economía ante la debilidad
de la política en la conducción de los destinos de un país, es imprescindible
que se realice un examen de lo que significa la política tanto para los propios
gobernantes y políticos profesionales como para la ciudadanía, con la intención
de recuperar su preeminencia como forma de pensamiento humano avocada al
diseño de las mejores formas de organización social y a la procuración de la
felicidad.

Respecto a la palabra política, a lo largo de la historia se han elaborado


distintas concepciones, sin embargo, lo que la distingue es su centralidad como
pensamiento y práctica humana orientada a la búsqueda de las mejores formas
de convivencia. Por eso es que, a partir de una idea como esta, se asocian a
ella distintas nociones que le son inherentes: poder, gobierno, instituciones,
Estado, etc., y que son las que le dan forma y contenido a las relaciones
sociales y políticas entre los hombres.

Sobre la base de las anteriores consideraciones, se puede afirmar entonces


que la subjetividad política es el conjunto de cogniciones y emociones cuyos
contenidos están referidos al ámbito político, siempre en el marco de la
dinámica y el contexto en el que se haya insertado un sujeto, y que finalmente
se traduce en las variadas expresiones en las que manifiesta su
comportamiento.

De esta manera es como podemos observar en los sujetos procesos cognitivos


y emocionales asociados a referentes políticos. Como es obvio, el análisis que
de ello se realice depende del enfoque disciplinar y teórico del que se parta. Sin
entrar en este tipo de consideraciones, en tanto no es el propósito del presente
escrito, en la actualidad se pueden encontrar en la literatura respectiva estudios
que versan sobre actitudes hacia el sistema político, sobre la representación
social de la democracia, la socialización política, la participación política y un
largo etcétera.

La subjetividad política de una persona es el resultado de las influencias que


sobre él ejercen las instituciones políticas y los políticos que las representan,
aunque también vale decir que la praxis humana ha creado estas mismas
instituciones políticas. Esto quiere decir que no sólo las estructuras políticas
son resultado de un proceso histórico sino que también las subjetividades
políticas se construyen a lo largo del tiempo y en el marco de las relaciones
políticas imperantes en una sociedad.
LA CULTURA POLITICA

Se refiere a una serie de actitudes y creencias principalmente aceptadas por los


individuos de un sistema social sobre objetos comunes en general, y donde la
creencia primaria referida a la política es que estos objetos llevan a una
relación con el poder, la autoridad y el gobierno; es decir, la cultura política está
referida a aquellas bases psico—sociales, de actitudes y creencias
compartidas por una comunidad o sociedad en torno a cómo, quién y de qué
manera debe hacerse la política, ejercerse el poder y los principios de
legitimidad.</p><p>La cultura política de una nación consiste en la particular
distribución de pautas de orientación hacia los objetos políticos entre los
miembros de dicha nación y denominaremos subcultura política a
&#8220;<i>esas inclinaciones especiales localizadas en los grupos
particulares</i>.&#8221; (63) Es el engranaje entre el individuo y la sociedad
política.</p><p>Almond y Powell emplean el concepto de cultura política como
las orientaciones psicológicas hacia objetos sociales, cuando describen la
cultura política, se refieren al sistema político que informa los conocimientos,
los sentimientos y las valoraciones de su población.

Bibliografía

http://www.politikaperu.org/articulos/doc.asp?id=110&pag=0

http://www.cibernetia.com/tesis_es/CIENCIA_POLITICA/VIDA_POLITICA/COM
PORTAMIENTO_POLITICO/1

Rocha, R (2000) "La Subjetividad Política", en La Psicología Social

http://www.psicolatina.org/Cero/politica_y_comportamiento.html
COTARELO, R.: Partidos políticos, Madrid, Sistema, 1996.
DEL CASTILLO, P.: Comportamiento político y electoral, Madrid, CIS, 1995.

Comportamiento social o conducta social, en biología, psicología y sociología es el


comportamiento o conducta dirigido hacia la sociedad o que tiene lugar entre miembros de la
misma especie (relaciones intraespecíficas). Los comportamientos o conductas que se
establecen como relaciones interespecíficas (como la depredación, el parasitismo o la
simbiosis) involucran a miembros de diferentes especies y por tanto no se consideran sociales.
Mientras muchos comportamientos sociales intraespecíficos son parte de una comunicación
(comunicación animal) pues provocan una respuesta, o cambio de comportamiento del
receptor, sin actuar directamente sobre él; la comunicación entre miembros de diferentes
especies no se considera comportamiento social. La forma más original del comportamiento
social humano es el lenguaje humano
http://books.google.com.pe/books?
id=DnMR9Ae0fZgC&pg=PA47&lpg=PA47&dq=elementos+que+conforman+el+
comportamiento+politico&source=bl&ots=TtozWHkCmy&sig=JUoFX3r0eYkxYY
nZZi1c-
ZpttXc&hl=es&ei=8kXXTJ_PHMT48Absn4yHCw&sa=X&oi=book_result&ct=res
ult&resnum=5&ved=0CCMQ6AEwBA#v=onepage&q&f=true
Desde hace mucho tiempo se ha aceptado que entre el individuo y la sociedad
no existe una relación unidireccional de un elemento hacia el otro, sino que lo
que se establece es una relación de mutua interdependencia. El hombre no
puede entenderse sino en el marco de las relaciones sociales que establece en
el seno de la sociedad en la que vive pero, a la vez, ésta no pudiera existir sin
los individuos que la integran. Por ello, es perfectamente entendible el
señalamiento del carácter creador del ser humano: a pesar de los múltiples
condicionamientos de los que es objeto el hombre simplemente por vivir en
sociedad, éste es finalmente quien construye esa misma sociedad. De ello se
desprende, por un lado, que el comportamiento de un individuo está
determinado por una multiplicidad de factores y que, por el otro, su
comportamiento puede modificar el carácter de esos factores o, incluso, crear
otros.

Introducción

El presente artículo tiene una óptica diferente a las que comúnmente se


emplean para abordar temáticas referidas a la dimensión política, pues la
mayoría de los trabajos se ciñen precisamente a dicha dimensión o lo hacen
desde disciplinas consideradas como "más cercanas", tales como el derecho o
la sociología. Aquí se incorpora como categoría de análisis la subjetividad para
abordar la política y la democracia como formas de comportamiento de los
sujetos, ello con la intención de aportar algCeros elementos que permitan la
realización de un análisis psicosocial.

Si bien existen trabajos que plantean el estudio de la subjetividad en el plano


de lo político, éstos generalmente lo hacen de manera tangencial o
privilegiando ya sea el plano psicológico o el propiamente político, dependiendo
de la perspectiva de la que se parta. En este trabajo se plantea la articulación
entre ambas dimensiones, lo que implica no el privilegiamiento, la ponderación
o el análisis "a tras luz" de una dimensión por sobre la otra, sino la
consideración de que el fenómeno, hecho o situación es, a la vez, un fenómeno
político y psicológico. Un análisis de este tipo permitiría encontrar las
intersecciones de ambas dimensiones en los distintos niveles de la realidad
para configurar una específicamente propia, es decir, una dimensión
psicopolítica.

Esta es una tarea nada sencilla porque se corre el riesgo, cosa que
frecuentemente sucede, de psicologizar la política. Pero es una tarea
necesaria. Sobre todo ahora que, pretendiendo llenar este vacío de
conocimientos existente entre los hechos de la vida política y las razones o las
"causas" del comportamiento de los sujetos, se utiliza de manera recurrente el
concepto cultura política. Con él se pretende reducir la distancia epistémica
entre los subjetivo y lo objetivo de la política. Sin embargo, el mismo concepto
es subjetivizado por quienes con él pretenden dar cuanta de las actitudes, los
valores y el comportamiento político de los hombres al centrarse únicamente en
estos aspectos y soslayar el papel y la influencia que las estructuras, las
instituciones, los actores políticos y el poder ejercen en la subjetividad de las
personas. Además, cultura política es un concepto tan global y tan laxo que
todo puede caber en él.

El concepto cultura se utiliza efectivamente con la intención de significar todo lo


que el hombre a lo largo de su historia ha construido, tanto los hechos
materiales como las producciones ideacionales, así como la influencia que ésta
ejerce en la vida de una sociedad, un grupo o un individuo. Pero cuando se
adjetiva el concepto cultura, como en este caso con la palabra política, y el
tratamiento que de él se desprende consiste sólo en el análisis de los aspectos
subjetivos de las personas y se hace caso omiso del papel que juegan las
estructuras y las instituciones políticas, entonces su manejo se hace difícil
porque entre la cultura y el comportamiento de un individuo o de un grupo
social median una serie de elementos que determinan a ambos: los factores
psicosociales.

La necesidad de emprender estudios psicosociales de los fenómenos políticos


no es mera inquietud académica; la realidad misma, en su continua e incesante
transformación, como sucede en nuestra propia realidad, demanda la
observación de las situaciones objetivas y el análisis de la dimensión subjetiva
en tanto que ambas predisponen a los individuos a manifestar de un modo u
otro su comportamiento político.

CONCLUSIONES

En el plano de la vida política de una sociedad, creo que lo que debiera llamar
nuestra atención son tanto las instituciones políticas (su estructura,
funcionamiento y sentido), como los pensamientos y emociones que le dan
dirección al comportamiento político de los individuos en el marco, al margen o,
incluso, en contra de esas mismas instituciones políticas.

En este sentido, y como corolario de las afirmaciones anteriores, presento dos


cuestiones que, en esta lógica, resultan importantes:

1. Las expresiones de la subjetividad y el comportamiento político de los


individuos son consecuencia de la forma como se concreta en hechos la
política, y

2. El pensamiento y la acción políticas creadas por el hombre hallan lugar en


las prácticas e instituciones políticas de una sociedad.

Trasladando estos razonamientos al plano de la democracia, ello significa que:


1. La subjetividad y el comportamiento democrático de los individuos son el
resultado de las prácticas políticas democráticas instrumentadas,
principalmente, por el Estado, y

2. No puede concebirse un Estado democrático cuya construcción y vigencia


no haya obedecido sino al comportamiento democrático de los individuos.

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