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ESCUELA QUITEÑA
También se la considera como una forma de producción artística y fue una de las actividades mas
importantes desde el punto de vista económico en la Real Audiencia de Quito.
ORIGEN:
Se considera que su origen es la escuela de Artes y Oficios, fundada en 1552 por el sacerdote
franciscano Jodoco Ricke, quien junto a Fray Pedro Gosseal transforma el colegio San Andrés, en el
lugar donde se forman los primeros artistas indígenas.
Escuela quiteña se desarrolló en el territorio de laReal Audiencia de Quito, desde Pasto y Popayán por
el norte hasta Piura y Cajamarca por el sur, durante el período colonial(segunda mitad del S. XVI, XVII,
XVIII y primer cuarto del S. XIX) es decir durante la dominación española (1542-1824).
CARACTERÍSTICAS
Como fruto del sincretismo cultural y del mestizaje las obras de la Escuela Quiteña se caracterizan por la
combinación y adaptación de rasgos europeos e indigenistas y en sus etapas refleja todos los estilos imperantes
en cada época en España y así tiene elementos renacentistas ymanieristas; durante su apogeo es
A mas de los aportes españoles, recibe múltiples influencias flamencas, italianas y moriscas, las cuales
íntimamente enraizadas en la tradición indo-americana, le dan una particularidad especial, diversa de sus
escultura a la simulación del color de la carne del cuerpo humano) que da una apariencia más natural a la piel del
rostro de las esculturas. una vez que la pieza estaba tallada y perfectamente lijada, el oficial del taller procedía a
recubrir la madera con varias capas de yeso con cola; luego de cada capa, se pulia perfectamente hasta
conseguir un acabado perfectamente liso; luego de lo cual se daba el color en varias capas sumamente fluidas
que se transparentaban permitiendo la mezcla óptica de los colores superpuestos; se iniciaba con los colores de
sombras (azules, verdes, ocres); luego se daban los colores claros (blanco, rosa, amarillo); para terminar con los
colores de resalte (naranja y rojo para las mejillas sonrosadas, las rodillas y codos de los niños; azul oscuro,
verde, violeta, para las heridas y moretones de los cristos o para las sombras de la barba incipiente de
personajes imberbes.
Otra característica es la representación serpenteante del movimiento de los cuerpos, en las esculturas
principalmente.
Otra característica propia es la aplicación primero de pan de oro o de plata y luego a una pintura aguada que
Se da una "quiteñización" de los personajes, muchos tienen rasgos mestizos y atuendos locales;
Las escenas se ubican en un ambiente propio del paisaje andino, de sus ciudades, de su arquitectura;
Existe la presencia de fauna local (llamas en lugar de camellos y caballos; cuy en sustitución del Cordero
Pascual; monos, zarigüeyas, tapires, felinos, junto con los clásicos borregos de los pastores, etc.), y la flora
nativa se descubre en guirnaldas, bordados, incrustaciones, platería, tallas, etc.) al igual que la adopción de
plantas vernáculas sustituyendo las de la iconografía tradicional europea; · en escultura y pintura hay
presencia de personajes y costumbres propios del medio; · el ejecutor de la obra de arte es el artesano local,
de milenaria tradición artística propia; se da una adopción por "naturalización" de los santos europeos, por
La Escuela Quiteña, no tiene una uniformidad estilística a lo largo de su historia, sino que pasa por una etapa de
formación en que las influencias foráneas son dominantes; llega a una época de desarrollo en que afianza sus
rasgos propios independizándose paulatinamente de sus fuentes; pasa por un apogeo y esplendor cualitativo y
cuantitativo, para llegar finalmente a una transformación hacia la etapa republicana.
Pese a que aún falta mucho por investigar, muchos nombres que descubrir, infinidad de obras por identificar y
analizar, la "Escuela Quiteña" marca, en la Colonia, el sello de nuestra identidad mestiza.
LEGARDA, BERNARDO DE
Podemos comenzar con unas palabras del Padre Velasco: “Conocí a varios indianos y mestizos
insignes en este arte (la escultura); más, a ninguno como a un Bernardo Legarda de monstruoso
talento y habilidad para todo”. Su finura, su fuerza, su múltiple tacto de creador, le hicieron
embellecedor de todos los materiales. Trabajó el retablo del altar mayor de la Merced, cuando corría
el trienio de 1748-51, que duró el Provincialato de Fray Tomas Baquero, quien le confió tal trabajo.
Para el nicho del Altar Mayor de San Francisco que el P. Vargas dice ser “la Virgen quiteña por
antonomasia”: Es está la feliz imagen llamada “La Inmaculada de Legarda”. En esta área y poética
llegado hasta la nuestra. Es claro que Legarda no fue el creador de esta actitud de la Virgen pero fue
Trabajaba en un pequeño taller frente a San Francisco; y esta rodeado siempre de muchos discípulos
que le admiraban. Obras suyas son: El Calvario que se encuentra en la iglesia de Cantuña; El Ecce
particulares. Se le atribuye el retablo del Carmen Moderno y el que se halla en el templo de Cantuña.
Fue, además autor de excelentes obras pictóricas, sin que se pueda identificarlas, por desgracia.
Este interesantísimo personaje, singular mago indígena de nuestra escultura, nació en Quito. Tenía en
sus venas la oscura y fuerte sangre india; pero sus ojos, sus manos y su alma gozaban con la
delicadeza de las formas, los colores y las expresiones de los refinados cuerpos de la imaginería
española que cultivo. Durante su laboriosa vida de artista, plasmo incontables imágenes y realizó
Entre sus grupos podemos citar uno de innegable fuerza plástica: La Sabana Santa. Entre sus
imágenes: La Virgen del Carmen, La Dolorosa que existe en la Catedral; la Dolorosa de la iglesia de
Cantuña; un San José, que se conserva en San Agustín de Latacunga; la impresión de las llagas de San
ZANGURIMA, GASPAR
Zangurima llamado por el pueblo con la voz quechua de “El Lluqui” que quiere decir zurdo, por que en
realidad lo era, constituye una de las más interesantes figuras de los artistas de la Colonia. Pródigo y
plural como un renacentista, era, personalmente, un modesto nativo en cuyas venas corría sangre de
indios. Fue arquitecto, escultor, pintor, platero, relojero. Ala llegada de Bolívar a Cuenca, hízole un
retrato “al vuelo” y lo obsequió al Libertador, quien entusiasmado, le asignó una pensión vitalicia de
treinta pesos mensuales, en Decreto, expedido en Septiembre de 1822. En Octubre del mismo año,
ordenó Bolívar el establecimiento de una escuela de Bellas Artes con sede en la ciudad e Cuenca, de
donde era oriundo Zangurima; quien, por voluntad del Libertador fue el Director de aquel plantel, al
que asistieron hasta unos treinta jóvenes, y en el que se les enseñaba desde pintura hasta relojería.
iglesias, museos y casa particulares. De sus hábiles manos salieron desde las guitarras familiares,
hasta la imágenes del culto religioso; y, luego relojes, botones y prendedores, miniaturas, dibujos,
tallas, etc. En la capilla de El Sagrario, se conserva del maestro el grupo denominado “El Calvario”, del
que algunos entendidos no han hablado con la generosidad reservada para “Pampite” o “Caspicara”.
Estas singulares hermanas, hijas del Capitán José Dávalos, profesaron en el Monasterio del Carmen
Moderno, y se las conoce por los nombres de Sor María, a una, y por Sor Magdalena a otra. La mayor
de ellas era realmente un verdadero prodigio por la multiplicidad de sus habilidades. La Condamine,
que visitó el Convento, pudo ver el caballete en el que pintaba y admirar un cuadro que se hallaba a
medio terminar. Refiere el sabio que la artista Carmelita, tocaba piano, laúd, violín y dos o tres
instrumentos más, son necesitar de profesor. A mediados del 1700, floreció en su plenitud el arte de
estas invisibles artistas de claustro, y sus cuadros se conservan en los interiores del Monasterio del
LOS ALBAN
Francisco Albán aparece en las crónicas del arte colonial, citado por el Padre Velasco. Se trata de unos
de los pintores que vio ya palidecer la fuerza brillante y caótica de la pintura colonial.
Acostumbraba firmar con prolijidad los cuadros de los artistas de la época. Por esta sana y justa
costumbre suya, hemos llegado a conocer algunas de sus obras. Algunos lienzos se conservan en El
Tejar; otros en San Francisco, realizados por el año de 1783; y alguno más en Santo Domingo,
fechado en 1788.
ALBAN, VICENTE
Vicente Albán, hermano de Francisco, aparece como firmante de un retrato de singular importancia;
se trata del óleo del Ilmo. Doctor Blas Manuel Sobrino y Minayo. Es un cuadro en que el retratado
A esta misma privilegiada familia, pertenece Fray Juan Albán que se distinguió especialmente por su
Parece que fue discípulo de Pedro Bedón. Así se explica que un nombre conste en uno de los lienzos
Nació en la ciudad de Quito, aproximadamente en el año de 1767. Contrajo matrimonio con Manuela
Jurado, con la que, según ciertos datos históricos y algunos documentos judiciales que se han
Efectivamente, en 1797, su mujer se querelló contra el pintor, y luego le enjuició por “reincidente en
adulterio”, con Josefa Yépez, “mujer abandonada de su marido”. Samaniego fue encarcelado y le
En 1802, la señora Josefa Cañizares se querelló también contra nuestro extraordinario pintor. Esta vez
la querellante le acusaba de haber edificado una pared sobre un tramo que no le pertenecía. Es
curiosa esta querella, porque dio lugar a que el pintor querellado, dibujara un plano muy interesante
Sabemos que murió repentinamente en edad muy avanzada, pero ignoramos la fecha exacta del
deceso.
Fue siempre pobre y mantuvo una erguida actitud de noble orgullo, que no le permitió pintar retratos
de vecinos ricos ni recibir encargos de cuadros al primer solicitante.
En el museo particular de Don Jacinto Jijón se conserva un cuaderno manuscrito del insigne pintor, en
Como pintor y escultor a un tiempo, llegó a realizar lienzos en los que las dos artes de funden en
Se sabe que pintó el fresco, cosa inusitada en esa época y en nuestro medio, pues hasta entonces, no
Se asegura que fu un hermano de madre del pintor Manuel Samaniego y Jaramillo, cuya técnica y
estilo siguió tan puntualmente que, a veces, es difícil tarea el distinguirlo del maestro.