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Monopolio y desposesión

Critica de la economía política de los hidrocarburos

Raúl Prada Alcoreza

Este ensayo está dedicado a Sergio Almaraz Paz y a Marcelo Quiroga Santa Cruz,
guerreros de la defensa de los recursos naturales y arquitectos de
nacionalizaciones que expropiaron a los expropiadores, las trasnacionales,
maquinarias monopólicas del imperialismo.

A la heroica ciudad de El Alto, que contiene al país, a las naciones y pueblos


originarios, ciudad que entrego a sus hijos en la Guerra del Gas, defendiendo los
hidrocarburos y exigiendo su nacionalización en la Agenda de Octubre.

Critica del supuesto equilibrio macroeconómico

El supuesto del equilibrio es una conjetura epistemológica, atraviesa varias ciencias de la


modernidad, les permite desarrollar sus accionas, sus hipótesis y sus cuerpos teóricos.
Particularmente en la historia de las corrientes teóricas de la económica ha jugado un papel
estructurador. Del mismo modo, con el mismo ímpetu, con la misma fuerza y consecuencia
epistemológica, el supuesto del equilibrio ha sido criticado, discutido, debatido, puesto en
cuestión. Este trabajo crítico ha sido notorio por parte de la crítica de la economía política
marxista. Nos interesa volver sobre estos temas a raíz del problema que se ha suscitado con la
crisis del gasolinazo. Indudablemente detrás de la medida, el decreto 748, como aparato
instrumental y técnico de los equipos de elaboración, el supuesto de equilibrio ha hecho su labor
en la cabeza de los funcionarios, aunque el supuesto haya sido manejado de manera
“inconsciente”, quizás la forma más adecuada de decir sea ha sido manejado de un modo
“ideológico”, es decir, como si fuera su uso natural. Por eso es importante discutir el tema, poner
en mesa la discusión, evaluando también la persistencia de estos instrumentos, razonamientos,
métodos neoclásicos en los ministerios de un gobierno indígena-popular. Por otra parte, hay que
tener en cuenta que la utilización práctica y política de los instrumentos, métodos, teorías y

1
procedimientos neoclásicas se van a desplegar ampliamente por el mundo con la realización del
proyecto neoliberal. Se hacen carne con la aplicación de los ajustes estructurales construyendo un
mundo único a imagen y semejanza de un pensamiento único circunscrito al funcionamiento de
las ideas básicas de las leyes del mercado, de la competencia, del cálculo del costo y beneficio, así
como del logro supremo de la rentabilidad. Empero este pensamiento único se sostiene en la
materialidad de los monopolios descarnados, en la violencia de la desposesión, en la suspensión
de los derechos sociales y la ampliación escandalosa de las desigualdades. No cabe duda que el
proyecto político neoclásico espectacular es la manifestación y la imposición del dominio
neoliberal, por lo menos en lo que duraron las tres décadas que arrancan en la década de los
setenta y se clausuran en la última década del siglo XX. El siglo XXI se inauguran con nuevas
figuras de la crisis financiera, continuando con la crisis estructural del capitalismo, crisis que se
reflejan en la crisis del proyecto político neoliberal.

Varias corrientes económicas clásicas y neoclásicas han utilizado como base de análisis el supuesto
del equilibrio, sobre todo las corrientes neoclásicas han usado el análisis marginalista en el
desarrollo de sus hipótesis. Algunos de los economistas neoclásicos de mayor influencia son los
investigadores Léon Walras y Alfred Marshall; entre los neoclásicos modernos puede distinguirse a
los partidarios del monetarismo y los adherentes de la síntesis neoclásica. A manera de resumen,
se puede decir que la economía neoclásica se basa en tres conjeturas, teniendo en cuenta que
algunas ramas de la teoría neoclásica pueden tener distintas aproximaciones; estas conjeturas
pueden expresarse del modo siguiente:

1. Preferencias racionales respecto de los resultados, los mismos que pueden ser valorizados
de acuerdo a su significación e identificación.
2. Maximización de la utilidad por parte de los individuos y maximización de la ganancia por
parte de las empresas.
3. Actuación autónoma de los individuos sobre la base de una información completa y
relevante.

Como se puede ver, la unidad de análisis ya no es la mercancía, tampoco la fuerza de trabajo o el


tiempo de trabajo socialmente necesario, es, desde la perspectiva neoclásica, el individuo, el
individuo consumidor, el individuo comprador. A esto es a lo que se viene en llamar individualismo
metodológico. Todo esto es visto desde la racionalidad del costo y el beneficio. Estas conjeturas
sostienen la instrumentalidad de teorías que tienen como referencia el espacio imaginario de la
concurrencia de los individuos. Como parte influyente de las corrientes neoclásicas podemos

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mencionar a la escuela marginalista, a la síntesis neoclásica y a la escuela monetarista. La hipótesis
principal de la escuela marginalista es el principio de la utilidad marginal decreciente; en cambio la
llamada síntesis neoclásica intenta producir una síntesis entre la perspectiva macroeconómica y la
perspectiva microeconómica; esta escuela es conocida también como neokeynesianismo. Por
último la escuela monetarista trató de recuperar los causes neoclásicos, volviendo a hacer la critica
a los planteamientos keynesianos; la influencia de esta escuela es notoria en el manejo e
institucionalidad financiera internacional.

Las corrientes neoclásicas van a desarrollar instrumentos teóricos operativos y matemáticos como
son la macroeconomía y la econometría. La macroeconomía pretende desarrollar un enfoque
global de la composición económica, visualizada en términos del monto total de bienes y servicios
producidos, el total de los ingresos, el nivel de empleo, de recursos productivos, y el
comportamiento general de los precios. La econometría  es la rama de la economía que
utiliza métodos y modelos matemáticos; hablamos del cálculo, la probabilidad, la estadística,
la programación lineal y la teoría de juegos; estos instrumentos matemáticos se utilizan para
analizar, interpretar y predecir el comportamiento económico y las tendencias del mercado, como
el precio, el coste de producción, la perspectiva del comercio y las consecuencias de las políticas
económicas. Estos instrumentos son utilizados para evaluar la mejor estrategia para desprender
políticas públicas que tienen como objetivo hacer crecer la economía, lograr la estabilidad de
precios y del trabajo, produciendo de esta manera una sustentable y equilibrada  balanza de pagos.
El mapa macroeconómico comprende circuitos que abarcan la administración pública, las
empresas, el mercado laboral, los hogares, el mercado de bienes y servicios, el sistema bancario y
el flujo de las importaciones y exportaciones. La macroeconomía ha desarrollado variados
modelos macroeconómicos y distintos modelos econométricos, a los que no vamos a entrar. Nos
interesa analizar la función que cumple el supuesto del equilibrio en la interpretación
macroeconómica, incluso si se llega a suponer un equilibrio dinámico; lo que generalmente no
ocurre en la interpretación práctica.

Lo primero que llama la atención es la paradoja de introducir el supuesto del equilibrio para
estudiar la economía capitalista, la cual precisamente se desarrolla a partir de la internalización de
la crisis, que se vuelve inmanente al funcionamiento del sistema, y la obliga a transformarse
constantemente, trasladando su crisis congénita de un ciclo a otro del capitalismo, donde cambia
de características, de forma y de estructura. ¿De qué manera el más inestable modo de
producción, la de la valoración del capital, va a ser estudiado desde el supuesto del equilibrio? No
se podría explicar esta paradoja si es que no comprendemos que estos instrumentos teóricos
neoclásicos son un esfuerzo inconmensurable por domesticar la dinámica realidad económica, su
compleja y dinámica composición. Todo esto se logra haciendo abstracción de la historia, la
temporalidad, y las contingencias concretas de la economía. Se supone entonces que la economía,

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tal como la conciben las corrientes neoclásicas, siempre ha existido, forma parte inherente de la
realidad social; es como su naturaleza. Llegando a una primera conclusión, podemos decir que el
supuesto del equilibrio funciona en la macroeconomía como perspectiva de normalización. Por lo
tanto, todos los procedimientos macroeconómicos, que se convierten en políticas económicas, son
instrumentos de normalización; se trata de volver a la normalidad una vez que se detectan
desequilibrios patológicos. Recurriendo a Georges Canguilhem podemos decir que el supuesto del
equilibrio supone a su vez la diferenciación paradigmática de lo normal y lo patológico 1.

En el fondo, del equilibrio que hablan los economistas es del supuesto equilibrio del mercado, de
un mercado imaginario, no de la multiplicidad de mercados reales, afectados por sus propias
distorsiones y perturbaciones, sobre todo atravesados por relaciones de poder. Este enfoque no
sólo corresponde a las corrientes neoclásicas, sino que es ya una conjetura trabajada en las
corrientes clásicas. Por ejemplo, el modelo de equilibrio general walrasiano expresa el núcleo del
paradigma neoclásico de la ciencia económica, este modelo se remonta a fines del siglo XIX. De
manera resumida podemos decir que Léon Walras re-trabaja la hipótesis de Jean-Batiste Say,
quien sostiene que la oferta crea su propio nivel de demanda, dando cuenta que es el producto de
la oferta el principal motor del poder adquisitivo. Volviendo a la tesis de Walras, ésta establece
que se puede producir un exceso de oferta o, en su caso, un exceso de demanda, que se corrigen,
mediante el juego de los precios, por aproximaciones y vaciamiento del mercado, hasta lograr un
punto de equilibrio. Este mercado ficticio corresponde a un espacio axiomatizado matematizable;
permite operacionalizar variables, por lo tanto calcular; procedimiento que refuerza la creencia de
que estamos ante una ciencia. Se puede decir que la Teoría del Equilibrio General walrasiano es la
base del paradigma medular de los economistas neoclásicos. Esta perspectiva adquiere la forma
de un conjunto de modelos integrados, los mismos que responden a reglas operativas. De este
modo es como se cuenta con una microeconomía de mercados perfectos e imperfectos, la
macroeconomía con fundamentos microeconómicos, la teoría del crecimiento y todos los modelos
derivados de la economía llamada del bienestar diseñada para encaminar la política económica.

El supuesto del equilibrio en la epistemología clásica se traslada a la interpretación neoliberal,


heredera de las teorías de Léon Walras, Alfred Marschall y Friedrich August von Hayek, entre los
economistas y filósofos más notorios de esta corriente teórica. La transferencia de estas tesis que
se oponían a la economía planificada y a la intervención del Estado se efectúa por mediación de la
Mont Pelerin Society, que agrupa a un grupo colegiado de economistas, historiadores y filósofos,
que se dan como tarea al principio de la Segunda Guerra Mundial defender los valores centrales
de la civilización occidental, valores que se encontraban en peligro por lo que consideran la

1
Georges Canguilhem: Lo normal y lo patológico. México, Siglo XXI, 1986.

4
amenaza de formas políticas totalitarias; se trata de defender entonces los valores nucleados en
los derechos y las libertades individuales. Se referían tanto a lo que consideraban las amenazas
provenientes de la Unión Soviética así como del régimen nacional socialista alemán, en este
mismo sentido del gobierno fascista de Musolini, considerando también otras tendencias
autoritarias emergentes en las sociedades de entonces.
Haciendo un balance histórico, David Harvey se refiere a las fuentes del neoliberalismo
remontándose al periodo inicial de la Segunda Guerra Mundial, identificando precisamente a esta
sociedad de Mont Pelerin, que en el momento de su aparición no tenía mayor influencia y
trascendencia que el prestigio académico de sus integrantes. Esta tendencia teórica
contemporáneamente hubiera sido desapercibida si no fuera porque lo tiempos cambiaron
después de la crisis de la década de los setenta, creando el escenario adecuado para la vigencia
política de las corrientes neoclásicas. Harvey concibe que el neoliberalismo, en tanto que antídoto
potencial para las amenazas al orden social capitalista y como solución a los males del capitalismo,
había permanecido latente durante largo tiempo bajo las alas de la política pública. Identifica a un
grupo reducido y exclusivo de apasionados defensores -principalmente economistas, historiadores
y filósofos del mundo académico- como portadores teóricos de la fuente del neoliberalismo; este
grupo colegiado se aglutinó alrededor del renombrado filósofo político austriaco Friedrich von
Hayek para crear la Mont Pelerin Society 2 durante 1947. Entre los notables del grupo se
encontraban Ludwig von Mises, el economista Milton Friedman e incluso, durante un tiempo, el
filósofo Karl Popper3.

De acuerdo con el análisis efectuado por David Harvey, el objetivo del neoliberalismo era
modificar el equilibrio político y la relación de fuerzas existente en el conjunto de la economía-
mundo capitalista recurriendo para ello a todo el arsenal de la violencia económica, estatal y
militar. El anverso y reverso de la estrategia neoliberal está constituido, en opinión de Harvey, por
la profunda convicción de que las relaciones sociales están irremediablemente gobernadas por la
violencia de clase y por la certidumbre de que para obtener la victoria, en tal entorno complejo,
las clases y las elites dominantes han de implementar un planteamiento integral que pueda
asegurar un impacto suficiente amplio como para modificar drásticamente las relaciones sociales
vigentes. La violencia de los mercados debe conjugarse con la violencia política, militar, ideológica
y estatal si las transformaciones nacionales y globales han de encontrar una misma unidad de
proyecto y de diseño estratégico. Lejos de debilitar el Estado, la estrategia neoliberal supone,
pues, una reinvención de su violencia estructural para modificar, en beneficio de las clases
dominantes, los parámetros de convivencia social y de dominación política.

2
Su nombre proviene del balneario suizo donde se celebró la primera reunión del grupo.
3
David Harvey: Breve historia del neoliberalismo. Akal 2003, Madrid.

5
Haciendo una evaluación del despliegue del neoliberalismo por el mundo como opción de clase
dominante trasnacional a la crisis de sobre-acumulación, Harvey dice que, d esde una mirada
retrospectiva puede parecer como si la respuesta fuese tan obvia como inevitable pero, al mismo
tiempo, piensa que es justo decir que nadie supo o comprendió con certeza qué tipo de respuesta
funcionaría y cómo lo haría. El mundo capitalista fue dando tumbos hacia la respuesta que
constituyó la neoliberalización a través de una serie de zigzagueos y de experimentos caóticos, que
en realidad únicamente convergieron en una nueva ortodoxia gracias a la articulación de lo que
llegó a ser conocido como el «Consenso de Washington» en la década de 1990. Por entonces, tanto
Clinton como Blair pudieron haber dado la vuelta sin problemas a la observación de Nixon y decir
de manera sencilla que «ahora todos somos neoliberales» 4.

Se puede ver que la transferencia de las teorías neoclásicas, de sus supuestos y conjeturas, no se
dio de una manera pura, sino que hay que considerar adecuaciones y modificaciones en su
actualización, sobre todo cuando tenemos en cuenta el uso práctico que va a hacer el
neoliberalismo del instrumento estatal en todo los procesos diferenciales de aplicación por el
mundo.

La concepción neoliberal

Uno de los fenómenos políticos recientes en lo que respecta a las mutaciones de la forma de
Estado es la formación de lo que llamaremos Estado neoliberal. David Harvey refiriéndose a la
Guerra de Irak dice que evidentemente, lo que Estados Unidos pretendía imponer por la fuerza en
Iraq, era un aparato estatal cuya misión fundamental era facilitar las condiciones para una
provechosa acumulación de capital tanto por parte del capital extranjero como del doméstico. A
esta forma de aparato estatal la denominó Estado neoliberal 5. Lo que tenemos que retener es eso
de un aparato estatal cuya misión fundamental era facilitar las condiciones para una provechosa
acumulación de capital tanto por parte del capital extranjero como del doméstico. En las
condiciones del sistema-mundo capitalista, en el periodo de la crisis financiera, de los ajustes
estructurales, de la expansión del supuesto de competitividad, ya no sólo del dejar hacer y del
dejar pasar, por lo tanto de la reiteración evolucionada de la acumulación ampliada de capital a
escala mundial, hay que situar esta nueva forma de Estado en el contexto de la guerra infinita e
indeterminada desatada por la híper-potencia de los Estados Unidos de Norte América contra el
fantasma del terrorismo, así como en el contexto de la compulsiva proliferación de estrategias

4
David Harvey: Breve historia del neoliberalismo. Akal 2003, Madrid.
5
David Harvey: Breve historia del neoliberalismo. Akal 2003, Madrid.

6
monopólicas de las trasnacionales, incluyendo notoriamente a las que monopolizan el control de
los recursos naturales, mediante el monopolio tecnológico de la exploración, explotación,
industrialización y comercialización de los mismos. El Estado neoliberal sería una nueva forma de
Estado que facilita las condiciones para una provechosa acumulación de capital extranjero y
doméstico por las vías de los incentivos a la inversión de capital, que pasan por la desregulación y
la suspensión de las subvenciones de lo que se llamó el Estado de bienestar. Esta nueva forma de
Estado, el Estado neoliberal, aparece en Irak por la ocupación militar norteamericana y de sus
aliados, acompañada por instauración forzada del régimen democrático impuesto. Sin embargo,
no hay que olvidar que como anticipación dictatorial, el proyecto neoliberal se inauguró en Chile el
año 1973, con el golpe militar del General Augusto Pinochet y el consecuente derrocamiento del
presidente socialista electo Salvador Allende. En Chile comienza el experimento neoliberal, esto
sucede cuando se da la condición de posibilidad histórica de su aplicación con la instauración de
un régimen militar dictatorial, después de un cruento golpe a un proyecto socialista en curso,
desarrollado por la vía electoral. En el resto del mundo la aplicación del modelo neoliberal se va a
dar de manera diversa y adecuada a las condiciones diferenciales de la correlación de fuerzas y
políticas de los distintos países.

En Bolivia se produce el experimento neoliberal durante los vaivenes de la recuperación del


proceso democrático, pasando de un gobierno popular a gobiernos neoliberales, con el interregno
de violentos golpes militares. La aplicación neoliberal se produce primero mediante la aplicación
de medidas de shock, como las conocidas medidas y paquete del decreto 21060; después la
neoliberalización de la economía se produce por el ajuste estructural y las privatizaciones de las
empresas públicas, los recursos naturales y el ahorro social. Haciendo el balance global, muchos
estudiosos coinciden, entre ellos Giovanni Arrighi, Immanuel Wallerstein, Samir Amin y David
Harvey, que el neoliberalismo se puede entender como un proyecto político asociado al
procedimiento descarnado del despojamiento o desposesión, es decir, de la retoma de las formas
violentas de la acumulación originaria para resolver los problemas de la acumulación ampliada, es
decir, de la crisis estructural del capitalismo. En este sentido, Bolivia, en tanto país periférico del
sistema-mundo capitalista, forma parte de las territorialidades saqueadas, en condición de tal
sufre el despojamiento de la retomada acumulación originaria de capital, como procedimiento
violento de solución de la crisis estructural del capitalismo.

Una década de resistencia (1990-2000) y el consecuente estallido de la ofensiva de los


movimientos sociales e indígenas (2000-2005) terminan con el régimen neoliberal en Bolivia.
Ahora que nos encontramos en la segunda gestión del gobierno indígena popular (2011-2015), en
plena etapa de aplicación de la Constitución Política del Estado, ante la coyuntura crítica abierta
por el decreto de nivelación de precios 748, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿se habrá
barrido con toda la estructura funcional del Estado neoliberal? Esta es la pregunta que trataremos
de contestar en adelante.

Se puede decir que el proyecto neoliberal consiste en desembridar al capital de los


constreñimientos conformados durante el llamado Estado de bienestar y también de los
constreñimientos acumulados y sedimentos dados en las otras formas de Estado, anteriores al

7
proyecto neoliberal. Las regulaciones políticas al mercado y a los efectos corrosivos del mercado
se dieron debido a que el Estado se convirtió en un campo de batalla y los sectores sindicalizados
lograron imponer sus reivindicaciones, haciendo que el Estado legalice e institucionalice las
conquistas sociales. Por lo tanto, desde la perspectiva neoliberal, lo que había que hacer es hacer
saltar estos constreñimientos y revertir las conquistas sociales. El Estado neoliberal es la
suspensión de los derechos sociales y las conquistas logradas en forma de redistribución,
subvenciones e inversiones sociales. Todos estos mecanismos sociales quedaron desmantelados.
Haciendo un mapa de la aplicación del proyecto neoliberal, hay que anotar que el neoliberalismo
no se implantó y desplegó por el mundo como un modelo único sin variaciones, al contrario, se
aplicó de manera variada, diferencial, adecuándose a las circunstancias y condiciones de los
países, sobre todo respondiendo a las distintas correlaciones de fuerzas. A propósito, David Harvey
dice que:

El desarrollo geográfico desigual del neoliberalismo, su aplicación con frecuencia parcial y sesgada
respecto a cada Estado y su formación social, testifica la vacilación de las soluciones neoliberales y
las formas complejas en que las fuerzas políticas, las tradiciones históricas, y los pactos
institucionales existentes sirvieron, en su conjunto, para labrar el por qué y el cómo de los procesos
de neoliberalización que en realidad se produjeron 6.

De acuerdo con Gérard Duménil y Dominique Lévy 7, David Harvey concluye que la
neoliberalización fue desde su mismo comienzo un proyecto para lograr la restauración del poder
de clase. Esto es importante, pues se trata de entender que el proyecto neoliberal no fue un
proyecto en la perspectiva de la solución de la crisis del capitalismo, como en el caso de la
aplicación de las políticas keynesianas, en su tiempo, sino un proyecto para resolver el problema
económico de los ingresos de la clase dominante, es decir, el problema relativo al bolsillo de la
burguesía trasnacional. En otras palabras, se trata de resolver un problema de dominación y no de
atacar a un problema estructural, al problema de la crisis orgánica del capitalismo. Como se puede
ver, asistimos pues a la disminución de los alcances estratégicos de la burguesía trasnacional; se
renuncia prácticamente proteger el interés general de clase, el interés histórico del modo de
producción capitalista, y se apuesta al interés, si bien no particular de unos cuantos burgueses,
aunque de alguna manera es así, sino al interés inmediato de las familias más ricas del mundo. El
proyecto neoliberal es un proyecto reducidamente administrativo, que acude a la violencia estatal
para despojar de los recursos naturales a los países y los pueblos, de sus empresas públicas a los
mismos estados, de sus ahorros a los trabajadores. Por lo que se puede entender que, bajo la
concepción de este proyecto, el peso de la crisis se descarga en las clases desposeídas.

6
David Harvey: Breve historia del neoliberalismo. Akal 2003. Madrid.
7
G. Duménil y D. Lévy, «Neoliberal Dynamics. Towards A New Phase? » en K. van der Pijl, L. Assassi, y D.
Wiga (eds.), Global Regulation. Managing Crises after the Imperial Turn, Nueva York, Palgrave Macmillan,
2004, pp. 41-63. Véase también, «Task Force on Inequality and American Democracy», American
Democracy in an Age of Rising Inequality, American Political Science Associtaton (2004); T. Piketty y E.
Saez, «lncome Inequality in the United States, 1913-1988», Quarterly Journal of Economics. 118 (2003), pp.
1-39.

8
Harvey refiriéndose al decurso neoliberal de Gran Bretaña dice que:

Thatcher se dio cuenta de que estas medidas suponían nada menos que una revolución en las
políticas fiscales y sociales, y de manera inmediata mostró una feroz determinación para acabar
con las instituciones y los canales políticos del Estado socialdemócrata que se había consolidado en
Gran Bretaña después de 1945. Esto implicó enfrentarse al poder de los sindicatos, atacar todas
las formas de solidaridad social que estorbaban a la flexibilidad competitiva (como las expresadas
a través de la forma de gobierno municipal, y también al poder de muchos profesionales y de sus
asociaciones), desmantelar o revertir los compromisos del Estado de bienestar, privatizar las
empresas públicas (entre ellas, la vivienda social), reducir los impuestos, incentivar la iniciativa
empresarial y crear un clima favorable a los negocios, para inducir una gran afluencia de inversión
extranjera (en concreto, proveniente de Japón) 8.

Lo que hay que retener de esta descripción es que el neoliberalismo tiene claro la necesidad del
enfrentamiento con los sindicatos, que se trata de atacar todas las formas de solidaridad social
que estorban la flexibilidad competitiva, que se tiene que desmantelar los compromisos del Estado
de bienestar, privatizar la empresas públicas, reducir los impuestos, incentivar la iniciativa
empresarial y crear un clima favorable a los negocios. Todo esto para inducir la afluencia de
inversión extranjera. Quizás aquí se encuentre el núcleo del comportamiento neoliberal en todas
partes. En lo que respecta a Bolivia, debemos recalcar que la obsesión por la inversión extranjera
ha sido paradigmática en la burguesía intermediaria criolla y en los gobiernos republicanos, pero
particularmente se convierte en el argumento esencial de las medidas de ajuste estructural.
Estamos hablando no solamente de la forma dependiente del capitalismo periférico sino de la
dependencia obsesiva de las clases dominantes respecto a la creencia del papel dinamizador del
capital internacional. Este es un síntoma, expresa patéticamente el conjunto de la problemática,
devela la permanencia de las estructuras de la dependencia. El neoliberalismo en Bolivia termina
afianzando dramáticamente nuestra condición dependiente, descarta absolutamente toda
posibilidad de emancipación, de liberación, de independencia. Desde esta perspectiva, debemos
hacer un balance del paso destructivo de la privatización, llamada capitalización, esto es, un
balance no sólo del desmantelamiento efectuado sino también de la ficción inmediata que crea,
de la ficción estadística, que a mediano plazo termina desmoronándose, pues el resultado
principal de la intervención trasnacional es la transferencia de la valorización del capital, la
transferencia del excedente hacia los centros de acumulación de capital. La inversión de las
trasnacionales, la privatización de las empresas públicas por la vía de la capitalización, como
ocurrió con la compra de acciones en el campo económico de los hidrocarburos, apropiándose de
la mayoría de las acciones, y por lo tanto haciéndose cargo de la dirección y conducción
administrativa, técnica y política de las empresas capitalizadas formadas, nos muestra
fehacientemente este decurso: pasamos de una primera impresión que deja el impacto de la
inversión al principio, como unos tres mil millones de dólares, en el caso de la capitalización de los
hidrocarburos en Bolivia, impresión de impacto que deja la información vertida de la ampliación
de las reservas probadas, probables y posibles (54 TCF), impresión de aparente bonanza que deja

8
David Harvey: Breve historia Del neoliberalismo. Ob. Cit.

9
la imagen estadística del crecimiento económico, a una segunda impresión mas bien
desalentadora. En la medida que pasaba el tiempo, las repercusiones del costo social se hicieron
sentir, en tanto que las nuevas inversiones ya no aparecieron, por lo menos en la magnitud que se
hicieron al principio. Una vez vivida la experiencia en el mediano plazo, no quedaba duda; el gran
negocio de los hidrocarburos beneficiaba a las trasnacionales y no al país.

Contextuando lo que pasaba en Bolivia en la trama de lo que pasaba en el mundo, las estadísticas
que nos ofrece el libro de David Harvey son escalofriantes en lo que respecta a la dimensión
creciente de las desigualdades:

Hay algo prodigioso en el hecho de que el valor neto de las fortunas de las 358 personas más ricas
del mundo en 1996, fuera «igual al conjunto de la renta del 45 % más pobre de la población
mundial; es decir, de 2.300 millones de personas». Y lo que es más grave, «las 200 personas más
ricas del mundo duplicaron sobradamente su patrimonio neto entre 1994 y 1998, superando el
billón de dólares. Los activos de los tres multimillonarios más ricos (superaban por entonces) la
suma del PIB de los países menos desarrollados y de sus 600 millones de habitantes» 9.

Esta descripción es lo suficientemente ilustrativa como para mostrarnos palpablemente cuál es el


sentido, la dirección, el objeto y el objetivo del proyecto neoliberal. Esta descarga del peso de la
crisis sobre los más pobres, este patético ensanchamiento de la estructura de las desigualdades es
no sólo la consecuencia de la acumulación ampliada de capital sino el objetivo concreto del
proyecto neoliberal. Esta es la lección de esas dos décadas neoliberales en Bolivia (1985-2005). La
pregunta es si hemos podido escapar de la estructura condicionante que ocasiona las
desigualdades. Esta pregunta y la anterior son claves para la evaluación de la transición
constituyente en Bolivia; las preguntas pueden reiterarse del modo siguiente: ¿cuánto hemos
podido escapar de las secuelas, los esquemas de conducta, las formas de razonamiento, la
institucionalidad y las normas propias del neoliberalismo? Para responder estas preguntas va a ser
menester primero comprender las estructuras de funcionamiento del proyecto neoliberal, antes
de hacer una evaluación de la transición política en el periodo constituyente y de las gestiones del
gobierno indígena popular. Debemos trabajar estas preguntas y analizar el campo problemático en
el que se mueven, antes de concentrarnos en el análisis contextual, estructural e histórico del
decreto de nivelación de precios 748 lanzado por el gobierno, empero abrogado casi
inmediatamente después, ante la explosión de una movilización popular de resistencia al decreto
expandida en todo el país.

Volviendo al tema de la relación entre política y economía, una de las conclusiones que saca David
Harvey es sobre la relación paradójica entre Estado y neoliberalismo. Por más contradictorio que
parezca, la aplicación del proyecto neoliberal requiere desesperadamente de la intervención
estatal. Harvey dice:

Pero si, tal y como siempre es el caso, «no es posible sociedad alguna en la que el poder y la
compulsión estén ausentes, ni un mundo en el que la fuerza no desempeñe ninguna función»,
9
United Nations Development Program, Human Development Report, 1996, Nueva York, Oxford University
Press, 1996, y United Nations Development Program, Human Development Report, 1999, ibid, 1999.

10
entonces, la única forma de que esta visión liberal utópica pueda sostenerse es mediante la fuerza,
la violencia y el autoritarismo. El utopismo liberal o neoliberal esta avocado, en opinión de Polanyi,
a verse frustrado por el autoritarismo, o incluso por el fascismo absoluto 10. Las buenas libertades
desaparecen, las malas toman el poder11.

Obviamente la aplicación del modelo diferencial neoliberal no usa al Estado como interventor y
regulador de la economía, empero usa al Estado como garante e instrumento de aplicación de las
medidas privatizadoras, de las políticas de ajuste estructural, sobre todo usando el atributo estatal
del monopolio del la violencia. Lo que pasó en Bolivia y en todos los países donde se aplicó el
proyecto neoliberal verifican esta apreciación. Por esto podemos decir que tanto el liberalismo y el
neoliberalismo, sobre todo este último, tienen una relación paradójica y perversa con el Estado.

En resumen se puede decir que la realización del proyecto neoliberal requiere de la formación de
un nuevo Estado, el Estado neoliberal; requiere también desembridar al capital de los
constreñimientos impuestos por el Estado de bienestar y los estados nacionalistas; se trata de la
restauración del poder de la clase dominante; para lograr esto se requiere vencer en el
enfrentamiento con los sindicatos y la sociedad organizada. La aplicación del proyecto neoliberal
ocasiona el ensanchamiento desmesurado de las desigualdades. Por último, la realización del
proyecto neoliberal sólo es posible con el recurso estatal del monopolio de la violencia.

Las décadas de hegemonía neoliberal

(1970-2000)

David Harvey refiriéndose a las tres décadas de la hegemonía neoliberal, describe el escenario
inaugural estableciendo que surgió un tipo diferente de sistema, en gran medida bajo la tutela
estadounidense. Se abandonó el oro como base material del valor de las monedas y a partir de
entonces el mundo tuvo que vivir con un sistema monetario desmaterializado. Los flujos de capital
monetario, que ya se movían libremente por todo el mundo en el mercado de eurodólares,
quedaron totalmente libres de los controles estatales. La colusión entre la administración de Nixón
y los saudíes e iraníes para elevar enormemente el precio del petróleo en 1973 perjudicó mucho
más a las economías europeas y japonesa que a la estadounidense. Los bancos estadounidenses
obtuvieron el privilegio monopolista de reciclar los petrodólares hacia la economía mundial,
haciendo así regresar a casa el mercado de eurodólares. Nueva York se convirtió en el centro
financiero de la economía global12.

10
Ibid.
11
David Harvey: Breve historia del neoliberalismo. Ob. Cit.
12
David Harvey: El nuevo imperialismo. Akal 2007. Madrid. Pág. 62.

11
Cayó lo que se llamó el sistema de Bretton Woods 13 y fue sustituido por el “consenso de
Washington”. Ante la crisis de sobreproducción, amenazado en el espacio de la producción,
viviendo procesos de desindustrialización, Estados Unidos se recuperó ratificando su hegemonía
en el campo de las finanzas. El capital financiero fue utilizado para someter al movimiento obrero,
se aprovechó la oportunidad para desatar un ataque directo contra las organizaciones de los
trabajadores, disminuyendo su papel y su influencia en el decurso político. En esta fase de la
hegemonía estadounidense el capital financiero ocupó el centro de la escena, ejerciendo su
influencia disuasiva sobre los trabajadores y sobre los estados, sobre todo cuando éstos se
encontraban endeudados14. El sistema tenía como centro el complejo Wall Street-Departamento
del Tesoro estadounidense, sin embargo, no era el único foco; también se contaba con los centros
financieros de Tokio, Londres, Franfurt y otros, que en conjunto contribuyeron a extender la
financiarización en todo el planeta, dando lugar a una élite trasnacional de banqueros, agentes de
bolsa y hombres de negocios, asociada al surgimiento de corporaciones capitalistas
trasnacionales15.

Caracterizando el escenario en el que surgió el neoliberalismo, David Harvey describe el “consenso


de Washington” como un multilateralismo centralizado, conformado a mediados de la década de
los noventa. Este multilateralismo se fue configurando progresivamente como una regionalización
de la economía global con una estructura tríadica polarizada en torno a Norte América (el ALCAN),
Europa (la Unión Europea) y una confederación más flexible de intereses construida a partir de las
relaciones comerciales en el este y suroeste del Asia 16. Este es el centro geopolítico del sistema-
mundo capitalista. Utilizaremos esta definición, aunque Harvey se distancie del uso del término y
de los estudios sistémicos de los ciclos del capitalismo, optando mas bien por una teoría del
monopolio espacial, basada en su perspectiva geográfica. Este sería entonces el espacio
monopólico configurado por una serie de redes comunicacionales, telecomunicacioneles, redes
informáticas, flujos constantes de servicios y conglomerados de compactas sedimentaciones
entrelazadas de capitales fijos, que aparece como una matriz logística que sostiene las dinámicas
moleculares de la acumulación de capital 17. Esta tesis es altamente importante pues cuestiona de
manera directa el supuesto del equilibrio, acompañado por las conjeturas axiomáticas de un
mercado sin roces, de libre circulación, el mismo que facilita la competencia. Al respecto Harvey
describe su perspectiva estableciendo que:

13
Los Acuerdos de Bretton Woods son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las
Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods, (Nueva Hampshire), entre el 1 y el 22
de julio de1944, donde se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países
más industrializados del mundo. En él se decidió la creación del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el uso del dólar como moneda internacional. Esas organizaciones se volvieron
operacionales en 1946.
14
Ver de David Harvey El nuevo imperialismo. Ob. Cit. Pág. 63.
15
Ibídem: Pág. 65.
16
Ibídem: Pág. 66.
17
Ver de David Harvey The limits to Capital, también Spaces of Capital, así como The Urban Experience;
Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1989.

12
De lo dicho hasta ahora se deduce fácilmente que el panorama geográfico de la actividad
capitalista se ve atravesado por contradicciones y tensiones y que es perpetuamente inestable
debido a las presiones técnicas y económicas de todo tipo que actúan sobre él. Las tensiones entre
competencia y monopolio, entre concentración y dispersión, entre centralización y
descentralización, entre inmovilidad y movimiento, entre dinamismo e inercia, entre diferentes
escalas de actividad derivan todas ellas de procesos moleculares de acumulación de capital en el
espacio y en el tiempo, y todas ellas se insertan en la lógica expansionista general de un sistema
capitalista en el que domina la acumulación incesante de capital y la búsqueda interminable de
beneficio, lo que da lugar, como he repetido en muchas ocasiones, a la pretensión perpetua de
crear un entorno geográfico que facilite las actividades capitalistas en un lugar y en un momento
determinado, solo para tener que destruirlo y tener que construir un entorno totalmente diferente
en un momento posterior sin poder saciar nunca su perpetua sed de acumulación 18.

Interpretando lo escrito por Harvey en El nuevo imperialismo19, podríamos decir que, por una
parte tenemos las dinámicas moleculares de los flujos de capital, por otra parte tenemos las
cartografías territoriales del Estado; entre ambos tenemos las regionalizaciones económicas,
productivas, comerciales, complementarias. El Estado trata de retener los flujos de capital, las
dinámicas moleculares del capital, trata de acumular, localizar estos flujos moleculares; los
impuestos, las tributaciones, las normas y reglas, las orientaciones y fijaciones de las inversiones
sirven para ello. La conformación de regiones productivas canalizan las energías, las
potencialidades, los recursos, la fuerza de trabajo, en función de articulaciones complementarias y
de esferas de mercados concretos. Las dinámicas moleculares son expansivas y desbordantes,
específicas y detalladas, se trata de fuerzas y flujos dinámicos que tienden a escapar de las
estratificaciones estatales y de las circunscripciones regionales. En este contexto los circuitos de
capital tienen distintos ritmos y temporalidades; podemos hablar de un circuito primario,
destinado al consumo inmediato; de un circuito secundario, que se transforma en infraestructura
y en una matriz espacial de capitales fijos, la misma que define las configuraciones regionales; de
un circuito terciario, cuya temporalidad se ventila a largo plazo, que se invierte socialmente,
también en formación y en investigación. El juego y la combinación de estas temporalidades, la
combinación entre inversiones y acumulaciones, gastos y retornos, puede explicar de manera
concreta los periodos de expansión armónica y los periodos de crisis, de sobre-acumulación, de
sobreproducción, de incoordinación entre los circuitos de capital. El sistema financiero trata de
regular estos ritmos, estas coordinaciones entre los circuitos, empero no siempre lo logra,
convirtiéndose mas bien en parte del problema, pues al tender a la hegemonía financiera y a la
rentabilidad compulsiva del capital termina cayendo en la especulación y en la ficción financiera,
conformando burbujas financieras. Esta geografía de los espacios del capital, de los espacio-
tiempos del capital, nos permite identificar las condiciones concretas del estallido de las crisis, por
ejemplo, la crisis de sobreproducción de la década de los setenta, la crisis de sobreacumulación de
la década de los noventa y la reciente crisis financiera desatada el 2001. Todo esto visualizando el
mapa de los lugares de emergencia de la crisis y sus ondas expansivas.

18
David Harvey: El nuevo imperialismo. Ob.cit.; pág. 88.
19
David Harvey: El nuevo imperialismo. Akal 2007; Madrid.

13
Como se puede ver, desde esta perspectiva geográfica e histórica, espacial y temporal, territorial,
regional y molecular del capitalismo, no es posible hablar de equilibrio, ni sostener la conjetura del
equilibrio. Se trata mas bien de comprender los ritmos, la combinación de los circuitos de capital,
sus dinámicas concretas, sus articulaciones y composiciones con la forma Estado y las
configuraciones territoriales.

A nosotros nos interesa comprender esto en los ámbitos de la periferia del capitalismo, lo que
ocurre con los circuitos de capital y los recursos naturales, sobre todo en lo que respecta a la
inversión en la energía fósil, en la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos. La
crisis política y la crisis social reciente se ha desatado por los desfases habidos entre el circuito de
inversiones en exploración y explotación, también en lo que respecta al diferimiento de la
industrialización, y la compleja relación entre las demandas del mercado interno y el mercado
externo, cuyas composiciones de demandas son distintas y tienen distintas lógica. A esta situación
se añade la política de subvención del Estado del mercado interno, en lo que respecta al consumo
de diesel oíl, gasolina y GLP, destinados al transporte, al sector agropecuario, a la industria y al
consumo doméstico.

Se puede imaginar la alternativa de mantener la subvención del Estado al mercado interno, que
puede ser considerado como una inversión del Estado, que buscaría crear ciertas condiciones
preparatorias en la perspectiva de la transformación económica del país, buscando crear efectos
multiplicadores, generando dinámicas propias regionales y sectoriales; sin embargo, para lograr tal
efecto era necesario no solo contar con los excedentes de la exportación de gas y petróleo,
principalmente a Brasil y a la Argentina, sino incrementar la producción de petróleo y gas, con el
objeto de su industrialización, orientando esta producción al abastecimiento del mercado interno.
Al respecto, en la evaluación y análisis de la incidencia de la subvención, hay preguntas a las que
hay que responder:

1. ¿Por qué no se ha generado la producción y la industrialización correspondiente para


abastecer el consumo del mercado interno?

2. ¿Por qué no se ha armonizado adecuadamente el mercado externo y el mercado interno,


garantizando la generación del excedente y el abastecimiento del consumo en el país?

3. Teniendo en cuenta la política de subvención del mercado interno, ¿Por qué se mantuvo
durante todo una gestión de gobierno la compra en el mercado externo a precios
internacionales de diesel oíl y gasolina para abastecer el mercado interno a precios
subvencionados?

4. ¿Por qué se ha tardado y se tarda en implementar una estrategia integral de exploración,


explotación, industrialización y comercialización, manteniendo los ejes fundamentales de
la soberanía?

14
Desentrañar estas preguntas es fundamental sobre todo para poder comprender las causas y las
condiciones de la crisis política y social desatada en torno al decreto 748, llamado por el gobierno
de nivelación de precios y por las organizaciones sociales movilizadas “gasolinazo”.

El neoliberalismo en Bolivia

El análisis que se va a hacer del periodo neoliberal de Bolivia, que abarca dos décadas,
comprendidas entre 1985 y 2005, no es histórico, sino más bien es estructural, se concentra en las
medidas, normativa e institucionalidad que se implementa en términos de shock y ajuste
estructural, abarcando claro está las privatizaciones y la capitalización de las empresas públicas,
comprendiendo también la Ley de Hidrocarburos 3058, que redefine las relaciones de
subordinación del Estado a las empresas trasnacionales.

El famoso decreto 21060 que inicia el periodo neoliberal en Bolivia establecía en el Título IV del
Régimen de Precios y Abastecimiento, concretamente en el Capítulo I De los Precios y
Abastecimiento, en el artículo 72 que:

A partir de la fecha se determina que los precios de bienes y servicios en todo el territorio de la
República, se establecerán libremente.

Esto es establecer la vigencia de las llamadas leyes del mercado, la oferta y la demanda, supuestas
leyes que manejarían como una mano invisible el mercado. Esta invisibilidad, este fantasma, se
convierte en el sentido del mercado en la cabeza de los economistas clásicos, neoclásicos y
neoliberales, obviando lo visible, lo evidente, que es la conformación proliferante de los
monopolios, la tendencia intrínseca al monopolio por parte del capitalismo. Evidencia demostrada
por las investigaciones de Fernand Braudel 20. Otra medida tomada por el decreto 21060 es la
suspensión de las subvenciones, como las relacionadas a las pulperías que abastecían a las familias
de los trabajadores mineros de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL). El decreto también
establece la relocalización de los trabajadores mineros y prácticamente el cierre de centros
mineros, en la perspectiva de su privatización. También pone en suspenso el contrato colectivo,
gran conquista social, empujando al trabajador individual a negociar directamente con los
patrones. Teniendo en cuenta todo esto, toda la composición del decreto, es importante retener
el artículo 72 que institucionaliza el libre cambio.

En un documento de Análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA),
que comprende el análisis contextual de la Ley de Hidrocarburos 3058, promulgada en mayo de
2005, se hace un análisis comparativo con lo que ocurría en la etapa anterior del periodo
neoliberal, la del ajuste estructural; el documento comienza estableciendo que:

20
Braudel, Fernand (2001). El mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Fondo de
cultura econômica de España. También revisar Civilización material y capitalismo: de los siglos XV hasta el
XVIII. Así mismo La historia y las ciencias sociales. La Larga duración.

15
Las medidas de ajuste estructural aplicadas en Bolivia desde 1985 tenían tres objetivos básicos:
redefinir las relaciones laborales, abrir la economía al comercio exterior y modificar el rol del
Estado. Según los técnicos del neoliberalismo estas eran medidas indispensables para terminar
con la hiperinflación, superar la crisis económica e iniciar un nuevo ciclo de crecimiento y bienestar.
Desde la aplicación del Decreto Supremo 21060, la liberalización de la economía, las
modificaciones al mundo del trabajo y la estabilidad de los indicadores macroeconómicos fueron
tareas que todos los gobiernos bolivianos se empeñaron en cumplir. Sin embargo, y pese a sus
esfuerzos, hasta ese momento quedaba como tarea pendiente reducir el papel del Estado en la
economía21.

Debemos retener los objetivos básicos: redefinir las relaciones laborales, abrir la economía al
comercio exterior y modificar el rol del Estado, sobre todo abrir la economía al comercio exterior;
esto es a la dependencia del mercado internacional, a la dependencia de las condicionantes del
mercado exterior, de la división del trabajo establecido por la economía-mundo capitalista. Se
puede decir, como dijimos más arriba, que el neoliberalismo afianza nuestra dependencia, la
consolida al renunciar a toda otra alternativa que tenga como enfoque una estrategia en función
del mercado interno. Otra cosa que debemos retener es la forma de argumentar de los
responsables de las medidas, se dice que son indispensables para superar la crisis económica. El
costo social del ajuste y las políticas de privatización, llamadas de capitalización, fue alto, lo que
repercutió no sólo en resistencias y protestas sino más tarde, del 2000 al 2005, en levantamientos
semi-insurreccionales, que llevaron a la caída del régimen neoliberal. Otra anotación que es
importante es que la liberalización de la economía, las modificaciones al mundo del trabajo y la
estabilidad de los indicadores macroeconómicos fueron tareas que todos los gobiernos bolivianos
se empeñaron en cumplir. Esto quiere decir que, desde una perspectiva histórica de las políticas
económicas la estabilidad de los indicadores macroeconómicos fue una preocupación constante
en los gobiernos, sólo que, en el caso del periodo neoliberal, se convirtieron en los parámetros
absolutos de la gestión económica. Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Llegamos a salir de
esta concepción? ¿Dejamos de reproducir esta consciencia desdichada? En lo que respecta a la
condicionante de los indicadores macroeconómicos, sobre todo en el uso que se les da para
mantener el equilibrio macroeconómico, podemos decir categóricamente que no; siguen siendo
los criterios esenciales que definen los alcances de las políticas económicas desplegadas. Lo que
nos lleva a explicar la cautela en lo que respecta a las inversiones, sobre todo las inversiones
productivas, que conllevan cierto riesgo. En lo que respecta a la dependencia del mercado
internacional, tampoco; quizás ahora más que nunca nuestra dependencia se ha vuelto más
condicionante, en tanto y en cuanto se persigue usar el excedente para cubrir la demanda interna
y para desarrollar la industrialización, que a su vez genere más excedente que pueda destinarse a
cumplir con los derechos fundamentales establecidos en la Constitución. Se ha vuelto a convertir
al mercado internacional y a la exportación en las condicionantes esenciales del desarrollo. Ahora
en lo que respecta a la suspensión de las subvenciones y la liberalización de los precios internos
respecto a los precios internacionales, es algo en que nos empezamos a parecer. Esto al margen
de si justifique o no la subvención de los combustibles, sobre todo teniendo en cuenta las
21
Documento de analisis de CEDLA de la Ley de Hidrocarburos 3058.

16
complicaciones colaterales de la compra en el exterior y la venta en el mercado interno, sino lo
que asombran son las analogías, que de alguna manera transmiten propiedades comunes; en todo
caso de lo que se trata es de encontrar salidas distintas a las elaboradas por los neoliberales, las
medidas de shock, salidas que no descarguen el problema en la economía y en los cuerpos de los
más pobres, de encontrar soluciones que no repitan el formato neoliberal.

El análisis del CEDLA se orienta a hacer una evaluación de la condición de las capitalizadas,
separando notoriamente a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por las
características del rubro que le compete, los hidrocarburos. El documento de evaluación establece
que lo que ocurre con la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), la Empresa Nacional de
Telecomunicaciones (ENTEL), el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) y la Empresa Nacional de Ferrocarriles
(ENFE) a diferencia de YPFB es que sus rubros trabajan bienes “no transables”, es decir bienes que
solamente pueden ser comercializados dentro de nuestra economía. Es muy diferente el caso de
los hidrocarburos, son bienes “transables” por excelencia, es decir bienes inmediatamente
comerciables en el mercado internacional. El petróleo es una mercancía que tiene mercado
asegurado en cualquier parte del mundo y el gas natural se ha convertido en una de las más
importantes fuentes de energía para todos los países de la región, también lo son los derivados
hidrocarburíferos y aquellos productos que se pueden obtener de su industrialización. Pero, como
veremos más adelante, por los objetivos de las empresas que operan en la industria y por el
principio exportador de materias primas que la división internacional del trabajo asignó a Bolivia,
la exportación de gas natural y petróleo se hacen sin tomar en cuenta los procesos que pueden
aumentar el valor de los hidrocarburos22.

El análisis del CEDLA establece que prácticamente estamos condenados por la división del trabajo
internacional, la asignación de nuestro rol es ser un país exportador de materias primas, otros van
a industrializar estas materias, incluso esto comprende a los países limítrofes de la región. Empero
también establecen que podemos salir de esta condena no a través de la inversión de las
trasnacionales, que siempre van a querer imponer sus condiciones, las mismas que van apuntar al
control de las cadenas productivas, una vez que controlan los mercados, el destinos de los
recursos naturales. La solución a este dilema se debe dar a través de un papel activo del Estado, el
Estado tendría que hacerse cargo en la inversión de la industrialización de los recursos naturales,
pero para esto es indispensable orientar las reservas y los recursos para el cumplimiento de este
objetivo y no abandonarlos al mercado internacional. Sin embargo, después de una evaluación de
la composición de las direcciones del destino de la explotación de petróleo y gas, sobre todo de
este último, del uso que se le da en el mercado interno, CEDLA concluye que se observa la
priorización de la exportación, subordinando el desarrollo del consumo de la población y, también,
de la industrialización dentro del territorio boliviano 23.

En lo que respecta a la Ley de Hidrocarburos 3058 en comparación con lo que ocurría durante el
ajuste estructural, se dice que:

22
CEDLA: Análisis de la Ley de Hidrocarburos 3058.
23
CEDLA: Análisis de la Ley de Hidrocarburos.

17
La nueva Ley de Hidrocarburos Nº 3058 no modifica esencialmente esta orientación. Todo el
andamiaje jurídico mantiene a las empresas privadas como protagonistas en la exportación. Por
ejemplo, esta norma define, dentro del régimen económico general, fomentar la participación del
sector privado (nacional o extranjero) en la exportación del gas natural y establece que YPFB
participará en esta actividad como agregador y cargador; es decir, como un instrumento
operativo de las empresas privadas que producen los hidrocarburos para el mercado externo.
Aunque esta forma de participación permitirá que el Estado controle el flujo de recursos
exportados, en el fondo, los beneficiarios principales de la actividad serán quienes detentan la
propiedad de la infraestructura de operaciones, quienes tienen bajo su dominio las reservas del gas
natural y del petróleo, quienes controlan los mercados de destino, quienes tienen la facultad para
determinar los precios de exportación, o sea las empresas petroleras transnacionales.

Esta breve evaluación del periodo liberal (1985-2005), incluyendo su etapa crítica, del 2000 al
2005, sobre todo después del 2003, que incorpora ciertas modificaciones como las relativas a la
Ley de Hidrocarburos 3058, que se promulga en mayo del 2005, además de contemplar el
referéndum sobre los hidrocarburos, es un periodo de dominio de las trasnacionales y de su
monopolio sobre los recursos naturales del país, sobro todo los relativos a los hidrocarburos y a la
minería.

Evaluación de la nacionalización de los hidrocarburos

En este caso el análisis se va concentrar tanto en la interpretación del decreto de nacionalización


“Héroes del Chaco” como en la descripción de los alcances de la refundación de YPFB. Lo que
interesa es saber si podemos realmente hablar de nacionalización, responder a la pregunta sobre
el significado del proceso de nacionalización, entender el mapa de obstáculos y las causas de un
estancamiento de este proceso.

El decreto 28.071 “Héroes del Chaco” da comienzo al proceso de nacionalización, supuestamente


respondiendo a la Agenda de Octubre elaborada al calor del fuego en plena Guerra del Gas. Para
lograr una evaluación de la nacionalización de los hidrocarburos es indispensable pues
comprender el contenido y composición de este decreto. Para tal efecto recurriremos a un
resumen el decreto. El mencionado decreto establece que:

Todas las empresas petroleras deben entregar la producción de hidrocarburos a Yacimientos


Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), además de que el Estado asume la comercialización, las
condiciones, volúmenes y precios de la industrialización. También se establece que sólo podrán
seguir operando en el país las compañías que acaten inmediatamente las disposiciones
establecidas en la ley. Queda claro que de ahora en adelante los contratos deberán ser aprobados
por el Poder Legislativo. Así también que los campos cuya producción es superior a 100 millones
de pies cúbicos diarios, entregarían el 82% del valor para el Estado (18% de regalías y
participaciones, 32% de Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y 32% a través de una
participación adicional para YPFB), y 18% para las compañías. Sin embargo, para los campos cuya

18
producción es menor a 100 millones de pies cúbicos diarios, se mantendrían la actual distribución
del valor de la producción. El Estado tomaría el control y la dirección de la producción, transporte,
refinación, almacenaje, distribución, comercialización e industrialización de hidrocarburos en el
país. Se nacionalizan las acciones necesarias para que YPFB controle como mínimo el 50% más 1
en las empresas Chaco SA., Andina SA., Transredes SA., PETROBRÁS Bolivia, Refinación SA. y
Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia SA. YPFB convocaría un nuevo directorio y firmaría
nuevos contratos de sociedad y administración en los que se garantice el control y la dirección
estatal de las actividades hidrocarburíferas en el país. Dando comienzo de esta forma al proceso
de refundación de YPFB, se procede a la reestructuración integral de YPFB, convirtiéndola en una
empresa corporativa, transparente, eficiente y con control social.

El decreto “Héroes del Acre” de nacionalización de los hidrocarburos fue el punto de arranque,
recibido con mucho entusiasmo por el pueblo, por las organizaciones y movimientos sociales, fue
festejado en todo el país. Recordaba a la epopeya de otras nacionalizaciones, la nacionalización
del petróleo hecho por el socialismo militar, promulgada por el General José David Toro en marzo
de 1937; la nacionalización de las minas, empujada por las milicias obreras al mando de la
poderosa la Central Obrera Boliviana (COB) y efectivizada por el Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR), promulgada por Ernesto Paz Estensoro, presidente de entonces; la
nacionalización de la Gulf Oíl, elaborada por el insigne intelectual Marcelo Quiroga Santa Cruz y
promulgada por el gobierno nacionalista del General Alfredo Ovando Candia (1969); la
nacionalización de la mina Matilde, efectuada y promulgada por el gobierno nacionalista del
General Juan José Torres (1970). El ambiente de entusiasmo era tal que parecía que los espectros
de todas estas nacionalizaciones se hicieran presentes en la nacionalización de los hidrocarburos
del primero de mayo de 2006, nada menos que en el día del trabajador, primero de mayo. Todo
esto se daba sin pensar mucho en las diferencias entre los procedimientos, procesos de
nacionalización; era la primera vez que una nacionalización, la del 2006, se efectuaba sin
expropiaciones; esta nueva forma de “nacionalización” se resume a un cambio de relaciones entre
Estado y trasnacionales, un cambio en el reparto del excedente, otorgándole al Estado la mayor
parte de los paquetes accionarios. El procedimiento era compra de acciones, modificación de los
contrato, nombramiento de directores, convirtiendo a YPFB en una corporación a cargo y control
de la cadena productiva y comercial de los hidrocarburos. Esta medida de nacionalización sui
generis tendrá que ser sometida a la evaluación de las ventajas o desventajas del procedimiento,
de acuerdo a sus resultados y el impacto logrado, en lo que respecta a la soberanía energética,
soberanía de los recursos naturales e industrialización.

Haciendo la evaluación del proceso de nacionalización de los hidrocarburos Carlos Arze Vargas,
investigador del CEDLA, dice que:

La llamada nacionalización de los hidrocarburos se quedó sólo en la retórica, ya que las


condiciones para la producción han empeorado y el Estado no controla ni dirige la dinámica y
orientación del sector de hidrocarburos24.
24
Carlos Arze Vargas, Economista y responsable de la Unidad de Políticas Públicas Del Centro de Estudios
para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).

19
¿Cuál es el principal argumento? El relativo a la disminución de la producción. En este sentido, se
debe tener en cuenta que, en términos de la producción y las exportaciones, el sector de
hidrocarburos muestra una reducción paulatina de su tasa de crecimiento en términos reales.
Efectivamente, en el período 2006-2009, la tasa de crecimiento de las actividades
hidrocarburíferas ha caído constantemente. Mientras en el año 2005 la tasa de crecimiento fue de
14.6%, las tasas de los años siguientes fueron: 4.6%, 5.2% y 2% en 2008, llegando en el año 2009 a
una tasa negativa de -13.5%25.

¿A qué se debe esta situación? Esta circunstancia se debe a que la capacidad del aparato
productivo sectorial no se incrementó por la ausencia de inversiones productivas y por la menor
demanda externa. La capacidad de producción de gas natural se ha mantenido prácticamente
inalterable en el último quinquenio, alrededor de los 42 millones de metros cúbicos diarios. Lo
más preocupante es la mayor vulnerabilidad a la que ha sido sometida la provisión de
combustibles en el mercado interno. La capacidad de producción de líquidos ha disminuido; se
amplía cada año la brecha entre la demanda interna y la producción local de combustibles. Este
desfase ha obligado al gobierno a la importación creciente de diesel, gasolina y, recientemente, de
GLP para el consumo doméstico. 

La conclusión del investigador de CEDLA es que la llamada nacionalización no ha significado un


cambio o transformación radical en cuanto a la capacidad del Estado para controlar y dirigir la
dinámica y la orientación del sector de hidrocarburos, como correspondería a una verdadera
nacionalización. Los resultados que le atribuye el gobierno a sus políticas y su gestión a través de
YPFB, no son tales, pues corresponden a la dinámica internacional de las cotizaciones del petróleo,
que permitió gozar por varios años de precios excepcionalmente altos y a las normas establecidas
por la Ley 3058 de 2005.

Finalmente, las condiciones para la producción de hidrocarburos, tanto para la provisión interna
como para la exportación, han empeorado, lo que se traduce en elevadas erogaciones fiscales
para la importación de combustibles y estancamiento de la capacidad productiva 26.

La nacionalización a través del procedimiento del contrato de operaciones

En lo que viene analizaremos tres posicionamientos en torno al problema de los hidrocarburos y el


balance de la nacionalización, algunos de ellos llegan a hacer una evaluación del gasolinazo,
incluso plantean alternativas la medida de shock. Lo que interesa es avanzar en la compresión de
la problemática a través de aproximaciones, que den lugar a coberturas que dibujen mapas de

25
Domingo, 13 de junio de 2010 - Bolivia – Nacional. La Paz, 12, LA PATRIA.
26
Ibídem.

20
alguna manera descriptivos y a partir de ellos identificar nudos explicativos de lo que ocurre.
Ciertamente, no se puede tomar los resultados como acabados y definitivos, sino como un primer
dibujo problemático.

En el boletín ABDES 01/2011, titulado Hidrocarburos y el vivir bien, la Dirección Nacional ABDES
hace una análisis de la situación de los hidrocarburos, particularmente en lo que respecta a la
problemática de la subvención, los contratos, la relación con las trasnacionales, la necesidad de
generar la producción y el abastecimiento del mercado interno. Lo primero que se aprecia en el
documento es que:

En la nueva Constitución se establece que el propietario de los recursos naturales es el pueblo en


su conjunto y el Estado es sólo el administrador de éstos. De esta manera se instituye que las
decisiones estratégicas y fundamentales sobre el uso y goce de los recursos naturales deben ser
adoptadas por el propietario, es decir, por el pueblo, y el administrador, en este caso el Estado,
sólo debe cumplir las determinaciones del propietario.

21
Por lo tanto se le debe consultar al pueblo boliviano sobre las decisiones, las políticas, las medidas
y el destino que se tome en relación a la exploración, explotación, industrialización y
comercialización de los recursos naturales. Sin embargo,

Este concepto de avanzada, lamentablemente no ha sido aún asumido ni por el Órgano Ejecutivo
ni por la sociedad. Hoy en día YPFB, negocia la venta de nuestros hidrocarburos como si fueran de
su propiedad y sin seguir ningún lineamiento o mandato del verdadero propietario. En todo caso,
la nacionalización de los hidrocarburos es la que ha de permitir que este valiosísimo concepto
constitucional pueda asumirse progresivamente y pueda permitir cambiar el destino del país .

La estimación del valor de nuestras reservas de energía fósil que hace ABDES es de unos 200 mil
millones de dólares, tomando en cuenta la información hasta septiembre de 2010. Desde esta
perspectiva, considerando esta valorización integral, no debemos contentarnos con recibir dos mil
a unos cuatro mil millones de dólares, aunque esto aparentemente sea impactante para los
marcos restringidos del tamaño actual de la economía boliviana. Debemos encarar dar saltos
cualitativamente significativos, que no sólo valoricen las riquezas naturales sino que retengan el
excedente en nuestros territorios, buscando generar efectos multiplicadores en la perspectiva del
vivir bien.
Ahora bien, ABDES dice que no está de acuerdo con la subvención y el subsidio, dice que no
podemos regalar 500 o 1,000 millones de dólares anualmente a determinados sectores nacionales
que comercian con precios subvencionados de gasolina y de diesel legal o ilegalmente. Este es el
punto de discusión por lo menos por dos razones; una de ellas tiene que ver con la pregunta del
¿por qué tenemos que reproducir soluciones análogas a las políticas de shock neoliberales? La otra
razón tiene que ver con la veracidad y objetividad de tres cosas: el costo real de las empresas
trasnacionales en Bolivia, el valor real de la subvención, el valor real de lo que se va por
contrabando. En todo caso requerimos de un cálculo científico, aritméticamente
responsablemente, como corresponde para poder dimensionar la magnitud real y efectiva de la
subvención, así como también del beneficio de determinados intermediarios que comercian la
gasolina y el diesel oíl, aprovechando los precios subvencionados y la diferencial con los precios de
los combustibles en los países vecinos. Por otra parte no hay que olvidar que también se beneficia
con la subvención el grueso de la población, que ante una suspensión de la subvención se va a ver
profundamente afectada; el impacto demoledor va a desestructurar el consumo habitual de la
población, descomponer la economía popular, sobre todo va afectar dramáticamente a los
sectores más pobres y más vulnerables. ¿Qué se puede hacer ante esta eventualidad? Buscar una
solución alternativa que no afecte al grueso de la población, sobre todo a los estratos más pobres.
Es difícil, requiere imaginación, pero no es imposible.

En las puntualizaciones del documento de ABDES se establece diez consideraciones que hacen de
estado de la cuestión y también de recomendaciones. En lo que tiene que ver con el contrato de
operaciones se dice:

22
En los Contratos de Operación firmados seis meses después del Decreto de Nacionalización se
ratifica la propiedad del pueblo boliviano de los hidrocarburos se encuentren donde se encuentren,
así como de los producidos, se ratifica el derecho de comercialización del Estado, se establece
reiteradamente que el Estado dirige y controla las actividades petroleras, y también se establece
que las empresas operadoras, en su calidad de prestadoras de servicios, recibirán un único pago
por las actividades que realizan, pago que incluye sus costos y su utilidad.

Dos cosas son importantes en esta puntualización, que se ratifica que el pueblo boliviano es el
propietario de los hidrocarburos y que las empresas operadoras son prestadoras de servicios, nada
más. Esta condición se debería mantener en el conjunto de los contratos, evitando que tengan el
control técnico del proceso productivo. La puntualización de ABDES también toca el delicado tema
de la subvención de los combustibles, habría que detenerse en su evaluación y en la propuesta
que hacen.

Sobre el abastecimiento del mercado interno, como se sabe, se ha tenido serios problemas con
abastecer de GLP, diesel y gasolina ¿Cuáles fueron los problemas? Por un lado, tenemos la
sostenida baja de la producción nacional debido al agotamiento de algunos campos y/o la
disminución de los requerimientos de gas por parte del Brasil, recordemos que con nuestra
producción de gas se obtiene una determinada cantidad de petróleo asociado; debido al aumento
de la demanda, tanto por razones de crecimiento normal, pero también por la distorsión del
consumo generada por los precios subvencionados, como resultado se dio una ruptura entre la
oferta y la demanda. Para hallar la solución se debía tomar medidas para incrementar nuestra
producción de petróleo, pero adicionalmente se debía sustituir el consumo de diesel, gasolina y
GLP por gas natural. En estos tres años no se hizo ni lo uno ni lo otro de manera efectiva, sólo se
realizaron conexiones de gas natural y transformación de vehículos de forma limitada y parcial. Es
decir, en lugar de que consumamos lo que nos sobra, que es gas natural, consumimos lo que nos
falta, diesel, gasolina y GLP. Y, como nos faltan estos productos, los importamos a precio
internacional y a continuación, los vendemos en el mercado interno a precio subvencionado, y
como está subvencionado el precio, resultamos no sólo subvencionando el mercado interno, sino
también, a través del contrabando, subvencionando con energía barata a nuestros vecinos.

23
Lo de moverse en las reglas de la oferta y la demanda me parece muy parecido a los
razonamientos neoclásicos, como si no hubiera otras lecturas, como si no pudiéramos ver lo que
hacen las trasnacionales en el mundo, imponiendo precios de monopolio, controlando
monopólicamente el mercado, distorsionando efectivamente los precisos, induciendo precios
inflacionarios. Esta recurrencia a la oferta y la demanda es inocente, obvia la crítica de la economía
política en las condiciones del actual dominio del capital financiero, de la crisis estructural del
capitalismo y de la crisis energética. De todas maneras, es importante retener las soluciones
concretas: Para hallar solución se debía tomar medidas para incrementar nuestra producción de
petróleo, pero adicionalmente se debía sustituir el consumo de diesel, gasolina y GLP por gas
natural. En estos tres años no se hizo ni lo uno ni lo otro de manera efectiva, sólo se realizaron
conexiones de gas natural y transformación de vehículos de forma limitada y parcial. Es decir, en
lugar de que consumamos lo que nos sobra, que es gas natural, consumimos lo que nos falta,
diesel, gasolina y GLP. Las preguntas son entonces: ¿Por qué no se incremento la producción? ¿Por
qué no se sustituyó el consumo de dieses, gasolina y GLP por gas natural? Estas preguntas hay que
responderlas honestamente, claramente y técnicamente. No encubrir la falta de respuestas con
echar el problema a la subvención, a la diferencial de precios internacionales, al contrabando.
Pues esta manera de eludir la problemática no va justificar nunca que se descargue al pueblo el
peso de los problemas no solucionados; el pueblo ha hecho su parte, ha luchado durante seis años
contra el modelo y el régimen neoliberal, ha elaborado una Agenda de Octubre como mandato a
los gobernantes, la que exige la nacionalización y la industrialización de los hidrocarburos, ha
abierto un horizonte, el del Estado plurinacional comunitario y autonómico y ha logrado iniciar el
proceso de descolonización, por lo menos en su forma simbólica, llevando a la presidencia a un
líder indígena. En reciprocidad, lo que corresponde ahora, es cumplir con la Agenda de Octubre y
con la aplicación consecuente de la Constitución Política del Estado, es hacer que las formas de
gobierno sean radialmente distintas, participativas, mediante la ejecución de la democracia
participativa, que la soluciones sean creativas y transformadoras, que se ataque a la estructura de
desigualdades, que se descargue el problema a las trasnacionales, que son las que más ganan y
realmente están “subvencionadas” por el Estado. Por otra parte, como dijimos, se requiere
evaluar los costos reales de su producción, no los costos informados por las trasnacionales,
hablamos de considerar los costos promedio internacionales; mediante esta valoración objetiva
podremos ver que son las empresas trasnacionales las que ganan exorbitantemente,
particularmente si tenemos en cuenta el control monopólico que detentan sobre los mercados. Lo
grave es que el gobierno les crea y difunda sus mismos datos. Al respecto, ya Juan Carlo Virreira, el
delegado de Revisión de la Capitalización del gobierno de Carlos Meza, develó los verdaderos
costos de las trasnacionales y las enormes ganancias que se llevan. El delegado fue
inmediatamente obligado a renunciar por el entonces presidente de la república Carlos Meza, por
presión de las trasnacionales, para luego sufrir un extraño accidente de aviación, en el cual
falleció27.

27
En un comunicado de UNADERENA se escribe lo siguiente: El gobierno Morales para salvar de
responsabilidad a las empresas petroleras por el artero “gasolinazo” asegura que en el país la producción de
un barril de petróleo oscila entre los 58 y 60 dólares, un precio casi diez veces superior a la media
internacional de 5.6 dólares, 58 veces el costo de producción conseguido en Bolivia, hecho ampliamente
demostrado a finales del 2003 por el Delegado de la Revisión de la Capitalización, Juan Carlos Virreira (+),
quien posteriormente fue renunciado por Carlos Mesa por presión de las transnacionales.

24
Hay otras propuestas concretas, una sobre exploración y otra sobre explotación, que son
importantes anotar, para evaluar las causas de la crisis del gasolinazo. En la séptima puntualización
del documento mencionado se dice:
En cuanto a la exploración es tarea nacional establecer, lo antes posible y con la mayor precisión
posible el verdadero potencial hidrocarburífero de nuestro país; ya no se trata de la visión desde la
óptica de las empresas privadas, de buscar hidrocarburos sólo cuando tienen mercados
asegurados y cuando la ganancia les es tentadora; desde la perspectiva estatal se trata de saber
cuán grande es nuestra riqueza para poder planificar y definir de forma adecuada su uso.
Este cálculo es importante, llamaremos a esto la soberanía del cálculo. Se dice que este cálculo
depende de la metodología empleada, que por esta razón varía, dependiendo de las condiciones y
las características metodológicas. Sin embargo, esto todavía suena a retórica semicientífica; de lo
que se trata, en realidad, es de los intereses de las trasnacionales que controlan directamente o
indirectamente las reservas de los recursos naturales del mundo, sobre todo de las reservas
hidrocarburíferas. ¿Estaremos en condiciones de realizar este cálculo? ¿Por qué no? ¿No hemos
apostado a tomar el cielo por las armas? ¿Dónde está la fuerza de este ímpetu? ¿Por qué nos
hemos vuelto dóciles a los requerimientos de las trasnacionales? ¿Dónde está la imaginación y el
imaginario radicales?

En lo que respecta a la explotación, la puntualización octava establece que:


En cuanto a la explotación de hidrocarburos, desde la perspectiva de una política estatal se deben
definir los volúmenes de producción de los campos de acuerdo al interés nacional. Actualmente
cada empresa produce más o menos lo que puede o lo que quiere sin que YPFB o el Estado tengan
una clara perspectiva de cuáles son los caudales óptimos y máximos de producción que puede
alcanzar cada campo; en todo caso lo fundamental en este tema es que la nueva política estatal de
hidrocarburos signifique primero que el Estado tiene el control total de este tema y segundo que
sus definiciones sean sólidamente fundamentadas.
Después de leer esto la pregunta que se nos viene es ¿en qué quedó la nacionalización? ¿Qué
controlamos si no controlamos la definición de los volúmenes de producción? El documento deja
claro que en todo caso lo fundamental en este tema es que la nueva política estatal de
hidrocarburos signifique primero que el Estado tiene el control total de este tema y segundo que
sus definiciones sean sólidamente fundamentadas. Si nos detenemos en las dos últimas
puntualizaciones, el balance y la evaluación se vuelven calamitosos, nos muestran que el proceso
de nacionalización se ha estancado en el acto inicial. No ha podido proseguir adelante con el
control efectivo y técnico de toda la cadena productiva y comercial, y lo que es peor, que todavía
mantenemos relaciones de subordinación con las trasnacionales. Por lo tanto es menester no
solamente hacer un análisis y evaluación crítica del proceso de nacionalización, sino que se
requiere urgentemente sobre todo reconducir todo el proceso de transformaciones,
particularmente, en este caso, del proceso de nacionalización.

25
La última puntualización de ABDES es problemática, como adelantamos, pues supone
taxativamente que no debería haber subvención ni subsidio. Revisando lo que ocurre en el mundo,
incluyendo a los países del norte, los que encabezaron en su momento la expansión del proyecto
neoliberal y la globalización, vemos que subvencionan y subsidian, por ejemplo en lo que respecta
a la producción agropecuaria, compitiendo en el mundo con ventajas comparativas, precisamente
por este subsidio estatal. ¿Se puede ser más papistas que el papa? ¿Más neoliberales que los
neoliberales? ¿Se puede generalizar esta hipótesis y hacerla efectiva, la de que no debería haber
subvención ni subsidio? Creo que lo que se manifiesta en esta puntualización es que no se ha
hecho el análisis crítico integral de la participación de las trasnacionales en el mundo y de las
formas efectivas de realización de los mercados, estructurados mas bien por los monopolios y no
por la oferta y la demanda, no por el dejar hacer y el dejar pasar.

¿Propuestas alternativas?

¿Hay propuestas alternativas al gasolinazo? Antes de afirmar que las hay, es indispensable conocer
y cotejar las propuestas que se han hecho considerando alternativas al decreto en cuestión, es
decir a la suspensión de la subvención a los combustibles.
En una entrevista de el diario La nación de Argentina, el economista Juan Carlos Zuleta aseguró
que el costo de producción de un barril de petróleo en Bolivia no alcanza ni siquiera a los 5 dólares,
por lo que se infiere que las compañías extranjeras estarían obteniendo utilidades, y no pérdidas,
cuando el Estado les paga sobre la base de la cotización del barril de petróleo a 27 dólares 28. Según
la información gubernamental, las petroleras que operan en Bolivia reciben del Estado boliviano
algo más de 10 dólares por barril de petróleo. Este monto sería suficiente, según las cifras de
Zuleta, para que las compañías puedan cubrir sus costos de producción y lograr importantes
utilidades. Ante la pregunta de qué debería hacer el gobierno boliviano, el entrevistado por La
nación dice: En el corto plazo, exigir el cumplimiento de los contratos de operación que
contemplan en ciertos casos la obligatoriedad de las petroleras transnacionales de realizar
inversiones en exploración en yacimientos que contienen petróleo. Nada más ni nada menos que el
cumplimiento de los contratos que firmaron. ¿Por qué no hizo esto el gobierno? Peor aún, ¿Por
qué las empresas no cumplen con sus contratos? ¿No deberían ser sancionadas por este
incumplimiento? ¿Qué poder tienen las trasnacionales para transgredir los contratos? Este es el
meollo del problema y no la subvención que fue realizada durante toda la primera gestión del
gobierno. Parece que no nos hemos librado de las redes de las trasnacionales, ¿necesitamos una
segunda nacionalización? Lo que queda claro es que se requiere profundizar el proceso de
nacionalización, sobre todo en lo que respecta al control técnico de toda la cadena productiva y
comercial. Aunque no se tenga el monopolio de los mercados es indispensable valorizar la
composición y el contenido cualitativo de lo que se vende, sobre todo del gas, que contiene
componentes húmedos como el gas licuado de petróleo (GLP), gasolinas naturales y otros
componentes usados en petroquímica. Desde este punto de vista es indispensable cobrar a
PETROBAS lo que corresponde, cobrar alrededor de 720 millones de dólares más por la obtención
de estos componentes29. El entrevistado observa que es indispensable el cambio de matriz
energética:

28
Erbol: La Paz, 10 de enero.

26
En el mediano y largo plazo, el gobierno deberá encarar con decisión el cambio de la matriz
energética para primero reducir y luego eliminar el uso del diesel en el parque automotor.
Recientemente el gobierno ha descubierto que los kits de conversión vehicular de motores a
gasolina a  gas natural no funcionan en el caso de motores diesel. Esto le llevó a concluir que la
solución ya no pasa por introducir kits de conversión, sino por cambiar los motores de los
vehículos. Esta solución podrá ser relativamente barata, pero dudo mucho que sea adecuada y
sostenible en el tiempo. Considero que el gobierno no debería descartar la posibilidad de importar
vehículos de transporte público a  gas natural  nuevos, a tiempo de acordar con los fabricantes un
proceso gradual de transferencia tecnológica para que en el curso de los próximos 10 años Bolivia
pueda primero ensamblar y luego producirlos. Y se debería añadir un plan completo de exploración
de hidrocarburos, estableciendo reglas claras e incentivos para las empresas transnacionales
interesadas.
Lo importante del planteamiento es el cambio del modelo energético; ¿cómo hacerlo?
¿Gradualmente? Sin embargo, hay premura dada la situación en la que se encuentra la relación
compleja entre la demanda del mercado interno y la demanda del mercado externo, sobre todo
regional. Quizás se tenga que hacer los mayores esfuerzos para lograrlo al más corto plazo, pues se
trata de depender de lo que producimos y evitar comprar en el exterior lo que no producimos. Por
otra parte es indispensable encarar agresivamente un programa ambicioso de plantas de
separación y de instalaciones de industrialización de los hidrocarburos. Programa que debería
estar incluido en el marco de una planificación integral y participativa de la economía plural,
articulada y complementaria, encaminada hacia la economía social y comunitaria. El otro consejo
también es importante tomarlo en cuenta dada la dificultosa experiencia en los kits de conversión
vehicular de motores a gasolina a gas natural, primero porque esta conversión ha resultado lenta y
limitada, segundo porque no funciona en el caso de los motores diesel. De lo que se trata es de
cambiar los mismos motores; esta solución pasa por importar, después por ensamblar en la
perspectiva de producir vehículos que funcionen a gas natural.

29
UNADERENA escribe que desde 1999, Petrobras exporta gas boliviano a los centros industriales de Brasil
con componentes húmedos (Gas Licuado de Petróleo (GLP), gasolinas naturales y otros componentes
utilizados en la petroquímica) por los cuales paga como energéticos y no como GLP y gasolina que tienen
mayores precios. Si el gobierno de Evo Morales le cobraría a la transnacional los precios que buscó imponer
a los bolivianos, de Bs 6.47 por litro de gasolina y de Bs 67.5 por una garrafa de 10 kilos de GLP, que se van
con el torrente de gas, el país cobraría 720 millones de dólares anuales adicionales por estos licuables. Es
decir, dos veces lo que se proyectó gastar con la subvención durante esta gestión.

27
Sin embargo, el problema más complicado a mediano y largo plazo parece ser el de la exploración;
¿cómo aumentar las reservas? Sabemos que la relación delimitadora en estos cálculos es la que se
da en la composición de la reservas probadas, probables y posibles, que los cálculos van a
depender no sólo de las metodologías empleadas sino de lo que se resuelva de lo que son
probadas, probables y posibles, siendo lo más importante para al mercado internacional y para el
sistema financiero la magnitud de las reservas probadas. Pero, este cálculo tiene que hacerse no
en función de los intereses de las trasnacionales ni depender de cuando estén las reservas
vinculadas a mercados seguros. El Estado boliviano requiere tener certeza del alcance de las
riquezas naturales que se encuentran en sus territorios, sobre todo, en este caso particular, de la
magnitud de los recursos hidrocarburíferos. Para lograr estos objetivos son indispensables las
exploraciones, las mismas que suponen grandes riesgos y por lo tanto requieren grandes
inversiones. ¿Cómo se hace esto? ¿Dependemos nuevamente del capital de las trasnacionales?
Nunca debemos olvidar que estas empresas siempre van a imponer sus condiciones para la
realización de sus inversiones. ¿Cómo hacer que estas inversiones no atenten contra la soberanía
económica, la soberanía energética y la soberanía sobre los recursos naturales? Los parámetros
están establecidos en la Constitución Política del Estado. YPFB puede establecer contratos de
servicio con empresas privadas para cumplir con las tareas de exploración y explotación,
manteniendo siempre intacta la propiedad del pueblo boliviano sobre los recursos naturales y la
administración del Estado, además del control de toda la cadena productiva y comercial por parte
de YPFB30. Pero, ¿Qué pasarían si las empresas trasnacionales no quieren hacerlo, exigen otras
condiciones atentatorias y violatorias de la Constitución o, definitivamente, boicoteen por
distintos medios? El camino que queda es la inversión estatal o buscar otro tipo de alianzas o de
sociedades.

Ahora tocaremos la propuesta de la Unión Nacional de Defensores de los Recursos Naturales de


Bolivia (UNADERENA), que propone sustituir los hidrocarburos líquidos por gas natural en la
matriz energética de Bolivia, eliminar la “subvención” de GLP y gasolina a PETROBRAS; con esto
Bolivia percibirá aproximadamente unos 720 millones de dólares cada año hasta el 2019,
suficientes para detener el gasolinazo e implementar programas de desarrollo. Propone también
nacionalizar verdaderamente el sector de hidrocarburos para que YPFB se haga cargo de la
producción de carburantes baratos, pues el costo de producción de 1 barril de petróleo en Bolivia
es de un dólar y no 27 ni 59 dólares por barril, tal como se ha afirmado oficialmente. En lo que
respecta a la sustitución de la matriz energética se dice que:

Para la sustitución de la matriz energética es necesario asegurar las reservas del Sararenda
(Camiri) únicamente para el pueblo boliviano y construir un gasoducto para transportar alrededor
de 20 millones de metros cúbicos de gas natural por día (al Brasil se exporta 32 y a la Argentina-
Chile se pretende exportar 27). Con este energético, el ama de casa en vez de gastar Bs. 22.5
erogará sólo Bs. 8 sin reducir el número de comidas que prepara diariamente y paralelamente el
Estado eliminará la subvención al GLP. Por el otro, al reemplazar 1 litro de gasolina por un metro
cúbico de gas, el transporte recorrerá el mismo número de kilómetros con un costo de Bs. 1.66 en
lugar de Bs 3.74 y por supuesto mucho menos a los Bs. 6.45 que buscaba cobrar el gobierno con el
“gasolinazo”. En este sentido, la utilización masiva del gas natural permitirá la industrialización del
30
Constitución Política del Estado: Artículo 362. I. Se autoriza a YPFB suscribir contratos, bajo el régimen de
prestación de servicios, con empresas públicas, mixtas o privadas, bolivianas o extranjeras, para que dichas
empresas, a su nombre y en su representación, realicen determinadas actividades de la cadena productiva a
cambio de una retribución o pago por sus servicios. La suscripción de estos contratos no podrá significar en
ningún caso pérdidas para YPFB o para el Estado.

28
litio de Uyuni y los recursos mineralógicos de Oruro y Potosí, y el desarrollo de la industria en El
Alto, además incentivará actividades generadoras de empleo a partir de la masificación del
turismo, ampliación de los cultivos de quinua y de la ganadería de los camélidos 31.

Como se puede ver hay coincidencias en la propuesta de cambio de matriz energética, también
hay coincidencias con la estimación de los costos reales de explotación y producción de
hidrocarburos. Por otra parte se propone eliminar paulatinamente la subvención al GLP. Así mismo
se concibe la utilización masiva del gas natural con el objeto de industrialización del litio y los
recursos mineralógicos, además de tener en cuenta la instalación de una planta industrial en El
Alto. Se hace también una propuesta concreta, específica, de carácter estratégico, haciendo uso
de la propiedad del pueblo boliviano y el monopolio soberano sobre los recursos
hidrocarburíferos: asegurar las reservas del Sararenda (Camiri) únicamente para el pueblo
boliviano y construir un gasoducto para transportar alrededor de 20 millones de metros cúbicos de
gas natural por día. Lo que hay que tomar en cuenta es la utilización masiva del gas con el objetivo
de la industrialización y el control concreto, geográfico, geológico, técnico del campo Sararenda,
destinado para el consumo productivo y doméstico del mercado interno. Esto es importantísimo,
pues recordemos lo que dijo el pueblo cuando se opuso movilizadamente a la exportación de gas
por Chile: ¿por qué exportar para que ganen otros, contando con los efectos multiplicadores y los
precios internacionales, y no más bien quedarnos con el gas para consumo productivo interno en la
perspectiva de la industrialización? La pregunta que nos hacemos entonces ahora, después de la
cruda experiencia de la crisis del gasolinazo, es: ¿Por qué el gobierno no ha salido de una mirada
exportadora y extractivista?

Otra alternativa al gasolinazo es sugerentemente la anulación de la “subvención” a PETROBRAS. Se


dice que desde 1999, PETROBRAS exporta gas boliviano a los centros industriales de Brasil con
componentes húmedos (Gas Licuado de Petróleo (GLP), gasolinas naturales y otros componentes
utilizados en la petroquímica) por los cuales paga como energéticos y no como GLP y gasolina que
tienen mayores precios. Si el gobierno le cobraría a la transnacional los precios que buscó imponer
a los bolivianos, de Bs. 6.47 por litro de gasolina y de Bs. 67.5 por una garrafa de 10 kilos de GLP,
que se van con el torrente de gas, el país cobraría 720 millones de dólares anuales adicionales por
estos licuables. Es decir, dos veces lo que se proyectó gastar con la subvención durante esta
gestión. La transnacional PETROBRAS se lleva del país junto al gas gasolina natural cuyo costo es
de Bs. 0.98 por litro y lo expende en el Brasil en un promedio de Bs. 10.9 por litro porque lo separa.
En el caso del GLP, recibe una garrafa del mismo por Bs. 9.56, mientras el ama de casa boliviana
paga Bs 22.5 y en tierra carioca su costo fácilmente llega a los Bs. 80.

Esto sí que está grave. ¡Subvencionamos a PETROBAS! Esta situación nos lleva inmediatamente a
la figura no sólo de las trasnacionales, de su monopolio y control directo o indirecto de los
recursos naturales, con su consecuente manipulación económica, sino a la acumulación por
desposesión, de la que hablamos más arriba. No nos olvidemos que PRETROBAS es en realidad una
empresa privada, el Estado brasilero sólo controla el 30% de las acciones. Entonces estamos ante
una figura peligrosa de subordinación a los intereses de lo que aparece, en la geopolítica de

31
La Unión Nacional de Defensores de los Recursos Naturales de Bolivia (UNADERENA): UNADERENA
plantea tres alternativas al “gasolinazo”.

29
Sudamérica, como la imagen de un subimperialismo brasilero. ¿En qué se ha caído? En la
supeditación no sólo a la acumulación ampliada y por desposesión de la economía-mundo
capitalista, sino a la de la dominación económica de una potencia emergente regional. Por lo tanto
el proyecto de desarrollo está supeditado al desarrollo del dominio económico brasilero, de la
burguesía brasilera, aliada al capital financiero y a las grandes corporaciones trasnacionales que
dominan el mundo.

La tercera alternativa al gasolinazo por parte de UNADERENA es contar con reales costos, esto es
verdaderos costos de producción de un barril de petróleo. El gobierno, salvando de su
responsabilidad a las empresas petroleras por el artero “gasolinazo”, asegura que en el país la
producción de un barril de petróleo oscila entre los 58 y 60 dólares, un precio casi diez veces
superior a la media internacional de 5.6 dólares, 58 veces el costo de producción conseguido en
Bolivia, hecho ampliamente demostrado a finales del 2003 por el Delegado de la Revisión de la
Capitalización, Juan Carlos Virreira, quien posteriormente fue renunciado por Carlos Mesa por
presión de las transnacionales.

¿Cuáles son los costos reales de las empresas trasnacionales? Este es uno de los secretos mal
guardados; en todo caso no son superiores a los costos promedio internacionales. En el caso del
petróleo se dice que no supera a los 5 a 6 dólares el barril. ¿Qué pasa con el gas? La situación no
puede ser tan diferente como acontece con el petróleo. Cuando hizo su estudio Juan Carlos
Virreira demostró que por cada dólar que invierten las trasnacionales se llevan 7 u 8 dólares.
Estamos en la economía de los hidrocarburos, negocio altamente lucrativo. ¿De dónde sale el
cuento de que las empresas trasnacionales son víctimas? Esta es la manipulación comunicativa y
publicista de las trasnacionales, sobre todo en los países de la periferia del capitalismo. ¿Por qué
los gobiernos se prestan a estas maniobras? ¿Cuál es la relación entre los gobiernos y las
trasnacionales en la periferia del capitalismo? ¿Qué clase de redes de poder se forman? Este es un
tema de los más estudiados, empero no resueltos, que terminan reapareciendo recurrentemente
en distintos contextos, escenarios y coyunturas.

Como se puede ver, las propuestas alternativas no se han dejado esperar; si bien es cierto que hay
que cotejarlas, no dejan de ser importantes a la hora de contrastar percepciones y datos, esto es
indispensable para interpretar adecuadamente la crisis del gasolinazo y lo que ha destapado la
crisis misma, además de tratar de evaluar los alcances de la crisis.

Pasando a otra propuesta que hay que cotejar, tenemos otra más, la del candidato por el MAS a
una de las circunscripciones de Tarija. En una ayuda memoria de Jorge Blacud que titula Temas
para la reconducción de la agenda hidrocarburífera, se escribe lo siguiente:

La incompleta nacionalización de los hidrocarburos ha tenido como resultado una disminución de


la producción nacional de petróleo; como consecuencia se importa combustibles extranjeros a
precios internacionales, ahondando la dependencia económica, creando desequilibrios
macroeconómicos y debilitando la soberanía del Estado Plurinacional. En este sentido, se propone
reenfocar la discusión sobre la actual crisis petrolera hacia el imperativo de incrementar la
producción nacional32.

32
Jorge Blacud: Temas para la reconducción de la agenda hidrocarburífera.

30
En este caso se considera que el proceso de nacionalización no ha concluido, ha quedado como al
principio, atrapado en el complot y boicot de las trasnacionales, como veremos adelante. Por otra
parte queda en evidencia nuevamente nuestra dependencia, que desde nuestro punto de vista no
solamente es económica. Hay que volver a analizar estos temas desde el punto de vista de la
geopolítica del sistema-mundo y de la economía-mundo capitalista. El otro punto importante es la
tarea de incrementar la producción del país y ciertamente hacerlo desde otro enfoque, menos
cuantitativista y más cualitativo, sin dejar de medir ni conmensurar. Los puntos que pone en
discusión Jorge Blacud son ocho:

1. YPFB cuenta con insuficiente capacidad de explorar y producir combustibles.

2. YPFB no tiene el control sobre sus dos empresas subsidiarias.

3. YPFB no tiene el poder de obligar a PETROBRAS y REPSOL que produzcan más.

4. Existe la condición de un cartel petrolero, es decir un monopolio del negocio del gas.

5. La cuantificación de las reservas de gas ha sido distorsionada.

6. La lógica racional de la explotación de los reservorios por parte de las empresas


extranjeras consiste en la maximización de utilidades.

7. Debilidades de la actual Ley de Hidrocarburos-Nueva Ley de Hidrocarburos.

8. La idea de mini gasolinazos puede ser más devastador para los pobres.

Tratando punto por punto estos pormenores, tendremos una idea de la somera evaluación. En
relación al primer punto se dice que:

YPFB cuenta con insuficiente capacidad de explorar y producir combustibles para satisfacer la
demanda interna, sea por incapacidad técnica o corrupción solapada. Cuando se habla de
corrupción solapada se plantea la posibilidad de un complot, sabotaje, o conspiración para que
YPFB no funcione. No es posible que en casi seis años del nuevo YPFB no tengamos una estructura
capaz de explorar y perforar para producir petróleo crudo. Es inaudito que los emprendimientos
serios para separar los licuables del gas no se hayan concluido y tienden a fracasar por uno u otro
motivo.

Cuando se habla de la posibilidad del complot, sabotaje o conspiración para que YPFB no funcione,
se apunta directamente al poder de las trasnacionales, a la estructura de poder de estas empresas
basada en determinados monopolios; el monopolio del capital, el monopolio de los mercados, el
monopolio tecnológico, el monopolio comunicacional y la posibilidad de la coerción internacional.
Se hace evidente que estos monopolios han funcionado en relación a la flamante empresa
refundada de los hidrocarburos YPFB. En otras palabras, las empresas firmaron los contratos pero
hicieron lo imposible por no cumplirlos, recurriendo al boicot silencioso y minucioso, casi

31
imperceptible, sobre todo en temas que no les convenía; claro está en todo lo que implica
inversión.

En relación al segundo punto, podemos constatar que se trata tanto del control efectivo como de
perspectivas diferentes. Las trasnacionales tienen su mirada en el mercado internacional en tanto
YPFB tiene la responsabilidad de cubrir el mercado interno y de conectarse con otras empresas
estatales en las tareas de industrialización de los hidrocarburos. La ayuda memoria establece que:

YPFB no tiene el control sobre sus dos empresas subsidiarias, Chaco y Andina, por lo que las
decisiones en estas empresas responden estrictamente a las leyes del mercado, es decir operan
basadas en precios internacionales y no en verdaderos costos nacionales. La empresa estatal
plantea una visón diferente en relación a lo que sería una privada, no significa que tenga perdida
ni ineficiencia, sino que su estructura de costos y utilidades se basan en el mercado interno. Con
tal motivo es necesario tener el control total 100% para que se tenga una verdadera empresa
estatal y empiece a producir petróleo crudo satisfaciendo la demanda interna.

La pregunta que vine directamente es ¿porqué Chaco y Andina imponen su punto de vista? ¿Acaso
no son subsidiarias? ¿De qué modo ejercen su poder e invierten la relación jerárquica con la casa
matriz? ¿Por qué conservaron su poder de presión incluso después de su nacionalización,
efectuada por medio de la compra de la mayoría accionaria y el nombramiento de sus directorios?
¿Qué es entonces ejercer la dirección integral de toda la corporación de YPFB? Para lograr esto se
requiere de una ingeniería transversal que articule todo los aparatos y equipo técnicos, para lograr
esto se requiere de una reingeniería completa en toda la corporación. Esto también significa
compartir las concepciones, las estrategias, las voluntades y las políticas no sólo de la corporación
sino de la propia Constitución Política del Estado. ¿Qué estamos nacionalizando? ¿Se trata de
nacionalizaciones simbólicas, nominales, fuera de ser incompletas? Este es el núcleo del problema.
¿Ha habido nacionalización?

Fuera de las subsidiarias Chaco y Andina, hablamos de PETROBAS y REPSOL. ¿Qué pasa con estas
empresas? No podemos obligarlas a cumplir con los contratos. ¿Por qué? Sobre todo por la
gravitación del mercado internacional, pero además se trata de empresas que responden a sus
propias lógicas, a sus lógicas organizacionales, a las lógicas de sus propias redes, pero también a
las lógicas comerciales establecidas; hablamos de una especie de geopolítica comercial regional.
Los destinos de los flujos comerciales ya están articulados a centros de gravitación que tienen sus
propias formas de transformación y crecimiento económico. Nuevamente constatamos nuestra
condena a ser país exportador de materia prima y en tanto tal nuestros recursos se encuentran ya
enajenados, atrapados en la perversa división del trabajo mundial. ¿Qué hacer contra estas
condicionantes impuestas? Una cosa debe quedar claro que no se puede realizar
transformaciones económicas si no están vinculadas a políticas emancipadoras. La programación
económica, la planificación económica, de una empresa nacionalizada no puede estar
desconectada de la proyección política transformadora, que quiere hacer saltar en pedazo las
dependencias. No se trata sólo de un circunscrito trabajo técnico sino también se trata de un
trabajo creativo, producente, liberador, por lo tanto político. Esto no quiere decir que se

32
desmerezca el trabajo técnico, al contrario, se trata de darle una dimensión resolutiva del tamaño
de los desafíos que debe enfrentar.

A propósito valdría la pena contar una anécdota para ilustrar lo que se dice. Hace un tiempo, creo
que fue por el año 1973, estando en Paris, fuimos a escuchar al escritor Ernesto Sabato. Nos
encontrábamos varios estudiantes, perdidos en un enorme salón habitado por extendidas mesas.
En ese espacio Sabato nos preguntó en qué se diferenciaba un cosmonauta de la URSS y un
astronauta norteamericano. Nadie supo contestarle, pues ambos se parecían. Creo que hay una
clave en esa pregunta que puede resumirse en la siguiente reflexión, este parecido es lo que hizo
caer a la Unión Soviética. No se trata de imitar la técnica del otro, de lo que se trataba era de
resolver técnicamente los problemas de la transición socialista, cosa que no se hizo. Se terminó
con la mímesis de un capitalismo sin burguesía, sin embargo, con una inmensa burocracia.

YPFB no tiene el poder de obligar a PETROBRAS y Repsol que produzcan más. Para estas empresas
no es atractivo el precio de 27.1 $us. barril crudo de petróleo, cuando el precio internacional está
alrededor $us.90 x barril. La demanda de crudo interna es tan pequeña con respecto a sus otros
negocios internacionales o la exportación de gas, que no se preocupan en satisfacer el mercado
interno a no ser que se equiparen las condiciones de producción a precios internacionales. Esta es
la perspectiva de las empresas petroleras privadas, que no responden a un verdadero interés
nacional. Otro aspecto que se debe actualizar es el análisis comparativo del sector en el cual
algunos expertos han establecido que los costos de producción de gas y petróleo estarían muy por
debajo al promedio mundial y que las probabilidades de éxito en exploración muy por encima al
promedio mundial. No se debe olvidar que la mayoría de los pozos actuales en producción fueron
descubiertos por el viejo YPFB con una estructura de costos que sería ridícula para las petroleras
internacionales operando en Bolivia.

Ciertamente el problema de la exploración es grande, es más difícil comprometer la inversión en


este terreno por los riesgos que entran en juego. Sin embargo, a estas alturas del partido hay
experiencia acumulada, tecnología avanzada, manejo y conocimiento de los mapas geológicos del
mundo. Los riesgos son distintos en comparación con los del siglo pasado, han aminorado. Por
otra parte, hay que tener en cuenta que los probables éxitos de la exploración en Bolivia se
encuentran por encima del promedio mundial. Sin embargo, estas cosas no se toman en cuenta a
la hora de establecer reglas claras con las empresas trasnacionales. O, si en el caso de que se las
tomaran en cuenta, las empresas privadas se darían las mañas para imponer sus condiciones.

La siguiente puntualización es más concreta y apunta a una explicación de las estructuras de poder
en el rubro de los hidrocarburos, de cómo funcionan los monopolios y cómo terminan influyendo
regionalmente, como terminan condicionando un dominio territorial.

Existe la condición de un cartel petrolero, es decir un monopolio del negocio del gas, donde los que
conforman este cartel principalmente son PETROBRAS y REPSOL. El juego consiste en tener control
y evitar que aparezca competencia, siendo ellos mismos los que producen en Bolivia y compran al
otro lado de la frontera. En la conformación de este cartel se han levantado obstáculos a la

33
entrada de otras empresas internacionales para exploración y producción de hidrocarburos en
Bolivia.

PETROBRAS Y REPSOL controlaron la mayor parte de las reservas, de la producción y de la


comercialización durante el periodo neoliberal, ahora, después del decreto “Héroes del Acre” y de
la firma de los contratos de operaciones, si bien no controlan directamente lo hacen por
mediación y funcionamiento de toda la organización, aparatos y equipos técnico que manejan, lo
hacen a través del monopolio del capital, el monopolio tecnológico y el monopolio de los
mercados. Desde la perspectiva del sistema financiero y del mercado internacional no sería
insólito esperar que las reservas bolivianas aparezcan como parte del control territorial de estas
empresas. Tampoco es descabellado suponer que el monopolio de estas empresas termine
condicionando la presencia de otras empresas en lo que respecta a la exploración y explotación.
Sin embargo, queda claro que la presencia condicionante y monopólica de las empresas
trasnacionales impide el desarrollo de YPFB.

Algo inquietante en la coyuntura, teniendo en cuenta la perspectiva de la refundación de YPFB, el


proyecto de industrialización y la necesidad de contar con excedente para sostener el cambio de
modelo económico, es la certificación de las reservas. Lo que los medios de comunicación
empresariales han explotado es precisamente la sorpresiva disminución de las reservas
hidrocarburíferas, sobre todo las relativas al gas. Se dice que la disminución pasó de 54 TCF
probados, probables y posibles a 9 TCF probados, lo que no es del todo contrastante sino mas bien
parecido si consideramos la diferencia entre reservas probadas, probables y posibles. Sin embargo,
en este caso, no puede explicarse esto por la disminución debida a la producción y la transferencia
de flujos a los mercados regionales, tampoco sólo al descuido en lo que respecta a mantener la
exploración, sino a problemas metodológicos de cálculo, vinculado a los intereses de las
trasnacionales y sus juegos especulativos y financieros.

La cuantificación de las reservas de gas ha sido distorsionada por la prensa y las petroleras.
Claramente en este punto hubo una estafa por parte de REPSOL con complicidad de la anterior
certificadora, inflando la cantidad de reservas probadas con el fin de inscribirlos como activos de la
empresa en las bolsas internacionales de valores. El gas no se esfumó sino que cambiaron las
cantidades dentro de las clasificaciones de posibles, probables y probadas.

Un problema técnico mayúsculo que tiene que ver con la forma de explotación de los reservorios
es el que tiene que ver con el manejo de las plataformas, pues esto puede redundar
negativamente y destructivamente en las posibilidades de explotación a mediano y largo plazo.
Este es un tema de suma importancia debido a que tiene que ver con la insaciable rentabilidad de
las empresas y su capacidad destructiva de los yacimientos. Es aquí, en estos temas, en estos
lugares, donde se deben establecer reglas claras en defensa de de una explotación coherente y en
el marco de la soberanía y los intereses del Estado.

La lógica racional de la explotación de los reservorios por parte de las empresas extranjeras
consiste en la maximización de utilidades. Esto se traduce en un manejo de plataformas en el cual

34
se extrae el gas más rico, dejando en el subsuelo grandes cantidades de gas cuyo costo de
extracción es más elevado. En consecuencia la recuperación porcentual del reservorio en el tiempo
es baja. Se debe establecer una plataforma que toma en cuenta todos los elementos geológicos
del reservorio, impuestos, leyes, etc. con el objetivo de maximizar los ingresos del Estado a través
del tiempo, incluyendo el costo de oportunidad diferenciado por mercado para la determinación
del precio del gas que vayamos a exportar.

Quedan dos puntos; uno de ellos tiene que ver con las debilidades de las leyes de hidrocarburos, la
antigua y la nueva. Estas debilidades están relacionadas con que la leyes no logran establecer la
normativa adecuada para un total control del comercio hidrocarburíferos.

Debilidades de la actual Ley de Hidrocarburos-Nueva Ley de Hidrocarburos. La ley 3058 fue


negociada cuando el MAS no era gobierno por lo que se tuvo que hacer varias concesiones, que
ocasionan a no tener el control total del negocio hidrocarburífero. Esta debilidad estructural debe
ser analizada.

El último punto llama la atención ante la eventualidad de minigasolinazos. El documento es


explícito al respecto:

La idea de mini gasolinazos puede ser más devastador para los pobres que el decreto 748, ya que
esto implicaría varios efectos multiplicadores inflacionarios que serían repetidos exponencialmente
y aprovechados por la especulación.

Además sugiere una alternativa:

Una alternativa podría ser establecer un impuesto en otro sector de la economía, que afectaría en
menor medida a la canasta familiar, pero cuya recaudación iría a compensar en alguna medida la
subvención de combustibles.

La crisis del gasolinazo

El presidente en ejercicio Alvaro García Linera da a conocer a la opinión pública la aprobación del
decreto 748, de nivelación de precios, la noche del 26 de diciembre de 2010. Al mismo tiempo se
hace conocer que se mantienen fijos los precios del Gas Licuado de Petróleo (GLP), del Gas Oíl
(Diesel Oíl para la generación eléctrica) y Gas Natural Comprimido (GNC). El 27 de diciembre el
Centro de Estudios Populares hacía el siguiente balance del impacto de la medida:

No pasó más de 48 hrs. en que funcionarios gubernamentales negaban el alza de los combustibles,
para que el Vicepresidente Álvaro García Linera en coordinación con Evo Morales antes de su viaje

35
a Venezuela acordaran subir el precio de los combustibles. Al igual que todos los reaccionarios
gobiernos anteriores, dicen una cosa y hacen otra 33.

Ya después del desenlace, de la movilización popular en contra del “gasolinazo”, principalmente el


jueves 30 de diciembre, y de la sorpresiva abrogación del decreto 748 por parte del presidente
electo Evo Morales Ayma la noche de año nuevo, Isabel Rauber escribía en Rebelión lo siguiente:

Alerta roja, es la frase que podría resumir lo acontecido en Bolivia en la última semana.
Bienaventurado sea el gasolinazo si se transforma en sacudón político, en punto de inflexión capaz
de revertir la creciente tendencia superestrutural gubernamental a decidir desde arriba sin contar
con los de abajo, adoptando la vieja cultura política del poder que considera que gobernar es tarea
de quienes supuestamente “saben y tienen razón”, que es cosa de iluminados, o de “tener
espalda”. Pero la revolución es tarea de pueblos, de mayorías conscientes, organizadas,
discutiendo y definiendo SU proyecto en la medida que lo va construyendo 34.

Teniendo en cuenta ambos balances, uno al principio de esta coyuntura de shock, la otra al final
de la misma, además de contar con la experiencia vivida, fuera de conocer las repercusiones y
tener en cuenta el contexto del proceso de cambio, que fundamentalmente es un proceso
constituyente, la pregunta obligada que debemos hacernos es ¿qué pasó? Durante los desenlaces
que acaecían elaboré unos apuntes apresurados al calor del fuego, como quien dice, los mismos
que reflejan mis inquietudes. Transcribo ahora estos apuntes:

En lo que respecta a la medida llamada por el gobierno de nivelación de precios y por los sectores
populares “gasolinazo”, tengo apreciaciones todavía fragmentarias. No he podido armar una
configuración analítica y crítica. Para esto requiero una idea de la totalidad del acontecimiento,
tanto en su dimensión contextual, también estructural, así como en su dimensión histórica 35. Sin
embargo, puedo ir adelantando mis primeras impresiones:

1. Me llama la atención que con este síntoma, la medida tomada, se demuestre y manifieste
que no hayamos salido de la lógica neoliberal. Se trata de una medida desarrollada en el más
claro razonamiento macroeconómico; no se trata de otra cosa que de mantener el equilibrio
macroeconómico.

2. Estructuralmente la medida es parecida a la del 21060. Suspender las subvenciones estatales,


equilibrar los indicadores macroeconómicos, garantizar el recaudo del Tesoro General del
Estado. Aunque no mencionan a las leyes del mercado, a dejar los precios al juego de la oferta
y la demanda, de todas maneras el análisis que se hace y la argumentación que se utiliza es
una consideración de la diferencia de los precios de mercado internacionales.

33
Centro de estudios Populares: Bolivia, 27 de diciembre de 2010 (CEP).
34
Rebelión.
35
El ensayo que tienen a mano, Critica del supuesto equilibrio macroeconómico, es el texto que trata de
recabar la dimensión contextual, también estructural, así como en su dimensión histórica de la medida.

36
3. No me parece convincente, sino más bien demagógico, decir que el ahorro de 380 millones de
dólares se va a destinar a los más necesitados. Estas medidas, de corte macroeconómico,
dadas en forma de shock, atentan contra la economía de los más pobres. Eso está
demostrado históricamente.

4. Lo grave es no haber salido del capitalismo dependiente, de un Estado periférico subordinado,


de una economía extractivista destinada a satisfacer la demanda del mercado internacional;
estamos lejos, muy lejos, de ingresar a un modelo productivo y producente de un modelo
alternativo.

5. Estamos lejos de una articulación integrada de la economía plural, que se encamine a la


economía social y comunitaria.

6. Me vuelve a llamar la atención la falta de imaginación e imaginario radicales para desplegar


medidas creativas y participativas, que se basen en otra clase de análisis, no enajenados,
enmarcados en el fetichismo de la mercancía y en los indicadores macroeconómicos. Es
indispensable hacer análisis cualitativos, eso en los que se sustenta el vivir bien y también los
procesos emancipatorios.

7. Nuevamente comprobamos que tomamos medidas coyunturalistas en momentos de


desesperación. La situación de la subvención se la conoció desde hace mucho tiempo. ¿Por
qué se la mantuvo? ¿Por qué esperar toda una gestión hasta que la situación sea
insostenible?

8. Lo grave parecen ser los efectos multiplicadores. Obviamente subirán los precios. ¿Habrá una
tendencia inflacionaria? ¿Cuáles serán las repercusiones sociales? ¿No habremos desatado
otra vez la furia del pueblo?

9. Nuevamente, no cumplimos con la Constitución, con la democracia participativa, con la


construcción colectiva de la decisión política, de las leyes y de la gestión pública.

10. Espero que no hayamos cruzado la línea, que nos encontremos del otro lado de la vereda,
enfrentando al pueblo.

37
11. Lo que inquieta no es tanto circunscribirse a la discusión sobre la subvención, sino descubrir
que no hemos superado el marco conceptual y de razonamiento macroeconómico, que
supone el origen y la teleología del equilibrio. Este marco conceptual fue la base de los ajustes
estructurales y de las medidas neoliberales, sobre todo las implementadas en forma de shock.
¿Por qué seguimos atrapados en las formas de razonar que fueron los instrumentos del
neoliberalismo? ¿No hay otros instrumentos? ¿No había otras salidas? ¿Por qué se guardaron
tanto tiempo el problema, toda una gestión? ¿Acaso no se sabía antes que se subvencionaba?
¿No es este un atentado contra los intereses, bienes y recursos del Estado, inquirido por la
Constitución como delito? Prestigiosos economistas dicen que había otras alternativas 36; que
en todo caso no hubieran asumido una medida semejante, parecida a las desplegadas por los
gobiernos bajo la presión del FMI y el BM. El peso proporcionalmente mayor no está en los
empresarios que se benefician con la subvención sino que el peso fundamental está en la
mayoría aplastante de la población que es castigada por la medida.

12. Creo que no se ha sido honesto, se ha ocultado la medida al pueblo, no se le ha consultado, se


lo ha tratado como enemigo como en los peores momentos de los gobiernos neoliberales, no
se practica la democracia participativa, ni se construye la decisión política colectivamente,
como exige la Constitución. Por otra parte sospecho que el verdadero motivo son las
trasnacionales, que no quieren invertir en exploración porque hay una cláusula en la
Constitución que dice que hay que atender primero al mercado interno, cuyo precio estaba
congelado. Ahora que se ha subido este precio a niveles internacionales se espera que
inviertan en exploración. Seguimos al servicio de las trasnacionales. ¿En que ha quedado la
nacionalización, la fundación de YPFB, la industrialización de los hidrocarburos, la soberanía
energética?

13. Considero que había otras salidas, dependiendo que cambiemos la forma de razonar, no se
trata de equilibrio abstracto de indicadores aritméticos sino del vivir bien de la población.

14. La apología de lo que ocurre, no nos va servir, igual nos podemos caer si hacemos   mal  las
cosas. Solo podemos saber cómo nos va, en qué situación nos encontramos en el despliegue
complejo del proceso de cambio, si dejamos que se desarrolle la crítica y discutimos los temas
de fondo entre todos. La derecha  recalcitrante  de las oligarquías regionales ha sido
derrotada en el Porvenir, ahora debemos dedicar nuestra  atención  a la construcción del
Estado plurinacional, no ha inventarnos "derechas" por todas partes, como
si  fuésemos  paranoicos. Espero que ahora no tengamos una nueva derecha, incrustada en el
gobierno, que se opone a la fundación del Estado plurinacional, prefiriendo mantenerse en
los  contornos  del Estado-nación. 

15. En el marco y el contexto político de la coyuntura en cuestión, se observa campear el


pragmatismo político; este realismo político considera por conveniente mantenerse en las
condicionantes históricas del capitalismo o de una de sus variantes. No nos olvidemos que
todas las formas de capitalismo forman parte de la economía-mundo y del sistema-mundo
capitalista, que ha definido una geopolítica; el sur dependiente y el norte dominador; la

36
Entre ellos Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Constituyente de ecuador.

38
periferia, reserva de recursos y de mano de obra barata, y el centro como lugar de
acumulación ampliada de capital. Esta es la cruda realidad histórica; si se apuesta por el
capitalismo se apuestas entonces por la dependencia y la condición de dominados.

16. Por otra parte, en nuestro proceso, el boliviano, no está en discusión la reedituación del
proyecto bolchevique; eso quedó atrás, cuando fue derrotada la Asamblea Popular (1971). Lo
que está en discusión es lo que han abierto los movimientos sociales como horizonte, el
proceso descolonizador, la fundación del Estado plurinacional comunitario y autonómico, en
la perspectiva del modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y al
desarrollo. Lo que está en juego es la aplicación de la Constitución. Esto es precisamente lo
que no se está haciendo, nos mantenemos en la maquinaria obsoleta del Estado-nación, del
Estado moderno, que son formas del Estado colonial. En vez de descolonizarnos nos re-
colonizamos. Lo peor es que ahora descubrimos que hemos mantenido las estructuras del
manejo neoliberal de la economía, con sus razonamientos y supuestos basados en la
conjetura del equilibrio ficticio. Lo doloroso es descubrir que los funcionarios son capaces no
solo de suplantar a los movimientos sociales en la conducción del proceso sino de descargar la
furia de las medidas de shock en los cuerpos del pueblo para incentivar a las trasnacionales
de los hidrocarburos en la inversión de la exploración. No hemos salido de la dependencia,
tampoco de la sumisión a las trasnacionales. Esto no puede justificarse con bagatelas de
viejas discusiones que no están en mesa.

17. No se justifica para nada la repetición de argumentos y de estructuras lógicas neoliberales


para implementar medidas de shock contra el pueblo, que es el único que paga. No es
sostenible el argumento de que no había otra salida, como si no hubiera posibilidades de una
imaginación y un imaginario radicales creativos de nuevas políticas públicas. Lo que pasa es
que estamos repitiendo la vieja historia de las dominaciones polimorfas, unos gobiernan otros
obedecen. Nada de democracia participativa como establece la Constitución.

18. ¿Qué se llama a todo esto? Yo llamaba restauración nacionalista y pragmática por los
conductos del realismo político, pero ahora ya sabemos que también se trata de una
restauración neoliberal.

Haciendo el balance de lo acontecido, en un artículo publicado, escribía sobre el desenlace de la


coyuntura crítica del gasolinazo lo siguiente:

La pregunta con la que deberíamos comenzar es quién perdió con la crisis del “gasolinazo” y la
consecuente resistencia popular al decreto 748, terminando con su conclusión, la abrogación del
decreto. Lo que queda claro, por lo menos para las organizaciones sociales intervinientes en la
movilización contra el decreto, es que lo que ha sido derrotado es precisamente el realismo

39
político, el pragmatismo, la tendencia al capitalismo de Estado, ahora descubierto en su
hibridación y mezcla con la herencia de procedimientos y razonamientos del periodo neoliberal.

¿Quién ha ganado? Otra vez el pueblo, la asonada popular, la movilización social, que ganó las
calles para rechazar que el peso del problema de la subvención y de la necesidad de incrementar
las reservas y la producción de gasolina, diesel y productos energéticos fósiles, recaiga sobre la
magra economía y los cuerpos de los más pobres. Ha ganado la movilización que reclama la
consulta al pueblo, por lo tanto la participación social en las decisiones políticas, sobre todo en las
estratégicas y en las que afectan a la magra economía popular. Este balance puede ser entendido
por todos los que se han visto afectados por la medida; sin embargo, parece que hay por ahí
desentendidos o, en su caso, despistados, que no quieren comprender lo que ha pasado. En
algunos, se puede entender, pues han sido los arquitectos de la medida, pero en otros, es más
difícil, pues quieren aprovechar semejante ocasión evidente de crisis política para llevar agua a su
molino. Este molino es como el molino de Van Gogh; el refrán dice el molino ya no está pero el
viento sigue todavía37.

Ciertamente las consecuencias desplegadas de la crisis del gasolinazo están todavía en ciernes,
acabó la tormenta, pero todavía no sabemos lo que ha dejado, muchas de estas consecuencias
tienen todavía que madurar, que manifestarse en el tiempo. ¿Cuánto ha afectado la crisis al
gobierno, a la tendencia dominante en el gobierno? ¿Cuánto ha afectado a la figura de Evo
Morales Ayma? ¿Cuánto ha afectado a las estructuras dirigénciales, sobre todo a los dirigentes
cooptados? Y lo más importante, ¿cómo marca a la dirección y al sentido del proceso? Ya, antes,
cuando se dieron los conflictos con las organizaciones indígenas de tierras bajas (CIDOB), con las
organizaciones campesinas e instituciones del territorio y la población de la provincia de Caranavi,
y con el Comité Cívico de Potosí, se ponía en evidencia una contradicción latente entre
movimientos sociales y conducción del gobierno; en esta ocasión me preguntaba si se había
cruzado la línea, que marca el momento de inflexión hacia la regresión, si no nos encontrábamos
ya del otro lado de la verdea, enfrentando al pueblo. El conflicto del gasolinazo, mejor dicho la
crisis del gasolinazo, tienen un alcance mayor, por su extensión y su profundidad, se dio en todo el
territorio del Estado plurinacional, afecta al contenido mismo del proceso, lo cuestiona; ¿hemos
dejado las prácticas y los razonamientos neoliberales, sobre todo las medidas de corte neoliberal?
¿Realmente hemos nacionalizado los hidrocarburos o seguimos sometidos a las condiciones
impuestas por las trasnacionales? ¡Por qué no somos consecuentes con el proceso de
descolonización? ¿Por qué en vez de fundar el Estado plurinacional comunitario y autonómico
restauramos el Estado-nación? Después de lo ocurrido se requiere más que nunca una evaluación
y un análisis crítico del proceso, del gobierno y de las organizaciones sociales, es menester más
que nunca la reconducción del proceso por parte de los actores, protagonistas y contenido
histórico del proceso, los movimientos sociales.

La pregunta sigue pendiente, ¿qué ha pasado? No hay una respuesta única, debemos movernos en
distintos niveles, por lo tanto hay varias respuestas posibles. Sin embargo, hay que ordenar el
conjunto de respuestas, quizás lo adecuado sea ordenarlas por su temporalidad. Vamos entonces
37
Página Siete. Opinión. La Paz 6 de enero de 2011.

40
a recurrir a un conjunto de hipótesis que van a tratar de lograr una interpretación integral de la
estructura compleja del proceso.

Hipótesis

1. No terminaron de resolverse las diferencias entre los distintos movimientos intervinientes


en el ciclo de movimientos sociales de 2000 a 2005. Sobre todo si comprendemos sus
proyectos inherentes; una cosa es el proyecto antiimperialista de las federaciones
cocaleras del Chapare y otra el proyecto autogestionario de la Coordinadora del Agua de
Cochabamba. La misma manifestación diferencial podemos ampliarla si consideramos el
proyecto anticolonial del boqueo de caminos indígena y campesino de septiembre de
2000. Se amplifica la complejidad del panorama si comparamos la Guerra del Agua de
abril de 2000 en Cochabamba y la Guerra del Gas en la ciudad de El Alto y la ciudad de la
Paz en septiembre y octubre de 2003. El objetivo de la Guerra del Agua fue la de oponerse
e impedir la privatización del agua, reiniciando el replanteamiento de los movimientos
sociales de oposición al proceso de privatizaciones inaugurado en 1985. El objetivo
primordial de la Guerra del Gas va a ser exigir la nacionalización de los hidrocarburos y su
consecuente industrialización, con el objetivo de abastecer la demanda de combustible
por parte del mercado interno, incluyendo el consumo industrial, creando así efectos
multiplicadores. La consigna de la convocatoria a la Asamblea Constituyente se incluyó en
un momento de la elaboración de la llamada Agenda de Octubre. La matriz de la
organización de una y otra movilización tuvo sus analogías, empero su orden y
organización guardaba diferencia; en un caso, Cochabamba, la federación sindical de
fabriles jugó un papel crucial en la convocatoria a las organizaciones, instituciones y
pueblo en general; en el otro, en El Alto fue la federación de juntas de vecinos (FEJUVE) el
sujeto de la convocatoria. Podemos decir que, en el caso de El Alto, se formaron
autogobiernos vecinales, los cuales se auto-convocaron y ejercieron directamente el
poder territorial; en tanto que en Cochabamba, la convocatoria fue articulada por la
legitimidad y composición de la Coordinadora del Agua. Siguiendo el decurso de los
acontecimientos del ciclo de movimientos sociales, podemos decir que después del 2003,
continuaron las movilizaciones y la proliferación de movimientos sociales que atravesaban
la sociedad boliviana y sus territorios. La última gran movilización fue la de mayo y junio
del 2005, a la cual la denomino la segunda Guerra del Gas, debido a que estalla por el
problema pendiente de la Agenda de Octubre; se inicia en relación al debate en el
Congreso sobre la normativa que debía recuperar el control de los recursos
hidrocarburíferos, cuando los movimientos sociales habían pedido nacionalización,
entendida como expropiación a los expropiadores, las trasnacionales. En ese entonces el
MAS, como segunda fuerza del Congreso había propuesto la distribución a mitades del
excedente, cincuenta por ciento para las trasnacionales y cincuenta por ciento para el
Estado. Cuando el conflicto sale del Congreso, llega a las calles y los caminos, la
movilización de mayo y junio de 2005 adquiere forma incontenible ante los intentos de la

41
derecha en el Congreso de forzar una sustitución constitucional que recayera en el
Presidente del Congreso, o en el representante de la Cámara Baja del parlamento. La
movilización se generalizó con la participación de trabajadores mineros, obreros y
cooperativistas, se llegó a la toma de las ciudades de La Paz, Oruro y Potosí, concluyendo
con una multitudinaria y organizada ocupación de la ciudad de Sucre, la Capital de Bolivia.
En Sucre se reunía el Congreso para concretar su maniobra, una vez conocida la renuncia
a la presidencia por parte de Carlos Meza, que fue la figura de la primera sustitución
constitucional, después de la primera Guerra del Gas, una vez que renunció y huyó del
país la figura más paradigmática de los gobiernos de la megacoalición neoliberal, Gonzalo
Sánchez de Lozada. La sustitución constitucional ocasionada por presión de los
movimientos sociales llevó a la presidencia a Eduardo Rodríguez Velzé y a la convocatoria
a las elecciones nacionales de 2005.

2. Hay que distinguir entre la crisis múltiple del Estado-nación y su desemboque


revolucionario de la solución aparente por la vía electoral. El Estado-nación no es otra
cosa que la forma moderna del Estado liberal y una de las formas del Estado colonial. La
crisis múltiple del Estado tuvo sus potentes manifestaciones interpoladoras y
emancipadoras en el recorrido libertario y autogestionario de los movimientos sociales,
en cambio la solución estadística de la crisis, la solución electoral, se manifestó por la
verificación del voto, tuvo su conformación institucional. La salida electoral de la crisis no
solucionó la crisis de fondo del Estado-nación, empero conformó la base de un potencial
proyecto hegemónico. El arribo al gobierno no es la llegada al gobierno de los
movimientos sociales sino del MAS, incluso se puede decir que se trata de la llegada al
gobierno del primer presidente indígena, pero no necesariamente de los indígenas. No es
un gobierno indígena, no es un gobierno de movimientos sociales, es un gobierno
popular, en el cuál incluso no se reconoce el MAS, pues considera que los que están en el
ejecutivo son invitados, salvo alguna excepción.

3. El MAS no dejó de ser un instrumento electoral, no llegó a ser hasta ahora lo que
pretendió su fundación, un instrumento político de las organizaciones sociales. Tampoco
representaba a todos los movimientos, sino a una parte de ellos, centrada en las
federaciones cocoleras. Sin embargo, el MAS se benefició con las elecciones del 2002, en
pleno periodo crítico de la crisis múltiple del Estado-nación, pues era la única fuerza que
tenía convocatoria electora, compartida de lejos con la convocatoria territorial del MIP.
Luego, lo mismo volvió a ocurrir en las elecciones de 2005, sólo que en una escala
cualitativamente mayor pues ganó la elecciones. La victoria electoral del MAS convierte al
instrumento en la primera fuerza nacional y en el único partido con convocatoria en todo
el territorio del país. Los partidos neoliberales y de derecha se redujeron a una restringida
representación regional, aunque sumando fuerzas buscaron ser un contrapeso al MAS,
sobre todo durante la compulsa de la Asamblea Constituyente.

42
4. La tendencia dominante en el gobierno se configura como proyecto nacionalista,
nucleado en el impacto de la medida de nacionalización de hidrocarburos, que podemos
considerarla como el principio del proceso de nacionalización, por la diferencias que hay
con otras nacionalizaciones en la historia de Bolivia, que pasan por la expropiación y no la
migración de contratos y el cambio proporcional de la participación de las trasnacionales
en el excedente, así como la compra de acciones, que parece más una operación del
mercado de acciones y de valores en el marco de las reglas de la oferta y la demanda. Esta
tendencia dominante va a marcar la dirección de la conducción del gobierno, pero
también del proceso.

5. Se lanza la convocatoria a la Asamblea Constituyente a través del Congreso,


disminuyendo el carácter de poder constituyente tanto a los movimientos sociales como a
la propia Asamblea Constituyente, en vez de optar por la autoconvocatoria ya dada por
los movimientos sociales o, como alternativa, realizar la convocatoria por referendo.
Podemos decir que la Asamblea Constituyente nace circunscrita y limitada por los bordes
de la sombra del Congreso. No es en vano la discusión en la Asamblea Constituyente
sobre el carácter originario o derivado de la Asamblea. La respuesta de la mayoría de los
constituyentes va a ser: es originaria porque nace de las entrañas de los movimientos
sociales38.

6. La tendencia nacionalista que opta por métodos pragmáticos y una forma de


razonamiento que podemos derivar del realismo político, impone una dirección y un perfil
al proceso, que podemos identificar como de restauración del Estado-nación, alejándose
en la práctica de la fundación del Estado plurinacional comunitario y autonómico, como
exige la Constitución.

7. La segunda puñalada que se le da al carácter de poder constituyente de la Asamblea


Constituyente fue cuando se amplía su temporalidad, al cumplirse el año de su
funcionamiento, mediante una determinación del Congreso; otra vez el poder constituido
ajustaba cuentas con el poder constituyente. La tercera puñalada a la Asamblea
Constituyente fue cuando, una vez aprobada la Constitución en Oruro, el Congreso se
convierte en constitucional y revisa la propia Constitución, haciendo 144 modificaciones
en 122 artículos. Esto prácticamente terminaba de darle un golpe mortal al poder
constituyente y clausurando miserablemente el proceso propiamente constituyente; sin
embargo, la fuerza irradiante de los movimientos sociales, la fuerza ética, política y social
del espíritu constituyente, inscrito en la Constitución, saca fuerzas del fondo de los
acontecimientos y del sentido de las cosas, imponiendo las finalidades, los valores, la
estructura, la interpretación de las transformaciones escritas por los constituyentes:
descolonización, Estado plurinacional comunitario y autonómico, modelo civilizatorio
38
Primer artículo del reglamento de la Asamblea Constituyente.

43
alternativo del vivir bien, los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios
campesinos, incluyendo el autogobierno y la libre determinación, el pluralismo
autonómico, prioritariamente la autonomía indígena, el pluralismo económico con
orientación hacia la economía social y comunitaria, en el contexto de la defensa de la
madre tierra, entendida en la Constitución desde la perspectiva ecológica y sustentable.

8. La tendencia nacionalista dominante establece una dirección problemática de la


conducción del gobierno y del proceso, no sólo durante la primera gestión sino sobre todo
en la segunda gestión, cuando se tiene como tarea primordial la aplicación de la
Constitución. Condiciona la elaboración de leyes, hechas de una manera elitaria, sin
consulta, sin participación, y lo que es peor, sin rupturas conceptuales con los paradigmas
dependientes, coloniales y acríticos de las formas de razonar, los métodos
procedimentales y técnicas legislativas del Estado liberal. El resultado es pobre, leyes
transitorias que desconsitucionalizan el texto constitucional, lejos muy lejos de ser leyes
fundacionales del Estado plurinacional comunitario y autonómico.

9. El pragmatismo político, bajo el razonamiento del realismo político, de la tendencia


nacionalista, termina produciendo efectos demoledores en lo que respecta a la relación
con los movimientos sociales, las organizaciones sociales, la sociedad, el pueblo, en sus
formas reivindicativas. Se cruza la línea de demarcación entre los amigos y enemigos del
pueblo, se pasa al otro lado de la vereda, cuando se dan los enfrentamientos con las
organizaciones indígenas de tierras bajas, las organizaciones e instituciones de Caranavi,
el pueblo y el Comité Cívico de Potosí.

10. El más complicado producto de la tendencia nacionalista va a ser el decreto 748, llamado
de nivelación de precios por el gobierno, y gasolinazo por el pueblo. Con la elaboración y
aprobación del decreto se devela que la tendencia dominante no solamente es
nacionalista sino que había guardado en sus entrañas las formas de razonar, los métodos
y los instrumentos neoliberales, descargando en el cuerpo de los más pobres el peso de la
suspensión de la subvención al mercado interno, en lo que respecta al consumo de los
combustibles.

11. El levantamiento y la resistencia popular obligan al presidente a abrogar la medida, con lo


que se abre una nueva etapa, en la que los movimientos sociales van a tratar de retomar
la reconducción del proceso, buscando la profundización del mismo y la aplicación
consecuente de la Constitución en la perspectiva de la fundación del Estado plurinacional
comunitario y autonómico.

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12. A todo esto se suma que no se hayan resuelto los problemas abiertos por la
capitalización, el control efectivo de los recursos naturales, sobre todo de los
hidrocarbiriferos; el proceso no avanza, está lejos de concluir, mas bien se ha estancado
en una complicada maquinaria administrativa y de normas. La nacionalización vía compra
de acciones de las empresa capitalizadas, con el objetivo de tener un control accionario y
elegir al directorio, no ha resuelto el control técnico de las empresas, las que terminan
manejando en la práctica la explotación y la comercialización de los hidrocarburos,
imponiendo sus criterios técnicos.

13. No se ha logrado una buena combinación entre la demanda del mercado interno, las
exigencias del mercado internacional y la necesidad de pasar a un modelo productivo. El
peso gravitatorio sigue siendo un modelo extractivista atrapado en los circuitos perversos
de la dependencia. Sin embargo, la situación parece peor en el rubro minero que en el
rubro hidrocarburífero, donde las empresas trasnacionales se siguen moviendo en el
heredado Código Minero, aportando poco al Estado, en comparación con lo que pasa con
el rubro hidrocarburífero, llevándose cuantiosas ganancias. Se habla de la exorbitante
ganancia de un monto de mil millones de dólares por parte de la empresa San Cristobal.
Haciendo una comparación, el aporte de las empresas mineras al Estado no va más allá
del 7%, en tanto que el sector hidrocarburífero es de alrededor el 60%.

14. No se tiene un proyecto claro sobre el cambio del modelo extractivista y el paso al
modelo productivo, mucho menos una planificación integral y participativa como
establece la Constitución, enriquecida por el enfoque territorial. En detrimento se tiene
una retorica sobre la industrialización, bocetos de planes sueltos sobre hidroeléctricas,
megaproyectos, caminos transoceánicos, ideas no articuladas del desarrollo de la
siderurgia a partir del Mutún, del desarrollo de la industrialización de los hidrocarburos,
del desarrollo de la industrialización del litio y de la industrialización de la madera. Todo
esto no hace a un bloque estratégico político y económico, que contemple políticas,
estrategias, planificación integral, enfoques territoriales, planes coherentes y sustentables
de inversiones. Estamos lejos de contar con un puente efectivo que nos permita pasar del
modelo extractivista a un modelo productivo.

15. Una mirada global de la problemática de la transformación política y económica nos


muestra que no hay avances en lo que respecta a la construcción de un bloque
estratégico que comprenda la articulación complementaria de las formas de organización
económica de la economía plural, en la perspectiva de orientarla hacia una economía
social y comunitaria. Tal parece que la retorica industrialista termina encubriendo estas
falencias deteniendo los cambios y las transformaciones económicas en el círculo vicioso
de lo mismo, dependencia, extractivismo, rentismo, capitalismo de Estado, hibridado con
herencia de prácticas, procedimientos y normas neoliberales.

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En resumen, lo que ha pasado tiene que ver con la acumulación de muchas cosas, errores,
dubitaciones, desviaciones, contradicciones acumuladas, dejando problemas pendientes
irresueltos, anulando toda posibilidad de análisis, de crítica y de discusión, conformando un
constante distanciamiento con los movimientos sociales, tratando mas bien de cooptar a sus
organizaciones a través de la incorporación o anulación de sus dirigentes. En este ambiente,
primero se recoge lo incubando de la tendencia nacionalista, que cuando rompe el cascaron, que
casi ocurre a comienzos de la primera gestión de gobierno (2006), se convierte en la tendencia
dominante que toma decisiones en el gobierno, sobre todo en los temas estratégicos. Los
problemas pendientes y las contradicciones se tratan de resolver con la retoma de modelos
caducos, el Estado-nación, el capitalismo de Estado, la revolución industrial, la sustitución de
importaciones, el centralismo, el verticalismo, la obediencia y sobre todo la apología de lo que se
hace, sin discusión alguna. Como desenlace de esta sedimentación contradictoria y restauradora,
combinada con un pragmatismo y un realismo político descarnado, que no está exento de retorica,
de teatro político y burocratismo, se produce el artefacto político, el dispositivo jurídico, del
decreto 748, como expresión adecuada de la tendencia nacionalista dominante.

Los argumentos oficiales

Un informe oficial sobre la situación de la subvención al mercado interno del diesel oíl, de la
gasolina y del GLP para el mercado interno se resume del modo siguiente:

 El costo promedio anual de la subvención a los combustibles está entre $us360 millones y
$us380 millones, éstos son asumidos por el Tesoro General de la Nación (TGN) y se
distribuyen de la siguiente manera:

- Diesel oíl 77%

- Gasolina 10%

- GLP 13%

 El consumo de diesel oíl se ha incrementado en 17% entre 2006 y 2010. Los sectores que
demandan este combustible son:

- Transporte 65%

- Agropecuario 30%

- Industria 5%

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 El contrabando de diesel oíl y gasolina representa, aproximadamente, el 50% de los
volúmenes comercializados en el país, debido a la gran diferencia en los precios de venta
al consumidor en los países vecinos.

 Hay un diferencial de precios de la gasolina y el diesel oíl que motiva el contrabando,


mientras en Bolivia la gasolina está a 3,74 Bs. el litro, en Argentina está 6,90 Bs. el litro, en
Brasil a 10. 52 Bs. el litro, en Perú a 7,28 Bs. el litro y en Chile a 7,36 Bs. el litro. Algo
parecido ocurre con el diesel oíl, mientras en Bolivia el diesel cuesta 3,72 Bs. el litro, en
Brasil cuesta 8,13 Bs. el litro, en Perú 4,53 Bs. el litro y en Chile 7,08 Bs. el litro.

 El gobierno gasto durante el 2010 666 U$ millones de dólares por concepto de


importación de gasolina y diesel oíl; se estima que para el 2011 el gasto será alrededor de
1000 U$ millones de dólares.

 Por eso se toma la medida de incrementar los precios de los combustibles: la gasolina
especial con una variación del 73%, la gasolina Premium con una variación del 57%, la
gasolina de aviación con una variación del 60%, el kerosene con una variación del 95%, el
jet fuel nacional con una variación del 99%, el jet fuel internacional con una variación del
14%, el diesel oíl nacional con una variación del 83%, el agro fuel con una variación del
95%, el fuel oíl con una variación también del 95%. Mantiene su precio el gas oíl y el GNV.

 Por otra parte estamos ante una baja de la producción de hidrocarburos líquidos; del 2006
al 2010 la producción de petróleo crudo habría bajado de 10.205 barriles por día a 4.959
barriles por día, el condensado habría bajado de 30.567 barriles por día a 29.493 barriles
por día, en cambio la gasolina habría subido de 7.784 barriles por día a 8.216 barriles por
día, siendo la única producción que se habría incrementado. En general la producción de
hidrocarburos líquidos habría disminuido de 48.556 barriles por día a 42.668 barriles por
día.

Podemos decir que el informe del gobierno nos muestra la dramática situación financiera; la
conclusión es que no se puede seguir subvencionando al mercado interno, sobre todo en las
condiciones que se lo hace, importando a precios internacionales y vendiéndolo a precios del
mercado interno. Esto, en primer lugar es insostenible, en segundo lugar incentiva el contrabando
a las fronteras, dada la diferencial de los precios comparativos. Empero, ¿se puede resolver el
problema cortando de la noche a la mañana la subvención? En el mejor de los casos se puede
suponer la desmotivación del contrabando, ya no habría motivo para llevar a la frontera
ilegalmente la gasolina y el diesel oíl. Sin embargo, seguiríamos comprando en el mercado
internacional los combustibles faltantes para consumo del mercado interno. No se habría resuelto
el problema del autoabastecimiento, de la soberanía productiva y de la soberanía económica.
Estaríamos destinando fondos para la compra que pueden servir muy bien para la inversión
productiva. Las descompensaciones entre el mercado interno y el mercado externo, entre las
exportaciones y las importaciones, entre producción y consumo, seguirían abiertas. ¿Cómo

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resolver los problemas evidentes que generan estas brechas? Se trata obviamente de la inversión
en la explotación y en la industrialización, buscando lograr resultados ostensibles a mediano plazo;
también se trata de la inversión en exploración a mediano y largo plazo con el objetivo de
aumentar las reservas hidrocarburíferas. Pero, ¿esto se puede hacer con el costo social que
implican las medidas? ¿Esto se puede hacer con el costo político de las medidas? Por otra parte,
los problemas de desfase entre exportación e importación, entre producción y consumo, no se
resuelven con la suspensión de la subvención, sino combinando adecuadamente los ritmos de los
circuitos de capital; los circuitos primarios, destinados al consumo inmediato; los circuitos
secundarios, destinados a la infraestructura y logística económica; y los circuitos terciarios,
destinados a la formación de recursos humanos y a la investigación. Se trata de orientar en la
combinación de los ritmos y los circuitos de capital los circuitos de la inversión productiva.
También se requiere encarar de manera integral todas las regiones y sectores económicos,
también la articulación de sus ritmos y espacios-tiempos, sus territorialidades y sus sectores. La
combinación de la composición extractiva minera e hidrocarburifera, la articulación de la
transición del modelo extractivo y el modelo productivo, la relación entre estos modelos y la
soberanía alimentaria, la complementariedad de las formas de organización económica de la
economía plural, el peso que puede ir adquiriendo en esta economía plural las formas de
organización social y comunitaria. Ahora bien, todo esto correlacionado a las transformación de las
condiciones de vida de la población, a los procesos de su formación, a los avances integrales en la
perspectiva del vivir bien. Se trata de una composición integral de inversiones, ritmos, circuitos,
espacios-tiempos, contando en la transversalidad de estas acciones, estrategias y políticas con la
participación social, en todos los niveles, y con todos los actores.

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