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EL CUIDADO PERSONAL

La eterna juventud ha sido el sueño de la humanidad durante siglos y al día de


hoy no se ha podido conseguir.

Piel sana y cabello cuidado ocupan un lugar destacado desde el punto de vista
estético, quién conserva un buen aspecto no sólo es atractivo si no que goza
también de reconocimiento y facilidad de relacionarse con los demás.

El uso de cosméticos y productos de cuidado personal data desde las antigüas


civilizaciones de todo el mundo.

Para conseguir el cuidado que querían lograr, utilizaron lo que estaba a su


alcance sobre todo lo que la naturaleza les proveía y el objetivo primordial
siempre fue conservar la juventud

Los primeros registros que se tienen acerca de cosméticos datan de la primera


Dinastía Egipcia (3100 – 2907 a de C). En las tumbas se han encontrado
jarrones con ungüentos que parecían haber estado perfumados.

Los faraones acentuaban sus ojeras con un polvo de Malaquita de color verde,
pintaban sus pestañas y parpado superior con un preparado de antimoho u
hollín llamado khol, esto les permitía acentuar sus rasgos y dar mayor severidad
a su rostro.

La medicina tradicional china dio alta importancia al cuidado personal ya que se


desarrollaron recetas para la arrugas, mejoramiento de la piel y tratar diversos
problemas en la piel.

En la India el cuerpo es considerado “El utensilio indispensable del alma”, para


ellos el agua es el mejor purificador y antes de bañarse se dan un masaje con
aceite de Sésamo.

En Grecia las mujeres podían cambiar el color de su cabello utilizando minerales


y zumos de plantas.

En Roma hidrataban y suavizaban su piel con baños de leche y salvado y


limpiaban sus dientes con una mezcla de vinagre y piedra pómez.

Durante la época del Renacimiento los miembros de la Corte se blanqueaban la


cara con una mezcla de plomo, azufre, alabastro y almidón perfumado.
En el siglo XIX comenzaron a surgir los primeros libros sobre plantas y sus
propiedades, estos incluían fórmulas para aclarar el color del cabello, quitar
pecas y limpiar los dientes.

Finalmente en el siglo XX los grandes descubrimientos científicos permiten el


auge del desarrollo de la industria química y cosmética donde el maquillaje y
tratamientos de belleza no sólo realzaban virtudes sino también disimulaban
defectos.

Al día de hoy nada puede detener el curso natural de nuestro organismo, sin
embargo si es posible retrasar las manifestaciones del envejecimiento que
amenazan la piel por cuestiones ambientales, hábitos cotidianos y el
desgastante estrés.

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