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El sol estaba apunto de ocultarse y La Sílfide salió de su casa en la copa de los grandes y frondosos

arboles de aquel bosque buscando aquello con mucha ansia quería desde que por la driada fue
hechizada, pero que nunca encontraba, salió al encuentro de su amigo un duende que había
conocido y también había sido victima de la malvada Driada y su vista le había quitado, Así que
todas las noches salían los dos a buscar la solución al embrujo, salieron tan rápido como lo podían
hacer una sílfide a la que le habían quitado las alas y un duende ciego. Ambos estaba condenados
ah encontrar la solución antes de pasados 30 amaneceres, o si no morirían

Casi a la media noche, después de mucho caminar el duende y la Sílfide se recostaron debajo de
un gran árbol empezaron a platicar acerca de que cuando encontraran la solución cada quien
seguirían su rumbo y fue así como se quedaron dormidos; al amanecer, la Sílfide se despertó al oír
el parloteo de un grupo de gnomos, que alardeaban acerca de un prodigioso minotauro que
descifraba hasta el mas misterioso acertijo, La Sílfide despertó va su compañero y le propuso
visitar al minotauro, este accedió a la petición del hada a pesar de no creer mucho en lo que le
decía, pero ambos se encaminaron hacia la cueva , al llegar se apresuraron a entrar y vieron al
Mino tauro muy civilizado tomando un taza de té en su sillón, analizándola crisis mundial.

El astuto minotauro les pregunto el porque de su presencia y este escucho con atención lo que la
driada, y lo pensó un rato…

Se tomo su tiempo… fumaba su pipa… se paseaba con hechizos y pócimas por toda la cueva,
hasta que después de quitarse la gota de sudor que brillaba en su frente, se aclaro la garganta y
les comunico su decisión: lo eh analizando psicológicamente, y eh dado con 2 alternativas:

1.- beber este antídoto al amanecer y así recuperaran sus alas y sus ojos, respectivamente. Pero a
cambio deberán dejar atrás la amistad que han forjado, y será como si ustedes jamás se hayan
conocido.

2.-y la segunda, ambos se marchan siendo ciegos y sin alas, respectivamente, pero habiendo
entendido que deben permanecer juntos, tu siendo sus ojos y tu siendo sus alas,

Ninguno dudo en escoger la primera opción pues ambos tenían cientos de planes, y no los
echarían a perder. El minotauro les pidió que esperen hasta el amanecer para beber la pócima.

Al amanecer ambos estaban apunto de tomar la pócima, y de olvidar aquellas 19 noches que
habían pasado juntos buscando la respuesta, las veces que el duende y la sílfide se desvelaban
riendo y platicando de todos los planes que tenían, y de que harían el resto de sus vidas, la driada
había puesto ya su copa cerca de su barbilla, y el duende casi se la estaba empinando cuando de
repente una chispa de intuición rompió aquel silencio sepulcral de pronto ambos se dieron cuenta
que no podrían disfrutar el resto de sus vidas sin la persona que les ayudo a recuperarla, no tenían
que renunciar a todos sus planes futuros, ni mucho menos a su vida o a todo lo que tenían, quizás
sin alas o con su ceguera, pero tenían su vida, podían compartirla, se tenían uno al otro, que mas
podrían necesitar. Ambos soltaron la copa como si ese pensamiento hubiera sido mutuo, se
sonrieron y se abrazaron como haciéndole saber al sabio minotauro cual había sido su elección.
La sílfide fue su guía y el duende fue sé su alma, así fue por el resto de sus días, La Sílfide salía
todos los días de su casa en la copa de los grandes y frondosos arboles de aquel bosque, pues ya
había encontrado aquello que con mucha ansia quería desde que por la driada fue hechizada,
salió al encuentro de su amigo un duende que había conocido y también había sido victima de la
malvada Driada, que nunca pensó que su hechizo uniría a 2 seres por toda la eternidad

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