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La imagen corporal es la manera como te ves y te imaginas a 

ti mismo.

Tener una imagen corporal positiva significa, en la mayoría de los casos,


que te veas a ti mismo de manera precisa, que te sientas cómodo en tu
cuerpo y que te sientas bien con tu apariencia .

Todos tenemos una imagen corporal. Todos tenemos sentimientos con


respecto a nuestra apariencia. Además, tenemos pensamientos y
sentimientos sobre lo que las otras personas piensan sobre nuestra
apariencia. Nuestra imagen corporal general puede variar de muy positiva
a muy negativa. Quizá te sientes bien con respecto a algunas partes de tu
cuerpo o tu apariencia, pero no con respecto a otras; eso es totalmente
normal. La imagen corporal también es la manera en la que te sientes en
tu cuerpo: si te sientes fuerte, capaz, atractivo y en control.

El esquema corporal es la imagen corporal o representación de cada quien


tiene de su propio cuerpo, sea en un estado de reposo o en movimiento.

Según los especialistas, el desarrollo del esquema corporal tiene todo un


proceso, depende de la maduración neurológica como también de las
experiencias que el niño tenga. Alcanza su pleno desarrollo hasta los 11 o 12
años.

El esquema corporal es producto de un desarrollo progresivo ontogenético y a


partir de las siguientes sensaciones:

a) Interoceptivas, (viscerales).
b) Exteroceptivas, fundamentales logradas por la vista y el tacto.
c) Propioceptivas, que nos vienen de los músculos, tendones y
articulaciones, y nos
informan sobre la contracción o relajación del cuerpo. (Percepciones de
posición y tono muscular).

Interpretación de corporeidad

El cuerpo del hombre forma parte del llamado Mundo 1, junto con otros objetos y
estados físicos. (Hay que tener presente que para Popper existe la posibilidad de
distribuir la evolución cósmica en tres fases correspondientes a tres mundos, que
a su vez podrían estructurar cualquier dimensión de la existencia o de la
experiencia). Al Mundo 1 correspondería la materia y la energía del cosmos
(inorgánica); estructuras y actos de todos los seres vivos, incluidos los cerebros
humanos (biología); utensilios (del hombre) en cuanto sustrato material de la
creatividad humana, de los instrumentos; máquinas, libros, obras de arte, de
música.

"Junto a los objetos y. estados físicos, considero posible la existencia de los


estados mentales y que éstos sean reales porque se interrelacionan con nuestros
cuerpos". Este Mundo 2 es, pues, el de los estados de conciencia: tanto la
conciencia subjetiva como la experiencia de percepción, pensamiento, emociones,
intenciones, disposiciones, recuerdos, sueños, imaginación creadora.

Finalmente hay un Mundo 3; es el mundo de los contenidos del pensamiento, o,


mejor, de los productos de la mente humana. Se trata, por tanto, del conocimiento
en sentido objetivo, es decir, del patrimonio cultural codificado en sustratos
materiales (del Mundo 1): patrimonio filosófico, teológico científico histórico,
literario, artístico y tecnológico. Del Mundo 3 forman parte también los sistemas
teóricos que contienen problemas científicos y argumentos críticos.

"La propuesta incluye que estos tres mundos se relacionan entre sí: hay una
interacción recíproca entre los Mundos 1 y 2 y entre los Mundos 2 y 3,
generalmente a través de la mediación del Mundo 1. Cuando el conocimiento del
Mundo 3 (el mundo de la cultura humana) se codifica en objetos del Mundo 1
-libros, imágenes, estructuras, máquinas- puede ser percibido conscientemente
sólo en el caso de que sea proyectado al cerebro mediante los necesarios órganos
receptores y las vías aferentes. A su vez, el Mundo 2, el de la experiencia
consciente, puede provocar cambios en el Mundo 1, en primer lugar en el cerebro
y después en las contracciones musculares; de este modo puede extender su
acción al Mundo 1. Éste es el modo de funcionar que el movimiento voluntario
considera como posible.

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