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N u e v a Z e l a n d a

Un a n a t u r a l e z a p r á c t i c a m e n t e v i r g e n q u e c o m b i n a p a i s a j e s y t e r r e -
nos de lo más diverso: tropical con vegetación ex huberante, al al -
p i n o, c o n m o n t a ñ a s n e v a d a s y e l m a r d e f o n d o. , m a r, r í o s , c a s c a d a s
i m p r s i o n a n te s ,q u e Co n e s to s g r a n d i o s o s e s c e n a r i o s c o m o f o n d o, l a
av e n t u r a e s t á a s e g u r a d a . A l o l a r go y a n c h o d e l p a í s e n c o n t r a r á s m i l
y una opor tunidades para poner te a pr ueba. Ojo: algunas disparan
l a a d re n a l i n a . Alpes neozelamdeses capital mundial de los deportes de avenmtura, Queenstown
Texto y fotos: Óscar Álvarez

Mil y una
aventuras
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E
n “sunny romantic Russell”, como merece salir al mar en velero y al encuentro cubiertos por exuberante vegetación
gusta llamar mi amigo David a este pueblo de las islas. David dirige la proa hacia una tropical llena el horizonte. Una imagen
que fuera capital colonial, el sol no asoma de ellas y, al echar el ancla al abrigo de demasiado bella para inspirarle al marino
todo lo deseable. Pero si lo hace cambia el la ensenada con forma de media luna, británico cualquiera de aquellos nombres
panorama: se enciende el cielo, “azul como anuncia solemne: “Justo aquí fondeó el pesimistas con que bautizaba los que creía
el ala de un pájaro”, mientras resplandece la Endeavour cuando James Cook pisó por sus descubrimientos. Un milenio antes
costa esmeralda y el mar vira del índigo al primera vez Nueva Zelanda”. Desde el de Cook y en esta península al extremo
turquesa dependiendo de la profundidad. mirador sobre el monte que domina este norte de Nueva Zelanda, hoy conocida
Así, un domingo luminoso como hoy, bien pedazo de tierra la vista resulta espectacular. como Northland, llegó la tribu maorí de los
Un archipiélago de islotes montuosos Nga Toki Matawhaorua. Habían viajado

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guiados por su jefe Kupe miles de millas lugar el ultramaratón de 60 km. Durísimo. son fanáticos de la Copa América, de la que
surcando el Pacífico, sin otra guía que las fue sede en 2000 (cuando la ganó un club
estrellas. Algunas leyendas aseguran que local) y en 2003. Dada la afición, existen
recalaron en Ninety Mile Beach. A pesar de
• La “Ciudad de las Velas” muchas escuelas de vela, de modo que si se
su nombre, esta larguísima playa se extiende Auckland rinde tributo a las habilidades tiene tiempo e interés, es un buen lugar para
“sólo” 55 millas (88 km). Espacio suficiente náuticas maoríes. Y es que la ciudad más aprender.
para un evento como el Te Houtaewa grande de Nueva Zelanda vive de cara al
Challenge, que sin duda todo quien ame mar; basta con ver cada tarde regresar a las Aunque se busque la naturaleza, resulta
correr conocerá. Cada marzo, amén del marinas decenas de veleros. Se calcula que 2 inevitable pasar por Auckland en algún
maratón de 42 km y otras pruebas, tiene de cada 3 habitantes practica la vela y todos momento. Conviene saber que se levanta al

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fondo de una linda bahía, exhibe una fachada con toda la melosidad de los Mares del Sur. Oxford o Salisbury a lo largo del bulevar
de rascacielos y un centro de arquitectura Cantan y la amenizan con sus bailes y juegos Worcester, con sus agujas, gárgolas y muros
ecléctica, tras los que en realidad se de abalorios, mientras los (antes) terribles grises, todo un dechado de arquitectura
extienden docenas de colonias residenciales. guerreros, sonríen y cimbrean las caderas. victoriana. En sus colegios los niños visten el
La mezcla de razas que se reúne los fines de Así es el folclor maorí, en el que la fiereza clásico uniforme de gorra, chaqueta rayada,
semana en los parques (europeos, maoríes, convive con el sentido del humor de este corbata y pantalones cortos, lo que nos da
orientales e incluso algún africano), el culto pueblo que recibe a los visitantes con su idea de lo rancio que es el lugar. Pero siempre
occidental a los buenos restaurantes (a veces “Manaakitanga”, el espíritu de la hospitalidad. hay algo interesante que hacer, como pasear
roza la frivolidad) y una vaga atmósfera Habitan en todo el país, pero es en la isla en globo sobre las llanuras de Canterbury y
polinesia impregnándolo todo, le confieren norte donde más comunidades maoríes disfrutar de las magníficas vistas.
uno de los ambientes más cosmopolitas de encontraremos. Y las más interesantes -villas
Oceanía. termales, centros de artesanía, folclore- están De camino a las verticales tierras sureñas será
en el área de Rotorúa. inevitable detenerse aquí y allá al borde de la
carretera. ¿Cómo no admirar el panorama?
• Rotorúa El mismo paisaje en torno al lago Los Alpes Neozelandeses se coronan de
Primer movimiento: tensión. Gritos y homónimo resulta sobresaliente para los nieve ante lagos que duplican su belleza y,
maldiciones con la inverosímil cadencia de estándares neozelandeses, lo que ya es finalmente, aparece el Mount Cook, con
un canto, acompañan a los sonoros golpes decir. Volcanes activos, cráteres enormes, sus 3.754 m despuntando por encima del
que cinco hombretones tatuados se dan géiseres explosivos, aguas termales con Lago Tekapo. Más adelante me encuentro
en el pecho, los antebrazos, los hombros. lechos de distintos colores, estanques de otra una estampa típica: un mar de ovejas
Segundo: pasos hacia los espectadores – fango hirviente, lagos y montañas, bosques inunda la carretera, interrumpiendo el
nosotros- hundidos en los asientos mientras autóctonos... todos bajo la protección de tráfico. Trascurren casi 5 minutos hasta que
las lanzas se agitan amenazadoras. ¿No es los dioses maoríes y un penetrante olor el último borrego ha pasado al otro lado.
suficiente? Ahora sigue lo más espantoso: a azufre emanando de las entrañas de la Dicen que en Nueva Zelanda hay unos 80
ojos saltones y lenguas fuera en gestos tan tierra. Innumerables son las opciones para millones de ovejas y, es tal su importancia,
desaforados que provocan un anticlímax. el senderismo (y para el popular horse que ha generado una cultura propia. Tarde
Y risa, pero a ver quién es el guapo que se trekking). Pero si hay algo que no debe o temprano acabaremos viendo una
atreve. Súbitamente todo es silencio y sé dejarse de probar es el hidrospeed o el demostración de esquila, casi un deporte
que he sobrevivido a un haka, la danza de rafting en las termas de Hell’s Gate. nacional.
desafío de los guerreros maoríes. Apenas
tengo unos segundos para reubicarme
• Queenstown:
mentalmente en el marae (casa tribal) de • En globo sobre un salto al vacío
Whakarewarewa, cuando los danzantes, Christchurch Al sur de la Isla Sur, rodeada por los
que han cambiado sus armas por guitarras, Alpes Neozelandeses y a orillas del lago
No existe en Nueva Zelanda espíritu más
arrancan una alegre melodía que acaricia Wakatipu, me espera Queenstown,
británico que el de Christchurch. Principal
los oídos. Se han unido tres mujeres, cuyas conocida como “la capital mundial de
ciudad de la Isla Sur, se asienta entre el mar
voces dulcifican la tesitura de una canción los deportes de aventura”. El centro
y la llanura de Canterbury. Es posible evocar

En el horizonte, cortado por miles de picos, el sol.


A su lado, muy a lo lejos, el Nanga Parbat y yo flotando en un mar de sombras. Me
sentí desaparecer, diluyéndome en el aire al respirar su espíritu.

Mejor...
cuanto más extremo
En Queenstown inventaron una actividad muy movida: el fly by
wire. Consiste en introducirse en cohete descubierto donde apenas
Bungee

nos cabe el cuerpo y, gracias a un cable de acero que lo articula a


un eje en el aire, girar en órbitas cada vez más vertiginosas. Parece
una atracción de feria llevada a su grado superlativo y quién sabe si
conseguirá seguidores. Pero es posible; de hecho el “bungee jump”,
nacido también en Queenstown durante los 80s, se consideraba
“cosa de locos” antes de se empezara a practicar en todo el mundo.

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de la ciudad no supera el kilómetro tantas rutas que atraviesan áreas protegidas De manera que mi excursión el kayak por
cuadrado y toda el área comercial está a y cuya dificultad, duración y escenarios el fiordo de Milford Sound se convierte
mano. A pesar de tantos turistas ávidos varían. Lo suyo es pedir información a la en una experiencia inolvidable. Sobre las
de emociones como atrae, el lugar es oficina de turismo y sentarse a estudiarlo. paredes verticales, que encajonan el canal
tranquilo. Engañosamente tranquilo. La Dos recomendaciones: para quienes a través del cual el mar penetra, resbalan
verdad es que me cuesta un poco asimilar la quieran ver mucho en poco tiempo (7 cien cascadas. Proceden del deshielo de
majestuosidad del paisaje. Pero mejor será horas, 11,5 km), la ruta del Glaciar Rob unas cumbres blancas. Donde acaba la
irse acostumbrando, perderle el respeto Roy. Y quienes se sientan con ánimo, deben nieve comienzan los bosques de helechos
y empezar a planear cómo disfrutarlo al hacer el sendero Routerburn (3 días, arborescentes, hasta llegar al borde del
máximo. 38 km), favorito de Edmund Hillary, pequeño puerto. Es una imagen irreal,
primer escalador del Everest. La base de mezcla de Escandinavia y los trópicos.
El número de actividades es abrumador operaciones no será entonces Queenstown,
y su diversidad también: hay para cada sino Te Anau, a 300 km por carretera. El
gusto y para cada edad. Desde los deportes esfuerzo tendrá su recompensa.
extremos al ecoturismo, pasando por las
excursiones al aire libre, se puede ocupar ¿Y cuándo llegan las emociones fuertes?,
hasta el último minuto de las vacaciones. De regreso a Queenstown lo oportuno
Aunque cabe montárselo por nuestra es comenzar por un deporte inventado
cuenta, para facilitar las cosas existen precisamente aquí. El bungy jump reta
empresas especializadas. Quizá sea bueno a una caída de 50 metros y a mojarse
comenzar con calma; puestos a abrir boca la cara en un riachuelo de 40 cm. Otra
nada mejor que abordar el viejo crucero de ocurrencia local: el jetboating, o lanchas
vapor en su travesía sobre el lago Wakatipu. de escaso calado para navegar a velocidad
O la ascensión en funicular hasta el mirador del rayo por los recovecos del río. La caída
que domina Queenstown, los Montes libre, el parapente, el descenso de cañones,
Remarkables y el mismo lago, brillante el rafting, el esquí, el esquí acuático, la
como un espejo. Igualmente aconsejables mountain bike, los vuelos en aerostáticos, la Sentiría como un trauma abandonar
son las visitas culturales a granjas ovejeras o escalada libre o en hielo, son otros deportes semejante obra maestra de la naturaleza,
al pueblo minero de Arrowtown, donde te que pueden practicarse en un área que sino fuera porque el camino de vuelta a
dejan un cedazo y puedes buscar pepitas de reúne lo necesario para divertirse en la Queenstown atraviesa el Parque Nacional
oro en el río. tierra, el agua y el cielo. de los Fiordos. Lleno de rincones de gran
belleza, no falta excusa para caminar y
Pero, sinceramente, el paisaje merece que le
hagamos honor pasando a la acción. Si hay
• Milford Sound, ver: las gargantas formadas por la erosión
fluvial en The Chasm, el Lago Gunn, el
una que no podemos perdonar de las mil ver para creer pico Monkey y el valle Hollyford, o los
posibilidades es el senderismo (un vil truco Pareciera un milagro: después de que el lagos Mirror. Pero tengo ganas de regresar a
para salir de dudas; en realidad no puede sol ha estado jugando al escondite todo el Queenstown y probar el fly by wire. Dicen
perdonarse casi ninguna). Pero entonces viaje, viene a mostrarse radiante justo en que es una experiencia muy fuerte...
volvemos al mismo dilema, decidirse entre uno de los lugares más lluviosos del planeta.

• CUANDO IR Queenstown), pero lo más común es entrar por En Nueva Zelanda es posible viajar con un
Más allá del lugar común, una de las Auckland. La mejor forma de desplazarse por el presupuesto económico (20€/día), siempre
conversaciones favoritas de los neozelandeses país (si no nos importa conducir por la izquierda) y cuando nos alojemos en moteles, nos
es el tiempo, lo que nos puede dar idea de su será alquilar un vehículo, cuyos precios son preparemos la comida y realicemos actividades
inestabilidad. Teóricamente de noviembre razonables. Si no, el servicio de autobuses gratuitas, como el senderismo.
a febrero los días son más despejados y las resulta confiable. Los trenes -modernos y Electricidad: 230V.
precipitaciones ocurren de junio a septiembre. rápidos- pueden ser más baratos, aunque la red
Pesos y medidas: sistema métrico.
Pero, por ejemplo, gran parte de la Isla Norte cae ferroviaria no es grande. Para quien la velocidad
en la región subtropical y puede verse afectada importe, Air New Zealand ofrece un air pass de • Enlaces de interés
por semanas de lluvia en plena estación seca. O vuelos domésticos a bajo precio. à Escuela de vela en Auckland
en los Alpes Neozelandeses puede disfrutarse • VISADOS www.pennywhiting.com
Agenda

de sol y cumbres nevadas durante la temporada Los ciudadanos de la Unión Europea sólo à Fly by wire http://
de lluvias. En otras palabras, hay que estar necesitan el pasaporte en regla para estancias experiencequeenstown.com/fly-by-wire
preparado para cualquier cosa. menores a 3 meses. à Maratón www.newzealand-marathon.co.nz
• CÓMO MOVERSE • MONEDA Y COSTOS à Vuelo en globo www.ballooning.co.nz
Son cuatro los aeropuertos internacionales La moneda es el dólar neocelandés, que à Oficina de turismo www.newzealand.com
(Auckland, Wellington, Christchurch y equivale a 50 céntimos de €.

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Cien por cien
Pura
No es conveniente imaginarse
Nueva Zelanda sin conocerla,
porque la imaginación a veces
se queda corta. Sólo la grandeza y
variedad de sus paisajes la convierten en
uno de los mejores lugares del mundo para
el ecoturismo. Además, el equilibrio entre
la protección del medio ambiente y su
disfrute, parece aquí una realidad. Algunos
datos son elocuentes: formada por dos
islas principales y varias menores, Nueva
Zelanda suma una superficie de 270,534
km2 en la que viven menos de 4 millones
de personas. Sin contar otro tipo de zonas
protegidas, los tcatorce Parques Nacionales
existentes ocupan más del 10% del
territorio total. En torno al 25% del mismo
está cubierto por bosques hábitat de una
interesante fauna nativa.

Prácticamente cualquier ruta


lleva a alguna zona de valor
natural. Hacia el norte una península
se estira entre dos costas, alternando
pastizales y espesuras boscosas donde
crecen 180 especies de helechos y unos
árboles gigantescos llamados kauri. Al sur
y hacia el interior, a la Isla Norte la hacen
más vertical las montañas y los cráteres.
En esta dramática geografía se preservan
casi intactos diferentes ecosistemas que
van desde el bosque de alta montaña
hasta la selva tropical, pasando por áreas
volcánicas y costas muy recortadas. “Cien
por cien pura”, la presumen sus habitantes.
Y sus argumentos resultan difíciles de
rebatir.

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