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2003 Peña Cedillo Cambio Tecnologico y SNI
2003 Peña Cedillo Cambio Tecnologico y SNI
RESUMEN
ABSTRACT
This work addresses the fundamental thesis that deal with the debate on
technological change and their impact on social and economic development in
the long term, with the necessary attention on innovation at a national level.
We highlight the fact that interrelated technical innovations derive from
Jesús Peña. Cambio tecnológico y sistemas nacionales de innovación: elementos para la teoría y la política
del desarrollo socioeconómico. Argos, 38, Julio 2003. pp. 41-74
RÉSUMÉ
1. Introducción
El interés por el cambio tecnológico y la innovación, y cómo estos fenómenos
se insertan en las políticas económicas nacionales, ha venido creciendo
notablemente por más de una década; y ello se expresa en que las políticas
industriales, tanto en los países desarrollados como en la mayoría de los
subdesarrollados, incluyen cada vez más explícitamente el componente
tecnológico
Diversos razonamientos han sido adelantados para explicar por qué se dan esos
encadenamientos de innovación tan poderosos. Algunos autores (por ejemplo,
Pérez, 1985) han señalado que cada revolución tecnológica se basa en una
modificación radical y duradera en la dinámica de costos relativos del conjunto
de todos los posibles insumos del proceso productivo, estableciendo que
algunos tenderán a la baja y otros al alza por largos períodos de tiempo. Surgiría
así un ‘tipo ideal’ de organización productiva, capaz de hacer las previsiones
correctas al respecto, para lograr las combinaciones más eficientes durante un
período largo. Esta cadena de acontecimientos terminaría orientando las
decisiones de inversión y de innovación tecnológica, lo cual se presentaría ante
nuestros ojos como el despliegue de un ‘paradigma tecno-económico’.
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Observemos que esta explicación se opone a las tesis tradicionales de que las decisiones de inversión se toman exclusivamente en
función de los costos relativos del trabajo y del capital. En ese sentido, acompaña a Freeman, Clark y Soete (1982), quienes señalan
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del desarrollo socioeconómico. Argos, 38, Julio 2003. pp. 41-74
Las explicaciones de esta naturaleza han llegado al punto de señalar que son los
procesos de despliegue de nuevos paradigmas tecnoeconómicos los que
permiten entender tanto la conducta oportunista individual de los agentes
económicos aislados, hasta el comportamiento de las ondas largas de
Kondratiev; esto es, el fenómeno de la innovación debería ser considerado
crucial para poder explicar tanto los fenómenos de competencia directa entre
agentes económicos, como los fenómenos de transformación estructural del
sistema económico mundial.
que es iluso suponer que una decisión de largo alcance se tome en base a pequeñas variaciones en el costo relativo de los factores y
no con base en un cambio significativo, usualmente sostenible durante un largo plazo. Aun así, la explicación de Pérez se asemeja
demasiado a las explicaciones racionalistas de búsqueda niveles de óptimos de eficiencia en el largo plazo, por lo que más adelante
expondremos las tesis evolutivas y de aprendizaje que más recientemente intentan explicar el fenómeno.
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El determinismo tecnológico supone que la lógica del cambio estrictamente técnico arrastra, conduce y moldea el resto de los
fenómenos sociales. Un derivado de esta tesis es que debe esperarse un progreso socio-económico sostenido, inevitable, neutral y
con tendencia a generalizarse. Para el caso de los países subdesarrollados, el determinismo tecnológico implicaba el seguimiento de
la vía trazada por los países occidentales industrializados, sin mayores consideraciones sobre la lógica que les es particular como
organizaciones sociales diferentes (Lander, 1994; Álvarez, 1999).
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De igual manera, debemos señalar que las sociedades no son sólo resultado de
la transformación tecnológica y económica. En el planeta permanentemente
surgen vigorosos movimientos sociales que propugnan maneras de “hacer
sociedad” que no se subordinan a imperativos tecno-económicos que parecen
indetenibles o cuasi-naturales, sino que por el contrario hasta aparecen con el
fin expreso de enfrentarse a ellos; verbigracia, los movimientos que provocaron
la detención súbita del desarrollo y uso de la energía atómica, la oposición de
importantes sectores a lo que se ha denominado ‘la sociedad de consumo’ o el
despliegue vigoroso de las corrientes que impulsan el ‘desarrollo sustentable’.
Abordar desde esta perspectiva nuestro problema pone sobre el tapete las dos
principales facetas que deben siempre considerarse al enfrentar el tema de la
innovación: el cambio tecnológico y el cambio socio-institucional. En lo que
sigue del texto, intentaremos trazar el camino que conduce hacia una
perspectiva de acción pública en el terreno de la innovación, que reconoce esta
necesaria interdependencia entre estructura e instituciones: la perspectiva de los
sistemas nacionales de innovación.
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En primer término vale la pena que nos remitamos a Joseph Schumpeter, uno
de los pioneros en la utilización del término. Schumpeter señaló, entre otras
cosas, que la innovación es “lo que nosotros llamamos en forma no científica
‘progreso económico’, [y] significa en esencia el empleo de recursos
productivos en usos no probados hasta ahora en la práctica, y su retiro de los usos a
que han servido hasta ahora”. Adicionalmente, y para mayor rigor, indicó que
“la innovación significa el rompimiento de la antigua ‘curva de oferta’ y la
iniciación de una nueva. No importa en absoluto que esto se logre empleando
una nueva invención o no […] sino la solución afortunada de la tarea sui generis
de poner en práctica un método no ensayado”. En fin de cuentas, innovar
significa la movilización de recursos de una zona de menores rendimientos
relativos a una de más altos rendimientos relativos (Schumpeter, 1934).
Conviene destacar que, sea cual sea la definición adelantada, todos los autores
coinciden en que el principal énfasis en el concepto de innovación no se
encuentra en la invención de nuevos elementos o en que la nueva idea sea
realmente nueva en términos absolutos, sino en que la idea o el elemento sean
exitosos en su nueva utilización.
Todo lo señalado nos indica que la innovación, incluso considerada sólo como
una actividad del sector ‘productivo’, es un fenómeno que puede ser estudiado
desde el punto de vista tanto de la economía como de la sociología: desde el
punto de vista de los economistas, la innovación es una actividad que crea
crecimiento económico; sociológicamente, es una actividad que representa la
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Si bien es cierto que desde la perspectiva evolucionista todo fluye, resulta ser
que esto sucede en ámbitos institucionales específicos que en mayor o menor
medida facilitan la interacción y la coordinación (y los mercados deben
reconocerse sólo como uno de esos arreglos institucionales). Es así como los
costos de transacción, la incertidumbre y la confianza aparecen como los
problemas centrales para los agentes dentro del sistema, con igual estatus que el
poseído por los precios y costos de los mercados neoclásicos (véanse, entre
otros, Fukuyama, 1998; Elster, 1991; North, 1984, 1995).
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Entendemos por instituciones los mecanismos que ponen en vigencia reglas (Elster, 1991). Más aún, desde una perspectiva plenamente
institucionalista, las instituciones son en sí mismas el conjunto de reglas, los procedimientos de aceptación y cumplimiento de las mismas,
y las normas éticas y morales que se diseñan para restringir el comportamiento de los individuos (North, 1984).
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Esta es la corriente dominante, pero debe destacarse que enfoques alternativos incorporan dentro de este concepto las medidas
destinadas a lograr la ‘aceptabilidad social’ del desarrollo tecnológico e industrial; en tanto otros ponen el acento, no en el
mejoramiento de la competitividad, sino en la elevación de la calidad de vida y el desarrollo coherente y armonizado de la sociedad.
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Una dificultad fundamental en esta línea argumentativa surge del hecho de que,
si bien la innovación en cualquier momento dado se encuentra limitada por lo
que es científico-técnicamente posible (entre muchas otras cosas), estas
limitaciones no pueden entrar en la explicación neo-clásica de la innovación a
no ser que sean conocidas por el innovador. Pero, aunque se suponga que el
empresario innovador maximiza ganancias, no podemos imputarle el
conocimiento del conjunto factible de innovaciones que nos permita explicar su
conducta basándonos en el modelo estándar de la racionalidad paramétrica.
Recordemos por lo demás que los estudios sobre la innovación han revelado
un fenómeno complejo que envuelve múltiples actores e influencias, con
actividades que se organizan y nutren dentro de un sistema dinámico de
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Un plan con ese alcance era totalmente inédito en los Estados Unidos y, por
supuesto, estaba muerto al nacer. La política de postguerra en los Estados
Unidos no era receptiva a esquemas de tal magnitud en el área científica. Pero,
a pesar de su fracaso en lograr sus objetivos específicos en la composición
institucional norteamericana, se produjo un amplísimo impacto en la visión de
las relaciones entre ciencia básica, innovación tecnológica y gobierno.
Un segundo elemento del nuevo paradigma era (y para muchos todavía es) que
la investigación básica es la que produce el desarrollo tecnológico. Para proveer
municiones para intentar asegurarse el financiamiento federal continuado, Bush
añade en su informe la tesis de que gracias a la investigación básica alcanzamos
el desarrollo tecnológico. Si la investigación básica es aislada de cualquier
consideración prematura de uso, se convertirá en un remoto pero poderoso
dínamo para la innovación tecnológica, en virtud de que los avances de la
ciencia básica se convertirán en avances en tecnología mediante un proceso de
transferencia tecnológica.
Recursos
Bienestar
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Llegados a este punto, debe señalarse con énfasis que este modelo realmente no
funciona si se le asume literalmente (entre muchos: Raymond, 1996; Gibbons
et al., 1994). A través de la historia de la ciencia, los lazos entre la investigación
básica y la aplicación han sido extraordinariamente cercanos e interactivos. Sólo
para mencionar un caso, debe recordarse la verdadera historia del surgimiento
de la microbiología a finales de siglo XIX. Se trata de un ejemplo ya clásico del
desarrollo de un área fundamental de la ciencia que fue informado desde etapas
muy tempranas por consideraciones de uso. En su madurez, Pasteur nunca
hizo una investigación que no fuera aplicada, al tiempo que sentaba las bases de
la microbiología moderna.
Hoy en día se considera demostrado que siempre han existido, con diversos
grados de convergencia, dos trayectorias: el entendimiento científico, por un
lado, y la capacidad tecnológica, por el otro. Las dos trayectorias son semi-
autónomas. La ciencia avanza a veces mediante investigación pura sin ninguna
intervención de nueva tecnología. Por su parte, la tecnología avanza a veces sin
ninguna intervención de descubrimientos científicos nuevos. Pero en otras
oportunidades, los avances en alguna de esas trayectorias tienen impactos
masivos sobre la otra, y los impactos pueden ir en cualquiera de las dos
direcciones.
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Investigación
R R R
D K K K
Conocimiento técnico y científico existente I $
Invento o Diseño
Mercado Rediseño y Distribución y
diseño detallado
potencial producción mercadeo
analítico y prueba Clave
R= Investigación
C C C C C K= Conocimiento
D= Vínculos directos
f f f f I= Instrumentos,
procedimientos
$= Financiamiento
C= Principal cadena de
innovación
F f= Feedbacks
F= Feedbacks mayores
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Esta situación hace que la perspectiva de sistemas pueda ser vista como un
antídoto contra la especialización exagerada, tanto en la hechura de políticas
como en la investigación académica en el área. Efectivamente, el uso del
concepto de sistema permite demostrar la necesidad de integrar y coordinar
diferentes áreas de política pública que han tendido a ser vistas como separadas
e independientes. Por otro lado, la idea de una esfera económica aislada, donde
las instituciones y los elementos sociales se encuentran ausentes, es
completamente inútil cuando el proceso de innovación se entiende
fundamentalmente como interactivo.
Capacidad nacional
para la innovación
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Aun así, debe señalarse que existen conceptualizaciones que hacen uso del concepto de Sistema Nacional de Innovación
subordinándolo al tema del logro de la eficiencia económica clásica.
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7. A manera de conclusión
La noción de Sistema Nacional de Innovación ha constituido un hito particular
dentro de la perspectiva de sistemas aplicado al tema del desarrollo, ya que ha
permitido afrontar asuntos previamente no identificados (sin dejar de
reconocer que en muchos casos el cambio de nomenclatura simplemente ha
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Sin duda alguna, el entendimiento del fenómeno innovador continúa hoy en día
siendo difuso y muchas veces inadecuado, lo cual obliga a seguir profundizando
en cómo traducir el conocimiento teórico y empírico en acciones políticas para
impulsar el crecimiento y el desarrollo socio-económico. ¡En alguna medida
también puede hablarse de una co-evolución entre las políticas que intentan
tratar con la innovación y el mejoramiento del entendimiento de su naturaleza!
Por razones tanto éticas como económicas, y ante la imposibilidad de que una
sociedad pueda mantener su cohesión en el mediano y largo plazo en climas de
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